Economía & republicados & viejecitos

Jugando con la edad de jubilación

11 Ene, 2011 - - @egocrata

(Publicado el 11 de Enero en Lorem Ipsum – enlace original aquí)

Con el gobierno negociando con los sindicatos la reforma del sistema de pensiones (sin llegar a ninguna parte, como de costumbre), me parece necesario hablar un poco sobre la edad de jubilación y sus efectos.

Los sospechosos habituales dicen que hacer que nos jubilemos dos años más tarde es inútil e innecesario, y que tenemos que apostar por aumentar la productividad de la economía o algo parecido para para que el problema se solucione sólo. Si bien esta clase de soluciones mágicas puede que funcionen (y a mi me pueden salir alas y puede que vaya volando al trabajo), no está de más darle la vuelta al argumento: ¿qué sucedería si en vez de retrasar la edad de jubilación, la adelantáramos?

El sistema de pensiones es una cosa muy sencilla: es redistribución de renta pura. La gente que está trabajando ahora mismo paga impuestos en forma de contribuciones a la Seguridad Social, y los jubilados reciben dinero que viene de esos mismos impuestos. Se puede hablar de fondos de reserva, cajas únicas y lo que queramos, pero todo esto son instrumentos contables; lo que tenemos es dinero que entra y dinero que sale.

La arimética del sistema es por lo tanto muy sencilla: si tenemos más jubilados, necesitamos más dinero. Si tenemos menos jubilados, necesitamos menos. El estado sólo puede controlar el número de gente recibiendo dinero de forma indirecta, modificando la edad de jubilación, que es de lo que estamos hablando.

Ahora imaginad un mundo con un sólo periodo temporal y dos grupos, unos que pagan y otros que reciben. Las pensiones son fijas en un hipotético salario mínimo, así que sólo podemos escoger cuánta gente hay en cada lado. Si bajamos la edad de jubilación tenemos menos trabajadores cubriendo más transferencias a simpáticos ancianitos, así que tenemos que subirles los impuestos – hacer que la gente se jubile antes equivale a subirle las cotizaciones sociales a todo aquel que tiene la desgracia relativa de no ser un viejecito.

El problema que tenemos en España es que, debido a un montón de factores demográficos (incluído nuestro pobre estado de bienestar, pero no únicamente) nuestra estructura poblacional tiende a tener más viejos que jóvenes según pasa el tiempo. Si queremos podemos mantener perfectamente las pensiones prometidas a estos viejos del futuro; según aumenta la proporción de jubilados, aumentamos los impuestos a los que aún trabajan. Básicamente lo que hacemos es descargar el coste del sistema a trabajadores futuros.

El debate actual es menos sobre la salud del sistema de pensiones y más sobre quién paga y cuándo lo hace. Si dejamos el sistema intacto (y aceptamos que la magia no existe) lo que estamos haciendo es crujir a impuestos a todo aquel nacido después del 2000. Si subimos las cotizaciones sociales (buena suerte con eso) los currelas presentes se pagan parte de sus pensiones vía reducción de déficit. Si retrasamos la edad de jubilación, la generación del milenio tendrá menos problemas cubriendo a los que estamos trabajando ahora, y podrán disfrutar de la misma presión fiscal que toleramos ahora mismo.

La pregunta no es por tanto si queremos retrasar la edad de jubilación o no. La pregunta es si queremos subir los impuestos a nuestros hijos, y hacer que paguen por la esmirriada tasa de natalidad que la generación de la democracia está dejando a su paso, o preferimos ceder dos añitos de nuestra vida para que vivan mejor. No sé a vosotros, pero me parece que la respuesta es bastante sencilla.

No reformar las pensiones quiere decir que nos vamos a gastar (nuestros hijos van a gastar) un montón de dinero dándonos de comer a nosotros. Ese gasto podría estar mucho mejor empleado construyendo autopistas, ferrocarriles, guarderías, universidades, educación infantil o un montón de inversiones mucho más productivas, en vez de perdiendo el tiempo en un sistema de redistribución de renta por edad que no es especialmente progresivo.

Por cierto, esto no excluye aprobar medidas que quizás, si todo funciona, si todo va bien y si los milagros existen hagan que la productividad aumente, la economía crezca y retrasar la edad de jubilación sea innecesario. En ese caso, si eso sucediera, tendríamos que decidir si volvemos a jubilarnos antes, rebajamos los impuestos a nuestros hijos o compramos un poni a todo el mundo.

Si me dejáis escoger yo pondría esos ahorros potenciales haciendo algo realmente productivo: invertir en niños. Es decir, guarderías, educación primaria y educación infantil por un tubo – mejorando enormemente la productividad futura de nuestros hijos, y dando incentivos a nuestra quinta para tener más descendencia, que falta que hace.

Pero ese es otro tema, del que hablaremos otro día.


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  1. […] las pensiones. No voy a entrar en detalle sobre el tema (en NeG explican por qué es positiva, por aquí contaba por qué era necesaria ), pero es un cambio doloroso que afectará nuestras vidas, y en […]

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