Mi vecino de bitácora me preguntaba ayer sobre la posibilidad de crear una agencia independiente en el Congreso encargada de revisar el coste de las propuestas legislativas. Algo parecido a la CBO en Estados Unidos, adaptada a la realidad española.

Citoyen no es el único que tiene esto en mente; Jesus Fernández-Villaverde lleva una temporada reclamando la creación de una CBO, siguiendo el ejemplo de Cameron en el Reino Unido. A decir verdad, es una idea que me gusta mucho – tener un organismo realmente independiente que pueda dar un veredicto imparcial sobre los efectos fiscales de la legislación y la situación de las cuentas públicas es muy útil, y evita tener que debatir sobre las a veces demasiado optimistas previsiones del Ministerio de Economía.

El problema es que aunque tener más información siempre es bueno, no siempre funciona demasiado bien. Aunque la CBO realmente cambia el debate político al dar a los políticos y periodistas un árbitro imparcial, su efecto real es a veces sorprendentemente limitado, básicamente porque es un límite un tanto artificioso. Un político puede legislar crear una piedra inamovible, pero también puede legislar que esta desaparezca – la existencia de un árbitro imparcial diciéndote que algo es demasiado caro puede ser de ayuda… siempre que no sea completamente ignorado.

Dicho en otras palabras: el grueso de los problemas fiscales de Estados Unidos tienen su origen en la increíblemente irresponsable administración Bush y su alegre obsesión con aprobar programas increíblemente caros sin pagarlos. La CBO lloró, pataleó y protestó ante cada cambio, y los republicanos, presuntos defensores de la ortodoxia fiscal, la ignoraron completamente. La misma oficina presupuestaria ha señalado repetidamente que el crédito para compra de vivienda es mucho menos eficaz (y más regresivo) que aumentar las prestaciones de desempleo, pero el Senado no les hace puñetero caso.  De igual modo, la salud fiscal del país sería prácticamente perfecta si los políticos no insistieran en ignorar lo que la
CBO dice – lo políticamente aceptable, sin embargo, está a menudo bastante lejos de lo que un grupo de funcionarios imparciales puede recomendar.

¿Quiero tener una organización parecida a la CBO en España? Si, por descontado. Tenemos que ser muy conscientes, sin embargo, que aparte de hacer felices a los cuatro frikis con bitácora y periodistas vagos, su efecto es de hecho más limitado de lo que parece. El debate puede que mejore, pero al final siempre dependemos de la buena voluntad de los políticos, al fin y al cabo.


7 comentarios

  1. Alvaro dice:

    Me parece interesante pero creo que con una oligarquia democrática no sería muy útil.

    ¿Alguna idea para mejorar nuestra anquilosada democracía? ¿Algun experimento en algún país nórdico?

  2. citoyen dice:

    Para que funcione de forma relativamente independiente ¿como tiene que estar montado?

  3. Roger Senserrich dice:

    Tengo por ahí un post sobre como montar organizaciones independientes. No es demasiado complicado, si se quiere hacer bien.

  4. Ender dice:

    «Tengo por ahí un post sobre como montar organizaciones independientes»

    Qué crack.

  5. Marc Fargas dice:

    Supongo que hablais de este post, titulado «Creando instituciones independientes».

    Os voy a poner a los tres un 0 (cero) en: «Conocimiento de la sabiduría Egocrática» 😉

  6. […] ley, con la misma mayoría que ya tienen.  La vieja paradoja de un  Dios omnipotente creando una piedra tan pesada que ni él puede levantarla, hasta que decide que no […]

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