Por Nada es Gratis tenían, hace unos días, una entrada sobre el mercado de emisiones europeo, y sobre si está funcionando para reducir los gases de efecto invernadero en el continente. Dejando de lado el resultado específico a largo plazo, hay algo que me ha sorprendido del artículo: el hecho que critiquen que las emisiones se abaratan durante una recesión.

El mercado de emisiones europeo es básicamente un impuesto. La UE establece un máximo de contaminación, y las empresas deciden si prefieren contaminar y tener que comprar derechos sobre emisiones, o ser más eficientes y venderlos a otros. El truco bajo este sistema es que la cantidad de permisos irá disminuyendo con el paso de los años, en teoría encareciendo los permisos y forzando más eficiencia. A la práctica, sin embargo, la gran recesión ha provocado una caída de las emisiones tremenda por sí sola, así que el precio de los permisos está por los suelos de todos modos.

El resultado es de hecho que nuestro impuesto sobre la polución es, por diseño, tremendamente anticíclico: cuando la economía va bien, las emisiones suben (utilizamos más energía) y las emisiones se encarecen; cuando la economía va mal, el efecto es el contrario. Es un estímulo fiscal, en el sentido más directo del término – y la verdad, es bastante elegante.

La alternativa a un sistema de mercado de emisiones, un impuesto simple y directo, tiene sus virtudes. Es más fácil de gestionar, las empresas tienen un incentivo constante y previsible sobre su propensión a contaminar, y el estado encima puede sacar dinero fácilmente – los gobiernos pueden subastar permisos en un sistema de mercado, pero por motivos que se me escapan les cuesta mucho hacerlo. El problema, sin embargo, es que un impuesto tiene un efecto uniforme, independiente del ciclo económico, algo que no resulta a veces demasiado práctico.

La gran virtud de un impuesto, sin embargo, y en esto sí estoy de acuerdo con Javier Andrés, es que es, en teoría, políticamente menos vulnerable – es más complicado abrir agujeros y excepciones raras. Esta virtud es también lo que hace que lo veamos en ningún sitio, por desgracia. La política tiene estas cosas.


7 comentarios

  1. Estás el 12 en el ranking de wikio.

    Que ya sé que te la sopla.

    Pero enhorabuena de todos modos.

  2. Roger Senserrich dice:

    No, no me la sopla.

    Recuerda, yo estoy en esto para hacerme famoso :-).

  3. Gulliver dice:

    El mercado tiene otra ventaja, es más fácil fijar un objetivo de emisiones a conseguir y mantenerlo. Con impuestos la cantidad final de emisiones es más incierta y depende de muchos factores, entre ellos de la salud de la economía.

  4. d dice:

    Bueno, el impuesto también puede reducirse o aumentar según el ciclo a voluntad del legislador, ¿no?

  5. Kantor dice:

    «pero por motivos que se me escapan les cuesta mucho hacerlo»

    ¿Que se te escapan? Los permisos de emisiones son MUY dificiles de controlar (que se hace? Se va chimenea por chimenea?) pero COMO NO SE SUBASTAN, quienes los reciben por el MORRO tienen acceso a una RENTA que pueden vender o usar para excluir a otros entrantes en sus sectores.

    Los mercados de emisiones no existen ni se va a permitir que existan. Es solo una excusa para que el Estado reparta permisos de producción a todos los agentes económicos en todos los sectores industriales pesados.

    «Esta virtud es también lo que hace que lo veamos en ningún sitio, por desgracia»

    Es decir, que no vemos un impuesto optimo porque no permite a los politicos generar escasez y rentas a una escala nunca vista. ¿Y eso no te dice nada sobre este tema? No hay un solo político que se tome en serio el cambio climático, y mientras sigan proponiendo un sistema fiscal de dificil control y politicamente manipulable sobre una alternativa eficiente y politicamente neutral, hay que denunciar todas las politicas sobre el cambio climático como una excusa para acumular poder y recompensar a los colegas.

    «Camino de servidumbre» trata precisamente sobre la peligrosidad politica del intervencionismo económico; y la respuesta socialdemocrata sensata siempre ha sido diseñar mecanismos de intervencion politicamente neutrales. Si la intervencion no es politicamente neutral, los argumentos de Hayek son irrebatibles.

  6. Cuenta con mi voto para hacerte ministro de Fomento.

    En el tema ferrovirio me pasaría la vida plagiando tus artículos pro el placer de firmarlos debajo.

    Del resto hablamos en otra ocasión, que no quiero estropear el peloteo de este mensaje…

    😀

  7. En el resto de asunto, precisamente en algunos como este, suelo estar más cerca de Kantor.

    Algo de lo que casi nunca se habla es que los mecanismos de control parecen a menudo diseñados no para controlar las emisiones contaminantes, sino la entrada de agentes en los mercados económicos.

    Me siuuenan al pueblo aquel, que no mencionaré, donde estaba prohibido aparcar en toda la calle principal, de modo que se permitía aparcar a los afines y, con la ley en la mano, se multaba a los díscolos.

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