Economía & Hispania. & ingeniería institucional

Desempleo, políticas activas y subvenciones

2 Ago, 2010 - - @egocrata

Perder un trabajo es una experiencia dura, pero no es realmente algo demasiado malo a corto plazo. Un empleado que vé que su empresa cierra tiene en la mayoría de los casos una red de protección social que amortigua la caída en forma de seguro de desempleo, y un activo realmente importante que le sigue haciendo valioso: experiencia y una capacidad demostrada de ser capaz de utilizarla. Si además su carrera profesional ha sido variada, sin miedo de cambiar de empleo cuando era necesario, puede demostrar que aprende rápido y es versátil. El ser despedido es un problema, pero no es un tragedia.

Es cuando un trabajador está desempleado durante cinco o seis meses que las cosas empiezan a ponerse difíciles. Cada mes que está inactivo, su experiencia es menos relevante – lleva más tiempo sin manejar maquinaria, crear hojas de cálculo, dar presentaciones o reparar motores. Por mucho que intentes mantenerte al día, es muy distinto hacer chapuzas en casa que completar un proyecto con la presión de una fecha; al cabo de una temporada, uno es menos efectivo. Por añadido, la inactividad empieza a convertirse en una señal para empleadores sucesivos; si ninguna empresa ha querido contratarte en los últimos nueve meses, un responsable de personal sospechará que los potenciales empleadores vieron algo que no les gustó, y vigilará con más fuerza.

Lo que era un problema menor hace siete u ocho meses, con un trabajador productivo, acostumbrado a trabajar y atractivo para empleadores, es ahora capital humano depreciándose rápidamente: perdiendo experiencia, desmoralizado, y compitiendo con trabajadores recién llegados. Un parado de larga duración no es sólo una familia con problemas económicos – es algo parecido a tener un montón de valiosa maquinaria tirada en un descampado, oxidándose y quemándose al sol.

Cuando hablamos de crear más políticas activas de empleo tenemos que recordar que muchos trabajadores son ahora peores de lo que eran hace un año, y que puede que no baste darle cursillos y darles un buen empujon. No basta con hacer políticas activas de empleo – es necesario poner a la gente a trabajar, casi literalmente.

Miradlo de este modo: ¿qué es mejor, un licenciado en económicas recién salido de la facultad o un tipo que ha trabajado de contable en una gestoría durante seis meses? La idea no debe ser poner a alguien a hacer cursillos y después ayudarles a buscar en infojobs, ya que la «experiencia» de ir a clase es mucho menos valiosa que la de hacer algo más o menos parecido en el mundo real. Lo que debemos es hacer es hacer estos trabajadores más competitivos en el mercado de trabajo, hacerlos más fáciles de «vender». Y para hacer esto no hay nada más fácil que bajar su precio.

Eso se puede hacer de dos maneras. La primera, y más pedestre, es hacer que pidan menos dinero – algo complicado, ya que los trabajadores tienden a no aceptarlo. Para hacer las cosas más complicadas, el pedir un salario más bajo es una señal bastante horrible para potenciales empleadores; es como decirle al jefe que eres un potencial desastre ya en la entrevista de trabajo.

El sistema más extendido en países razonables, y que resulta funciona muchísimo mejor, es pagar directamente a los empresarios parte del salario del trabajador durante unos cuantos meses. Un parado de larga duración no deja de ser un coche de segunda mano que necesita un poco de rodaje – nada que no se arregle con un poco de uso. Si la productividad marginal del empleado es digamos un 80% de su potencial al empezar su contrato, pero llegará al 100% en tres meses, el estado puede recolocar al trabajador gastando muy poco dinero, simplemente cubriendo la diferencia.

Es por eso que el Kurzabeit, el modelo alemán de reducción de la jornada laboral, es de hecho muy buena idea. La industria alemana tiene como seña de identidad una productividad increíble basada en una mano de obra muy cualificada. Si una recesión mundial fuerza a muchas empresas a reducir su producción y despedir obreros durante un par de años, el resultado va más allá del desempleo – lo que tenemos es una mano de obra peor mantenida y menos productiva. Es algo parecido a una externalidad negativa, así que es natural que el estado alemán intervenga: paga parte del coste de mantener el motor en perfecto estado (algo que beneficia a toda la economía, no sólo a los implicados) y al llegar al otro lado de la recesión las empresas están listas para arrancar a toda potencia, sin haber perdido ni una gota de capital humano. La economía alemana ha capeado el temporal de forma excelente, y está creciendo con una fuerza tremenda, una
muestra que la estrategia funciona.

Criticar el modelo de Kurzabeit como ejemplo de subvención insostenible es erróneo, ya que el kurzabeit en el caso alemán es la pura definición de subvención a corto plazo. El problema de Alemania no era que sus empresas no pudieran exportar, sino que nadie estaba comprando debido a la crisis. Preservar el mejor sector empresarial del planeta hasta que capeara el temporal es perfectamente racional, y en vista de la salud fiscal alemana, no precisamente caro.

Esto no quiere decir que el modelo alemán sea exportable a otros sitios; de hecho, en España sería una idea atroz. Lo último que queremos es tener el estado gastando dinero protegiendo la constelación de empresas inmobiliarias que han llenado el país de casas inútiles, o todas esas empresas que no han sido capaces de exportar nunca nada. Es siempre mejor proteger al trabajador antes que el puesto de trabajo; los alemanes tienen la suerte que los puestos de trabajo que protegen son increíblemente valiosos, pero tiene bastante de casualidad.

Si queremos hacer políticas de empleo efectivas y no excesivamente arbitrarias, lo que queremos es que el estado pague parte de los costes laborales a los parados de larga duración, sea mediante recortes fiscales (no cobrar cotizaciones sociales durante X meses, por ejemplo) o pagando directamente el salario. La segunda opción es probablemente mejor, ya que es más visible para todos los implicados (el trabajador ve más dinero en la nómina). Alguien que trabaja, aunque no sea en «lo suyo» está aumentando su capital social, abriéndole puertas que quizás no fuera consciente que existieran.

El problema, claro está, es que para que esto funcione queremos que los trabajadores subvencionados tengan contratos indefinidos, no temporales. Si, como sucede en España, un indefinido viene con todos esos maravillosos costes laborales ocultos que tanto incordian, el empresario preferirá olvidarse la subvención y tirar de contratos basura. Subvencionar contratos temporales es básicamente tirar dinero, así que sin una reforma del mercado de trabajo es difícil que esta clase de mecanismo que funcionan bien en otras latitudes se adapten bien a España.

Como de costumbre, vamos.


16 comentarios

  1. Bidatzi dice:

    Supongo que al mismo tiempo, el efecto pernicioso de estar un tiempo en paro, como señalas, es más acentuado en trabajadores con una muy alta productividad (que va acompañada de muchas exigencias para mantenerla). Nuestros parados, en gran número, son la gente que trabajaba en esas empresas que luego describes tan certeramente. Que esa gente pase N meses sin colocar ladrillos no afecta tanto a su empleabilidad (como colocador de ladrillos) que a un tipo que programaba fresadoras de control numérico.

    ¿Piensas que Alemania tiene el mejor sector empresarial del planeta? Acaso el mejor sector industrial, pero no iría yo a más. ¿Dónde está la IBM alemana? ¿Amazon? ¿Disney? ¿Apple? ¿Microsoft? ¿Walmart? ¿Johnson & Johnson? ¿Qué me dices de los bancos alemanes comparados con, por ejemplo, los canadienses? ¿El sector farmacéutico alemán te parece mejor que el suizo o americano? Etc.

  2. d dice:

    Creo que discrepo en que eso de la versatilidad ayuda a encontrar trabajo. Ahora mismo el 70% de las ofertas de trabajo que se ven son para trabajadores superespecializados.

  3. Miguel dice:

    Bidatzi:
    En cuanto a empresas punteras, difícil encontrar un país que haga sombra a Alemania: en casi todos los sectores (salvo entretenimiento) puedo encontrar una empresa capaz de responder a tu pregunta. Frente a IBM o Microsoft tienen a SAP, frente a Walmart, Aldi o Lidl (Walmart salió escaldada de Alemania), en cuanto a industria química están BASF, Bayer o Beiersdorf (los de Nivea), y el sector farmacéutico no será mejor que el americano pero se mantiene muy dignamente.
    Ahora vayamos a otros sectores como el automóvil o las telecomunicaciones, y podremos equilibrar un tanto las cosas.

  4. Roger Senserrich dice:

    Bidatzi – quizás no empresarial, pero sí el mejor sector industrial. Aunque como comenta Miguel, el resto de la economía es realmente tremendo.

  5. Bidatzi dice:

    Hola Miguel,

    Parte de la defensa de mi argumento está en tu propio comentario.

    Frente a IBM, Oracle, MS, CA… tenemos en Alemania SAP y… ¿algo más?
    Aldi o Lidl, independientemente de la castaña que WMT se diera en Alemania, no tienen nada que ver como magnitud empresarial con una organización como WMT.

    La industria química alemana es sin duda excelente, aunque no necesariamente mejor que las 3M, Dow Chemical. Ni Nivea es en absoluto un ejemplo de excelencia empresarial comparable a Procter & Gamble o J&J.

    Las telecomunicaciones no son diferentes. Infineon, la joya caida de Siemens (la GE germana) es un pequeño jugador frente a los Broadcom, Qualcomm y demás. No hablemos, por esta senda, de la industria de semiconductores en general, porque ese es un tren que Alemania ha perdido de manera dolorosísima.

    ¿El automóvil? Ahi no hay discusión posible 🙂 (aunque algún japonés podría decirnos algo) Al igual que con maquinaria en términos más generales. Por eso preguntaba a Roger si realmente quería decir empresarial en general o industrial en particular. Alemania tiene las mejores empresas del mundo… de todo aquello que ya existía hace 80 años.

    Tampoco quiero dar la impresión de que minusvaloro la potencia y excelencia del excelente tejido empresarial alemán. Es solo que la afirmación de que sea el mejor sector empresarial del mundo me parecía hiperbólica 🙂

  6. «Los alemanes tienen la suerte que los puestos de trabajo que protegen son increíblemente valiosos, pero tiene bastante de casualidad.»

    ¿De veras crees que es casualidad o me he tragado sin querer una ironía?

    Me temo que por allí ni lo bueno ni lo maoo es casualidad. Su problema, me temo, es un apabullante exceso de lógica.

  7. Roger Senserrich dice:

    Hombre, me refiero a que si esto lo hacen los ingleses o españoles en los 70-80 para proteger los viejos monstruos nacionales, esta política sería un desastre. Si tu empresa es Siemens, es otra cosa.

    Bidartzi: Alemania tiene una excelente industria de semiconductores. La mayor planta de AMD en el mundo está en Dresden, sin ir más lejos. Y en electrónica de potencia y motores eléctricos Siemens da sopas con honda a todo el mundo, incluyendo Alstom.

  8. MILL dice:

    «Eso se puede hacer de dos maneras. La primera, y más pedestre, es hacer que pidan menos dinero – algo complicado, ya que los trabajadores tienden a no aceptarlo. Para hacer las cosas más complicadas, el pedir un salario más bajo es una señal bastante horrible para potenciales empleadores; es como decirle al jefe que eres un potencial desastre ya en la entrevista de trabajo.»

    Es lógico que un trabajador no quiera ganar menos, pero si la demanda de empleo disminuye no le queda otro remedio.

    Lo de que pedir un sueldo más bajo es una mala señal para el empresario es una presunción muy, pero que muy, forzada.
    El empresario normalmente escogerá el factor de producción más barato (a igualdad de calidad), a no ser que nos carguemos la ley de la oferta y la demanda.
    El empresario bien puede valorar que el trabajador prefiere trabajar con un sueldo un poco más bajo que estar en casita cobrando un subsidio.

    Las ayudas para esa incorporación al mercado laboral con menores costes para el empresario ( es curioso que si la reducción de costes viene por parte del trabajador es mala, pero si viene por parte del Estado es buena, muy keynesiano!!)
    la tendrá que pagar alguien ¿no?

    Y ya estamos en el terreno de las consecuencias indeseadas. La reducción de sueldo de los nuevos incorporados se hace a costa de encarecer el sueldo de los demás trabajadores o de mayores impuestos. A no ser claro que la subvención la paguen los extraterrestres.

    Lo mejor sería un mercado de trabajo más flexible donde fuesen los propios trabajadores y empresarios los que fijasen sueldos y demandas de trabajadores. Pero entonces a lo mejor no necesitabamos al Estado.

  9. Bidatzi dice:

    Hombre Roger, tener una planta de micros de AMD HIPERsubvencionada y una planta maja para hacer IGBTs buenorros no lo llamo yo tener una industria de los semiconductores decente. Alemanía no está entre los 4 paises con una industria de semiconductores más avanzada.

  10. Bidatzi dice:

    Jo, es que me haces entrar al trapo XDDD

    (Esto no es una pregunta retórica y perdón por descarrilarte el topic…)

    ¿Piensas que la electrónica de potencia en los motores de Siemens es superior (en qué?) a las electrónicas de Hitachi y Toshiba en los trenes japoneses? Encima este es un asunto en el que la innovación original fue japonesa y no al revés.

  11. Roger Senserrich dice:

    Siemens se ha hinchado a exportar Velaros, mientras Hitachi no ha colocado un tren fuera de Japón en años, exceptuando Taiwan. Alstom lo mismo. Los japoneses en material ferroviario no están haciendo gran cosa aparte de exportar metros…

  12. Bidatzi dice:

    Bien, pero al comparar con tecnología de Alstom no te estabas refiriendo a éxitos comerciales y de exportación sino a lo avanzado de la tecnología ¿no?.

    Que la electrónica de potencia de Hitachi, Toshiba, Fuji, Denso… sea mejor que la de Siemens es perfectamente compatible con que los fabricantes de trenes japoneses no los exporten con tanto éxito.

    Me cuesta muchísimo creer que Siemens tiene tecnología IGBT, y electrónica de motores en general, más avanzada que las compañías que he mencionado.

    ¿Sabemos si las grandes compañías japonesas son tan amigas de pagar bestiales sobornos por doquier a lo Siemens?

  13. Miguel dice:

    Lo mejor de los trenes Siemens debe de ser el aire acondicionado, qué risa el otro día escuchando las noticias alemanas :).

    Te veo muy puesto en semiconductores, Bidatzi… aunque en telecomunicaciones hay mucho más. Sin salir de Siemens, el matrimonio que ha hecho con Nokia en redes y equipos, no muy brillante pero que se acaba de comer a Motorola, igual que los franceses de Alcatel se hicieron con Lucent.

  14. Te cuento una anécdota curiosa, Roger, respecto a lo que decías de mantener los viejos monstruos:

    Hace algunos años estuve en Alemania por razones de trabajo, y en la cuenca del Ruhr había y aún hay una tremenda concentración industrial.

    Hablando con alguna gente supe que tras la guerra, en concepto de indemnización o de vete a saber qué, los ingleses habían desmantelado fábricas enteras y se las habían llevado a Inglaterra. Las que no habían sido destruidas por los bombardeos, por supuesto.

    El caso es que los alemanes bromeaban con el tema porque aquel expolio había supuesto que, durante muchos años, los ingleses trabajasen con tecnología de los años treinta mientras que ellos, al tener que hacerlo todo nuevo, se modernizasen a la fuerza.

    De ahí su ventaja, que aún mantienen: que trabajaban en sectores viejos pero con ideas nuevas y unas ratios de calidad y productividad que nunca se podría permitir quien arrastrase el lastre de las viejas fábricas, propias, o robadas.

    El que herda una casa se tiene que esforzar menos que quien la tiene que construir desde cero, pero a la larga siempre tendrá más goteras, más alcobas inutilizables y más grietas.

    La tentación de estiurar lo existente o hacerlo durar un poco más es universal, me temo, y en el caso industrial, cuando reaccionas ya es demasiado tarde.

    Por este tipo de cosas es por lo que en Inglaterra contemplaron con tanta amargura la compra de las marcas inglesas de automóviles por parte de Alemania.

    Termino con el comentario de una anciana ingklesa, pariente política mía: «pierdes el Imperio, pierdes la industria, se quedan con todo y aún tienes que soportar que te digan que has ganado la guerra. ¿No hubiera sido mejor ir a luchar contra los rusos?»

    Por eso te dioje arriba que casualidades, pocas.

    Saludos

  15. Bidatzi dice:

    Si Miguel, es cierto que Motorola, Lucent, Nortel… no son grandes ejemplos de brillantez empresarial norteamericana. Pero allá están ya en la siguiente jugada en la que las empresas europeas (y alemanas en particular) brillan por su ausencia. No encuentro a la Cisco alemana, ni a la Juniper alemana…

    Y regresando a los semiconductores en general, lo que me sorprende más de todo es la ausencia alemana en las herramientas, más que en tener (o no) plantas de fabricación. Applied Materials es la candidata ideal a haber sido alemana, pero no…

    Lo mismo ocurre con las biotecnológicas: ¿Dónde encontramos las versiones alemanas de Perkin Elmer, Roche Sequencing, Life Technologies…?

    Y regresando a la big pharma… ¿Dónde está la nueva generación alemana? Me refiero a empresones como Amgen, Genentech, Genzyme, Biogen…

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