Realmente no entiendo lo que pretende este gobierno a veces. Ayer Zapatero convocaba a todos los presidentes autonómicos y les ofrecía llegar a un consenso en reformas estructurales en el mercado laboral. Según El País, «Zapatero mantuvo desde un principio la posición de que lo más importante era el acuerdo en sí mismo, por encima del contenido«, una postura ya de por sí bastante alucinante (¿qué pretende? ¿que no importa lo que se apruebe, el resultado será estupendo? ¿es pensamiento mágico?);  lo más deprimente, sin embargo, es que alguien en el ejecutivo creyera que veríamos algo decente salir de una reunión así.

Cierto, el PP no quiso arrimar el hombro y pactar una reforma. Eso no hace al partido en la oposición una organización irracional o irresponsable – básicamente, está haciendo su trabajo. España está en una recesión tremenda; el PSOE está gobernando, y el Partido Popular es la alternativa. Se supone -eso dice la leyenda- que quien ganó las últimas elecciones tiene que tomar decisiones, y el electorado los juzgará por eso. Si ejecutivo tiene que tomar medidas impopulares, la oposición no tiene por qué comerse el marrón, por muy necesarias que sean las medidas.

Más allá del elemental hecho que quien gobierna es quien (¡cielos!) tiene que ser quien diseña y aprueba reformas, uno tiene que ser muy ingenuo para pretender que la oposición se suma a consensos porque sí. El PP quiere ganar elecciones; es un partido político, y ese es su trabajo. A Rajoy no le interesa que el gobierno dé una imagen de liderazgo, competencia o capacidad de consenso; eso reforzaría al PSOE. Si Zapatero pretende necesitar una supermayoría para hacer cosas, el PP tiene todos los incentivos del mundo para protestar ruidosamente y forzar que las reuniones sean un fracaso.

Lo más divertido, sin embargo, es que aún con las banalidades y retórica poco específica de la propuesta del PP, lo que dicen tiene bastante sentido. Ignorad la verborrea partidista del principio; en el decálogo hay bastantes cosas que no están mal; de hecho, son tan buenas que el gobierno las llevaba en su documento, más concretadas pero sin demasiada ambición. El PP no votará a favor de sus propias ideas (faltaría más; no les conviene), pero eso no tiene por qué ser malo: si las reformas son ambiciosas y dan buenos resultados,  el mérito será únicamente del PSOE, sin ayudas externas.

Este el pequeño secreto de gobernar en democracia, por cierto: si haces las cosas bien, acostumbras a ganar las elecciones. La mayoría de modelos electorales (por no decir todos) dejan bastante claro que los votantes de hecho prestan poca atención al ruido y furia de las campañas electorales, la inflada retórica de los políticos y los retorcidos posicionamientos tácticos de los actores políticos. Si quieres saber quién va a ganar elecciones, lo mejor es mirar la tasa de inflación, desempleo y crecimiento del PIB, y punto. Sólo cuando un gobernante comete estupideces comunicativas extraordinarias (cof-11M – cof) un buen gobierno pierde elecciones. Si el PSOE quiere ganar las elecciones, tiene que quitarse de la cabeza la idea que pasar medidas impopulares es algo letal; si lo que hacen funciona, nadie se acordará de lo que decía Cospedal, UGT o CCOO dos años antes.

Sí, una reforma estructural es algo serio, y tener el apoyo de todos los agentes sociales las hace más creíbles. El PP, sin embargo, no tiene incentivos para apoyarte. Los sindicatos están compitiendo entre ellos en elecciones sindicales, así que ninguno de los dos va a arriesgarse a perder votos (recordar, votan los insiders del mercado laboral, no los parados) apoyando algo mientras su rival lo adelanta por la izquierda.  Las elecciones cuentan para algo – es hora que el partido que las ganó se deje de historias y gobierne.


11 comentarios

  1. Melni-bone dice:

    PCQ (¡Pero qué coño!), ¿El partido que gana las elecciones tiene que gobernar?. ¿En que clase de país vives tú?. Nosotros estamos en España, un sitio donde nunca pasa nada, pero por supuesto ¡Es el mejor país del mundo!.

    Vamos hombre, no jodas. Que un político español tome decisiones es algo tan raro que si alguna vez lo vemos nos da un soponcio a la mayoría.

    Quizá dejando de lado a la lideresa del mundo mundial, supongo que por eso saca tantos votos en Madriz; la gente ve que hace cosas. Podrás estar más de acuerdo o menos, pero ves que se hacen cosas.

    Viendolo desde mi Andalucía, siento envidia. Aquí nadie hace nada. Bueno sí, el PSOE promete y promete una tras otra. Aunque no cumple nada de nada, y pasan los días, y pasan las semanas, y pasan los años…… Por supuesto, la oposición ni está ni se la espera.

    Saludos desde el Sur del Sur

    Elric

  2. Lole dice:

    «…los votantes de hecho prestan poca atención al ruido y furia de las campañas electorales»

    Seguramente, sí. Yo por lo menos no presto apenas atención a eso. Pero parece que los partidos políticos no están de acuerdo contigo, pues de lo contrario no se gastarían dinero ni nos darían la brasa en dichas campañas.

  3. Jose R. dice:

    «Los sindicatos están compitiendo entre ellos en elecciones sindicales, así que ninguno de los dos va a arriesgarse a perder votos (recordar, votan los insiders del mercado laboral, no los parados) apoyando algo mientras su rival lo adelanta por la izquierda. »

    Ya estamos con los lugares comunes:

    – Los sindicatos no sólo luchan por los derechos y salarios de los insiders, también por los de fuera, ¿o de qué se ha mantenido el dogma de la contención salarial durante los últimos 15 años? Supongo que conoces la literatura científica que hay alrededor del efecto de la nncc cuando esta está coordinada a la hora de evitar que la inflación se dispare, etc…
    – Pero ejemplos prácticos, la última huelga general fué por la reforma de la ley del paro (que afecta a los que salen). Los sindicatos en momentos de caída de empleo tienen también graves problemas en la afiliación y por tanto en su financiación.
    – La reforma firmada del 2006 y acordada por los agentes sociales iba destinada a reducir la temporalidad y reducir la brecha entre los dos mercados laborales que hay en España.

    Sobre «pasar por la izquierda»:
    – Ya hay sindicatos que pasan por la izquierda (CGT, CNT) pero excepto en sectores con un poder de coacción mayor (transporte público) no se comen un puñetero colín, porqué o el sindicalismo es responsable o los trabajadores lo patean.
    – Se han firmado acuerdos «conservadores» como los de congelación de salarios durante dos años en SEAT para traer el Q3 (que fué apoyado por el conjunto de la plantilla).

    Y lo que más me jode, nadie en este puñetero país excepto Roca reconoce el papel de los sindicatos a la hora de no montar una huelga general alegre y fantástica o de mantener la conflictividad social dentro de un margen y no lanzarse alegremente a obedecer lo que las masas opinadoras exigen.

  4. Heathcliff dice:

    Trabajador es aquel que da derecho a una parte alícuota de un liberado.

    Esta creo que es la definición de trabajador que manejan los sindicatos.

    Por lo demás, su responsabilidad a la hora de convocar huelgas
    y armar saraos depende fundamentalmente de quién gobierne y qué indiquen las masas subvencionadoras, que no las opinadoras.

  5. Kantor dice:

    «hay sindicatos que pasan por la izquierda (CGT, CNT) pero excepto en sectores con un poder de coacción mayor (transporte público) no se comen un puñetero colín»

    Ojo a la frase, que es certera como un dardo. Ese es el problema con el sindicalismo: que genera una estructura salarial que no tiene nada que ver con la productividad marginal, y todo con la capacidad coactiva.

    http://kantor-blog.blogspot.com/2007/04/destructividad-marginal.html

  6. […] voy a hablar de las críticas constructivas y hechas desde el respeto institucional a los sindicatos que realizan algunos blogueros desde […]

  7. Jose R. dice:

    Kantor:

    De los sectores con un mayor poder de coacción hablo aquí:

    http://www.joserodriguez.info/bloc/?p=2337

    Pero en general la NNCC en España es bastante coordinada y corresponden las subidas salariales a la capacidad de aumentar la productividad y los beneficios (joder, ¿es que nadie valora en este país la moderación salarial pactada y lo que ha ayudado a crear empleo?).

  8. Roger Senserrich dice:

    Jose:

    La cuestión es que tener dos sindicatos que compiten por representación sindical hace que aceptar una reforma dura del mercado laboral por cualquiera de ellos sea mucho más difícil. Si UGT, por ejemplo, acepta una reforma que cambie el sistema de indemnizaciones por despido, CCOO tiene todo el incentivo del mundo para ponerse populista, oponerse a ello y sacarle votos. Los parados (los que más se beneficiarían de una reforma) no votan, al fin y al cabo.

    Y no, no es un invento. Échale un vistazo a los años ochenta, y cómo González «perdió» UGT. Básicamente CCOO era más beligerante y UGT constructiva, hasta que Nicolás Redondo se dió cuenta que estaban perdiendo apoyo a espuertas, y rompió con el gobierno.

  9. Jose R. dice:

    Roger:

    Pero si analizas la concertación social entre los 90 y el 2009 los acuerdos que se llegaron fueron siempre con ambos sindicatos. No sé, las huelgas generales no las montan sólo uno de los dos… y CCOO y UGT están condenados a entenderse.

    El hecho de que estén separados es una cuestión histórica y que no casa con la distribución ideológica que hoy en día hay (al menos en Catalunya yo tengo compañeros en la estructura que son de CiU, de ERC e incluso de ICV y no sólo del PSC, incluso el secretario general de Ciutadans es afiliado a la UGT y lo mismo ocurre en CCOO que ya está más permeabilizado ideológicametne). La historia pesa y están separados pero ideológicamente, por mucho que el PCE e IU hagan creer lo contrario, no son las correas de transmisión de entonces, aún así están separados.

  10. […] propuestas si es el Gobierno quien pretende alcanzar un acuerdo y anotarse el punto mediático. Egocrata lo explicaba no hace mucho, con motivo del pacto buscado por Zapatero entre todos los presidentes autonómicos referente a […]

  11. […] forzando al PP a reconocer que no está para pactos (estrategia no precisamente irracional, insisto, aunque se expliquen de pena), y se han gustado tanto a si mismos poniendo cara de estadista […]

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