El otro día alguien me preguntaba por qué el obstruccionismo radical de los republicanos no era un escándalo nacional en Estados Unidos. El domingo Bob Schieffer, uno de los periodistas americanos más veteranos y (presuntamente) más respetados me ahorró tener que dar una explicación.

Schieffer entrevistaba a Kent Conrad, un senador demócrata más o menos centrista, sobre el futuro de la reforma de la sanidad. El tipo preguntó a Conrad si los demócratas iban a aprobar la ley utilizando el procedimiento de reconciliación, una maniobra parlamentaria restringida a temas púramente presupuestarios y que no puede ser utilizada para cambiar regulaciones. El Senador, ligeramente exasperado, explicó que el Senado ya ha aprobado la ley, esperan que la Cámara de Representantes adopte ese texto, y el Senado utilice reconciliación para pasar enmiendas menores para contentar a sus colegas de la cámara baja. Conrad insistió que estaba a favor de este método, y que iba a trabajar para que fuera aprobada de este modo, siguiendo al pie de la letra el mensaje marcado desde la Casa Blanca.

Todo muy didáctico. El problema vino luego, cuando Schieffer debatía sobre la entrevista en Politico, y dice que Conrad se opone a lo que dice Obama y está en contra de aprobar la ley por reconciliación, ya que el procedimiento sólo sirve para pasar reformas limitadas. Dicho en otras palabras, el tipo no había entendido nada – de hecho, demostraba no entender ni jota en matería de procedimiento parlamentario.

Sé de sobras que el procedimiento legislativo americano no es precisamente algo autoevidente. Sé de sobras que la inmensa mayoría de votantes no tienen ni la más mínima idea sobre cómo narices funciona la bizantina cámara alta americana. Sé de sobras que esos mismos votantes prefieren que Sweeney Todd les corte el pelo a escuchar esta clase de discusiones en la prensa, aunque sean realmente importantes. Lo que no es de recibo es que un tipo que lleva cubriendo la política americana desde 1969 y que en teoría conoce el sistema y poder explicar estas cosas sea incapaz de entender cómo se aprueban las leyes. Si esto es la élite, imaginad el resto del pelotón.

¿A alguien le extraña que los votantes americanos estén tan mal informados sobre política? Los medios no sólo se pasan el día centrándose en lo irrelevante – de hecho, son incapaces de entender qué es importante, hasta el punto de decir exactamente lo contrario (literalmente) sobre lo que está sucediendo.

Una nota final: ¿recordáis Jim Bunning, el encantador senador republicano que estaba bloqueando el solito la ampliación del subsidio del desempleo y reduciendo la financiación de Medicare? El tipo tiene una reputación (bien ganada) de estar ligeramente majara, y andaba hoy por ahí haciendo gestos obscenos (para EUA – no esperéis nada serio) y berreando a periodistas. Lo más surrealista es que si una votación en el Senado levantara el bloqueo, las reglas de la cámara alta dice que deben reservarse treinta horas para debatir la medida, aunque pase 99-1. Básicamente, la gracieta de Bunning se traduce en que el Senado no puede aprobar absolutamente nada esta semana, ya que están «debatiendo».

Toma gobierno eficaz.


2 comentarios

  1. Marc Fargas dice:

    Como puedes insinuar que ESTO no es autoevidente 😛

    ¿No te has preguntado nunca porque hay tantísima telebasura? A parte de la respuesta obvia: audiencia.

    Hacer una programación decente e informada requiere de… PROFESIONALES delante de la cámara y cerebros «activos» delante de la pantalla. Y no puedes prescindir de ninguno de los dos elementos.

    Si tienes a un profesional esde 1969 delante de la cámara, pero los cebreros que hay al otro lado están cada dia más atrofiados, cada dia **exigen menos**, por consiguiente el profesional, como buen profesional, se exige menos a si mismo.

    Pasan cuarenta años, y el que está enfrente del televisor exige tan poco (sangre, muertos, miserias,…) que el que está en frente de la cámara necesita poco más que expresarse con *algo* de coherencia y que «parezca que sabe».

    Destaco el «algo» porque algunos medios últimamente tienen problemas **incluso** para formular oraciones simples como es debido…

    Este argumento es a prueba de bombas 😛

  2. Heathcliff dice:

    ¿Sabéis por qué Editorial Aguilar dejó de editar clásicos en piel y se pasó a las guías de viaje?

    Porque la adquirió un señor (Polanco) que dijo que semejante editorial aumentaba el nivel de exigencia de los lectores y encarecía los costes de todo el sector.

    Toma ya.

    Acto seguido guillotinaron todas las existencias del almacén, aunque valían millones, y hoy en día un Aguillar vale una pasta en las librerías de viejo.

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