Internacional

Jugando a Dios en Libia

21 Mar, 2011 -

“Locura es hacer una y otra vez lo mismo esperando resultados distintos” [1]

1.-Irak y yo

En 2003, dos años después de un atentado que prometía la desestabilización global, y de una guerra de represalia singularmente barata y exitosa en Afganistán, Bush empezó los preparativos para la invasión de Irak. En una situación de reevaluación generalizada de los riesgos globales, la Administración estadounidense fue a la guerra bajo el pretexto razonable del principio de precaución ante la posibilidad de que hubiese armas de destrucción masiva en Irak que pudiesen acabar en manos de terroristas.  Desde luego, todos entendíamos que serían armas biológicas o nucleares (las químicas no son realmente de destrucción masiva).

En ese momento, cuando lo que se discutía era si había armas de destrucción masiva, o si el régimen iraquí presentaba un peligro global, mi apuesta personal fue que Bush decía la verdad y estaba bien informado, y que la guerra era necesaria.

Lo pensaba porque soy rehén de mis propios sesgos, y no podía creer que alguien siquiera moderadamente racional se metiese en una guerra en el corazón del mundo musulmán para hacer algo tan ridículo como “llevar la democracia”, y porque sé que las guerras por petróleo no lo son para controlar los yacimientos, sino para garantizar el suministro, y si el suministro desde Irak no estaba garantizado era por las sanciones económicas de Estados Unidos.

Cualquiera con un mínimo de conocimiento histórico sabía que Saddam Hussein era un psicópata peligroso, pero también era un psicópata derrotado, que a coste cero se interponía entre Arabia Saudí e Iran, y era una pieza clave del sistema de seguridad regional que garantizaba simultáneamente el flujo de petróleo y la seguridad israelí, es decir, lo único que se puede esperar de la región. Así que cuando Bush decidió invadir Irak, la única explicación razonable es que el tipo era realmente peligroso. Yo no podía juzgar esto por mí mismo, así que me encogí de hombros y pensé, ¡qué remedio!

Pero Bush no era un tipo razonable. Era un idiota mesiánico que creía sinceramente que el mundo musulmán tenía arreglo, y parece que estaba rodeado de otros idiotas que resumían paradójicamente todos los lugares comunes anti-históricos que en general atribuyo a la izquierda: que todas las personas son iguales (discutible) y que forman sociedades iguales (ridículo), con objetivos comunes (incalificable)  y que la gente obra en términos de “egoísmo ilustrado” prefiriendo a  un gobierno extranjero benevolente que a los tiranos locales (se me han acabado los adjetivos).

Total que invadimos el país, y más o menos la mitad de las tonterías de Bush se demostraron correctas: la gente odiaba sinceramente a Saddam, amplias partes de país vieron a los americanos como salvadores (Kurdistan), y al final esta gente ha acabado teniendo una democracia fantasmal. Pero en conjunto, el resultado fue una catástrofe: la guerra civil ha matado a varios cientos de miles de personas, la economía iraquí ha sufrido un impacto terrible e Iran tiene un amplio margen de maniobra regional. Y sobre todo la guerra se ha acabado comiendo el ancho de banda político-militar de Estados Unidos y una pila de millones de dólares asumible pero innecesaria.

Estados Unidos no se puede permitir micro-gestionar el sistema global. No hay capital político, ni margen financiero. Hacia 2006 mi opinión (definitiva) era que Estados Unidos debe centrarse en unos pocos bienes públicos globales (no-proliferación nuclear, la yugular saudí del petróleo, libertad de movimientos en el mar, y un principio general de inviolabilidad de las fronteras) y dejar a la Globalización y la doctrina anglosajona clásica del “Equilibrio de poder” hacer (¡o no!) el resto.

 2.-La Política Exterior del Régimen Demagógico

Pero no puede ser. El régimen demagógico que prevalece no es compatible con el realismo político. La gente no parece soportar las consecuencias de dejar a la naturaleza seguir su curso (por ejemplo, unos cinco o seis mil muertos por represalias en Bengasi: una gota en el mar de sangre que es la Historia), del mismo modo que no puede tolerar el precio de modificar el curso de la Historia (las bajas colaterales: las ajenas y sobre todo las propias).

El universalismo absolutista (y demagógico) que subyace a la ideología de los Derechos Humanos hace que cada vida humana tenga un valor infinito. Y esto tiene una inmediata consecuencia lógica: dado que sumar y restar infinitos genera indeterminaciones, el cálculo estratégico se vuelve imposible. Sin sumar y restar cadáveres, no se puede tener una política consistente cuando se trata de asuntos de vida o muerte.

Pero sumar y restar vidas es el pecado contra el espíritu santo en la Disneylandia global.

Así que volvemos a la casilla de salida. Solo que peor. Gadafi había sido una pequeña china en el zapato en los setenta y ochenta;  flirteó con todas las variedades posibles de terrorismo, y perro-flautismo anticapitalista, pero siempre con más entusiasmo que determinación. Cuando dejó de ser guapo y delgado, y cuando le metimos un misil a la cuna de su hija (colateral: era para el padre), el payasete volvió a su estado basal: un sultancito bereber sin más pretensiones que lucir disfraces y ver mundo en bussines. El tipo sigue siendo insufrible, y yo en particular, le tengo bien guardadas las humillaciones a las que sometió a mi país favorito por el pecado de que allí se cumplan las leyes (disfrutaré cuando le maten: por eso, y por la atrocidad de las enfermeras búlgaras; alguna satisfacción personal hay que sacar de esta previsible catástrofe política).

Pero en 2003, llegamos a un acuerdo con él: desmanteló su programa nuclear, regularizó a las petroleras y mandó al heredero a estudiar a un colegio inglés. Con sus paranoias y sus molestias, Gadafi no es Obiang: la renta del petróleo se reparte entre la población, que tiene un nivel de vida muy superior al que merece. Desde luego, que la gente disfrute de cierto bienestar material no quiere decir que el país no sea un agujero: no existen verdaderos empleos, ni verdaderas empresas, y cualquier persona con  un mínimo de iniciativa sabe que solo le queda la miseria espiritual o la emigración. Pero como el ambiente no genera esa clase de personas más que muy excepcionalmente, me parece un coste asumible.

Adicionalmente, Gadafi es un musulmán herético, así que en las mazmorras de su régimen la mayoría de los inquilinos son gente que debe estar en las mazmorras de cualquier régimen: islamistas ortodoxos, que nos odian más que él y son mucho más efectivos matándonos.

En cuanto a la oposición, no tiene sentido juzgarla porque no existe. Todo indica que esto ha sido un clásico motín árabe de los que históricamente han servido para regular la población dentro de un régimen malthusiano. No voy a entrar al juego paranoico de decir que son islamistas, porque el islamismo está bastante tocado en la región, y porque en las revueltas como las de Libia el principio social relevante es la versión sangrienta del “Concurso de belleza keynesiano”: cada notable local ha actuado según el principio de apoyar al bando que considera más probable que acabe prevaleciendo, en un mecanismo que tribu a tribu, cuartel a cuartel y embajada a embajada ha estado siempre regido en primer lugar por el temor a las represalias, y en segundo lugar, por el apetito de las recompensas que ofrecerá el bando vencedor. Y como no hay un gobierno, tampoco hay un ejército, ni una estrategia. Pero si la intervención internacional cambia
las perspectivas de victoria, cambiará, solo por eso, el bando vencedor: expectativas auto-cumplidas.

Al día siguiente del derrocamiento de Gadafi, nadie sabe que va a pasar. Bueno, mejor dicho, sabemos que habrá una nueva ronda del concurso de belleza keynesiano, con otros participantes: si el proceso acaba como en Iran, como en Irak o como en Somalia, depende principalmente del aleteo de una mariposa en Trípoli, y yo no hago apuestas sobre procesos que exhiben dependencia sensitiva a las condiciones iniciales.

Si esto fuese 2002, y yo no hubiese vivido desde 2003 hasta 2006, pensaría que nuestras élites tienen buenos motivos para meternos en este lio, que yo no conozco. Pero esto es 2011, y yo al menos, si aprendo. Los alemanes y los rusos parece que también.

Y no son los únicos: después de las revueltas árabes todos los dictadores del mundo (y en este mundo hay muchos países que no pueden ser democracias, y donde por tanto solo queda decidir si los dictadores serán amigos o no) sabrán que nuestra amistad no es fiable, y probablemente mirarán hacia otros jugadores globales cuya política exterior muestre menos sensibilidad a la dinámica demagógica de los medios de comunicación o a principios “morales” sin una estrategia viable. En el mundo hay alternativas reales a Occidente, y en los últimos tres meses todas las élites no democráticas del mundo (incluyendo a los imprescindibles saudíes) saben de quien no fiarse.

[1] La frase se le atribuye falsamente a Einstein; quizá por su conocida aversión a los procesos estocásticos en Física fundamental.


49 comentarios

  1. Caram dice:

    Joder, pues es verdad.

  2. Mr. Aardvark dice:

    Como todas las citas, probablemente apócrifa. La versión que yo conocía no definía Locura, sino Estupidez.
    Igualmente acertada, en cualquier caso…

  3. J dice:

    Muy bueno, pero discrepo amistosamente en un detalle que no es pecata minuta. Lejos de limitarse a flirtear con todo tipo de terrorismo, Gadafi fue uno de los motores activos del terrorismo a nivel mundial durante los años 70 y 80.
    Gadafi facilitó bases de entrenamiento a prácticamente todos los grupos terroristas que había en Occidente (incluyendo en Occidente a Japón). «¿Quieres dinero o armas?» era una pregunta automática que hacía a todas las delegaciones extranjeras que acudían a visitarlo para contar sus planes, como suelen contar dos políticos andaluces por aquellos años enrolados en la extrema izquierda. Ordenó personalmente el atentado contra la discoteca La Belle en Berlín, el avión de Panam de Lockerbie y, seguramente, un avión de pasajeros italiano que estalló en vuelo sobre Ustica. Muchos muertos de Irlanda del Norte son fruto de los cursillos que recibían miembros de IRA cerca de Sirte.
    Es verdad, como dice el texto, que en cuanto le metieron un pepino en casa se le calmó el furor.
    Pero lo cierto es que Gadafi tiene una larga lista de facturas sin pagar. Y ha llegado el cobrador del tomahack.
    Felicidades por el blog.

  4. Iracundo dice:

    Reconoced que sería divertido que Gadafi intentase eso de la Marcha Verde contra Bengasi y los de la OTAN o los rebeldes les reventasen a bombazos.

    A mí de todo esto lo que me jode, y me jode mucho, es que los medios de comunicación occidentales ejerzan de aparato de propaganda de unos rebeldes árabes que tienen de demócratas lo que yo de búlgaro. La corresponsal de COPE, por ejemplo, da todos los días unos «partes» exaltadísimos en que adjetiva a gritos, constantemente, a los rebeldes como «luchadores por la libertad y la democracia». ¿Qué clase de periodismo es este? Es ridículo. Igual que todos esos papanatas que van justificando una violación flagrante del Derecho Internacional (ya sé que no existe, pero ellos dicen que sí) a golpe de ocurrencia: un día hablan de bombardeos a la población civil (no se confirma), de matanzas masivas (no se confirma), luego nos hablan de «espectaculares» procesos burocráticos en el Tribunal Penal Internacional, luego nos dicen que se atacará porque los discursos de Gadafi son muy subidos de tono… En fin: que es una burla. Mejor que tuviesen más mesura ya que sería imposible exigirles que se limitasen a dar el
    discurso de los atenienses a los melios…

  5. Kantor dice:

    Por cierto, Iracundo, tu post sobre Libia me pareció muy bueno. Dices muchas cosas análogas a las que se comentan aquí, y me hozo gracia porque tu también insinúas la dinámica del concurso de belleza keynesiano.

    En cuanto al historial terrorista de Gadafi, desde luego lo de «flirteo» fue una concesión inconsciente a la elegancia del adjetivo. El tío estaba metido en todo, pero en esa época era bastante habitual. Los argelinos, los sirios, y varios servicios secretos del Este también apoyaban a cualquier grupo terrorista de izquierdas. En aquella época se llego a secuestrar a los ministros de petróleo de la OPEC.

  6. Fritz dice:

    Por mi parte no tengo muy claro si la intervención es acertada o desacertada, menos por qué ahora sí y antes no. Era más sencillo imaginar por qué no ocurría cuando parecía más sencilla (vamos, cuando la rebelión estaba en su apogeo y solo quedaba Trípoli). De todas maneras, Gadaffi era el dictador-norteafricano no amigo de Occidente, y parece que no se fian de cómo pudiera quererse aprovechar de la situación surgida a Este y Oeste. En cualquier caso, en lo que no estoy para nada de acuerdo es en que alguien en EEUU, Francia, GB o donde se quiera… bueno, en realidad en esos sitios precisamente, haga esto para llevar la democracia a Libia.

    Y en cuanto a rusos y chinos, existen otros argumentos razonables (por todos conocidos) que permiten explicar su posición sin la necesidad de asumir que hayan aprendido nada de Irak.

    Un saludo

  7. Don Estrafalario dice:

    Genial, Kantor.

  8. Manel dice:

    «En aquella época se llego a secuestrar a los ministros de petróleo de la OPEC.»

    Kantor, esa apuntásela a él también, solo o en compañía de aquel con quien ahora se-le-compara/no-se-le-compara. Escribí sobre ello hace poco: http://bit.ly/hEf2Y2

  9. Lenny Zelig dice:

    «Pero esto es 2011, y yo al menos, sí aprendo (…) y en este mundo hay muchos países que no pueden ser democracias, y donde por tanto solo queda decidir si los dictadores serán amigos o no».
    Deduzco que lo que ha aprendido hasta hoy es que en el mundo hay ciertas sociedades condenadas a permanecer fosilizadas, inmóviles. Le corrijo: salvo en selvas impenetrables, la Historia demuestra que esa imposibilidad de la que habla es la realmente imposible.

  10. CL dice:

    La verdad es que habláis de la guerra con mucha ligereza con cosas como «que los de la OTAN o los rebeldes les reventasen a bombazos.» Lo más cerca que ha estado de la guerra esta persona deben de ser los videojuegos.
    Kantor, el tema de sumar infinitos puede dar un aire matemático-científico a tus razonamientos pero básicamente es una fachada sin fundamento. Hay muertes evitables, muertes por las que no puedes hacer nada, muertes que significan mucho más que otras, muertes que salvan más vidas. La política es demasiado complicada como para ponerla en una ecuación incluso por lo irracional de sus participantes.
    Bengasi no es sólo los muertos que podría haber allí sino frenar o continuar la ola de cambio de el mundo árabe. Además, esta ola es una buena oportunidad para cambiar criterios, para que cuando la gente salga a la calle pacificamente ningún dictador se atreva a reprimirlos de cualquier manera.
    Ah sí, es porque tienen petróleo, que sino… pues sí, así es. Aunque como se preguntaba Escolar, ¿Acaso los civiles que están siendo masacrados por las tropas de Gadafi se merecen el olvido internacional porque el país sea clave en el mapa energético? ¿Es justo que las potencias igualen a todas las víctimas a la baja, y que por ello apliquen a Libia el mismo desprecio que a otros lugares del planeta?

  11. Kantor dice:

    «Deduzco que lo que ha aprendido hasta hoy es que en el mundo hay ciertas sociedades condenadas a permanecer fosilizadas, inmóviles»

    Nada mas lejos de la realidad. Lo que digo es que la Historia tiene su ritmo, y que si queremos imponerle el nuestro tenemos que estar dispuestos a derramar sangre y tesoro en abundancia.

    Como no estamos dispuestos a eso, lo que nos queda es utilizar nuestros recursos muy escasos en las cuestiones más críticas. Bombardear plantas de enriquecimiento de uranio, defender la libre navegacion en los mares, prestar nuestra fuerza aerea a Estados aliados si son agredidos, son un uso eficaz de nuestros escasos recursos. Inmiscuirnos en una guerra civil entre beduinos es obviamente un error. Especialmente porque o bien nos metemos en serio, o bien dejaremos aquello peor de lo que está.

    Y no sale a cuenta meterse en serio. Tendriamos que pedirle mas a una cuidadania que no quiere darlo, o desatender necesidades estratégicas mas urgentes.

  12. Espectador dice:

    Magnifico artículo.

    Los cambios, aunque sean para bien, no pueden imponerse desde fuera: lo hemos experimentado en carne propia.

    Aunque la invasión Napoleónica obedecía esencialmente a criterios estratégicos y a ambiciones personales, formalmente se disfrazaba como un intento de sacar a España del Viejo Régimen y sumarla a la modernidad de la Revolución Francesa, y por supuesto José Bonaparte era un rey mucho menos malo que el felón Fernando VII; los afrancesados lo vieron así y pagaron por ello. Pero era un cambio impuesto por la fuerza y provocó la heroica oposición de la mayoría de a población, a la que en el fondo beneficiaba. El propio Napoleón lo reconoció diciendo que los españoles se habían comportado como hombres de honor, anteponiendo éste a sus propios intereses.

    Si la Democracia llega alguna vez a España (lo que tenemos ahora es un partitocracia con fuertes componentes de cleptocracia y cacocracia) tendrá que ser de la mano de los propios españoles.

  13. d dice:

    Creo que te vuelves a equivocar como te pasó con Irak, Kantor.
    Los vientos de la Historia estan cambiando, eso se puede palpar en el ambiente. Las viejas verdades dejan de ser ciertas y lo del Fín de la Historia nunca fué más mentira. Como dijo Bismarck, hay que agarrar el borde del manto de Dios.

  14. Kantor dice:

    «Los cambios, aunque sean para bien, no pueden imponerse desde fuera»

    ¿Como que no? A veces si, a veces no. Depende de el caso. Se impuso la democracia a Alemania y Japón, pero en Irak hemos fracasado, como fracasó Napoleon en España.

    En mi opinión en Libia se puede tener éxito, pero a un coste y con unos riesgos que no merecen la pena.

  15. Carlos Jerez dice:

    ¿Has pensado que tu error al juzgar la guerra de Irak puede mostrar cierta miopía aplicable a tu juicio sobre ésta? ¿Si fueras un ciudadano libio querrías que Gadafi siguiera gobernando?
    ¿De verdad no entiendes como valor estratégico a largo plazo tener el cariño y respeto de un pueblo vecino en vez de su odio por apoyar a su anterior opresor o no hacer nada por impedir su matanza?

  16. Espectador dice:

    Dice Carlos Jerez: «¿De verdad no entiendes como valor estratégico a largo plazo tener el cariño y respeto de un pueblo vecino en vez de su odio por apoyar a su anterior opresor o no hacer nada por impedir su matanza?»

    El problema es que los liberados no siempre son agradecidos: en Irak, los kurdos ciertamente agradecen el derrocamiento de Sadam. Pero en cambio, el clérigo chií Muqtada al-Sadr, cuyo abuelo fue asesinado por Sadam, parece odiar más a los americanos que al tirano.

    Y si nos vamos a Afganistan, ni los taliban agradecieron la ayuda americana para librarse de lo soviéticos, a través de Osama y la CIA, ni el resto de afganos la ayuda posterior para librarse de los taliban. Afganistan es el mejor ejemplo de la clase de arenas movedizas en las que se cae tratando de intervenir en países islámicos, consiguiendo solo el odio de todas las partes. Aunque parezca cruel y racista, temo coincidir con Kantor cuando dice que en estos casos es mejor dejar que se alcance un equilibrio malthusiano (o darwiniano), interviniendo solo si salen de su país y atacan a alguien.

  17. J.E dice:

    «Afganistan es el mejor ejemplo de la clase de arenas movedizas en las que se cae tratando de intervenir en países islámicos, consiguiendo solo el odio de todas las partes»

    Disiento en la apreciación, y no por que Afganistán sea un jardín, precisamente. El problema radica en que Afganistán, ante todo, es un auténtico puzzle étnico con muchas partes que cada cual juega a su juego. El Islam solo es un factor más de un tablero ya de por sí complicado.

    Otra manera de decirlo es que comparar Afganistán con Libia es como comparar Alemania con Bolivia. Técnicamente la primera pareja son países islámicos y la segunda pareja son países cristianos, pero en realidad se parecen un huevo a una castaña.

  18. Kantor dice:

    «El problema radica en que Afganistán, ante todo, es un auténtico puzzle étnico»

    En realidad tanto Afganistán como Libia son NO puzzles étnicos, sino puzzles tribales. Libia es un pais mucho mas homogeneo que Afganistan, pero ambos tienen una cultura política igualmente divisiva, y de momento igualmente incompatible con el Estado nacional.

  19. Pedro Herrero dice:

    Antes de leer tu artículo, fui a inteligencia colectiva y dejé un comentario en un apunte de San Miguel. Lo reproduzco aquí.

    «En este tema de los bombardeos de Libia estoy tan fuera de juego que no entiendo la motivación real de la decisión internacional.
    Colocando el tema humanitario en su reducida medida (que sólo en contadas, con más dificultades y más extremas situaciones dio pie a una intervención) y sin que parezca que el suministro de crudo estuviese en peligro, lo cierto es que no entiendo los motivos de la intervención.
    No entiendo las facilidades que se han dado para el consenso internacional. No sé si es que hay pruebas contra Gadafi de algún proyecto de ataque terrorista, o algún tipo de sospecha sobre cuestiones de seguridad . No tengo ni idea, pero alinear todos esos intereses internacionales no es fácil y tampoco entiendo la súbita capacidad militar de los rebeldes libios.»

    Entiendo que apuntas a los medios de comunicación y a la opinión pública como responsables de la decisión. Me parece difícil de digerir. En serio, me gustaría leer una explicación tradicional para estos bombardeos.

  20. Iracundo dice:

    Irónicamente, una victoria aplastante de Gadafi en esta guerra civil libia hubiese hecho de él un interlocutor mucho mejor para Occidente, además de que aproximaría a Libia a ser un Estado más unitario, más «auténtico». No en vano esto parece ser un alzamiento feudal contra el rey (de reyes) Gadafi. Levas desorganizadas de «campesinos» contra un ejército real constituído por los familiares del rey y mercenarios.

    El problema, claro, es que hay quien se ha figurado que los siervos de los feudos rebeldes son algo así como roundheads.

  21. carloss dice:

    Pues me ha gustado el artículo, porque desde luego no tiene nada que ver con lo que se lee por ahí.

    Pero no acabo de verlo. Puede que nos salga el tiro por la culata, pero el terrorismo internacional no se alimenta sólo de las opiniones que tengan los dictadores sobre la confianza que les merece occidente (esos, además; puede que no tengan opción como decían en los USA a cuento de Wikileaks: «tienen relaciones con nosotros porque nos necesitan, no porque les caigamos bien»). También importa ahora la opinión y la credibilidad que tengamos frente al común de los mortales; que son los que van a hacerse explotar, si les parecemos muy malos, en nuestras calles.

    En principio esta intervención digo yo que tenía el objetivo de demostrar que podíamos apoyar a los árabes también cuando las pasan putas y no sólo provocarles problemas como Irak.

    Dejar que un movimiento popular (no sé si serán luchadores por la democracia, pero vaya; si son del palo de los Túnez y Egipto tampoco pinta tan mal) sea derrotado a base de bombazos no creo que sea el mejor ejemplo en un momento en el que se ve que estaban despertando todos los países de la zona.

    Es que vamos a ver, si no se llega a intervenir se estaría diciendo «pues en Irak bien que fueron a por el petróleo, pero a los libios los dejaron morir en manos de su amigo Gadafi». Exactamente igual que ahora se está diciendo «pues a Bahrein o a Yemen no van».

  22. […] Jugando a Dios en Libia politikon.es/equilibriosocial/2011/03/21/17/  por Tremblay hace 3 segundos […]

  23. Kantor dice:

    Bueno, voy responder a algunas cosas.

    En primer lugar Pablo duda que estemos en esta guerra por algo tan peregrino como «exportar democracia», y de a la vista de que la intervención militar parece ir de eso, sospechan motivos ulteriores. O sea, como yo en 2002.

    Yo creo que si es una guerra ideológica, y que aunque las elites no consumen la demagogia que venden a las masas, consumen una variedad mas elaborada del mismo producto averiado.

    Bush era un palurdo de Texas que fue a Irak en nombre del imperialismo democrático, y Obama es un palurdo de Harvard que ha enviado los aviones a Libia en nombre del multilateralismo democrático.

    Cuando el remedio sea claramente peor que la enfermedad, la palurdez quedara igualmente reflejada.

    He perdido totalmente la fe en la existencia de un «gobierno interior» informal que defienda los intereses estratégicos de los países democraticos.

    Lo que hay, en mi opinión, es lo que ves.

  24. Kantor dice:

    Luego están los distintos romaticos que creen que esto es la revolución francesa. Pues no: ni siquiera esta claro que la revolución francesa fuera la revolución francesa.

    En mi opinión la revuelta egipcia ha sido principalmente una revuelta, sin ningún objetivo común claramente discernible, y aunque el régimen de Mubarak si que necesitaba un cierto revulsivo para hacer algunas reformas liberalizadoras, especialmente en el campo económico, lo mejor que puede pasar es que los resultados de la revolución sean limitados.

    En cuanto a Libia, la revuelta se ha demostrado completamente incapaz de formar una alternativa coherente a Gadafi, y me temo que eso se debe a que es una mera revuelta tribal.

    Por poner un ejemplo, prefiero con mucho el programa modernizador del rey de Marruecos o el de la Junta argelina que cualquier movimiento popular.

  25. Kantor dice:

    Y por ultimo lo mas importante: lo de los dictadores.

    Gadafi es un tío que se paso a nuestro bando. Al contrario que Iran, Siria o Corea del Norte, Gadafi ya no molestaba, y Mubarak era abiertamente colaborador.

    Llevamos tres meses de revueltas en las que hemos minado la base de poder de nuestros aliados regionales, mientras nuestros enemigos no han sufrido ninguna desestabilización relevante.

    Al final, la lección de estos meses es que si rindes tus armas nucleares, te bombardean, y si las conservas no se atreven. La peor lección posible en el tema mas importante.

  26. Jorge San Miguel dice:

    «ni siquiera esta claro que la revolución francesa fuera la revolución francesa.»

    Bingo.

  27. carloss dice:

    Me doy por aludido con lo de «románticos» xD.

    Bueno, veremos a ver cómo de coherente sea la alternativa; pero por ahora se ve que es el exministro de Justicia que le dimitió a Gadafi por el trato a la población el que está capitaneándola.

    Así que no es tan tribal el asunto, se trata de un hombre del régimen y con experiencia el que está al mando. Y además era ese mismo hombre el que pedía el cierre del espacio aéreo pidiendo que pararan los bombardeos. Y ese hombre dice, en esta entrevista (de antes de la intervención, de ahí el titular):

    http://www.abc.es/20110310/internacional/abci-entrevista-exclusiva-libia-201103100018.html

    «—¿Cuál es la prioridad para esa nueva Libia?

    —Redactar una nueva Constitución que garantice un futuro democrático para un país en el que se respeten los derechos humanos y las libertades.»

  28. Kantor dice:

    Tiene la revuelta un jefe militar, o es el Ejercito de Pancho Villa?

  29. Pedro Herrero dice:

    «En primer lugar Pablo duda que estemos en esta guerra por algo tan peregrino como “exportar democracia”, y de a la vista de que la intervención militar parece ir de eso, sospechan motivos ulteriores. O sea, como yo en 2002.»

    No sé si se lo estás comentando a otra persona, o que me has cambiado el nombre 🙂 pero es exactamente eso lo que me pasa.

    ¿Por qué no compro totalmente la analogía? Primero, la falta de una cabeza tractora clara, que haga gasto y cuestión diplomática prioritaria de ello, como sucedió con USA en Iraq.
    Segundo, la alineación de gobiernos con intereses estratégicos opuestos, ya sea apoyando o aceptando silenciosa y tácitamente la intervención.
    Y por último, variadas «opiniones públicas» de diferentes países y diferentes sesgos ideológicos que compran la historia y no protestan.

    Es increíble. Es como ver una conjunción astral de planetas.

  30. Flashman dice:

    Yo creo que algo se nos está escapando. La Libia de Gadafi, el mismo Gadafi al que ahora quieren desalojar del poder por la fuerza, comerciaba tranquilamente con Occidente, no entrañaba un problema para Israel, suponía un freno al yihadismo radical, no ponía pegas a la venta de petróleo y gas. No era un aliado más incómodo, en el caso de España, que Guinea Ecuatorial. ¿Qué gana Occidente con esta nueva escalada bélica? ¿Qué puede obtener que no tuviera ya antes? Porque las guerras son muy caras de costear, y no creo que esta se ponga en marcha a cambio solo de la libertad del pueblo libio. Ya no soy tan ingenuo.

  31. Quinto Pino dice:

    A mí lo que más gracia me hace de todo este asunto es que con demasiada frecuencia son los mismos los que gritan porque se masacre al pueblo inocente y los que luego gritan cuando se envía a los aviones a detener al dictador.

    ¿No será que gritaban para tener una guerra por la que gritar? ¿No estaremos ante una metaprotesta del progrerío de siempre?

    Magnífico artículo. Echaba de menos a Kantor.

  32. rafamonreal dice:

    Para aquellos que no saben por qué se ha intervenido en Libia: se llama seguridad territorial.
    Se llama no permitir que en Libia, ahí en frente, suceda lo que sucedió en Serbia, donde la UE dejó hacer y al final, viendo las masacres, tuvimos que llamar a papá pitufo para que nos resolviera la papeleta.
    No es petróleo, es SEGURIDAD. Es el Mediterráneo. Es impedir que Libia se convierta en la Somalia mediterránea. Es impedir que se desestabilice el África Subsahariana (Libia tiene frontera con Níger, Chad y Sudán, ya de por sí territorias muy frágiles y complicados en temas de seguridad; así se entiende que la iniciativa viniera de Francia y su participación activa en la intervención militar, es decir, forma parte de la nueva estrategia francesa en términos de seguridad en la región del Norte de África y Africa Subsahariana).
    En fin. Que hay que mirar un poco al mapa-mundi antes de escribir un artículo sobre un tema geopolítico.

  33. vellana dice:

    «Es impedir que Libia se convierta en la Somalia mediterránea.»

    ¿impedir o propiciar?
    Por mucho que miro el mapa-mundi, no veo que igualar fuerzas de dos contendientes (que es en lo que consiste «oficialmente» la «misión») lleve a ninguna estabilidad sino todo lo contrario.

    Un saludo.

  34. rafamonreal dice:

    Nadie conoce el resultado de una guerra.
    Pero si pensamos que Gadafi ha gobernado con mano de hierro durante más de 40 años un país, y sin embargo no ha podido impedir esta revuelta en su país, podemos concluir que Gadafi, pese a su avance militar contra los rebeldes, no podrá aplastarlos completamente ni para siempre, sino es, tal vez, al precio de una masacre nunca vista en ese país, y entonces, y solamente entonces, cuando ya hubiera decenas de miles de muertos, una ola de inmigrantes afluyendo a las costas de europa, unas fronteras con Libia permeables a todo tipo de comercio de armas, mercenarios, etc…entonces, seguramente alguien, en este blog o en otro, escribiría un artículo rasgándose las vestiduras por que «Occidente» no hizo nada para evitarlo.
    Por otro lado, a Gadafi no se le quiere matar, pero sí se le está diciendo que se vaya y tarde o temprano lo hará, cuando haya negociado con los aliados un retiro dorado para él y su familia.

  35. Tomain dice:

    Bueno, Kantor, ahora marcas distancias con Bush Jr.; pero creo que no fue tu confianza ciega en la información privilegiada de nuestras élites, sino tu convicción en el aventurerismo militar neocón lo que te hizo apoyar la guerra de Iraq.

  36. Kantor dice:

    «sino tu convicción en el aventurerismo militar neocón lo que te hizo apoyar la guerra de Iraq»

    ¿Tu me ves cara de creer en la democratización del mundo musulman? ¿Tu crees que a mi me gustan las invasiones terrestres y las ocupaciones militares?

    Yo tengo mentalidad de la Guerra Fria: no proliferación nuclear , ventas de armas (abiertas y encubiertas), apoyo económico y político a nuestros aliados, subversión contra nuestros adversarios, superioridad aeronaval, y globalización económica.

    Esta ha sido la doctrina clásica de la Hegemonía Americana, y solo admito otros medios en contadas ocasiones. No digo que esté en contra de invadir Panamá, pero incluso eso me parece anti-estético.

  37. Kantor dice:

    «¿Qué gana Occidente con esta nueva escalada bélica? »

    ¿Que Occidente? Quien decide esto son unos cuantos políticos intoxicados de su propia retórica y solidamente aislados de las consecuencias geopolíticas de sus actos.

  38. Dhavar dice:

    Lo asombroso es que gente con más de diez años se crea/descubra que no es eso, que existan o hayan existido jamás algo así como «guerras altruistas», donde todo un pueblo hace de mártir por el bien de otro, para que sea «libre», o «votante», o «Ilustrado» o lo que sea.
    Admiramos – o nos quedamos pasmados- al mártir precisamente por lo absolutamente anómalo y bestialmente individualista de su conducta.
    Ahora bien, sí entiendo que para el soldado de a pie de WWII, por ej., ya que iba al matadero y vivía en una «democracia», «morir por algo» , podía suavizar un tanto cuando se quedase sin piernas o fuese despanzurrado.

  39. Kantor dice:

    Pues aunque ninguna guerra es totalmente altruista, la intervención de muchos países en bastantes guerras se ha debido a un sincero deseo de apoyar a quienes se consideraban aliados. Si a un amigo tuyo le empiezan a dar una paliza en un bar, reconoce que al menos un impulso de meterte y repartír hostias si que tendrías.

    La política internacional, como lasa peleas de bar tiene mucho de altruismo. Otra cosa es meterse en una pelea ente chulos de putas, que es lo que yo critico.

  40. Dhavar dice:

    Tú lo has dicho: Aliado, Amigo. Ahí hay intereses propios. Y entre naciones, intervenir en defensa de un aliado dura lo que dura el cómputo de cadáveres, como has señalado.Que hasta la defensa del amigo de bar tiene un límite.Pero defender a un aliado no es esa zarandaja de las guerras martirio que se ha puesto de moda (y que sólo es posible venderla entre países occidentales, cuyo código moral máquina lo hicieron los evangelios)

  41. Luisa dice:

    «disfrutaré cuando le maten»
    Quá asco das!

  42. javier dice:

    Yo veo varios puntos aquí por los que no estoy de acuerdo contigo:

    – Está habiendo una ola de cambios en el mundo árabe, que si culminan bien pueden acabar con unos cuantos países convertidos en democracias reales.
    – Si no intervenimos les estamos mandando un mensaje muy claro al resto de países. Si queréis parar las revueltas, basta con que masacréis a vuestros ciudadanos.
    – Hay 3 otros países árabes que están con revueltas serias: Bahreim, Siria y Yemén. Además ha provocado que Marruecos, Argelia y Arabia Saudi se plantéen cambios, por muy ligeros que sean.
    – Libia queda justo en el Mediterráneo y a los vecinos hay que tenerlos controlados; sobre todo cuando a Italia le llegan miles de inmigrantes todas las semanas a menos que pague su cuota.
    – Libia nos provee de petróleo y queramos o no, necesitamos tener unos proveedores estables que no se vuelvan contra nosotros cada X años.
    – Gadafi es un loco y fue un patrocinador de terroristas, a todo cerdo le llega su San Martín.

    Yo mientras no nos metamos en tierra, los misiles vayan muy dirigidos y no se arriesguen causando muertes de civiles; me parece perfecta esta operación. Tenemos que mandar un mensaje claro. Hay que respetar los derechos humanos, por las buenas o por las malas; sobre todo si eres nuestro vecino y nuestro proveedor. Posiblemente si Gadafi cae, otros 3 países más de la zona protestarán con más fuerza y conseguirán los cambios que necesitan para ser sociedades avanzadas.

  43. Iracundo dice:

    «Si no intervenimos les estamos mandando un mensaje muy claro al resto de países. Si queréis parar las revueltas, basta con que masacréis a vuestros ciudadanos.»

    Coño! Yo creía que ese era el mensaje que transmitía la Carta de la ONU y la Resolución 2625 sobre Soberanía de los Estados. Que cada cual es libre de reprimir a su población en tanto no caiga en genocidios o, incluso si lo hace, tenga de amiguete a chinos o rusos. El sistema onusiano, ni más ni menos. Cualquier otro se debe por fuerza basar en la Hegemonía USA o en la pura anarquía internacional. Pero considerar que un Estado o grupo de Estados tienen derecho a interferir en la represión de la población de otro… es incompatible con las relaciones internacionales propiamente dichas. La Resolución contra Libia es el equivalente «buenrrollista» al Diálogo de los Melios de Tucídides. Los equilibrios «siniestros» de palabrería que se están dando para amparar una intervención clamorosamente ilegal en Libia no añaden nada bueno a lo anterior: con ejercicios floridos como eso de decir que la «no fly zone» es contra los aviones pro y anti-Gadafi o que las fuerzas OTAN sólo han atacado objetivos pro-Gadafi porque »
    son los únicos que han atacado a civiles». Para mear y no echar gota.

    «Libia queda justo en el Mediterráneo y a los vecinos hay que tenerlos controlados; sobre todo cuando a Italia le llegan miles de inmigrantes todas las semanas a menos que pague su cuota.»

    Entonces habrá que invadir el país con tropas que aseguren este objetivo. Los rebeldes libios no lo harán tan bien como Gadafi, me temo. Es más: llevarán el país a la división y la anarquía estilo Somalia. Ese «feo concurso de belleza keynesiano», por decirlo al modo de Kantor.

    «Libia nos provee de petróleo y queramos o no, necesitamos tener unos proveedores estables que no se vuelvan contra nosotros cada X años.»

    Los rebeldes libios tienen pinta de muchas cosas pero ninguna de ellas es la de «estables».

    «Yo mientras no nos metamos en tierra, los misiles vayan muy dirigidos y no se arriesguen causando muertes de civiles; me parece perfecta esta operación.»

    Como diría el Galileo: «¡Ay de vosotros escribas y fariseos hipócritas que coláis cuanto bebéis por si hay un mosquito y os tragáis un camello!». No imagino mejor respuesta a estos «sí pero no, no pero sí» tan habituales entre aquellos que linchan al débil y callan ante el fuerte presumiendo de todo lo contrario.

    «Posiblemente si Gadafi cae, otros 3 países más de la zona protestarán con más fuerza y conseguirán los cambios que necesitan para ser sociedades avanzadas.»

    Si, la revolución se contagia vía SMS y Twitter y bla bla bla. Pero qué risa maria luisa.

  44. Kantor dice:

    Si, los cambios en el mundo árabe pueden acabar con algunas democracias reales, o con una serie de enemigos geopolíticos.

    En cuanto a los otros países que están con revoluciones, lo único que no nos podemos permitir es inestabilidad en la peninsula arábiga.

    En cuanto al comentario sobre masacrar a la propia población, me pregunto que tiene que hacer un gobierno ante una revuelta armada. Simplmente desaparecer? Gadafi era un gobernante detestable, pero responder a tiros a una revuelta armada parece razonablemente proporcionado.

  45. Iñigo dice:

    Parece que ya lo han comentado antes, varios comentaristas. A estas alturas de la película resulta poco creíble que esta intervención de Libia haya sido originada por una motivación ideológica en base DDHH o siquiera algo parecido, siendo el África subsahariana como es, una continua carnicería olvidada. Se necesitaría de un análisis más profundo, más próximo a los manuales para hallar las primeras motivaciones que han desencadenado la ayuda a los rebeldes Libios induciéndose una potencial guerra civil. Unas razones que todo indican trascenderían además del socorrido tema del petróleo.

    Saludos

  46. Kantor dice:

    No se, Iñigo. Puede ser que haya «otros motivos», aunque ¿los había en Kosovo? ¿Y en Irak?

    En cuanto al hecho de que hagamos la guerra en Libia y olvidemos Africa, para mi son dos caras de la misma moneda: un regimen que cada funciona mas reactivamente respecto a la dinámica de los medios. Los medios y los politicos ignoran conjuntamente Africa, y se centra conjuntamente en el mundo islámico.

    Y a esas dinámicas se unen, claro esta diversos intereses particulares.

  47. Iracundo dice:

    Kantor: ¿qué te parecen Obama y Clinton diciendo que la Resolución 1973 permite enviar armamento a los rebeldes libios? Parece la versión militarizada de lo de los peces y la caña de pescar…

  48. Javier Navascués dice:

    Kantor; cuando dices que «le metimos un misil» a la hija de Gadafi, ¿estás usando plural mayestático o se trata de una ensoñación erótica?

  49. […] escéptico ante toda intervención militar, y por aquí nos tomamos la aventura Libia con bastantes reservas. Cuando empezaron los bombardeos, mi impresión fue que la comunidad internacional estaba […]

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