Estas vacaciones, leyendo el (excelente) Lords of Finance que me recomendó Citoyen hace unas semanas, le he estado dando vueltas a la pregunta más obvia a la que nos enfrentamos en la crisis: ¿cómo salimos de esta?

En Lords of Finance Liaquat Ahamed repasa las causas de la Gran Depresión, y los motivos que explican porqué una recesión no demasiado extraordinaria se convirtió en una catástrofe sin paliativos. La explicación sigue de cerca el comportamiento de los cuatro bancos centrales clave durante ese periodo (Estados Unidos, Francia, Alemania e Inglaterra), y parece dar la razón en parte a los que hablan de la irresponsabilidad francesa como uno de los principales detonantes del desastre.

Al hablar sobre por qué la crisis fue tan larga y profunda, el problema parece ser bastante más fácil: todos los países afectados salieron de la terrible espiral deflacionaria que marcó la gran depresión cuando decidieron (o se vieron forzados a) abandonar el patrón oro, y la magnitud de la tragedia dependió en gran medida en la tozudez relativa de cada gobierno/ banco central. Ahamed explica en detalle los condicionantes políticos en cada caso, recalcando el hecho que prácticamente todos los actores implicados creían, casi sin excepción, que abandonar el oro era una tragedia, algo impensable, a pesar que era una solución bastante obvia.

Los responsables económicos franceses, americanos, alemanes y (en menor medida) británicos tenían en mente una serie de reglas, y estaban intentando afrontar una serie de problemas que creían conocer bien. El gran fantasma, el gran miedo para todos los implicados era evitar que la recesión de 1928-1929 se convertiera en una repetición de la horrible inestabilidad monetaria de 1914-1923, con la espectacular hiperinflación alemana de 1921-1923 como modelo a evitar. El patrón oro era un antídoto (inflexible y anticuado) a esta serie de problemas, y los banqueros centrales y políticos se obcecaron en utilizarlo con saña, sin darse cuenta que estaban luchando contra la crisis con armas de la última guerra.

Lo que me preocupa estos días es la sensación que estamos repitiendo este mismo comportamiento, luchando contra la gran recesión con las armas de batallas pasadas. En los setenta se respondió a una crisis de oferta con inflación, la solución a la crisis de deflación de los treinta, pero en el contexto equivocado. En los noventa se respondió a una crisis monetaria subiendo tipos para atraer capital, la solución a la crisis de los setenta, de nuevo fuera de lugar. Ahora parece que estamos respondiendo a (otra) crisis deflacionaria en Europa con una defensa a ultranza de la moneda única, la solución a la crisis de los noventa otra vez en el contexto equivocado.

Como más leo sobre los problemas de Grecia (artículo imprescindible, por cierto) e Irlanda, más empiezo a temer que estamos cayendo de nuevo en errores pasados, y que la solución más razonable parece intocable, innombrable – básicamente, salir del euro. Para el resto del mundo, la sensación es parecida: hay una solución relativamente obvia (inflación), pero parece que los que mandan ven esa palabra como una terrible vuelta a ese infierno de los años setenta (a pesar que fueron mucho mejores que los 2000, por cierto), y se niegan a pensar en esa
salida.

La verdad, sigo preocupado. En las últimas dos o tres semanas hay señales que las cosas siguen mejorando poco a poco, pero la clase política (con contadas excepciones) está mostrando una excepcional falta de imaginación y liderazgo. Para variar.

Nota al margen: no sé dónde poner a España – creo que podemos decir que nuestra situación no es la misma que la de Grecia o Irlanda, pero nuestra lista de problemas merece un comentario aparte. De eso, hablamos mañana.


8 comentarios

  1. yyl dice:

    Efectivamente. Si bien una «desmembración voluntaria» del euro parece complicada y muy nuclear (esto es, crisis financiera instantánea en cuanto se anunciara*, embrollo legal increíble), es cierto que las élites políticas europeas no dan la sensación de pensar mucho sobre los problemas de la unión monetaria, tal como está diseñada. La alternativa (deflación y depresión para unos, facturas de rescates para otros – si se dejan) tampoco es que suene muy bonita. En cualquier caso, temo un daño importante para la UE y potencialmente un estancamiento (en el mejor de los casos) y un retroceso (en el peor) en el proyecto europeo 🙁

    * Y con corralito incluido para minimizar el daño, claro.

  2. Josei dice:

    Quisiera, si no es mucho pedir, algun comentario breve sobre las elecciones suecas. Lo más general (bajón socialdemócrata y victoria centroderechil), no lo particular (los xenófobos se les veia venir, ya habian salido en los demás paises europeos, ya tardaban en Suecia).

    Gracias.

  3. Roger Senserrich dice:

    Algo iba a escribir, pero Yglesias lo explica mejor:

    http://yglesias.thinkprogress.org/2010/09/swedens-election/

    Básicamente, la economía sueca va bien, dado que casualmente no están en el euro. Ya saben.

  4. Miguel dice:

    Creo que pasas demasiado tiempo en Estados Unidos: nada les gustaría más que ver al euro, y de paso la Unión Europea, saltar por los aires.

    Observemos por ejemplo el comportamiento de su topo el Reino Unido…

  5. Hache dice:

    Aportaré un comentario casual. Hoy, en la comida, me han cobrado 2,5 Euros por un Trina. Imaginemos que volvemos a la peseta y un camarero pretende cobrarnos 400 pesetas por ese mismo Trina… Y eso, sin tener en cuenta la inflacción… En fin…

  6. Alatriste dice:

    Hache, espero que no creerás que salir del euro iba a ser deflacionista…

    Mira, la zona euro emplea paridades fijas (es decir, no se puede devaluar, etc, etc) desde el 1 de enero de 1999. El euro circula en monedas y billetes desde el 1 de enero de 2002. De la primera fecha han pasado ya casi doce años, de la segunda casi nueve… Y dejame que te diga que la inflación de los años anteriores al euro es bastante, bastante superior a la de los años del euro.

    Está empezando a tocarme las narices esa manía de mirar lo que costaba X en pesetas, porque empieza a ser como mirar lo que costaba en reales de vellón o maravedíes, o comparar los precios en pesetas de 1990 con los de 1975 (y antes de que alguien diga algo «raro», desde 1996 gobernaba un tal J.M. Aznar… )

    * * *

    En cuanto al tema de salir del euro ¿Qué problemas resolvería? ¿Que se podría devaluar? Eso no parece que esté ayudando mucho a quienes si pueden… Y la verdad, como que no veo eso de que la economía sueca va bien (variación del PIB en 2009, -4,6%, desempleo, cerca del 9%… a mí me parecen unos datos del todo «eurozonescos»)

  7. […] europeos estaban luchando la última guerra, y el euro era un reflejo de ello. El resto de temas se dejan para más adelante (leáse: nunca), […]

  8. […] Cowen cree, puede que con razón, que a estas alturas es imposible volver a hacer de la gran banca una criatura aburrida y sin imaginación como era antaño. Lo cierto es que no sabemos qué funciona en este aspecto; como de costumbre, puede que estemos luchando la última guerra. […]

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