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Una nota adicional al artículo de ayer sobre modelos productivos y mercado laboral: la inevitable excusa de la cultura empresarial y los empresarios pueblerinos. Es que en España los bancos no ponen el dinero para negocios innovadores, la gente con dinero son todos unos pueblerinos que no saben lo que es internet y aquí no se reconoce la ingeniería y los inventos brillantes hasta que alguien los usa para invadirnos con ellos, etcétera.
Repitiendo lo anterior: bobadas. Cuando alguien echa la culpa de algún problema a la cultura del país, lo que está diciendo es que este país es una mierda porque está lleno de españoles. España funciona de pena porque es España, del mismo modo que los congoleños se lían a tortas porque eso hacen los congoleños, Bolivia es pobre porque los bolivianos no son amantes del desarrollo económico y los alemanes son geniales porque estan llenos de esencias teutónicas y les va el heavy metal. Es un argumento viejo como el hambre y totalmente circular, que nos exculpa de todo: la culpa es nuestra esencia patria, que nos hace todos imbéciles.
Esto realmente no es así, por descontado. Los empresarios en España, Congo, Bolivia y Alemania responden a incentivos, y básicamente están tomando decisiones racionales de forma individual para intentar ganar dinero. En el Congo eso quiere decir a menudo sacar dinero a Suiza y pagar a milicianos para que te protejan tus minas de cobre o diamante, dando el golpe de estado ocasional si es necesario. En Bolivia tradicionalmente era apoyar a cualquier dictador autoritario que te protegiera el latifundio, y ahora probablemente es hacer amigos en el gobierno a ver si te cae dinero público de la expotación del gas. En Alemania es aprovechar que tienes una mano de obra hipercualificada, un tejido industrial riquísimo y un consumo interno cada vez menor (debido al envejecimiento de la población) para intentar exportar cacharros de altísima tecnología. En España se construyen casas, se busca un pelotazo y se contruyen chiringuitos de plazo.
Las decisiones no son en ningún caso triviales, y dependen de muchísimos factores. En todos los casos, los inversores intentan ganar dinero, a buenas o malas, minimizando el riesgo y maximizando los retornos. En los países especialmente horripilantes, como el Congo, la ausencia de un estado fuerte hace que parte de la inversión sea en tipos con rifles. En países sin base industrial, capital humano o instituciones que favorezcan montar empresas, lo nuestro será el latifundio. Y si eres Alemania y eres tradicionalmente incapaz de construir nada que no tenga catorce aleaciones exóticas distintas ya que tus ingenieros son increíbles haciendo esas cosas, pues bien, harás eso.
El mercado laboral es uno de los elementos que influyen en estas decisiones, pero no es el único. En el caso español, es uno de factores que hace una clase de negocios mucho más fáciles de montar que otros. Lo que tenemos que hacer es qué instituciones son las que hacen Alemania lo que es ahora, y ver qué copiamos, sin resignarnos a nuestra pobre destino culturalmente impuesto.
Lo que nos daremos cuenta por cierto cuando echemos un vistazo a Alemania es que realmente no queremos ser como ellos. Primero, porque el famoso programa de reducción de la jornada funciona si el país simplemente está exportando menos por una recesión, pero sus empresas siguen siendo igual de ultracompetitivas que antes. Segundo, porque el modelo de economía hiperexportadora alemán (y japonés) tiene sus propios problemas y vulnerabilidades, como su total dependencia del exterior. Si vamos a copiar a alguien (ya puestos), más nos vale ser Dinamarca, Canadá u Holanda, economías abiertas, con una red de protección social excelente y tremendamente flexibles. Pero ese es otro tema.
Son las instituciones, gente. La gente responde a incentivos, no a mantras culturales. Especialmente si lo primero te hace ganar bastante más dinero que lo segundo.
Un aplauso. No es la cultura empresarial nacional la que determina como funcionan las cosas, es la forma en la que funcionan las cosas la que incentiva una determinada cultura, por no decir que la impone… No puedo estar más de acuerdo.
Para poner un ejemplo del mundo real (una manía mía) nuestros bisabuelos jamás hubieran creido que los japoneses o los chinos fueran capaces de hacer nada a derechas, y mucho menos en temas de ingeniería, altas finanzas y/o ciencia. Las culturas del inmutable Oriente son incapaces de cambio, todo el mundo lo sabe.
Los incentivos también son sociológicos, y la percepción de los incentivos y riesgos también responde a valores de la sociedad a la que pertenecen los empresarios.
Negar el factor sociológico de la economías no es muy coherente con asumir posturas keynesianas en otros aspectos. Si la sociologías y los valores sociales no son determinantes sí que son influyentes, y por mucho que haya factores institucionales favorables a unos incentivos estos no se percibirán y se reaccionará a ellos de la misma manera si los valores y percepciones sociales ante ellos son unos u otros. Eso no quiere decir que las sociedades sean homogéneas y que todos los actores económicos reaccionen igual, y que los valores sociales sean inmutables, las sociedades son dinámicas, los individuos toman decisiones y actúan como seres autónomos.
Pero en el agregado los valores sociales emergen y aunque haya algunos empresarios que asuman buenas políticas de prevención de riesgos, que SE HA DEMOSTRADO, que implica menores costes a largo plazo, los empresarios no las aplican de forma general (a pesar de que la ley lo favorece, se llama resistencia al cambio y a ceder «poder»).
No es que los individuos sean idiotas y quieran perder dinero y asumir problemas legales por no aplicar la LPRL, sinó que su percepción del beneficio es menor del que es objetivamente, y su percepción del riesgo de accidente laboral (del empresario y del trabajador) es menor de la que hay objetivamente.
Lo que se aplica a la aplicación de medidas preventivas en la influencia de los factores psicológicos y sociológicos se aplica también a los tipos de negocios que se asumen como más arriesgados o no, en las políticas de recursos humanos, etc…
No es que España vaya mal por culpa de los españoles. España tiene un montón de empresarios y cada uno de ellos es diferente, cada uno asume sus decisiones tiene sus valores individuales, sus condicionamientos personales, sus factores psicológicos individuales. Pero en el agregado se nota una cierta tendencia, un conjunto de valores empresariales. Que no es que sean ni más malos ni más buenos que otros, tienen factores positivos y negativos según sean las circunstancias y el tipo de mercado laboral que se potencia.
Eliminar la sociología de tu ecuación es lo mismo que hacen los austríacos amigo Roger.
Lo que me doy cuenta de una cosa… los economistas ponen especial énfasis en el factor individual liberal, los politólogos en las instituciones y los sociólogos en la sociedad y los valores sociales. Al final habrá que estudiar las 3 disciplinas sociales para hacer una foto menos sesgada.
Hombre Roger.
Hablas como si la economía fuese una ciencia que habla sobre automatas predecibles, te recuerdo el famoso experimento de los monos…
http://www.psicoactiva.com/curios/platanos_y_monos.htm
(Dudo de la veracidad, he visto fuentes con seis monos y otras con cinco o diez).
Es cierto el tema de los incentivos, también el tema cultural, un tipejo con 300.000 € de la herencia de su padre que vive en una zona costera los invertirá en urbanizaciones como ha hecho todo el mundo alrededor de toda la vida, salvo que el tipejo viva en Almería, en cuyo caso pondrá en invernaderos la mitad.
Esto pasará durante mucho tiempo les cambies o no el modelo productivo, el contrato laboral, la deducción de vivienda, o lo que sea, si llevamos años en una crisis inmobiliaria de pelotas con las grandes quebrando y sigue habiendo tarugos que dicen que el ladrillo es negocio (el otro día lo hacía uno a mi lado en un restaurante pijo de Madrid para impresionar a su nuevo ligue, ambos con sus 50 años).
Hay que cambiar el modelo productivo y el mercado laboral, y la estructura impositiva, si.
Y evangelizar a banqueros para que no se limiten a darles dinero solo a los ladrilleros con herencia, y de vez en cuando diversifiquen algo. Porque a ningun director de sucursal le han puesto en la calle por financiar al Pocero, pero al que financió a Mobuzz seguro que lo han deportado.
Y hay que evangelizar a los empresarios (bueno, al tarugo tal vez no debería llamarle empresario, igual es que estamos faltos de ellos) para que inviertan en áreas diferentes, donde se aplique conocimiento y tengan ellos mismos exigencias superiores a elegir las vistas de la nueva urbanización.
Por eso, si queremos que el empresario invierta en ingenieria, hemos de hacer que los costes del ingeniero sean equivalentes a los del albañil o camarero del chiringuito. Pero no al contrario, ¡pardiez!, no vaya a ser que se produzcan fugas de capitales. Pero entonces, ¿cómo es posible que que tengamos el doble de paro con la mitad de sueldo respecto a los paises que tenemos como referencia? Difícil de explicar sin atribuirlo a una mentalidad cortoplacista y materialista, ¿verdad? ¿No será que lo que conviene es que no sea tan rentable la construcción y los servicios para que se invierta en los sectores más estratégicos?
Alatriste:
Que nuestros bisabuelos fueran ignorantes no valida tu ejemplo. Más que nada porque ignoras toda la historia de China y Japón. Especialmente de China que fue inventora de la polvora y una de los más grandes imperios con su tecnología y demás paridas. Lo que está haciendo China es volver a donde se encontrabas. No te digo más que antiguamente ellos se consideraban el centro del mundo y lo demás bárbaros. Así que hay algo de cultura nacional en ello.
Jose R. :
Que no crea en las limitaciones culturales demasiado no quiere decir que no vea que todo mercado tiene problemas de racionalidad limitada. Todo empresario (en todas partes) tiene un sesgo pro-status quo de espanto – si han ganado dinero con el arreglo actual ¿por qué cambiarlo?. Mira la oposición (absurda) de la Cámara de Comercio de EUA a una reforma de sanidad que les favorece, o su ridícula oposición a una ley de cambio climático que no ha tenido efectos negativos en Europa.
Una vez las leyes se implementen, los empresarios se adaptarán a los nuevos incentivos, claro. Pero eso no quiere decir que no tengan que ser convencidos.
Pau:
Los salarios en España son bajos porque la productividad por trabajador es patética comparada con nuestros vecinos. La organización del mercado laboral, por cierto, es una de las causas que esta sea tan baja.
Jose Rodriguez, no sólo al final, sino que tendríamos que haberlo hecho desde el principio (de hecho, gente como Weber, Simmel… lo hicieron). O empezamos a integrar de una vez las «ciencias sociales» para construir una «ciencia social», o realmente no vamos a ninguna parte. Incluyamos también (como por cierto tú mismo has hecho al hablar de «percepción») la psicología social, faltaría más.
Esta entrada y tu (acertada) respuesta es el mejor ejemplo para la imperiosa necesidad de que no sólo ciertas zonas grises de la economía, la sociología… sean interdisciplinares, sino de construir una base común de trabajo sobre nuestro objeto de investigación: el individuo y sus relaciones, en el espacio y en el tiempo.
Sólo añadir que no me gustaría que nadie confundiese la crítica de Roger a los argumentos de cultura como caja negra, muy justificada, con una crítica a la cultura como factor influyente y no sólo determinado por la base material, como hace Alatriste en el primer comentario. Que neguemos los argumentos «España es así» no quiere decir que no nos preguntemos por qué España es así. La cultura es analizable y diseccionable, y no necesariamente partiendo de un modelo racional-funcional.
¡No hombre, no! Si los costes salariales fueran equiparables a los de los paises a imitar, se harian las inversiones necesarias para aumentar la productividad a niveles también equiparables. Porque, como bien dices, los españoles no somos diferentes y antes lo mimos estímulos y necesidades cabe esperar que tuviéramos las mismas respuestas. Pero, como también dices, sale más a cuenta invertir en hostelería y construcción, pues se va tirando con mano de obra barata y bajos niveles productivos.
El otro día lo pregunté en el blog de Jorge Galindo, así que lo reaprovecho: ¿Se sabe cual es el perfil demográfico de un empresario español?
Lo digo porque no es lo mismo hablar de un señor de 50 años que ha vivido gran parte de su vida con un negocio de corte extensivo y nula preparación especifica empresarial que un joven de 30 y pocos años que aprovecha su experiencia y conocimientos para montar una star-up.
Así, sin entrar al tema de la cultura (Que a mi también me chirría) podemos explicar cierto sesgo en el empresariado español, e incluso apuntar ciertas medidas (Como intentar convertir en empresarios a gente joven de forma compulsiva).
Pero, por supuesto, esto es una elucubración. Falta el dato.
Y tomo nota del apunte sobre las ciencias sociales.
Los aspectos culturales son parte de la estructura institucional/de incentivos de una sociedad. No hay nada de extraño en esto; es lo que te dicen las nuevas teorías del crecimiento, la nueva economía institucional, la nueva historia económica y gente tan poco sospechosa de creer en abstracciones constructivistas como Blanchard en su paper sobre el diferencial de horas trabajadas en Europa y Estados unidos, como Cahuc y Algan http://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=878337 Poned «Douglas North»; «Ken Binmore» «Georges Akerlof» «Herbert Gintis» o «Janet Yellen» en google scholar. Lo de la acusación atomista es una topicazo.
Lo que pasa es que la «cultura» no es algo exógeno; no hace falta ser un marxista comeniños para entender que es el resultado de cosas que subyacen con las que interactúa. Es razonable diseñar instituciones pensando en la estructura de incentivos previa (leedme!! http://www.lorem-ipsum.es/blogs/laleydelagravedad/2009/01/pasando-reformas-ii-disenando-el-seguro-de-desempleo.html ) (repito, la cultura y la estructura social forman parte de la estructura de incentivos: es una variable en la función de utilidad, en la estructura de información de los agentes o un punto de enfoque que sostiene un equilibrio de Nash, no un ente flotante que entra en el argumento de forma retórica y fatalista).
Lo que no es razonable es poner la excusa perezosa de que nada puede cambiar porque uno ha observado que la gente es así y siempre ha sido así. Eso, aparte de ser tremendamente reaccionario, es equivalente a renunciar a hacer políticas públicas y en última instancia- como es casi imposible de medir- supone dejar el debate en una confrontación de prejuicios mutuos («los trabajadores son vagos» vs «los empresarios son unos paletos»). No hablemos ya de cuando el tema alcanza lo internacional dónde llega a ser racista sin desparpajo.
Caso práctico el ejemplo del paper de Blanchard del que os hablaba. http://www.lorem-ipsum.es/blogs/laleydelagravedad/2010/01/comparaciones-europa-vs-eua.html hay tres «escuelas» sobre el diferencial de PIB per cápita. Blanchard lo atribuye a que los Europeos tenemos más preferencia por el ocio y por eso trabajamos menos. ¿Eso es verosimil? Probablemente sí, creo qeu no es pasarme en la antropología amateur si uno subraya que la idea de que hay una distinta ética del trabajo a ambos lados del atlántico es algo más o menos irrefutable. Los otros dos papers los atribuyen a factores institucionales (los impuestos y un efecto path dependence a raíz de la crisis de los 70). Esto es verosimil? pues si uno mira los datos de los papers, la verdad es que sí. Lo cierto es que es probable qeu las explicaciones no sean incompatibles, sino complementarias. Si la gente deja de trabajar tanto porque no le sale rentable, se acostumbra y empieza a pensar que es normal hacerlo, es probable que sus
preferencias cambien y de hecho se adapten, sobre todo si lo mides en un periodo intergeneracional de treinta años. Esto se puede modelizar con teoría evolutiva de los juegos.
Richard Layard sugería por ahí que la gente tiene aversión a la desigualdad http://cep.lse.ac.uk/events/lectures/layard/RL030303.pdf -elemento sociológico- el hecho de ver que tu vecino se hace rico trabajando más te hace sentir mal. O es posible que trabajar poco esté mal visto socialmente en determinados ambientes. Eso es otro elemento para reconciliar las tésis anteriores: la gente decide trabajar más para no ser menos que su vecino. Si no hay restricciones institucionales a trabajar más, lo que tendremos será una carrera de armas a ver quién trabaja más y gana más; aunque en principio trabajar menos sea lo que todo el mundo prefiere.
Con esto, lo que quiero mostrar es que a) Lo de que el análisis económico ignora lso factores institucionales y sociológicos es básicamente falso y b) Todos esos factores tienen que verse interconectados, no son exógenos y no se pueden ver las cosas como una especie de fatalidad cultural. En tiempos de Franco también decían que lo de la democracia era cosa de Suizos y que Spain is different.
J.E.
Este enlace habla del perfil del joven empresario español, es un sector pequeño del colectivo, pero da una idea de la diferencia que existe entre las nuevas genraciones de empresarios y las anteriores (que actualmente son mayoritarias).
http://www.aprendemas.com/Noticias/html/N2172_F11042007.HTML
@RATKO: Muchas gracias.
Mmm….estoy del lado de los que opinan que no se puede obviar el factor cultural. Quizá denominarlo «factor cultural» sea el error, no sé.
Por ejemplo, en mi experiencia laboral / entorno (que evidentemente no tiene por qué ser representativo) observo un determinado patrón que peude ser parte de la explicación.
Los altos cargos son los que deciden las estrategias de la empresa, las inversiones y manejan las relaciones con otras empresas – donde su contacto es otro alto cargo con un perfil similar. Y estos altos cargos son los que deciden quién asciende en la empresa, que normalmente es alguien con su mismo patrón.
De este modo se perpetúa la «cultura empresarial» del país. Sólo triunfarán aquellos que estén de acuerdo con ella. Los que no lo estén no triunfarán y por tanto no podrán cambiar esas pautas, buscar otros caminos, otros enfoques e incluso otras inversiones.
Hombre, Roger, tu hablas mucho de la educación deficiente que tenemos en España y de su papel en los bajos sueldos. Pero es que la baja educación también afecta a los empresarios; no se trata su carácter, sino de que ellos tampoco estan preparados.
Yo lo veo a diario: gente que pueden ser buenos profesionales pero no saben nada de liderazgo o de lo que es una empresa. Y eso son los mejores, porque en la construcción abundan los auténticos Gil y Gil de la vida. Llevamos una auténtica rémora que es la versión directiva de los «jarrones ming», como dicen J.E. y Ratko.
Esto no es una vaga idea cultural, son hechos.
¿Ui, sabes que iría muy bien para sacarse de encima a los directivos-jarron Ming incompetentes?
Abaratar el despido. Casualidades.
¿Y quién despide al dueño de una PYME o una SL?
@d
La competencia, supongo. Claro que para eso nuestros super jóvenes, formados e inteligentes empresarios soñados deberían poder hacerse antes una empresa, para después expulsar a las empresas que no sepan adaptarse.
Y llegamos a una cuestión de huevo y gallina: ¿Al modificarse las condiciones del mercado (Reforma laboral, reforma educativa, etc..) los bancos reaccionaran abriendo el chorro de créditos hacia esa nueva clase de empresarios o deben empezar a tener éxito esa nueva clase de empresarios para que los bancos abran el chorro de los créditos?
La verdad es que cuanto más vueltas se le da a esto, más se parece a una muñeca rusa…
¿Y quién despide al dueño de una PYME o una SL?
Esta pregunta es para ofender? EL MERCADO.
A diario. Sin indemnizaciones.
Pues como bien te están diciendo por aquí, la cultura y los factores sociológicos es algo que se encuentra en realimentación con la economía y cualquier aspecto de las ciencias sociales, que para algo tienen ese nombre.
Por ejemplo, imagina lo que pasaría si se ignoran ciertos componentes culturales en las empresas, a nivel micro, que luego se suman para crear el «agregado», del que aquí hablan algunos. Si cualquier medida ignora este aspecto, está condenada al fracaso en la prática. Imagina que pasaría si, digamos, en un país en el que la mujer es un cero a la izquierda (aspecto sociológico/cultural), un jefe de personal contrata a una mujer de 20 años para lidiar con hombres digamos «rudos» de más de 40, virtud de digamos, una medida de fomento del empleo femenino puesta en marcha por el político de turno.
@cambiosocialya:
Aunque la anécdota no es el singular de datos, acabas de casi retratar el caso de mi hermana: Mujer joven que queda al cargo de un equipo predominantemente masculino y maduro.
Y ni un problema; al principio algún recelo, pero finalmente todos hacen su trabajo, reconociendo cada uno su valor.
Al hilo de esto, conviene recordar que no solo la cultura modifica el mercado de trabajo, sino el mercado de trabajo también modifica la cultura.
Estoy seguro que no es la misma la visión de un albañil que ha trabajado con marroquíes y encuentra que puede trabajar con ellos sin ningún problema que el de un señor que los únicos marroquíes que ha visto son los que pasan costo en el barrio, por poner un ejemplo.
[…] hasta los economistas progresistas defienden que el despido aquí debería ser tres veces más barato del que se aprobó en China en Enero de hace dos […]
Roger:
Los directivos Jarron-Ming no están adscritos al convenio colectivo, y sus salarios y protecciones vienen ligadas a acuerdos individuales colega… Esos no se van con 20 días por año trabajado como es la media de los despidos indefinidos de este país.
@ J.E
¿Tu hermana trabaja en un país islámico y la obligan a llevar burka?
Porque me da que no has comprendido el ejemplo.
[…] hoy, leyendo estos dos comentarios de Citoyen, me he vuelto a acordar de todo esto. Ahora mismo, estoy siguiendo […]
[…] incompetentes. La economía española es como es porque así es como la hemos legislado, no porque el país esté lleno de españoles. Si todos somos tan burros que nadie tiene la más remota idea sobre cómo montar una empresa, lo […]
[…] Esto pone de relieve algo que egócrata y yo llevamos un montón de tiempo diciendo: que en España las actividades rentables sean la construcción y el turismo, que son sectores muy adaptados a este tipo de equilibrios no cooperativos, no es una casualidad: es obviamente una consecuencia de nuestra estructura económica (nivel de desarrollo, condicionantes geográficos, etc,…) pero también de nuestras instituciones. Posiblemente haya un elemento de cultura empresarial, pero lo cierto es que papel de las instituciones del mercado labora-y de los costes de despido en particular- acentúa ese efecto. […]
[…] de mover millones de tipos del campo a la ciudad, en un modelo de crecimiento extensivo (¿os suena?) que les ha ido muy bien y promete durarles bastante años ¿Cuántos? Bueno, un 35% de la […]
[…] explicaciones “culturales” o “sociologicas” basadas en “España y yo somos asi“. En economia, cuando no terminamos de entender un problema, solemos meterlo en una caja […]