Parece que el Parlamento Catalán está cerca de aprobar una nueva ley electoral para el principado. No esta mal, treinta añitos de retraso. Aún así, la noticia me ha alegrado un poquito, ya que parece que alguien finalmente está copiando mi modelo preferido: la ley electoral alemana.

Sí, ya sé, CIU propuso exactamente lo mismo hace unos años, y no llegaron a ninguna parte. Esta vez es Montilla el que dice que le gusta, así que con un poco de suerte se pondrán de acuerdo – la ley, al fin y al cabo, no afectará demasiado la arimética parlamentaria actual, pero mejorará la representación de forma considerable.

 

Para los que no saben como funciona, explicación rápida: la mitad de diputados son escogidos en circunscripciones uninominales, la mitad mediante listas proporcionales. Cada votante tiene dos votos, uno a «su» diputado, otro a la lista que prefiera apoyar. El resultado final es bastante proporcional (en Alemania añaden diputados extras si una lista no saca demasiados diputados territoriales) pero todavía generando mayorías claras. No es listas abiertas, pero ya me va bien; nunca me han gustado demasiado.


3 comentarios

  1. anso dice:

    Mira que yo prefiero las listas abiertas…

  2. Tvrtko dice:

    Quien gana la Ley Electoral, gana el futuro, así que el previsible pacto indica que ninguno de los dos grandes partidos catalanes lo vislumbra muy despejado. La Transición se hizo aproximadamente de la misma manera.

  3. Alatriste dice:

    Anso, personalmente las listas abiertas me parecen una quimera: las tenemos en el Senado y ¿De qué sirven? El 99,9999% de los ciudadanos no puede (y la verdad, tampoco quiere) examinar los méritos de decenas de candidatos.

    Ya que hablamos de Cataluña, un ejemplo: las candidaturas al Senado por Barcelona en 2008

    http://www.elecciones.mir.es/generales2008/candidaturas/i_csen_09_08_0.html

    Solo intentar conseguir información personalizada sobre los casi 50 candidatos sería una tortura. Yo diría que fue ese problema el que llevó a la creación de los partidos políticos modernos, organizaciones con una estructura, un liderazgo y un programa comunes.

    Personalmente yo también prefiero el sistema alemán: te permite tener _tu_ propio representante (si eres de Mataró, por ejemplo, no es lo mismo que haya 20 diputados indistintos por Barcelona, que tener uno por Mataró, otro por Tarrasa, Hospitalet, Sabadell, etc…) y al mismo tiempo corrige el fuerte sesgo bipartidista de los sistemas mayoritarios puros como el británico.

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