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Empezar a trabajar durante una recesión

6 Nov, 2009 - - @egocrata

El efecto más doloroso de una recesión es el desempleo: la gente que ha hecho nada irracional, ha trabajado duro y se ha esforzado como nadie ve como el frenazo general de la economía destruye sus ingresos. Lo que se comenta menos a menudo, sin embargo, es el efecto a largo plazo de las recesiones, especialmente entre la gente que tiene la mala suerte de incorporarse al mercado laboral cuando el paro está por las nubes.

En el País hablan un poco de ello, en un artículo que como de costumbre se centra en la anécdota y deja de lado los datos. Peter Orszag, el director de la oficina de presupuestos de la Casa Blanca, sin embargo, aporta algunos datos en su bitácora (¡!): la cohorte que empieza a buscar trabajo durante una recesión ve sus ingresos recortados no sólo cuando empieza a trabajar, sino que su sueldo se mantiene por debajo de lo normal durante toda su carrera profesional.

¿Cifras concretas? Orszag las da para Estados Unidos, citando un artículo de Lisa Khan, una profesora de Yale: $100.000 dólares durante 20 años. El dato proviene de comparar las estadísticas de trabajadores que entraron en el mercado laboral en 1982 (desempleo altísimo) con gente que empezó a trabajar en 1988 (bajo desempleo). El primer grupo, de media, acabó cobrando $5000 dólares al año menos. El efecto, por añadido, no es sólo a largo plazo; los salarios del primer grupo quince años después de empezar a trabajar eran aún un 2,5% menores que sus colegas en una cohorte más afortunada.

Orszag (ex-director de la CBO, jovencísimo y mi héroe personal) señala que no es el único estudio que llega a estas conclusiones; el efecto aparece también en el mercado canadiense y en diferentes niveles educativos. El origen de este efecto es, obviamente, el hecho que en una recesión el desempleo se ceba especialmente entre los jóvenes, que se ven forzados a aceptar salarios más bajos o trabajos por debajo de su nivel de cualificación para entrar en el mercado y empezar a ganar experiencia.

No conozco estudios específicos para España (¿alguien se anima? ¡hay un artículo fácil esperando ser escrito!), pero tengo la sensación que este efecto es todavía más pronunciado en España. La razón es que el mercado laboral en este caso (ese que necesita una reforma urgente) es infinítamente más hostil con los jovenes que en Estados Unidos, así que las barreras a la entrada son muchísimo más dolorosas. La generación perdida de gente alrededor de los cuarenta quejándose de la «generación tapón» puede que tengan algo de razón – tuvieron la mala suerte de empezar a trabajar durante la recesión de 1993, al fin y al cabo.

Más allá de eso, me parece que esta es una de las razones más poderosas para exigir una reforma laboral urgente. Una recesión no es sólo una crisis pasajera que afecta a un porcentaje determinado de la población durante unos cuantos meses; es un evento traumático que deja cicatrices profundas en la vida profesional de toda una generación. Cuando las instituciones del mercado laboral parecen estar diseñadas para hacer tanto daño como sea posible a los trabajadores más vulnerables, los que ven este efecto de forma más pronunciada, me parece que es urgente cambiarlas. 

El paro entre trabajadores de 18 a 24 años está por encima del 30% (de hecho, cerca del 40%). En Estados Unidos es un 18%. Haced números.


13 comentarios

  1. surco dice:

    En el resto del inframundo no lo se, pero en empresa están cayendo los salarios hasta límites ridículos. y hablo a nivel directivo.

    De verguenza.

  2. Ender dice:

    Surco,

    ¿Me puedes especificar qué empresas son ésas en que están cayendo los salarios «hasta límites ridículos»?

  3. Miguel dice:

    @Ender:
    En el sector donde yo trabajo (telecomunicaciones), por ejemplo. Aunque los salarios para los recién salidos de la universidad ya estaban en pleno mileurismo, ahora la vuelta de tuerca que les queda es empeorar un poco más las condiciones laborales: eventualidad, contrato a través de un tratante de esclavos («consultora»), etc

  4. Ender dice:

    Miguel:

    Si Surco, como tú haces, se estaba refiriendo a las nuevas contrataciones, ahí sí puede ser: parece razonable pensar que en esta coyuntura se van a apretar más las tuercas ante un panorama de escasa oferta laboral y fuerte (y cada vez más desesperada) demanda de empleo.

    Pero en puestos ya consolidados en las empresas (que es a lo que creí que se refería surco), me extraña mucho que los sueldos hayan caído, al menos en empresas medianas y grandes… lo que sí se habrá hecho (y es razonable) es congelarlos o mantenerlos al nivel del IPC.

    Conocido es que en nuestro sistema la contracción económica no se ajusta con los salarios… si así fuera, habría menos paro.

    Salvo en casos muy excepcionales, como en SEAT Martorell o en algún sector muy concreto donde se ha aceptado una rebaja de salarios, esto no suele ocurrir. Conozco alguna pyme (por ej, Estudios de Arquitectura) que han presionado a sus empleados para que acepten una rebaja de sueldo a cambio de conservar el empleo, pero en general, creo que son casos muy aislados.

  5. Miguel dice:

    Además de la congelación salarial (en mi entorno llevamos 4 o 5 años así, la burbuja no nos ha traído más que carestía en la vivienda; el problema grave es el cambio tecnológico y la competencia china), otra forma de adaptar los salarios a la contracción es mediante la retribución variable: un 15% menos es un buena rebaja, y no necesitan negociarlo.

    Pero eso no ha evitado un buen par de EREs. La crisis sirve para justificarlo todo.

  6. Avelino dice:

    Ender:

    Puedo darte datos de posiciones no mileuristas.

    Un sector que no por menos obvio no deja de ser cierto es el de la construcción. En determinadas regiones, debido al volumen de obras abiertas, hace unos años había literalmente «tortas» por contratar a determinados titulados para hacer de jefes de producción o jefes de obra. Alguien con 2-3 años de experiencia podía ganar 50.000 € anuales si se lo había montado medianamente bien. Hoy esa misma gente, una vez despedidos / terminado su contrato por obra, tienen que aceptar trabajos por la mitad de ese salario.

    Eso lo sé de primera mano, y por otro lado, viendo las ofertas de empleo en Internet (y no estoy hablando de Infojobs) de puestos medios en multinacionales pequeñas del sector industrial o distribución se detecta una clara bajada de los salarios. Antes para un puesto de responsable de unidad de negocio, con p.e. 7 años de experiencia, idiomas, disponibilidad para viajar y a cargo de un equipo se ofrecían 60.000 €. Ahora, las pocas ofertas para puestos similares no pasan de los 40.000 €.

    En un sector, bajadas del 50% y en otro del 33%. Según se mire estos salarios, si bien no son «mileuristas» sí pueden resultar ridículos comparados con lo que puede ganar alguien en la misma posición que haya podido mantener su empleo.

  7. Javier dice:

    Desde mi punto de vista, en el mercado laboral español hay una serie de mecanismos que hacen que las nuevas generaciones no puedan llegar ni por asomo a las retribuciones de la generación de los 50-60, que son:

    – Negociación de sueldos a la baja. En las ofertas de empleo ya no se publica el sueldo. Se te pregunta en las entrevistas lo que pretendes ganar y van a la baja. Teniendo en cuenta que la gente ya va acojonada y no se pasa, en general el resultado es un sueldo de risa.

    – Secreto salarial. En muchas empresas como las tecnológicas se prohibe por contrato el revelar tu sueldo a tus compañeros. Es una medida para que no se pueda hacer una negociación colectiva real, por lo que el poder del trabajador para negociar su sueldo se queda en nada.

    – Eventualidad. Los contratos son eventuales en su mayor parte, por lo que aunque en teoría los sueldos suban el IPC, la realidad es que cada poco cambias de empleo y vuelves a comenzar la rueda, con lo que pasan los años y no superas esos 1000 euros de ninguna de las maneras.

    – Cierre de la escala de ascensos internos en las empresas. Ya no se va de botones a director, utilizando el tópico. En la empresa es difícil ascender, ya no digamos perdir aumento de sueldo, por lo que la única forma de mejorar laboralmente suele pasar por cambiar de empresa y decir que eres más de lo que realmente eres al nuevo contratador. Así, de salto en salto, vas mejorando un poco tu estatus laboral.

    – Becarios. Se abusa de las figuras de becarios y estudiantes en prácticas de una manera escandalosa. He estado en empresas donde de 20 empleados 10 eran becarios realizando (malamente) el trabajo de cualquier trabajador corriente pero sin cobrar más que una miseria. Aparte de competencia desleal, supone un dumping en toda regla a las condiciones laborales de los demás.

    – Abuso de horas extra. Se te paga por 8 horas (o menos) de trabajo pero se te exigen una dedicación y resultados que sólo se pueden conseguir haciendo más de 8 horas al día, lo que en la práctica, y dado que se asume que «lo haces porque tú quieres», supone una bajada de sueldo encubierta.

    – Externalización. Se desmontan equipos internos que hacen un trabajo para montarlos fuera de la empresa, de manera que en teoría se sigue exigiendo el mismo trabajo pero no se tiene por qué asumir las mismas oblicaciones por parte de la empresa, que pasa de ser tu contratadora a tu «cliente». Las subcontratas son una de las peores lacras del mundo empresarial en España.

    – Abuso en los sueldos inciales. Hace 15 años se me contrató por 15.000 euros brutos en mi primer trabajo como informático. Ahora mismo se está contratando en muchas empresas a informáticos recien licenciados por esa cantidad o incluso menos. Según el aumento del IPC, ahora mismo se tendría que pagar unos 24.000 euros para tener un sueldo equivalente al del 94 puesto al día (subiendo sólo el IPC oficial anual). La mayoría de puestos, con cierta experiencia, rondan los 20.000 euros como máximo. Cobrar 30.000 euros es un lujo total en el mundo de las tecnológicas, algo pocas veces visto. 15 meses después de comenzar (1996) cobraba 25.000 euros anuales, y era un buen sueldo pero nada excepcional para un informático entonces. Ahora, puesto al día, serían más de 38.000 euros brutos. ¿Cuántos cobran eso?

    Las consecuencias de todo esto son:

    – Sueldos estancados. La gente con 20 años cobra mal. Con treinta cobra mal, pero cuando llega a los 40 y sigue cobrando mal se entra en una depresión de caballo, pues es la constatación de que esto no es un camino difícil hacia una vida mejor, como muchos de sus padres llevó, sino una puta mierda de vida, sin más. Y eso por no hablar de los precios de los pisos y los alquileres, estratosféricos, por mucha crisis que haya (en Tarragona, ciudad medianita, 600 euros al mes por alquilar un piso es el pan de cada día, por poner un ejemplo; en barcelona la media está por encima de los 700 euros)

    – Muchas horas y poco rendimiento: asumiendo la gente la mierda de trabajo que tiene y la de horas que le va a echar por el morro, el rendimiento es penoso. Como dicen por ahí, mientras ellos hagan ver que nos pagan nosotros haremos ver que trabajamos.

    – Ningún compromiso con la empresa. Si ésta te aboca a saltar de empresa para ascender y además las condiciones laborales no son para tirar cohetes, la gente no asume ningún compromiso con la empresa actual porque no le reporta absolutamente ningún beneficio.

    – Descapitalización del talendo de las empresas. Con tanto salto, tanta externalización y tanta precariedad, las empresas puede que se ahorren cuatro duros, pero están perdiendo a marchas forzadas el know-how interno que poseen. Conozco unas cuantas que ya no saben para qué sirve buena parte del software que desarrollaron internamente hace tiempo. En la banca están volviendo a contratar a informáticos propios porque tanta consultora y tanto pringao de la consultora que cambia cada 6 meses ya nadie tiene ni puñetera idea de cómo funciona el software y los problemas de actualización son tremendos.

    Etc. etc. etc.

    En resumen, que lo que hay es una cultura empresarial nefasta: cortoplacista, brutalmente avariciosa y miope; que eso perjudica a los trabajadores haciéndoles la vida mucho peor e «invitándoles» a no dar un duro por su empresa, y a la larga supondrá la ruina de todos. Este fenómeno en España ya se está viendo desde hace tiempo, y ahora con la crisis está saltando todo.

  8. Miguel dice:

    Javier, si no fuera porque estoy convencido de que prácticamente todo el sector está igual, diría que trabajamos en el mismo sitio :). Resulta descorazonador ver cómo a las primeras de cambio nuestros queridos jefes aplican una y otra vez la receta de subcontratar y externalizar, sabiendo que a largo plazo eso supone la pérdida del negocio: o bien la calidad se va a la mierda, o bien la subcontrata se hace con el control del proyecto y quita de enmedio a la empresa matriz, que se lleva su % sin merecérselo. Pero como lo que manda es el objetivo a corto plazo…

  9. […] siempre digo lo mismo. Basta con señalar que los efectos del paro en los jóvenes son terribles, y duran décadas. El mercado laboral penaliza horriblemente a los outsiders; jóvenes que acaban de empezar a […]

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