José Rodriguez se lanza a criticar la reforma laboral del gobierno con un largo artículo. Su argumento principal es que el coste de despido no afecta al nivel de desempleo a nivel comparado, según un estudio del a OCDE y los datos autonómicos españoles.

Su argumento suena muy bien, pero tiene varios problemas graves. Iremos por partes. Para empezar, la metodología del estudio de la OCDE tiene algunos problemas serios, empezando por cómo construyen el índice sobre rigideces del mercado laboral. Un ejemplo claro es por ejemplo si comparamos Suecia y España.

Según el índice de la OCDE, el sistema español es sólo ligeramente más rígido que el sueco (3,6 a 4,1, en una escala de cero a seis), con unos costes de despido más altos y mayor protección para despidos colectivos. Sin embargo, un vistazo rápido a la regulación de cada país nos dice que Suecia no tiene indemnizaciones por despido directas; el único coste que tiene el empresario es el plazo de aviso precio al despido, que llega a seis meses para trabajadores con diez años de antigüedad (a efectos prácticos, 14 días por año trabajado). No hace falta que diga que esta protección es mucho menos exigente que la española – sin embargo, el índice no captura este dato, ya que están intentando resumir el obtuso sistema dual español en una sola cifra. Una mirada a los arreglos de otros países en teoría cercanos revela diferencias igual de considerables; aquí tenéis un análisis detallado sobre el caso francés.

Un pequeño consejo metodológico: la inmensa mayoría de indicadores agregados son una castaña. Es muy, muy difícil capturar los matices de un sistema complejo en una sóla cifra – y el resultado acostumbra a ser una chapuza cocinada a medida para que te dé el resultado que buscas (nota al margen: y lo he hecho un par de veces…) o un indicador que es sólo útil para periodistas que no saben de lo que hablan. El indicador de la OCDE es una castaña, simple y llanamente, con resultados que no son replicados en otros estudios más cuidadosos.

El otro lado del argumento de José es las (enormes) diferencias entre las tasas de desempleo entre regiones en España. El otro día hablaba de uno de los motivos que explican este dato, señalando la ridícula obsesión que tenemos en este país por comprar casas como una de las causas (estudio sobre el tema aquí; es una relación bien conocida). Si a eso le añadimos otras (bien conocidas) diferencias entre regiones en España y su efecto sobre el nivel de paro medido y paro estructural (PER, niveles de economía submergida, dependencia del turismo, economía regional, etcétera) la verdad es que esas diferencias no son demasiado anormales.

Dejando de lado los datos y estudios que José cita, el problema principal del mercado laboral español no es que cree desempleo – el problema es que la dualidad del sistema lleva a la economía a tomar decisiones de inversión estúpidas. Uno de los motivos que explican nuestra infinita addicción a construir chabolas (y disfrutar de la burbuja inmobiliaria asociada) es un mercado laboral que parece diseñado a medida de las promotoras que tantas alegrías nos han dado. No es sólo la construcción, sin embargo; la dualidad imperante hace que la economía sea en general mucho más aversa a invertir en sectores que requieran contratos estables. Tenemos estudios que señalan que un mercado laboral rígido tiene efectos
considerables sobre el crecimiento de la productividad, en gran medida porque somos mucho más torpes asignando recursos. ¿Recordáis eso de la tasa estructural de desempleo? Es parte de este problema.

Por descontado, este es sólo uno de la auténtica horda de efectos secundarios negativos que nuestro sistema genera, siendo el desempleo sólo uno de ellos – y no necesariamente el más importante. Del sistema educativo a la tasa de natalidad, pasando por las tremendas desigualdades que el sistema actual genera, la reforma laboral va mucho más allá de reducir el paro – de hecho, afecta muchos otros indicadores importantes. Curiosamente José omite que el mismo estudio que él cita de la OCDE (y básicamente la literatura al completo) señalan que las protecciones laborales crean una discriminación brutal contra trabajadores jóvenes y mujeres, algo que supongo que cualquier progresista debería tratar de solucionar.

El mercado laboral español no «crea» desempleo, sino que reduce la cantidad de empleos posibles en una economía como la nuestra. Crea enormes disparidades económicas y sociales entre insiders y outsiders, y es una máquina de asignar recursos de forma increíblemente incompetente. Los estudios sobre el tema, en contra de lo que dice José, no indican que la protección contra el desempleo no afecte el paro; sabemos que afectan la productividad, tasa de desempleo estructural y la igualdad entre los trabajadores.

Me parece que tenemos motivos de sobra para exigir una reforma – a ser posible algo más ambicioso de lo que ha presentando el gobierno, en vista que los sindicatos van a ir a la huelga general igualmente. Y por cierto, el coste del despido es sólo una parte de esta reforma – la negociación colectiva es lo que (probablemente) más asusta a los sindicatos, y ahí la reforma sí es ambiciosa. Pero claro, prefieren hacer ruído donde más vende. Pero eso es para otro día.


14 comentarios

  1. Jose R. dice:

    A) El método puede ser una castaña pero no existen otros estudios agregados aplicables a todos los países de la OCDE que sostengan números en mano que las rigideces laborales generen más desempleo.

    B) Yo no he dicho nada sobre la distribución de ese desempleo, sólo que la reforma laboral no va a generar mejoras en la ocupación, y que el modelo «insider vs. outsider» para explicar el desempleo no es útil. No he entrado a otros detalles, pero vuelvo a insistir se asume como bueno el modelo insider vs. outsider para explicar el desempleo y esto es lo que yo sigo refutando.

    C) No es el único motivo para oponerse a la reforma laboral. Aquí has hecho un salto al vacío del tamaño de un trolebús. Yo aún no he puesto porqué me opongo a la reforma laboral tal y como está expuesta.

    D) Tu explicación de la disparidad del desempleo en regiones españolas es una castaña pilonga profunda. De hecho es casi absurda, ¿es que el PER se aplica en Catalunya y no en Euskadi? ¿acaso Euskadi tiene menos economía sumergida que Catalunya? ¿cómo explicas que Euskadi tenga ahora mismo una tasa de desempleo 5 puntos inferior a la catalana cuando normalmente era casi igual antes de la crisis? ¿acaso Valencia tiene más economía sumergida que Madrid o tienen el PER o las ayudas fiscales valencianas molan más que las madrileñas?. El gran problema de los institucionalistas es que queréis achacar a un puñado de variables institucionales todo el poder explicativo. Y eso no es así, en Euskadi hay menos paro que en Catalunya porqué el sector público genera más empleos (algo tiene que ver el concierto económico), y porqué no había un sector de la construcción tan fuerte ni unos ayuntamientos pequeños tan ansiosos en construir urbanizaciones como en Valencia o en el resto del estado, incluída Catalunya.

    Es decir, constantemente obviais que a igualdad de incentivos institucionales los empresarios toman decisiones en agregado distintas según la tradición industrial del territorio, la estructura socioeconómica del lugar, las infrastructuras que se tienen, la cantidad de gente formada en ciertos aspectos que tengas, en la capacidad de mover gente de forma eficiente (trenes y más trenes), el tipo de mercado de productos que tengas y la capacidad de consumo del lugar. ¿Porqué es una empresa catalana la que comercializa los tomates extremeños? ¿porqué en Extremadura hay PER? ¿porqué los extremeños son más tontos? ¿o porqué hay un pedazo de puerto de narices en Barcelona y no en Cáceres y porqué hay muchas empresas de logística en Catalunya y por tanto cualquier empresario que quiera invertir va a tener más posibilidades de prosperar en ese sector ya que hay un know how, posibles socios, etc… más a mano?

    En fín, me hace gracia además que digas que el sistema de la OCDE para indicar las rigideces laborales sea malo y me cites el del IZA que es prácticamente el mismo. Pero yendo al Paper del IZA, buscando los análisis empíricos (que en el fondo para mí muestran si un modelo es útil o no, no si «es cierto o no» que en el caso de las ciencias sociales tiene un valor inferior, ya que no existen modelos falsables y por tanto inciertos).

    «Looking at the empirical literature, the existing evidence on the relationship between EPL and productivity growth is mainly based on aggregate data and is not conclusive.
    For example, DeFreitas and Marshall (1998) find that strict EPL has a negative impact on labour productivity growth in the manufacturing industries of a sample of Latin American and Asian countries. On the other hand, Nickell and Layard (1999) and Koeniger (2005) find a weak positive relationship between EPL strictness and TFP growth and R&D intensity, respectively, for samples of OECD countries.

    As far as we know, only three studies go beyond country-level data. Autor et al. (2007) study the impact of adoption of wrongful-discharge protection norms by state courts in the United States on several performance variables constructed using establishment-level
    data. By using cross-state differences in the timing of adopting stricter job security provisions, they find that capital deepening is increased while employment flows, firm entry and TFP are reduced. However, they do not control for other possible institutional factors (state minimum wages, experience rating systems, etc.) that might have had a
    simultaneous effect on productivity. Similar findings are provided by Cingano et al. (2008) using Italian data to examine a 1990 reform that raised dismissal costs for firms with fewer than 15 employees only. In a study on EPL and job flows, Micco and Pages (2006) provide also some weak evidence of a relationship between EPL and productivity, using a difference-in-differences estimator on a cross-section of industrylevel
    data for several OECD and non-OECD countries. They find a negative relationship between layoff costs and the level of labour productivity – albeit dependent on the presence of Nigeria in the sample.»

    Tienen que comenzar a sacar una productividad marginal fuera ya de la propia TFP y centrarse sólo en los costes de despido y no en otras variables de la EPL, para poder comenzar a encontrar una relación con la productividad con un R^2 = 0,19 (algo bastante débil pero sí que significativo). Encuentran una relación débil que además no es útil para todas las empresas, sólo aquellas que fijan empleos (bien, SEAT y La Caixa mejorará la productividad), pero no en las que tienen alta rotación laboral (que son la mayoría de empresas españolas, en especial la mediana y pequeña empresa, y son en los sectores que ahora mismo está liquidando trabajadores, por tanto tampoco vamos a ver una mejora de la productividad y calidad en estos sectores).

    Sobre las EPL y el efecto en la productividad en la adopción de nuevas tecnologías:

    «Firms that operate with technologies that are far from the technological frontier often improve their efficiency by adopting more efficient technologies developed by and/or already in use by industry leaders or elsewhere. Frequently, adoption of new technologies requires downsizing and/or other staff adjustments to cope with new skill needs (Cappelli, 2000). To the extent that dismissal regulations slow reallocation of resources across activities, firms and industries, one can expect that they dampen the pace of technology adoptions and, thereby, the speed of convergence towards the productivity frontier. If this were the case, reforms of overly strict dismissal regulations would be particularly important in countries that are, on average, further from that frontier. This possibility is explored in Table 7, where we modify our baseline specification by letting the effect of relative TFP vary as a function of EPLR, where the latter is, as always, multiplied by the indicator of layoff propensity. If EPLR had
    a negative impact on the speed of adoption, we would expect this additional interaction term to have a positive coefficient. Surprisingly, no significant interaction effect is estimated (Columns 1 and 2).»

    Por no decir que el mismo estudio indica que hay una falta de relación concluyente entre el desempleo y la protección laboral. Vuelvo a repetirlo, palabras textuales «Lack of conclusive evidence on the employment impact of EPL»

    Y vuelta a insistir que las reformas que reducen el EPL no traen un cambio en la composición de las plantillas en las empresas, ya que no genera cambios generacionales, etc… Es decir «los jarrones Ming» no se tocan igualmente.

    Por otro lado, las reformas, aún hacen más fácil despedir temporales tampoco mejoran la productividad.

    Pero yendo al Paper original de la OCDE, la EPL afecta muy ligeramente a los trabajadores más jóvenes (menos, por ejemplo que la densidad sindical que ayuda a que se contraten más… ¿curioso, no?) y algo a los trabajadores seniors, pero en general tiene efectos casi negligibles en la composición del mercado laboral, por ejemplo los incentivos en la contratación o los beneficios de los desempleados afectan mucho más a esta composición. Tu afirmación que la EPL afecta realmente a los jóvenes y mujeres no es del todo cierta, la influencia es muy pequeña, y si quieres afrontarla es más fácil bonificar la contratación de mujeres o meterte en el tema de las ayudas por desempleo que desincentivarían a buscar trabajo a los trabajadores muy jóvenes que viven con sus padres y tienen un suelo familiar que les protege.

    En fín… ¿quieres más conclusiones que el modelo insider-outsider es malo para describir el desempleo o incluso la propia composición del empleo?

    Y si el objetivo de la reforma es combatir el mercado laboral dual o mejorar la productividad podemos discutirlo pero en lo que es estríctamente cambiar la composición del desempleo o reducirlo su efecto real es negativo.

  2. […] Egócrata me ha replicado la verdad es que sus argumentos no rechazan el argumento de que la protección por despido es una […]

  3. Roger Senserrich dice:

    Jose, no me jodas. Enlazo un montón de estudios que señalan exáctamente contrario de lo que dices.

    E insistir en citarme un paper de la OCDE que está basado en una medida que dice que es más fácil despedir gente en España que en Suecia es poco razonable, la verdad.

    Y repito, la disparidad regional del desempleo no explica nada. Claro que cada región es distinta. Lo que me tienes que explicar es por qué regiones parecidas a Euskadi o Cataluña en Alemania o Francia tienen tasas de paro muchísimo menores, en ocasiones aún por debajo del 6-7%.

  4. Roger Senserrich dice:

    Y no puedo contestar más hasta la tarde, que hoy tengo un día de locos :-).

  5. Citoyen dice:

    Hay que apuntar varias cosas (tengo que escribir un post sobre esto, asi que de momento os teneis que conformar con esto):

    1. El enfoque «insiders-outsiders» solo usa como una de sus explicaciones el poder de los sindicatos. Las barreras de entrada pueden surgir de otras formas creando la misma relacion de fuerzas. Las explicaciones «sociologicas» a los Akerlof o los costes de rotacion son explicaciones del paro alternativa al poder de los sindicatos. Leed mi post!! http://www.lorem-ipsum.es/blogs/laleydelagravedad/2010/05/%C2%BFpor-que-perdura-el-paro.htm
    2.Logicamente, todo el desempleo no se estudia por las instituciones del mercado de trabajo. Nickell, en este estudio, considera que las instituciones explican alrededor del 55% del desempleo desde los años 60 hasta ahora http://cep.lse.ac.uk/events/conferences/macro/Nickell.pdf
    3. Cuando hablamos de «instituciones del mercado de trabajo» no hablamos solo de los costes de despido. Hablamos tambien de las negociacion colectiva, de las politicas activas, etc… De aqui, dos cosas.

    a)Primero, los costes de despido, es cierto, tienen un efecto ambiguo sobre el empleo. El primer problema con esto es que teoricamente poco intuitivo: si las empresas son aversas al riesgo y esto deberia hacernos sospechar si ademas resulta que la construccion de estos indices es problematica. El segundo, es que no significa que no tengan un efecto sobre otras cosas. Por ejemplo; el mismo report de la OCDE indica que tiene un efecto significativo sobre el paro joven y de determinados colectivos (en España es alrededor del doble). Decir de paso que estos colectivos son los que tienen el perfil de outsiders tipico. Otro ejemplo, no significa que el esquema este bien diseñado y no haya margen para limitarlo (mejorando la definicion de «causas objetivas» etc,…) http://www.lorem-ipsum.es/blogs/laleydelagravedad/2009/12/costes-de-despido-buenos-y-malos.html
    b) Los estudios «cross country» (no se como se dice en castellano) como el de la OCDE o como el de Nickell y Nunziata que enlazaba arriba sobre este tipo de cosas que no se miden facilmente, aparte del problema a la hora de construir el indice que decia Roger que puede llevar a conclusiones relativamente arbitrarias, tienen el problema de no capturar el contexto de cada pais y en particular las interacciones entre instituciones ( http://www.lorem-ipsum.es/blogs/laleydelagravedad/2009/01/la-reforma-del-mercado-laboral-planteando-el-debate.html ).

    Concretamente, el informe de la OCDE no habla de la dualidad ni de los efectos perversos que produce. Primero, los indices aprehenden el total de nivel de proteccion; pero no diferencian entre trabajadores en el sector protegido y el sector no protegido. Concretamente, si mirais en la pg 7 de este articulo http://www.bde.es/webbde/SES/Secciones/Publicaciones/InformesBoletinesRevistas/BoletinEconomico/09/Jul/Ficheros/art3.pdf vereis que la proteccion de los trabajadores fijos, medida por el monto de la indemnizacion por despido, en España es considerable.

    Segundo, el problema insiders-outsiders en España nace de dos problemas relacionados: a) La negociacion colectiva esta mal diseñada y constriñe demasiado las clausulas de descuelgue y b) Hay una brecha de proteccion muy fuerte entre los trabajadores precarios y los fijos.

    El efecto de esto es que el empleo es muy volatil y crece de forma asimetrica con los ciclos. Suponed que las cosas van mal porque hay un shock externo y la empresa empieza a ganar menos. Lo razonable seria que los salarios de todos los trabajadores de la empresa cayeran y se mantuviera a todos. Sin embargo, si los trabajadores protegidos, que tienen cierto poder de negociacion se resisten, el empresario se limita a no renovar los contratos temporales y reducir su plantilla. Si, ademas, no es posible descolgarse del convenio colectivo, aunque los trabajadores protegidos no se resistieran y estuvieran dispuestos a ganar menos, no podrian hacerlo. Para esto es irrelevante ver los presentes que esten los sindicatos en esa empresa; basta con ver como se fijan los salarios para ese sector.

  6. La dualidad laboral es consecuencia directa de la existencia de distintas modalidades de contratos laborales, basados en diferencias sobre los costos variables soportados por las empresas en cada caso por trabajador (o dependiendo de la «protección al trabajador» que se ofrece en cada uno, como dicen algunos). En ese sentido, los costes de despido no lo son todo, pero desde luego sí que influyen.

    Tengo a mano un paper escrito por Samuel Bentolila, Juan Dolado y Pierre Cahuc que presentaron los chicos de FEDEA hace poco tiempo en un evento organizado junto al Banco de España sobre la crisis. En concreto, el paper habla de las diferencias existentes en el desempleo en los mercados laborales español y francés. Este hecho resulta interesante, ya que ambos países poseen un sistema de trabajo dual, aunque con notables diferencias, que son las que se analizan.

    El estudio concluye que un tercio del incremento en la tasa de desempñeo en España podría haberse evitado si España hubiese tenido el sistema de protección francés de desempleo, del cual un cuarto se debe de forma directa a los costes de desempleo. Todo esto implica: 1) Que la dualidad del mercado laboral no explica por sí misma todo; 2) Que los costes de despido suponen una parte pequeña del problema, o eso parece. Ahora bien, no implica que no tengan ningún efecto relevante, sobre todo cuando lo conjuntamos con el sistema de negociación colectiva que ha mencionado Citoyen.

    ¿Las diferencias regionales? Factores culturales, educativos, de productividad, de externalidades positivas (es más fácil generar empleo en una zona donde existe una amplia actividad económica y se genera empleo de forma más fácil que en otra), de costes de oportunidad existentes (el coste de oportunidad de un andaluz por no trabajar es menor que para el trabajador de otras comunidades, etc.), de juventud de la población, etc. etc. No son pocas las causas, desde luego, pero tampoco se puede usar esa divergencia para decir que «aquí no pasa nada» o que el mercado de trabajo no debe moverse ni un ápice, porque las consecuencias de su configuración, con más o menos certeza, se ven claramente hoy día.

  7. Pedro dice:

    Hola,

    Tengo la sensación de que se vuelve a repetir un discurso de hace 25 años. La «flexibilización» de la contratación como método de crear empleo no ha funcionado nunca, por lo menos como motor principal.
    Es cierto que la dualidad del mercado laboral es enorme, pero lo que se nos está proponiendo es igualar precarizando a los que tienen más protección usando ese argumento que suena un poco a falso moralismo. Seguramente si se hubiese controlado mejor todas las infinitas modalidades de contratación parcial no estariamos en estas circunstancias.

    Se habla en el artículo que esta dualidad favorece las empresas con actividades puntuales y burbujistas y perjudica a aquellas más medioplacistas y técnicas. El argumento es muy parcial, pues muchas actividades más productivas y largoplacistas hay un porcentaje importante de los puestos de trabajo que también pueden sufrir un alta rotación. Por otro lado hay centenares de miles de trabajadores jóvenes cualificados y con capacidades para desarrollar trabajos de este estilo que llevan muchos años trabajando en la temporalidad. Ya no es que se puedan enlazar varios contratos temporales, si no como ustedes saben hay varias «trampas» para poder mantener al trabajador en situación de temporalidad casi hasta el infinito.
    Si el país no tiendió hacia una inversión más productiva no es sólo ni principalmente por esto, si no por varios factores mas: Perspectivas muy favorables, demanda sobredimensionada, poca capacidad y preparación del empresariado Español, escasa tradición industrial, etc, etc.

    Yo sí soy partidario de avanzar hacia mayor flexibilidad, pero siempre que se pueda compensar con un mayor índice de protección social (la famosa flexiseguridad). Pero este modelo sólo funcionará si aumentamos la presión fiscal, y si resulta que no podemos aumentar la presión fiscal por varias causas, y tenemos que flexibilizar, nos va a quedar un modelo totalmente nocivo para el trabajador asalariado, con influencias directas sobre el consumo.

    Saludos,

  8. «La “flexibilización” de la contratación como método de crear empleo no ha funcionado nunca, por lo menos como motor principal».

    Pues no diría yo lo mismo tras la reforma de 1995, cuando se extendió la contratación temporal a prácticamente todos los sectores. De hecho, las tasas de creación de empleo en el periodo, ceteris paribus, ha sido de las más importantes en los últimos 40 años. No obstante, no es eso lo que se discute. Lo que se discute es «a costa de qué» se consiguió eso. Y efecitvamente, fue a costa de una precarización generalizada del empleo (por la parte temporal) y un refuerzo de la estructura dual de nuestro mercado de trabajo, que pervive hasta hoy.

    La cuestión de que la estructura dual es un problema es patente, y eso, y sobre todo eso, es lo que requiere una corrección. No sólo se trata de costes de despido. La generación de empleo depende de multitud de factores. Ahora bien, de ahí a decir que los «costes de despido» no pintan absolutamente para nada, hay un trecho tremendo. ¿A alguien le suena qué significa «histéresis»? Seguro que sí, pero se comprende mejor desde otra perspectiva: en épocas de crecimiento, el coste de despido supone una «tasa» fija para la empresa a la hora de tomar decisiones respecto a su plantilla (la empresa por lo general no busca la objetividad o no del despido, asume que hay una tasa fija a pagar, lo hace y punto) pero en épocas de crisis, cuando el reajuste no es paulatino sino que se da de golpe, esa «tasa» se acumula hasta el punto de constituir una barrera efectiva. Las empresas españolas despiden tarde, sí, pero recontratan mucho más tarde, en general a consecuencia de lo primero.

    Repito, los costes de despido no lo son todo (en absoluto) pero ignorar su papel en los procesos de tomas de decisiones de la empresa, y su papel en los fenómenos de histéresis, es una gran equivocación. La reforma laboral debería ahondar en la unificación de nuestra estructura laboral, cosa que apenas hace, pero tampoco puede olvidar todos los factores anejos que, no lo olvidemos, hace que nuestro sector laboral esté como está hoy día, pero no sólo hoy, sino de una forma recurrente que cada vez nos pasa mayor factura.

  9. Jose R. dice:

    Egócrata:

    a) Los otros Papers TAMBIEN dicen qeu no está claro que los costes de despidos y las rigideces laborales generen desempleo. El de IZA es especialmente claro.

    b) Suecia no existe el despido libre, es gratuito pero no es libre. En España es caro pero es libre. ¿Quién tiene más rigideces en el mercado laboral? Yo te cambio el despido gratuito pero sólo con justificación y tutela judicial, y el sistema de protección laboral de Suecia. Eso te lo compro ya. Pero no me vale decir que el modelo sueco es X sin considerarlo en un conjunto, incluido que el despido NO es libre.

    Ramón:

    La reforma del 95 ayudó a crear millones de puestos de trabajo… claro, duales. Creo que mi propuesta es mucho más eficaz para acotar la contratación temporal allí donde es útil y que no se utilice más allá de lo que está diseñada:

    http://www.joserodriguez.info/bloc/?p=3404

    Citoyen:

    Ya entraré en el tema de la NNCC ya que se dan por supuesto algunas cuestiones.

  10. Pedro dice:

    Ramón,

    La reforma del 95 no fue la primera que se hizo en esa dirección en España (y no sirvió para acabar con eso que llaman el «paro estructural»), ni tampoco la última. Fue preludio de una alta creación de empleo, pero, ¿Fue generado por esa reforma? ¿O bien un ciclo económico de burbuja inmibliaria se aprovechó de esa realidad? En otros países también hubo burbuja inmobiliaria, y no se cambiaron las normas de contratación. Por otro lado esa burbuja es la madre de los problemas de hoy, así que el análisis puede versar también por ese lado, ¿Cuanto empleo se hubiese creado sin esa reforma? ¿Una menor flexiblidad hubiese minimizado la burbuja?

    Yo no he dicho que el coste del despido no tenga consecuencias en la creación de empleo, lo que he dicho es que no es la causa principal. Pero pese a no ser la causa principal estas reformas crean altas bolsas de trabajo basura y de precariedad, con un perjuicio importante para el asalariado, sobre todo porque no hay un sistema de protección social fuerte que pueda compensar a la eliminación de las indemnizaciones por despido.
    Y para tomar decisiones de este calado hay que tener claros los beneficios que pueden ocasionar, y no basarse en una especulación. Si esta reforma no crea empleo será negativa para el país en términos económicos, porque va a contraer el consumo de amplias capas de la población.

  11. José,

    Me he mirado tu propuesta y, aunque apunta ciertas cosas interesantes, no veo que termine de solucionar el problema. Más bien, incide sobre él. ¿Por qué le cuesta tanto a la gente asumir algo tan sencillo como es la posibilidad de un contrato único con una indemnización por despido creciente con año trabajado hasta un cierto punto? Las circunstancias especiales (como en el caso de obra y servicio, o prácticas) podrían incorporarse dentro de la propia flexibilidad del contrato, de forma clara y concreta. No veo una solución más sencilla que al mismo tiempo permita atajar el problema de raíz contemplando todas sus variables.

    Pedro,

    La fase del ciclo en la que nos encontremos tiene de hecho más implicaciones. Como he dicho en un comentario anterior, los costes por despido no suponen lo mismo en la toma de decisiones de una empresa si nos encontramos en una fase alcista o bajista. No obstante, esa divergencia es la que precisamente causa problemas, tanto en el empleo como en la normal estructuración de plantilla de una empresa según las circunstancias económicas del momento. A pesar de todo, una forma de ver qué efectos tuvo la extensión de la contratación temporal (que fue eso, una extensión, no una novedad, aunque no por ello fue menos remarcable) es el hecho de que el 90% de los empleos que se generaron entonces fue a base de un contrato temporal. No puedo afirmar que únicamente la reforma haya tenido tal efecto estimulante, pero desde luego, que tuvo consecuencias claras en la toma de decisiones de las empresas es algo cuanto menos patente.

  12. El despido no se puede flexibilizar más, especialmente en una época de recesión, sin hundir la demanda agregada (lo que nos manadría a todos la carajo al paso de la oca)

    En tood caso, lo que se pued ehacer es flexibilizar la contratación y, muy importante para mí, eliminar las incertidumbres de costes en los despidos, desjudicializando el proceso.

    Que la empresa sepa exactamente lo que le cuesta despedir y contratar ayudaría a superar la parálisis, a tomar decisiones y, en suma, a mover la economía.

  13. manutc dice:

    ¿Y por qué la comparación es con el sueco y no con el danés u holandés?

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