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Hablando claro… sin que los votantes se enteren

28 Sep, 2010 - - @egocrata

A John Boehner, el jefe de los republicanos en la Cámara de Representantes, le preguntaron por qué el programa electoral del partido no incluye ninguna propuesta concreta sobre recortes de prestaciones sociales. Su respuesta:

When you start down that path, you just invite all kind of problems. I know. I’ve been there….Let’s not get to the potential solutions.

Sí, lo habéis entendido bien. «Cuando uno empieza por ese camino, invita toda clase de problemas. Sí, he dicho eso. No hablemos sobre posibles soluciones». Es como Mariano Rajoy, sólo que más tonto y más sincero – y un ejemplo maravilloso sobre el cinismo de los republicanos.

Lo interesante (aparte del alegre desprecio por la realidad de Boehner) es el hecho que esta clase de afirmaciones son de hecho bastante irrelevantes. Ha habido gente del PP que ha soltado perlas de esta categoría, de hecho, sin que eso haya acarreado la más mínimas consecuencias en las encuestas.  No es que decir esta clase de chorradas sea remotamente aceptable o que el electorado esté lleno de cínicos desengañados. El problema es que la mayoría de votantes realmente no se enteran de estas cosas en absoluto.

Un pequeño experimento mental: pensad en un deporte más o menos popular que no os importa mucho. Baloncesto, tenis, fútbol americano, balonmano, ciclismo alguna cosa de este estilo; algo que de vez en cuando engancháis de refilón en la tele, pero que realmente no le prestáis demasiada atención. Sabéis más o menos quién juega, tenéis una idea vaga sobre las reglas y qué campeonato es importante, pero si os preguntan qué jugadores están teniendo una buena temporada, probablemente mencionaréis Urdangarín, Indurain y Audi Norris. Si tenéis alguien en casa muy forofo quizás sepáis que el Gran Premio de Corea es nuevo este año y que Schumacher aún corre, pero no estaréis seguro de cuántos puntos separan al primero del segundo en el Mundial.

El votante mediano cuando piensa sobre política tiene un nivel de conocimientos parecida. Los nombres le suenan, las reglas son más o menos familiares y tiene una vaga idea sobre quién es Eduardo Acebes y Ángel Zaplana, pero si le preguntas quién aprobó la liberalización del suelo, privatizó Telefónica o pasó las competencias de sanidad a las autonomías realmente no sabrán qué decir. Sí, las grandes noticias y medidas les serán familiares (Guerra de Irak, Copas de Europa, etcétera), pero cuando les preguntes si el gobierno/Scariolo lo están haciendo bien, probablemente tomen algunos atajos.

¿A qué viene esto? Hoy por Twitter Jordi Pérez y Jorge Galindo (ambos excelentes blogs, por cierto) se preguntaban por qué vemos encuestas como esta. Los votantes americanos dicen que los republicanos tienen la culpa de la crisis económica, dicen que los republicanos son peores que los demócratas… y después contestan que van a votar republicano, ya que saben más de economía. Dejando de lado las habituales trampas estadísticas (sacar motivos individuales de porcentajes agregados es siempre muy dudoso), los resultados son un tanto contradictorios, ciertamente… pero no especialmente sorprendentes, si atendemos al grado de atención de los votantes.

El ciudadano medio no sabe quién ha aprobado qué, del mismo modo que mi suegra no puede recitar la alineación de los New York Yankees. Cuando les preguntan por qué la economía se fue a tomar por saco recuerdan con bastante claridad esos meses aterradores del final de la administración Bush (y no lo digo a la ligera – daba miedo de veras), así que siguen echándole la culpa al Juan Gaspart de turno. Una vez la catastrofe continua dio paso a una crisis larga, deseseperante y aparentemente inacabable, los votantes no se pasaron la vida analizando las tácticas filibusteras la minoría conservadora, sino que echaron la culpa al primer político que se pusiera a tiro.

¿Burdo? ciertamente. A largo plazo, sin embargo, es (relativamente) efectivo – por algo la democracia es el menos malo de los sistemas posibles. Queda el problema no menor de qué sucede cuando es difícil saber qué político tiene el poder de aprobar una ley – algo que en un sistema como el americano no está demasiado claro. Mi respuesta es simple: por algo prefiero los sistemas parlamentarios.


3 comentarios

  1. citoyen dice:

    Oye, entonces lo de la democracia deliberativa y la acción comunicativa 2.0 era todo mentira?

  2. Como dice Dan Schnur, «people don’t care».

  3. […] es inexplicable, lo siento) y un cambio de imagen no te da unas elecciones (el votante medio es limitado, pero no idiota), lo cierto es que Zapatero parece tener aún ganas de tomar decisiones. Siguen […]

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