En el Blog Salmón les ha gustado eso de extender el sistema de concierto económico a todas las autonomías, y piden ir un paso más allá, aplicando el sistema a los ayuntamientos. Aunque en un principio puede sonar bien (si un municipio quiere construir pirámides, que recaude él solito), a nivel local este principio me parece que no es tan deseable como a nivel autonómico.

Imaginemos una área metropolitana que tiene dos municipios. Uno es preciosa zona rural donde viven mucha gente con dinero, con un precio medio de la vivienda por encima de un millón de euros. El otro es una ciudad postindustrial más bien feucha con un nivel de paro un poco por encima de la media y viviendas de 100.000 euros. Los dos ayuntamientos tienen que ofrecer servicios parecidos con un coste por habitante similar, y tienen que recaudar el dinero con sus impuestos. El municipio rico tiene una base fiscal mucho más sólida, así que con unos impuestos muy bajos puede recaudar mucho más dinero que el pobre. El resultado es un sistema fiscal increíblemente regresivo a nivel local, algo que vemos a la práctica en otros países.

Los municipios son unidades muy poco prácticas al hablar de recaudación fiscal. La riqueza es algo que tiende a concentrarse geográficamente siguiendo patrones que tienen muy poco que ver con los límites municipales, colocando algunos ayuntamientos en situaciones muy precarias ya de origen. Aunque vemos algo relativamente parecido en las autonomías, los saltos de renta y base imponible a nivel municipal son realmente cósmicas, infinitamente más grandes, y geográficamente mucho más concentradas. Los municipios que tienen la mala suerte de tener vivienda barata, no tener vistas al mar o no ser la sede de multinacionales o administraciones públicas se comerán impuestos más altos casi inevitablemente.

Es cierto que podemos redistribuir renta vía transferencias, con el gobierno autonómico pasando dinero a los municipios más pobres. Si queremos igualar el esfuerzo fiscal entre municipios, sin embargo, estamos hablando de una cantidad de redistribución tremenda – en Connecticut, sin ir más lejos, el estado cubre la mitad del presupuesto de algunas ciudades… y los impuestos siguen siendo el doble, triple o cuadruple que lo que pagan en los suburbios más ricos (12 por mil en New Canaan comparado con 46 por mil en Bridgeport en impuestos de propiedad, por ejemplo). Si realmente queremos equilibrar las cuentas, acabaremos con municipios que apenas recaudan un 25-30% de sus recursos – volviendo a la casilla de salida en tema de corresponsabilidad fiscal.

La verdad, las administraciones locales en España tienden a ser un mal negocio. Tenemos demasiados ayuntamientos, y las áreas metropolitanas son demasiado débiles como para que nadie les preste atención.  A decir verdad, creo que Madrid es un ejemplo decente sobre qué debemos buscar, con el municipio central absorbiendo los ayuntamientos alrededor suyo – queremos que las fronteras administrativas se correspondan más o menos con el área económica, haciendo la competencia fiscal un problema menor. Barcelona, en este aspecto, es un desastre, y la consolidación municipal algo urgente.

La descentralización es algo que me gusta. Tener los políticos más cerca de los ciudadanos es buena idea, etcétera. Lo que no estoy nada seguro, sin embargo, es si esta clase de arreglos a nivel municipal funcionan demasiado bien. Creo que es necesario echar un buen vistazo a las competencias que tienen los ayuntamientos en España y los servicios que gestionan, y empezar a plantearse en recentralizar algunas cosas a las autonomías.

Todo esto, por cierto, no quiere decir que la descentralización regional sea mala idea, por cierto. La competencia fiscal entre regiones es mucho menos relevante (el tejido productivo y la legislación es más importante en muchos casos) y redistribuir es bastante más fácil y mucho más transparente. Pero de eso hablamos otro día.


8 comentarios

  1. Miguel dice:

    No te quejes de que nadie comente porque esto no es demasiado polémico.

    De todas formas, tiene que haber un equilibrio entre «que el ayuntamiento recaude todo su presupuesto directamente» -> eso nos llevaría al modelo americano de suburbio rico y ciudad deprimida, y la otra opción «¡alegría! Todos a gastar que al final pagarán los tontos que no derrocharon», que me temo es la que intentan imponernos algunos.

    Yo propondría una cantidad por habitante empadronado (que se busquen la forma de que los habitantes «de hecho» dejen de hacer el gorrón), igual para todos, y que el resto se lo financie cada cual. Y si se meten a hacer escuelas (competencia autonómica, pero que da votos), que se las paguen ellos.

  2. DonAire dice:

    Discrepo. He sido concejal y diputado y por lo tanto he tenido la visión de los dos lados de la mesa administrativa.

    Creo que mezclas descentralización con concierto. El concierto es, como bien explicas, injusto. Lo es, en esencia, porque los desequilibrios de renta no se distribuyen homogéneamente en el territorio. Por ello, el concierto conlleva que las áreas geográficas más ricas podrán permitirse o una imposición más baja o mejores servicios públicos.

    Pero se puede tener un sistema impositivo redistributivo que sea compatible con un modelo de gestión descentralizada. Lo descentralizado permite ganar en dos cosas: (a) permite ajustar los servicios a las realidades cambiantes de las localidades, (b) acerca administrados y administradores, con lo que se ajustan cuentas más fácilmente.

    Estoy de acuerdo en que hay muchos municipios. Lo que hay que hacer es reducir su número y fomentar las agrupaciones, pero eso choca con la cultura de campanario de país. Villarriba no quiere saber nada de Villaabajo.

  3. Roger Senserrich dice:

    El concierto no tiene por que ser injusto – el estado puede cobrar cupos mas altos a las regiones con mas renta sin problema. El problema es que en los municipios esto es inviable, uno, y dos, la competencia fiscal se refuerza a si misma, creando agrupaciones por nivel de renta.

    Me gusta la descentralizacion, pero esto que acerca administrados y administradores es un poco ficticio. La inmensa mayoria de votantes no tienen ni pajolera idea de lo que sucede en su ayuntamiento; es mas, fuera de Madrid o BCN, estoy seguro que el porcentaje de gente que sabe el nombre se su alcalde es entre patetico y lamentable. No confundamos proximidad geografica con control ciudadano – hay costes de informacion por medio.

    Descentralizamos porque es mas facil saber que calles estan sucias si el politico vive cerca – pero en un mundo con economias de escala, el porcentaje de materias en que la proximidad es mas eficiente que el tamanno es escaso. Los municipios no son demasiado eficaces.

    (teclado gringo, sorry)

  4. surco dice:

    En lo que creo que estamos todos de acuerdo es en que el número de municipios es insostenible.

    A mi me da miedo dejar la recaudación en manos municipales. Hablamos de los mismos municipios que han sido actores del pelotazo y de innumerables casos de corrupción. Quizá sea impopular comentar esto, pero cuanto mayor ´peso han tenido los ayuntamientos, peor ha sido la gestión y mayor el despilfarro. Ceder la recaudación a los ayuntamientos me parece abrir una vía peligrosa que va a terminar en el abuso y las rencillas locales. Creo que la alternancia en función de lo bien o lo mal que se haga en algunos pueblos no es tan automática como pensamos. ( no hay que olvidar que el origen del caciquismo es rural). Dejo fuera ( soy benevolente), a las ciudades. Si nos centramos en localidades más pequeñas, de alguna manera sería poner más recursos en la parte política peor preparada para la gestión.

  5. Hejo dice:

    No hay una respuesta clara y unívoca al problema que planteas.
    Sí en general, la descentralización presenta algunas ventajas respecto a la centralización: menor distancia entre administraciones y ciudadanos, mayor capacidad de adaptación a las condiciones locales y también una mayor corresponsabilidad por parte de los ciudadanos.
    Pero como muy bien apuntas, ciertos problemas como la redistribución de las rentas y sobretodo la garantía de la igualdad de oportunidades -que es un objetivo clave de la educación- precisan de una cierta centralización.

    En lo que no estoy de acuerdo es en la necesidad de reducir la cantidad de ayuntamientos. No digo que no pueda ser positivo en muchos municipios. Pero creo que previo a este paso, debería haber un debate y acuerdos acerca de qué servicios deben realmente prestar los ayuntamientos, y a continuación establecer de qué fuentes de financiación podrán disponer para garantizarlos (aviso: construir más viviendas ya se ha visto que a largo plazo no sirve…). Sin una financiación adecuada, 2 ayuntamientos deficitarios pueden muy bien convertirse en 1 grande y deficitario.

    DonAire: corríjame si me equivoco, pero creo recordar que los conciertos vascos y navarros incluyen partidas para la solidaridad interterritorial. Otro tema sería discutir si son suficientes, etc… Y por otro lado la recaudación centralizada también puede ser muy injusta, a menos que un déficit fiscal del 15% del PIB -Baleares- equivalente a 2 meses anuales de salarios+beneficios empresariales+rentas etc. de todos y cada unos de sus habitantes y empresas, nos parezca algo justo y acertado.

  6. «En España hay demasiados municipios». Ese es para mí el problema de fondo. Dicho así parece que suene salvaje, pero pensemos esto: ¿a qué tipo de lógica económica y administrativa responde el término municipal? Los más de 8.000 términos municipales de este país responden a razones de tipo histórico-territorial poco o nada relacionadas con el actual tamaño y la actual dinámica de relaciones entre núcleos urbanos más o menos densos. En serio, dejando de lado todo tipo de consideraciones de tipo histórico, ¿qué sentido tiene que Hospitalet esté regido por una administración totalmente distinta a la de Barcelona, o Mislata a Valencia?

    En un mundo ideal, comenzaríamos por aclarar bien la estructura administrativa de orden geográfico (que tendrá una base económica y social) de los núcleos urbanos y las relaciones entre los mismos. En serio, estos estudios no cuestan tanto de hacer porque la mayoría de datos ya están recogidos e incluso analizados. En relativamente poco tiempo se puede decidir cuáles son los núcleos aislados, cuáles tienen relaciones como para formar una mancomunidad municipal de verdad, y cuáles directamente son un área metropolitana con un centro claramente dominante. Hacia arriba, nos cargamos las provincias y las cambiamos por áreas funcionales delimitadas por flujos económicos y de movilidad. Hacia abajo, lo que nos cargamos son los Distritos y hacemos lo mismo con barrios.

    El problema de todo esto es cómo transformar las estructuras administrativas y políticas que existen actualmente. Cómo lidiar con Ayuntamientos, alcaldes, Diputaciones… E incluso con la propia estructura de los partidos, que sigue la misma lógica municipal. La realpolitik chirría aquí. Así que nos podemos entretener discutiendo sobre cómo van a recibir dinero entidades administrativas para poder pagar competencias y acciones poco funcionales y poco eficientes. Y mientras, muy lentamente, los territorios con problemas más perentorios (Madrid, Barcelona por su enormidad, Galicia por su dispersión y pérdida de población) seguirán buscando sus propias soluciones en un precioso esquema de vivalavirgen.

  7. Hejo dice:

    Jorge:
    Tu argumento es muy interesante. Creo firmemente que la coordinación entre municipios es una asignatura pendiente. Por ejemplo, con muy poco esfuerzo, el Ente del Área Metropolitana de Barcelona podría haber efectuado muchas mejoras en cuanto a urbanismo en la zona.

    En lo que soy más escéptico es en que las uniones de municipios conduzcan realmente a «economías de escala». O automáticamente a mejoras en los servicios. Seguro que en algunos casos sería así. Pero en otros me temo que podría pasar lo contrario.

    El mundo que conozco es el de la empresa y con harta frecuencia más grande no es sinónimo ni de mejor, ni de más eficiente ni de más rentable. Buena parte de las fusiones entre empresas resultan en peores cuentas de resultados… ¿ Funcionaría mayoritariamente bien entre ayuntamientos ?

    Sí comparto que al hablar de organización del territorio, con la «Realpolitik» hemos topado. Y es que en éste, como en demasiados otros temas, no veo ninguna política definida desde el gobierno central, más allá del «ir tirando». De ahí que como indicas, muchos busquen soluciones por su cuenta.

  8. […] palabras: la autonomía fiscal municipal suena muy bien, pero es potencialmente increíblemente regresiva. El gobierno, como de costumbre, se ha quedado a medias en otra reforma – sí, ha echado un freno a […]

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