Tras el parón estival y con la gente volviendo de vacaciones, me parece que vale la pena dar la bienvenida a todo el mundo con un pequeño repaso a cómo están las cosas ahí fuera. La situación económica es, como poco, delicada, y parece que durante el verano las cosas han cambiado un poco – y si miramos los datos en agregado, contando Europa, Asia y América, podemos llegar a algunas conclusiones.

Estados Unidos:

  • Los consumidores americanos dicen basta:

Este mes el mercado inmobiliario americano se ha tirado de un puente, casi literalmente – las ventas han caído un 27%. Si bien esta cifra tiene un poco de artefacto estadístico (el final de un crédito fiscal para compra de vivienda que ha atraído a los chabolistas «ladrillo nunca baja» al mercado), es una señal más que las cosas aún están lejos de tocar fondo en este sentido.

Durante los últimos ocho años, la economía americana ha vivido del consumo – o más concretamente, del consumo derivado del crédito fácil y la refinanciación de hipotecas hasta el infinito que «disfrutamos» durante la era Bush. Los ingresos reales de la inmensa mayoría de americanos de hecho disminuyeron, mientras las desigualdades se disparaban. Ahora que se ha acabado el crédito fácil, con los bancos reacios a gastar y el mercado laboral hecho unos zorros, los consumidores americanos han dicho basta, y han dejado de comprar. Sin demanda no hay ventas, sin ventas no invierte ni Dios, y nadie se mueve.

Hay dos formas de salir de esta clase de situaciones. El problema, sin embargo, es que ambas salidas están cerradas.

  • El sistema político no da más de sí:

La noticia más importante de los últimos meses es que el sistema político americano ha echado el cierre. La combinación entre la cobardía de los demócratas en el Congreso y el obstruccionismo furibundo de los Republicanos en el Senado se traduce en que el mundo no puede esperar más medidas de política fiscal del gobierno americano, ni cambios regulatorios importantes. La administración Obama ha hecho una tarea titánica aprobando tres leyes muy ambiciosas (sanidad, reforma financiera y estímulo fiscal), pero el partido demócrata ya no da para más.

Esto es un problema serio. Primero, porque todos los estudios (incluyendo la CBO) dicen que el estímulo fiscal del año pasado fue entre muy efectivo y realmente efectivo, suavizando enormemente la recesión. Segundo, porque los mercados financieros parecen no sólo no estar ni siquiera remótamente preocupados por el déficit fiscal americano, sino que encima están casi regalándoles dinero, pidiendo más gasto público a gritos. Un 2,5% de interés a diez años es prácticamente tipos de interés negativos. No sé a qué esperan.

  • La Reserva Federal, a su bola:

El Banco Central americano ha decidido que no quiere trabajar más. El Consejo de la Fed, compuesto por una mezcla de republicanos nombrados por Bush (algunos no precisamente competentes), banqueros, tipos que parecen odiar al mundo y una minoría de economistas competentes ha decidido que eso de la deflación y el paro al 10% les va bien, y que no van a tocar nada. Esto es un problema porque si bien la política monetaria es menos efectiva con los tipos de interés a cero, eso no quiere decir que no puedan hacer nada . Declarar que el objetivo de inflación es un 4% en vez del 2%, por ejemplo, puede que sea una buena idea – y la verdad, no están ni cumpliendo con el objetivo actual.

  • Otros problemas menores:

La ley de sanidad reducirá los problemas fiscales de los Estados Unidos a largo plazo y las desigualdades sociales, gracias a su fuerte componente redistributivo. La mayoría de provisiones no entran en vigor hasta el 2014. El partido republicano probablemente será premiado por su nihilismo, ya que los votantes echarán la culpa a la mayoría los vetos de la minoría conservadora. No hemos pasado una ley de cambio climático, así que el fin del mundo como lo conocemos está más cerca. Y la situación fiscal de estados y municipios es completamente desesperada, y sin ayuda federal una catástrofe potencial inminente.

Suena estupendo, ¿verdad? Aún no hemos acabado. Próximo capítulo, Europa y sus desdichas, con algunas notas sobre China.


Un comentario

  1. Undry dice:

    Un estadounidense jamás pondrá pensar «el ladrillo nunca baja» ya que la mayor parte de las casas son de madera 🙂

    En todo caso pensará «la madera nunca se estropea»

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