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Futorología a seis meses vista: legislativas 2010

5 May, 2010 - - @egocrata

Es un poco temprano para hacer predicciones, pero ya empieza a ser hora de hablar de las elecciones americanas en noviembre. Aunque no tienen el mismo glamour que las presidenciales, las elecciones legislativas son importantes; como hemos visto estos dos últimos años, el Congreso tiene una capacidad singular de torpedear presidencias. Los medios tienen una adoración monomaníaca por el poder presidencial y la figura del comandante en jefe, pero las políticas públicas en Estados Unidos se deciden anto todo en el Senado, no en el despacho oval(*).

El saber convencional, las mentes pensantes en la mediocracia centrista americana, dicen que básicamente en noviembre veremos varias cosas:

  • Las mid-terms (las elecciones en «años alternos» en que no se votan presidentes) suelen ser atroces para el partido que controla la Casa Blanca.
  • La crisis económica pasa siempre factura al partido que está en el gobierno.
  • Hay un desencanto general con el gobierno y las élites, algo que tiende a perjudicar los políticos que están en el poder.
  • La gente está cabreada por el elevado déficit público y el activismo del gobierno federal, y es en general pesimista sobre la dirección del país.
  • Las bases del partido republicano (y las tea parties) están extraordinariamente cabreadas y muy movilizadas. Los votantes de Obama parecen estar modestamente contentos, pero no están especialmente entusiasmados o con ganas de votar.
  • Las legislativas son elecciones con participación relativamente baja, así que la movilización de las bases es crucial.
  • Los demócratas sacaron unos resultados absurdamente buenos el 2008, básicamente imposibles de repetir. Las últimas elecciones fueron una tormenta perfecta – ahora se les ha acabado la juerga.
Los analistas ven todas estas tendencias en las encuestas, echan un vistazo a los datos, y llegan a una conclusión simple: los demócratas se van a llevar un tortazo de impresión. La predicción más extendida es que probablemente perderán la Cámara de Representantes, y que perderán un buen puñado de escaños en el Senado, dejando las manos atadas a Obama durante los dos próximos años.
¿Están en lo correcto? La verdad, no estoy muy seguro. Los medios americanos tienen una tendencia obsesiva (e inexplicable) a decir que todo lo que sucede en este mundo son buenas noticias para los republicanos, así que vale la pena repasar las cifras. Veamos.
  • Sí, las mid-terms tienden a ir mal para el partido presidencial.
  • Sí, hay bastante desencanto con las élites políticas y el Congreso es increíblemente impopular.
  • La participación en las mid-terms tiende a ser baja.
Sin embargo, hay algunas cosas que patinan:
  • Aún con la que ha caído, Barack Obama es (de lejos) el político mejor valorado en Estados Unidos. No sólo eso, su popularidad parece haber repuntado en las últimas semanas.
  • El cabreo de los republicanos, que pareció llegar a niveles de ataque de histeria con la reforma de la sanidad, no creo que sea fácil de sostener – y movilizar contra la reforma del sistema financiero en defensa de los pobres banqueros (o en defensa de las pobre petroleras) es bastante más complicado. Es posible que el fervor antigobierno llegara a su apogeo demasiado temprano en el ciclo electoral.
  • La Casa Blanca tiene dos temas ganadores antes de las elecciones: reforma del sistema financiero e inmigración. El segundo es especialmente cruel, ya que divide a los republicanos y no restará demasiado votos a los demócratas que no hubieran perdido ya.
  • La ley de sanidad no ha sido el apocalipsis, y empieza a dar resultados concretos.
  • La economía americana parece haber resucitado con muchísima más energía que la europea, sin que el apocalipsis griego haya provocado (de momento) efectos secundarios. Las cifras dicen que el PIB está creciendo con cierta energía (un 3,2% es una cifra más que respetable), y aún más importante, el desempleo parece que está empezando a bajar. Veremos qué dicen las cifras del paro de abril que salen este viernes.
  • Aún más importante, la confianza de los votantes en que la economía va a mejor parece empezar a afianzarse – el electorado cree que la recesión ha pasado.
¿Quiere decir esto que los demócratas van a sacar un buen resultado este mes de noviembre? A decir verdad, no, no lo creo. Los demócratas perderan un buen carro de escaños, especialmente del ala idiota del partido que se ha pasado la legislatura lloriqueando todas las reformas. Lo que no estoy seguro es que el desastre vaya a ser tan completo y absoluto como la mayoría de medios creen. Más que un Bill Clinton en 1994 (un desastre apocalíptico en que los demócratas perdieron la Cámara de Representantes), lo que veremos será algo parecido a Reagan en 1982: el partido gobernante pierde un buen carro de representantes (sobre treinta), pero sobrevive, saliendo reforzado con ello. Hay gente que lleva diciendo esto desde hace meses, y empiezo a creer que tienen razón.
De momento, parece que la Casa Blanca es relativamente optimista – aunque se sigan tomando las cosas en serio. Lo que está claro es que las elecciones están muy, muy lejos – seis meses son una auténtica eternidad. Si (Dios nos libre) España salta por los aires y se lleva medio sistema bancario mundial por delante (semos peligrosos) a los demócratas no les salvará nadie. Como de costumbre, veremos.
(*): Siguiendo con curiosos absurdos mediáticos, la prensa española está obsesionada con cubrir el parlamento, cuando aquí el actor central es el ejecutivo. En fin.


2 comentarios

  1. […] Concluyendo,  ¿qué podemos decir de estas primarias? Specter era un oportunista y se ha llevado un sopapo, ser demasiado moderada hace que las bases se cabreen, y el partido republicano está lleno de gente muy rara. Básicamente nada nuevo – los votantes están bastante cabreados con la gente de Washington, no importa de qué partido vengan. Sobre futurología respecto las legislativas de noviembre, no he cambiado de opinión de momento. […]

  2. […] que los demócratas tienen muchos números de llevarse un buen repaso (y sí, creo que en mayo me equivocaba). Eso quiere decir que a pesar de presentar a un buen puñado de perturbados mentales a las urnas, […]

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