Álex Rayón me preguntaba el otro día en Twitter algo que otra mucha gente se pregunta (y me pregunta): ¿por qué Chacón está en todas las quinielas? Líder del PSC y candidata en 2014, líder del PSOE y candidata en 2016 (algunos incluso han venido insinuando en 2012)… ¿Qué ha hecho ella para convertirse en la favorita en tantos sitios?
Bueno, quizás el problema es que la pregunta está mal enfocada. La auténtica cuestión, antes que esa, es cómo funciona en España la promoción de los líderes políticos. Y la respuesta se puede resumir en una palabra: interna. Hasta cierto nivel, prácticamente el 100% de actividad necesaria para ascender en una carrera política en España se hace dentro de los partidos y de las instituciones. A partir de ese nivel, se consigue un cargo público, y pasa a haber un porcentaje creciente de necesidad de comunicar al y ser aceptado por el público. Pero aún entonces, el trabajo interno es una condición sine qua non para llegar a lo más alto: son pocos los que consiguen un arrastre popular tan grande que pueden hacer lo que quieran dentro de la organización (Aguirre en el PP podría ser un buen ejemplo). Redes clientelares, grupos y subgrupos, cadenas de favores, luchas ideológicas y programáticas… Tendemos a homologar el modelo americano de ascenso político con el de todo el mundo, y en las democracias
parlamentarias, donde la disciplina de partido es mucho más fuerte y las Primarias son siempre internas (entre militantes), no es así. Por eso la respuesta a la pregunta con cariz sorprendido de «¿qué ha hecho Chacón?» es la misma que a la que podía plantearse al principio de la década: «¿qué ha hecho Zapatero para ser el líder del PSOE?». Muchísimo trabajo interno, opaco en cierta medida para la ciudadanía. Ojo: ciudadanía no militante. Si militas, puedes saber mucho más, y cualquiera puede militar, así que no sería del todo justo acusar al proceso de poco participativo (comparativamente hablando).
Chacón, en concreto, ha venido ascendiendo con trabajo interno (y luego externo) en esa tierra de nadie que es la relación entre PSOE y PSC. Por eso está en ambas quinielas. Obviamente, no conozco los detalles específicos de este ascenso porque no soy militante (y, si los conociese, me guardaría mucho de ser tan indiscreto como para hacérselo saber a ustedes), pero no hace falta. Lo que se desprende es que está bien situada y relacionada en la cúpula del PSOE y mantiene una presencia relativamente fuerte en la del PSC, aunque por el sector más nacionalista puede ser fácilmente percibida como la candidata de Madrid. A todo ello hay que sumarle que está doctorada en Derecho con especialización en federalismo, ha sido profesora de universidad y observadora internacional… Y todo eso se ha ido reflejando poco a poco en su perfil público. Empezó con una maría como el Ministerio de Vivienda, y luego le fue otorgado una cartera radicalmente opuesta, Defensa. Es cierto que en ella ha cometido un par de
errores de bulto, pero creo que el saldo final que le sale es positivo, y le ha venido dando un empaque entre la opinión pública que antes no tenía (probablemente sí en privado). Además, le ha permitido mantenerse en cierta medida al margen de la quema general de imagen que ha supuesto la crisis para el resto de miembros del Gobierno.
Y claro, es joven y tiene una imagen cada vez más definida.
Todo ello sumado nos deja con un ascenso relativamente clásico en política española. Independientemente de que esté a la cabeza de las listas del PSC o del PSOE en algún momento de los próximos 5 años, sí podemos afirmar que seguirá en las quinielas. Mientras no se olvide de su trabajo interno, claro está.
Llevo ya varios meses dándole vueltas a una de las reflexiones que subyacen en esta entrada.
¿Es imprescindible militar en un partido o participar activamente en movimientos sociales para poder estudiar y comprender los procesos políticos con éxito?
Supongo que la misma pregunta se puede aplicar a la metodología de casi cualquier campo de las Ciencias Sociales.
¿Qué relevancia tiene la observación participante?
Jorge, pero, ¿qué estás diciendo, hombre de Dios? Tienes razón en que la razón es interna, pero, ¿qué coño es eso de «intenso trabajo interno»? Por favor. Es cuestión de ser fiel, y caer bien, a quien manda.
Y dejemos de hablar de una vez de la famosa tesis de dos meses de Chacón sobre federalismo en Canadá, que la cosa es de vergüenza ajena ya.
Lo que nos faltaba… Una nacionalista catalana al frente del gobierno español.
Si al menos fuera a servir para consumar la secesión catalana, genial, tendría mi voto.
Pero no, sólo servirá para que Cataluña siga recibiendo más y contribuyendo menos de lo que le corresponde, que es como más a gusto se está.
Basilio, esa que haces es la pregunta epistemológica de la Ciencia Social. Mi respuesta es poco habitual entre los teóricos, por pragmática: al final, depende de los objetivos de tu investigación, la observación participante puede ser más o menos útil dependiendo de lo que pretendas abordar. Al final, formar parte del objeto de estudio tiene tanto cosas buenas (perspectiva rica sobre claves informales de funcionamiento interno) como malas (sesgos, falta de objetividad). La idea es equilibrarlas y elegir métodos de investigación en función de los objetivos. Yo, como habrás visto en este blog, intento tomar distancia sobre aquello de lo que hablo. Pero trabajo en ello día a día. El equilibrio es imposible, pero la idea es intentarlo.
Andrés, no hablaba en la entrada de sus méritos bajo mi punto de vista, sino de la percepción que el ciudadano medio tiene de los mismos. A mí que tenga una tesis o veinte me da igual, si son mediocres. Respecto a la diferencia entre «intenso trabajo interno» y «ser fiel», es la de usar un eufemismo o entrar a valorar, pero decimos lo mismo.
Tomane, Chacón tiene de nacionalista catalana lo mismo que yo de protagonista de Física o Química.
Genial Jorge, mil gracias.
Pensé que el tema de las «carreras internas» no era algo común en España, pero veo que sí. Conozco por varios conocidos el sistema del PNV, y la verdad es que «antzeko parecido» como dicen por aquí. Vamos que muy similar: mucho trabajo interno.
¿Es este mecanismo una característica en Europa? Quiero decir, la clásica comparación de EEUU vs. Europa de personas vs. partidos ¿es extensible a las carreras internas?
Jorge, me temo que es más algo como sigue:
Político A: Oh, no, necesitamos un nuevo candidato para X.
Gurú: recomiendo mujer, joven, con buena relación con el PSC, presencia mediática, atractiva.
Político (mira agenda)… Hmmm. ¿Chacón?
Chacón está en las quinielas porque sobre el papel es demográficamente una buena candidata. Pero sólo eso.
Roger, pero claro, eso es obvio. No me ocupaba a mí esa pregunta aquí, sino más bie la de cómo ha llegado a estar en posición de ser candidata.
Por lo que conozco de las cosas internas, Chacón está para darle un toque a la lista corta, pero es Rubalcaba.
Suárez, nacido: 1932
Felipe González: 1942
Aznar: 1953
Zapatero: 1960
¿Chacón: 1971?
10 años de diferencia aprox. entre cada uno, todos acceden al poder a los 40 y pocos
(Calvo Sotelo no cuenta, no fué elegido por voto popular)
Descartados:
Rubalcaba, 1951
Rajoy 1955
Aguirre 1952
Geógrafo subjetivo, creo que estás, -o estabas-, en lo cierto, pero el caso Faisán puede acabar inhabilitando a Rubalcaba.