americanadas & Política

¿Por qué los demócratas son tan idiotas?

26 Oct, 2010 - - @egocrata

(Artículo publicado originalmente el 26 de Octubre del 2010. Enlace original)

Siguiendo con preguntas sacadas de comentarios, Javier quería queexplicara los motivos detrás de la marcada tendencia del partido demócrata para comportarse como un atajo de imbéciles. Ya sabéis, esa extraña obsesión que les lleva a cavar un agujero y tirarse a cubierto cuando alguien les levanta la voz o salen demasiado por la tele. Los demócratas son el único partido del mundo que es capaz de tirarse años y años presentándose a elecciones criticándose a si mismos más que a sus rivales. Cualquier cosa para que no les acusen de ser progres, ciertamente.

El problema de los demócratas es, en gran medida, una cuestión puramente electoral – de leyes electorales, de hecho. La pesadilla del partido empieza en el Senado, y la vieja cláusula en la Constitución que da dos senadores a cada estado independientemente de la población que tengan. Esto hace que California (38 millones) tenga la misma representación que Wyoming (500.000), algo que no deja de ser un incordio. Los demócratas tienen la mayor parte su apoyo electoral en sitios como California (1º), Nueva York (3º), Pennsylvania (6º) o Illinois (5º), empatando a menudo en Florida (4º), Ohio (7º) – básicamente en las zonas más pobladas. Los republicanos siempre ganan por goleada en los estados en medio de ninguna parte (en medio del país) y básicamente vacios.

Si el partido demócrata quiere ganar elecciones y tener mayorías en el Senado, esto es un problema. Si mantienen su mensaje cercano a las preferencias del votante mediano del partido (digamos, los militantes en Pennsylvania o Illinois), el partido ganará en las costa oeste, noreste y medio oeste, pero no tendrá nunca mayorías nacionales (la pesadilla de Al Gore). Sacarán 40-42 senadores, con suerte, y perderán como auténticos pardillos.

La solución, en este caso, es obvia: no todos los candidatos demócratas pueden ser iguales. Si quieren ganar unas elecciones en Nebraska, el candidato al senado por ahí tiene que estar muy a la derecha de un candidato en Connecticut, Delaware o Washington, para tener opciones en un electorado muy conservador. Los republicanos pueden presentar tipos que en Europa los tomaríamos como chiflados casi de inmediato en sitios como Kentucky, a sabiendas que los votantes están majaras son unos cavernícolascomparten muchas de sus ideas, y los demócratas tienen que seguirles.

El resultado es bien conocido: un partido que tiene una tendencia realmente cargante a pegarse de tortazos entre ellos. Dado que la única manera de ganar en Nebraska es presentar un troglodita adicto a las aseguradoras como Ben Nelson, el partido más que un bloque organizado es una especie de coalición entre gente razonable del noreste, liberales de toda la vida de Nueva Inglaterra, tipos raros de Vermont, y los políticos menos chiflados que uno puede conseguir en Arkansas. Aunque la mayoría de americanos viven en zonas urbanas, el voto rural (*) está horriblemente sobrerrepresentado, así que no hay otra forma de formar mayorías.

El efecto se reproduce, en mayor o menor medida, en la Cámara de Representantes. Por motivos que no vienen al caso (tienen que ver con gerrymandering desatado) los distritos electorales tienden a dar más peso a zonas rurales que a zonas urbanas, incluso en estados como Nueva York muy urbanizados pero con grandes zonas vacias. Ganar un escaño en Nueva York “ciudad” está tirado si eres demócrata; el problema es la zona norte del estado, que está llena de tipos raros. El resultado es un nutrido grupo de demócratas en escaños muy precarios (rurales), que tienen todos los incentivos del mundo para moverse a la derecha a la mínima que alguien les chilla un poco.

El partido republicano, por el contrario, es mucho más homogéneo geográficamente, y sus miembros son un bloque ideológico más robusto. La larga transición política en los estados del sur, donde la ley de derechos civiles, aprobada por un presidente demócrata, acabó por vaporizar un tipo especial de demócrata (blancos y racistas), ha creado un partido basado en estados sólidamente conservadores, pero con una población menor. A largo plazo, el partido republicano necesita expandir sus bases (blancos y mayores de cincuenta) ya que demográficamente se están quedando en minoría a marchas forzadas, pero a corto esto les convierte en un partido mucho más efectivo.

Resumiendo: los demócratas son especialmente burros no por capricho, sino por necesidad estratégica. Hay veces que uno no puede ganar en nada.

(*): se dice poco, pero  la gran factura en política americana no es norte-sur o costas-interior. Es campo-ciudad. Incluso en estados como Texas los demócratas ganan las elecciones en Austin, Houston, San Antonio o Dallas, pero pierden una vez sales de los suburbios.


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