Por aquí hemos echado pestes mil y una veces sobre las maldades del mercado laboral español; no me voy a repetir otra vez. Lo que si me parece un ejercicio interesante, y creo que necesario, es hacer un repaso de los cambios que debemos ver – o al menos, lo que creo que tenemos que cambiar, y qué modelos podemos seguir para hacerlo. Empezaré por lo que creo son las cuatro cosas que tienen que ser reformadas cueste lo que cueste, y después daremos unos cuantos bocetos de reforma.

Primero de todo, ¿qué tenemos que cambiar?

  • Eliminar la dualidad del sistema: el mercado laboral no puede tener trabajadores de primera (fijos, sagrados) y pringados de segunda (jovenes con contrato basura). Es injusto, regresivo e ineficiente.
  • Los costes laborales tienen que ser previsibles: nada de meter a jueces por medio. Un empresario tiene que saber a priori sus costes laborales.
  • Tiene que permitir tomar riesgos: una empresa tiene que poder invertir a largo sabiendo que si la cosa va mal una reestructuración no es un coste catastrófico.
  • Castigar al incompetente: si alguien no está pegando golpe (o se niega a aprender a usar la fotocopiadora – caso real), uno tiene que poder librarse de él.

Estas son las cosas que están rotas en el sistema actual y que tenemos que arreglar. La pregunta es, claro está, cómo. Siempre doy la misma respuesta, pero hay otras reformas que podrían servir igual, en solitario o combinadas con otras. Os doy un listado a continuación, para que escojáis lo que más rabia os dé. Cualquier opción sería una mejora respecto al desastre actual:

  • A. Flexiseguridad pura:

Despido completamente libre, un estado del bienestar increíblemente generoso. En otras palabras, copiar a Dinamarca de forma descarada, país que tiene unas cifras enviadiables. Si alguien está cobrando el paro y se niega a volver a trabajar, por cierto, le recortamos el subsidio.

  • B. Impuestos por despidos:

El dichoso modelo de Blanchard que repito siempre. El despido es libre, pero el empresario paga al estado un impuesto fijo cada vez que echan a alguien. El trabajador recibe a cambio un subsidio de paro más generoso que con el sistema actual. El mercado laboral estaría regulado a priori, con el empresario sabiendo exacamente qué le costaría librarse de alguien.

  • C. «Cuentas» de jubilación/despido:

El empresario tiene que abrir una cuenta a nombre del trabajador cuando le contrata, donde cada año coloca una determinada cantidad de dinero según su antigüedad. El estado cubre -digamos- la mitad de la contribución. Si el trabajador es despedido, el dinero que hay en la cuenta es su indemnización. Si no pierde su trabajo o sencillamente cambia de empresa, el dinero de la cuenta se acumula hacia su pensión de jubilación. El mercado laboral se basaría en un contrato único.

El coste extra para el empresario lo podemos pagar reduciendo las cotizaciones sociales; estamos creando una cuenta de jubilación mucho mejor financiada para muchos trabajadores, al fin y al cabo. Si queremos ser estrictos equilibrando cuentas, podemos subir el IVA u otro impuesto de forma paralela.

  • D. Propuesta de los cien:

Realmente soy de la opinión que muchos no la leyeron; no es una propuesta regresiva. Básicamente es un contrato único con indemnización de despido que aumenta de forma progresiva según antigüedad, eliminando la distinción entre despido procedente e improcedente. Empezamos en 12 días (cuatro más que un contrato temporal actual), subiendo dos días al año hasta un máximo de 36. El coste de despido aumenta con el aumento de la experiencia (y de la productividad esperada) del trabajador; el incentivo a mantener a alguien es mucho mayor, ya que el aumento de costes es muchísimo más lento que en la actualidad (de 8 a 45 al hacer a alguien fijo), y es más barato renovar que despedir y volver a contratar.

¿Qué modelo es mejor? A estas alturas, me importa más bien poco. Cualquiera de los cuatro (U otras alternativas) sería una mejora considerable respecto a lo que padecemos en la actualidad. Ninguno de los modelos descritos arriba sería un recorte de derechos de los trabajadores o del estado del bienestar. De los cuatro, el modelo de flexiseguridad es el más difícil de implementar a corto plazo,  pero creo que es el más deseable. Los otros tres son realistas, protegen al trabajador igual y harían el mercado laboral muchísimo más eficiente.

Recordad, si queremos cambiar el modelo productivo, tenemos que cambiar el mercado laboral con urgencia. Hay otros mercados laborales posibles – todos menos injustos que este. No hablo sólo de eficiencia; algo que crea un 20% de desempleo es esencialmente injusto, mal que nos pese.


34 comentarios

  1. Heathcliff dice:

    Una propuesta más:

    -Despido de coste fijo, pero mediano: digamos 22 días.
    -Subsidio de desempleo mucho más generoso que el actual, de alrededor del 120 % del salario mínimo.
    -Contrapartida de trabajo de utilidad social a cambio del subsidio de desempleo, con lo que eso supone de eliminar a esa persona de la economía sumergida y la cantidad de cosas que podrían hacerse.

  2. Heathcliff dice:

    El subsidio de desempleo del que hablo, pro tiempo limitado, por supuesto.

  3. Creu dice:

    Sigues sin mencionar que el mercado es dual por las masivas ilegalidades que cometen los empresarios, sigues sin plantear como corregirías eso. Sigues con la tontería esa de los incompetentes, cuando sabes de sobra que se usaría para acabar con los «molestos» (cualquiera que pida sus derechos). Y sigues, y sigues, y sigues… No voy a decir que no tengas razón en alguna de tus ideas, pero mientras no intentes responder a lo que te plantean, en lugar de largar el mismo royo treinta veces, el debate no avanza nada.

  4. Miguel Nuñez dice:

    La propuesta de los cien es muy simpática. Normalmente en este país a los temporales no se les despide; lo que se hace es no renovarlos, y así no pagas absolutamente nada. Es más, si las pagas extras estaban prorrateadas te vas de la empresa con las manos en los bolsillos.

    Si ese aumento progresivo se aplica a todo el mundo la situación general empeoraría sustancialmente, y nuestra tasa de temporalidad (la más alta de Europa) sería todavía mayor, porque los empresarios tendrían muy fácil ya no no renovar, sino directamente despedir, y lo hacen (y aquí está la clave del asunto) aunque seas absolutamente válido… normalmente no hay una persona válida y 199 personas inútiles esperando un trabajo, de hecho, normalmente la inmensa mayoría de los que están detrás tuya buscando tu mismo puesto de trabajo podrían hacerlo perfectamente igual que tu.

    Una mediana o pequeña empresa (la inmensa mayoría) no andan buscando al trabajador perfecto, sino alguien que simplemente lo haga bien, y tal y como está el mercado laboral echar a alguien es extremadamente fácil.

  5. Lole dice:

    «Si alguien está cobrando el paro y se niega a volver a trabajar, por cierto, le recortamos el subsidio»
    Aquí habría que añadir mucha, mucha, mucha letra pequeña a eso, para evitar los consiguientes abusos.

    «Propuesta de los cien»
    En esencia es parecido a lo que hay ahora, salvo que el trabajador percibe menos dinero, sobre todo el que tiene poca antigüedad. No veo que vaya a impedir que siga habiendo mercado dual.

    Otra cosa que tambien tenemos que cambiar:
    Cambio de mentalidad respecto a los mayores de 50 años, que una vez pierden el empleo dejan de existir para los contratadores. Ahora bien, ¿cómo? Ni idea. ¿A alguien se le ocurre algo?

  6. Muy bueno el artículo. Certero y conciso. Haré una reseña en mi web http://www.flexiseguridad.es

  7. Alatriste dice:

    Ese que mencionas es un problema basicamente irresoluble si se ataca de frente: es imposible que un contratador que puede elegir entre un candidato de 30 años y un candidato de 55 no escoja al más joven ‘ceteris paribus’ (la cosa cambia si el mayor está más formado, por ejemplo)

    Eso solo puede cambiar si

    a. No hay candidatos de 30 disponibles. Es decir, si el paro es muy bajo
    b. Los candidatos de 30 tienen desventajas compensatorias… por ejemplo, días de vacaciones adicionales por hijos pequeños

  8. Lole dice:

    Alatriste
    «b. Los candidatos de 30 tienen desventajas compensatorias… por ejemplo, días de vacaciones adicionales por hijos pequeños»

    Muy buena idea. Me gusta. Al tiempo que se intenta fomentar el empleo a tramos de edad con paro crónico, también se fomenta la natalidad.
    La imaginación al poder.

  9. Roger Senserrich dice:

    Varias notas:

    Heathcliff:

    – Poner un coste de despido fijo y relativamente alto desde el principio destrozaría el sector turístico, más de 15% de la economía española. Hay algunos sectores y trabajos que tienen que ser temporales, al fin y al cabo. No puedes tener monitores de esquí indefinidos.
    – Un subsidio de desempleo tan alto es un incentivo tremendo para no trabajar.
    -Buena idea, cara y complicada de controlar. Valdría la pena estudiarlo.

    Creu:

    – Es por eso que todas las propuestas parten de un contrato único; precisamente para evitar fraude de ley. Es más, en todos los casos es más barato mantener a alguien que despedirlo y volverlo a contratar, quitando incentivos a los contratos en cadena.
    – ¿Cuánta gente conoces en España que está trabajando y nunca ha querido aprender a utilizar el ordenador? ¿Sabes cuánto durarían en una empresa en EUA? La incompetencia existe, y más cuando no hay incentivos para evitarla. Esto de «los molestos» es una excusa.

    Miguel Nuñez:

    – En la propuesta de los cien NO existen los contratos temporales. Sólo hay un tipo de contrato, el «12-36» que ellos llaman. Si un empresario quiere despedir a alguien al final de un año de contrato, paga doce días; si lo hace al final de dos, paga 28 (14×2), tres paga 48 (16×3), y así sucesivamente. La idea es que el aumento de costes de mantener a alguien en la empresa (no alargar un contrato; todos son indefinidos) sea menor que el de echarlo, chuparse doce días y contratar a otro tipo (o al mismo) por un añito más.

    Lole:

    – Toda la letra pequeña del mundo, por descontado. Lo que no queremos es que alguien tenga un trabajo disponible y prefiera no hacer nada, por eso.
    – La propuesta de los cien es muy distinta al modelo actual. Repito: hay un sólo tipo de contrato. No hay dualidad. Todo Dios está en el mercado laboral con las mismas condiciones de partida. Los trabajadores más antiguos están más protegidos que los nuevos, pero el incremento es muy gradual.
    – Si quieres que diga la verdad, no creo que demasiada gente acabe con los 12 años e indemnización máxima en su vida laboral, por cierto: vamos a cambiar de trabajo más a menudo. Esto de estar en la misma empresa toda la vida tiene que cambiar.
    – El paro en mayores de 55 años es un problema, pero comparado con el paro entre menores de 25 no es que sea demasiado relevante. Estamos hablando de 43% contra 10-15%, si mal no recuerdo.

    Alatriste:

    -La idea de días de vacaciones adicionales a gente con hijos es peligrosa. Me veo a gente ocultando que tiene hijos en la entrevista de trabajo, vamos. Procrear te hace menos empleable.

  10. Erpablillo dice:

    Hay cosas que sí, que valñe, que muy bien pero sin embargo en otras va a ser que no. La identificación de los problemas correcta, te tengo que seguir insistiendo en que es necesario también un esfuerzo por parte de los empleadores (en todo el escrito parece que los esfuerzos son por parte de los empleados) amén de que sean de adoptar actitudes más enfocadas hacia la planificación estratégica a medio y largo plazo en lugar de la inmediatez que impera en estos momentos.

    Flexiseguridad, impuestos por despidos y cuentas de jubilación, nada que objetar a priori, me parecen medidas sensatas par conseguir una impronta de cambio real en el mercado laboral. De la propuesta de los 100 aún no puedo opinar ya que no la tengo empollada (cuando llegue a casa luego, hablamos).

    Sin embargo lo que llamas «excusas» con el tema de los «molestos» es una realidad: en muchas empresas (y lo he vuelto a ver en la mía esta misma mañana, después de verlo por dos veces salpicándome a mi directamente hace varios meses) no se utiliza la meritocracia como criterio objetivo de promoción interna o como índice para mantener un puesto de trabajo. En muchos lugares se sigue primando la mediocridad de un empleado dócil pero competente que de alguien más «revoltoso» pero con mayor capacidad de innovación y aportación (quizá en muchos casos por miedo a que «hagan sombra» o pongan de manifiesto los defectos, inevitables de todos modos que para esos somos todos humanos, de mandos intermedios y superiores). No nos perdamos en la teoría pura, que al fin y al cabo estamos hablando sobre relaciones humanas, y siempre hay elementos de subjetividad a tener en cuenta.

  11. Roger Senserrich dice:

    Recuerda que son cuatro alternativas distintas; no son cuatro cosas a aplicar a la vez :-).

    Sí, me centro en los empleados – pero volvemos a lo de siempre: los empleadores, en el sistema actual, no tienen incentivos a planificar estratégicamente a largo o medio plazo, ni a enforcarse en la innovación. Claro que quieren empleados dóciles; una vez tienes un indefinido, el tipo no se va a ir ni con agua caliente. Estás casándote para toda la vida. Peor, de hecho. Los divorcios son más baratos que los despidos…

    Los jefes no pueden hacer gran cosa ahora para buscar la excelencia. El sistema actual no te deja. Es por eso que pido reformas como estas.

  12. RATKO dice:

    Flexiseguridad, si.
    Impuestos al despido, chapuza y desastre seguro.
    Cuentas despido a lo brasileño, huir y correr cuanto más lejos mejor.
    Propuesta de los 100, si.
    Lo mejor, casar contrato 12-36 con flexiseguridad, usando este contrato como puente entre situación actual y flexiseguridad.

  13. Miguel Nuñez dice:

    Esa parte la entendí, pero ya daba por hecho que no podría aplicarse literalmente. Como bien respondes en otro momento, los contratos temporales son necesarios, y si haces que un único contrato se comporte en un primer momento como uno temporal… llegaremos a niveles de temporalidad estratosféricos.

    Una vez que se abrió la veda a los contratos temporales en España se dió paso al abuso actual que hace que la temporalidad en España sea la más alta de Europa. Siendo un tipo de contrato necesario, ¿como se acota?. Ese es el problema, y no es fácil.

    Tengo la sensación de que la propuesta viable es la A), ¿problema?, si practicamente eliminamos el sistema de cotizaciones y las empresas solo pagan salarios, el Estado se tiene que hacer cargo del resto vía otros impuestos.. impuestos.

    Con respecto a lo de las prestaciones, el INEM ya funciona así, en teoría; en principio te pueden obligar a hacer cursos de formación, la prestación por desempleo se reduce con el tiempo y tiene una duración máxima de dos años. El único problema es que el INEM ahora mismo no funciona bien.

  14. Roger Senserrich dice:

    ¡No se comporta como un temporal! No lo es. En las propuestas de arriba siempre es más caro tener un puesto cubierto por gente que está en la empresa un año y la echas que si tienes al mismo tipo dos, tres, cuatro años:

    – En A, el coste está implícito: el empleado nuevo necesita aprender qué hacer. Es menos productivo de entrada.

    – En B, el impuesto por despido es idéntico para un tipo que echas a los tres meses que uno que lleva doce años.

    – En C, el coste del trabajador nuevo es básicamente idéntico al del trabajador antiguo. Las contribuciones a la cuenta aumentarían muy lentamente, así que mantener a alguien es mejor que cambiarlo. Si quieres ser más basto, podrías hacer que las contribuciones fueran mayores el primer año que el segundo y el tercero, ya puestos.

    – En D, si despides a un tipo el primer año pagas indemnización; si lo mantientes, lo único que haces es que el coste de despido suba muy ligeramente. Es más barato mantenerlo que tener una serie de tipos cada año.

    Recuerda, no existen contratos temporales. TODO el mundo empieza como indefinido «barato». Tener empresas con contratos cortos es aún factible (un indefinido en primer año es aún relativamente fácil de despedir) pero si tu puesto no es estacional (monitor de windsurf, operador de telesilla, algo así) el empresario prefiere retener a sufrir un sistema que penaliza la temporalidad.

  15. Francisco dice:

    El modelo (A) no es viable (en mi opinión absolutamente carente de pruebas) con un paro del 20% por su coste, es viable con un paro del 10%-5%, así que hasta allí no podemos, se puede objetar que con este sistema el paro sería del 10%-5% pero no es demostrable, al menos en España y desde luego no a corto.

    El modelo (B) es elegante para el empresario, despido a coste fijo, al menos eficaz, pero muy perjudicial (sobre el sistema actual) para el empleado, solo es valido si es fácil recolocarse, para mi (que tengo gracias a dios hoy un buen sueldo) cobrar 8 meses el doble del SMI es un drama personal transitorio, no veo al estado pagarme el 60% de mi sueldo por no trabajar, si fuera así sería factible, ok, yo no soy EL problema, pero soy MI problema… 😉

    El modelo (C) es muy elegante para todos, mucho, el despido está «pagado» a la vez que soluciono el tema de las pensiones, pero no puedo contar con él para arreglar las pensiones, ¿si me despiden mucho no tendré pensión o que? Además, tiene el problema de que no creo en los fondos de pensiones privados, ¿quién gestiona eso? Por otro lado, las empresas que no despiden pagan igual que quienes despiden mucho, no me parece «progresivo» (no es la palabra, pero creo que se me entiende)

    El modelo (D) está cerca de algo viable, pero le veo un problema brutal, yo tengo 6 años de antiguedad, un despido de digamos, 25 días por año, 150 días, si me cambio… ¿durante tres años tengo un despido de 12 a 18 días por tres años, 36 días? Pierdo mucha seguridad laboral de modo definitivo, reduce mucho la movilidad laboral y traslada el riesgo al empleado que se mueve de un empleo a otro mejor, penaliza mucho no ser un empleado-seta….

    El modelo podría ser un agradable combo entre algunos de ellos.

  16. Francisco dice:

    Por cierto, una revisión detallada del (C) la veo viable…

    Si que me despidan no supone recortar mi pensión al menos. Para mi el despido debe ser una compensación que te mantenga mientras buscas trabajo…

    Tal vez mantenerte el sueldo a costa de la contribución a la pensión, el 50% a cargo de tu pensión, el 50% del estado…

  17. Lole dice:

    «- El paro en mayores de 55 años es un problema, pero comparado con el paro entre menores de 25 no es que sea demasiado relevante. Estamos hablando de 43% contra 10-15%, si mal no recuerdo.»

    Creo que tienes una visión cortoplacista (por lo menos en este caso): la generación que ha padecido (y sigue padeciendo) contratos basura ya se acerca a los 40 años, la misma que padeció la dualidad del mercado en la crisis de la primera mitad de los 90 (aunque quizás no la recuerdes, algo habrás leído al respecto). Cuando lleguen a 55 años, muchos no habrán tenido suficiente antigüedad para conservar el empleo como «jarrones Ming», ni habrán cotizado para una pensión contributiva gran cosa (¿25 años? Ja, vamos de culo), ni una familia que te dé cobijo mientras dura el chaparrón, ni expectativas de que el futuro pueda ser mejor. Queda poco lugar para el optimismo.
    Sí es un problema demasiado relevante, desgraciadamente.

    La idea de Alatriste me parece mejor alternativa que mirar para otro lado.

  18. Miguel Nuñez dice:

    Pues desde luego no me parece mal eliminar los temporales y de formación, es más, se podría volver a pensar en aquello de los «fijos discontinuos».

  19. otro estúpido dice:

    La «Propuesta de los Cien», la descartaría: de entrada, me parece demasiado complicada.

    (A lo mejor es por deformación profesional: como servidor se gana la vida programando ordenadores, tiende al KISS.)

    Un par de apuntes.

    Respecto al problema empleado rebelde versus empleado caradura, ambas realidades están ahí: hay mucho caradura que no quiere actualizarse y al final otros – con muchas peores condiciones – tienen que hacer, además, su trabajo y bailar.

    (Para más inri, en caso de que el tipo sea un viejales con contrato más blindado que Fort Knox, uno tiene que soportar una perorata paternal tipo «es-que-vosotros-no-sabéis-defender-vuestros-derechos», que a veces va acompañada de relatos de supuestas batallitas contra la dictadura de Franco, ese hombre… que los españoles – Paco Umbral dixere – mataron de muerte natural.)

    Por otra parte, al empleado rebelde se le echa… servidor puede dar fé de ello: le han dado la patada en el culo unas cuantas veces. Ahora bien, ¿es éso un problema?

    Pues yo diría que no. Me van a permitir un poco de autobombo, pero les diré que el empleado «rebelde» vale, por lo general, mucho más que el empleado sumiso y que, tras la patada en el culo, tarde o temprano se recoloca – más bien tarde, seamos realistas – en algún sitio, y con mejores condiciones. O dicho de otra forma: esa empresa de la que a uno le echaron, simplemente, no era para usted, de la misma forma que un homosexual pinta poco o nada en las huestes de Rouco Varela.

    Además, en Hispanistán pensamos en términos del terruñito que nos vio nacer o, quizás, en Madrid, Barcelona y similares, que para vivir son una mierda. Y no es éso, la Unión Europea y la libre circulación de trabajadores está ahí.

    (No caigamos tampoco en la tentación de creer en los cuentos de hadas: no es fácil lo de emigrar, pero tampoco imposible.)

  20. Heathcliff dice:

    Gracias por tus objeciones, Roger:

    Me permito rebatirlas:

    – Poner un coste de despido fijo y relativamente alto desde el principio destrozaría el sector turístico, más de 15% de la economía española. Hay algunos sectores y trabajos que tienen que ser temporales, al fin y al cabo. No puedes tener monitores de esquí indefinidos.

    Esos sectores de los que hablas están ahí, ciertamente, ¿pero qué coste real supone para un hotel pagar 22 días por año trabajado a un tipo que trabajó tres meses?, ¿5 días? La verdad es que me parece un incremento de coste realmente ridículo a cambio de lo que aporta. Si el trabajo es temporal, el despido será comparativamente muy barato.

    – Un subsidio de desempleo tan alto es un incentivo tremendo para no trabajar.

    Un subsidio de desempleo tan alto vinculado a tener que estar todos los días ocho horas limpiando cunetas de carreteras comarcales (por decir algo) no es un incentivo tan grande. Y de hecho, eliminaría la impresión de que el desempleo es un tiempo sabático, desanimaría al vago profesionalo, y hundiría por la línea de flotación gran parte de la economía sumergida.

    Lo mismo debería hacerse, por todo tipo de razones, con las bajas laborales y las incapacidades. La gente que no sirve para NADA no existe. Todo el mundo es útil.
    Sé de un tetrapléjico que trabaja mirando cámaras de seguridad y si ve algo raro le da a un botón con la nariz. Y te advierto que es un tío competente de veras, y que más te vale ir a robar a otro lado, porque él SÍ mira toda su jornada los monitores.
    Con eso, dicho todo.
    Ni te imaginas el golpe que sufriría la economía sumergida con la combinación de esas dos medidas…

  21. Auskalo dice:

    Una mala traducción:

    ¿Podemos gestionar la verdad?

    Tanto a nivel mundial como en la mayoría de las naciones, los patrones de consumo necesarios para mantener el orden social existente son incompatibles con la distribución de los frutos de la producción. La estabilidad social y económica, por lo tanto, dependen de una redistribución para la que no existe un marco legal abierto o un consenso político. Para cuadrar este círculo, el sector financiero y el gobierno han evolucionado los medios de ocultar la redistribución en complejos arreglos continuamente improvisados. Como era de esperar, las masivas distribuciones de riqueza organizadas de esta forma dejan mucho que desear, en términos de pura corrupción (el sector financiero y el gobierno redistribuyen gran cantidad de riqueza para sí mismos), la justicia (por ejemplo, la riqueza se redistribuye a los que especulan al comienzo de las burbujas), y la sostenibilidad (la ilusión de valor de los supuestos bienes de aquellos a quienes se sustrae la riqueza puede ser frágil, pero los «apercibimientos de pérdida»
    son socialmente perjudiciales si no son cuidadosamente pautados y asignados).

    Ninguna reforma financiera ni política puede tener éxito a menos que superemos las contradicciones sociales y económicas que han dependido del sector financiero para su, literalmente, empapelamiento sucesivo. Las deudas fuera de balance que ocultan el deterioro de los supuestos bienes de los ahorradores, ya sea en hipotecas de alto riesgo respaldadas por títulos o de los programas de prestaciones soberanos, no son aberraciones. Son herramientas esenciales en el arsenal de la estabilidad social, el equivalente económico de las operaciones militares encubiertas, cosas que hay que hacer pero siempre han de ser negadas, a fin de proteger la manera de vivir de los estadounidenses (y europeos, y chinos). A menos que definamos acuerdos públicos que superen las contradicciones entre la organización de la producción y los patrones de consumo socialmente deseables, cada escándalo y cada reforma vendrá seguida necesariamente de una nueva técnica o un truco nuevo que suministre, si bien de forma injusta o corrupta, las
    transferencias de riqueza de las que dependen nuestras sociedades. Las opciones que nos quedan son alinear abiertamente los frutos de la producción con los patrones de consumo, continuar empleando ficciones contables y la magia (financiera) de alejar en el tiempo las contradicciones, o someternos a algún tipo de colapso.

    Sobre la magia: http://worthwhile.typepad.com/worthwhile_canadian_initi/2010/01/finance-as-magic.html

    © Interfluidity

  22. […] eso es exactamente lo que Europa necesita. Olivier Blanchard (sí, el mismo tipo que se inventó nuestra reforma laboral preferida) habla de ello en una entrevista en la página del FMI (¡!) (vía Matthew Yglesias): IMF survey […]

  23. dario dice:

    Lo que hay que hacer es terminar con dos de los augeros negros de la economia: los paises como monedas devaluadas o que no pagan los sueldos que corresponden, por ejemplo: la india y china. Estos paises hacen que el empleo se mueva de los paises con economias consolidadas a paises de tercera linea.
    Y por otro lado acabar con los paraisos fiscales que posibilitan que las empresas dibujar sus ganancias y asi el estado no puede exigirles mas retribuciones.

    ah , escribo desde la devaluada argentina.

    saludos!

  24. […] de intentar racionalizar el sistema haciendo el empleo a largo plazo más atractivo (y – repito – no hace falta abaratar el despido), ha decidido que lo suyo es profundizar en el cortoplacismo, haciendo el empleo estable aún más […]

  25. […] y fácil de entender idéntico para todo el mundo y con costes automáticos (y sin “neoliberalismos“) que imponer aún más […]

  26. […] que es crucial. Y repito, no hace falta ir hacia el despido libre o neoliberalismo bastardo; es perfectamente posible mejorar el horripilante sistema actual sin recortar […]

  27. […] a esta formaba parte de la lista de posibles reformas para el mercado laboral que puse por aquí. Por descontado, la idea no es mía ni de broma (que yo sepa, sale del Banco de España), pero vale […]

  28. […] Banco de España llevan proponiendo desde tiempo inmemorial. Precisamente este arreglo entró en mi lista de posibles reformas laborales, tras una conversación con Citoyen, así que realmente me parece una buena […]

  29. […] lleva siéndolo meses, y hace necesarias medidas de importancia, incluida la reforma laboral (I y […]

  30. […] el caso de la reforma laboral, esto era especialmente cierto. Mi (idealista) punto de vista que el gobierno debia asumir que habia cosas que debian ser hechas […]

  31. […] nota final: hemos llegado a un punto que no me importa qué reforma laboral aprobamos – cualquier cosa es mejor que el engendro actual. Pueden copiar a Austria, pueden copiar ese infierno neoliberal que […]

  32. […] asume que toda reforma laboral es un recorte de derechos y perjudica la ocupación. Intrépido, como poco. También afirma que apostar por el empleo consiste en mantener la regulación actual… algo […]

  33. […] indicador de un empleo de más calidad es la contratación indefinida. Se supone que medidas como la de ofrecer una indemnización menor por despido o facilitar la eliminación de […]

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