Diego Gambetta es uno de mis gafosos preferidos. Su libro sobre la mafia siciliana es de lejos uno de los mejores estudios de ciencias sociales que he tenido el placer de leer – algo que tiene un mérito tremendo, ya que no tiene ni una miserable regresión o analisis estadístico.

El hombre es realmente inteligente, con ese talento extraño de poder ver el orden oculto debajo de eventos u organizaciones que parecen ser básicamente irracionales. Su último libro es, para variar, una mirada cínica realista a una institución especialmente torpe dentro de la sociedad italiana, la universidad. Como en otros países mediterráneos situados en unidades geográficas rodeadas de mar en tres de sus cuatro lados (cof, cof) el mundo académico italiano tiene como principal característica la existencia de un nutrido colectivo de catedráticos (y acólitos de catedráticos) que comparten su excepcional incompetencia como seña de identidad.

Gambetta, como de costumbre, no cree que lo que vemos sea tan sencillo como parece. De hecho, cree que muchos catedráticos son de hecho inútiles aposta. En Crooked Timber explican el motivo:

Gambetta argues that something similar takes place among the baroni (barons) who oversee the selection committees involved in Italian academic promotions. While some fields are more meritocratic than others, he says, the struggle for advancement involves a great deal of horse trading. “The barons operate on the basis of a pact of reciprocity, which requires a lot of trust, for debts are repaid years later. …The most powerful figures in this system, says Gambetta, tend to be the least intellectually distinguished. … “… and this is what is the most intriguing, they do not try to hide their weakness. One has the impression that they almost flaunt it in personal contacts.” … Gambetta argues that the cheerful incompetence of the baroni is akin to the mafioso’s way of signaling that he can be “trusted” within his narrowly predatory limits.

“Being incompetent and displaying it,” he writes, “conveys the message I will not run away, for I have no strong legs to run anywhere else. In a corrupt academic market, being good at and interested in one’s own research, by contrast, signal a potential for a career independent of corrupt reciprocity…. In the Italian academic world, the kakistocrats are those who best assure others by displaying, through lack of competence and lack of interest in research, that they will comply with the pacts.”

En IHE reseñan el libro con más detalle. Lo más divertido de todo es que el libro de hecho no va sobre el sistema educativo italiano; el título de hecho es «Codes of the Underworld: How Criminals Communicate«. La idea de Gambetta es que uno de los principales problemas que tienen los criminales es cómo muestran a la vez que son malvados y son de fiar, y uno de los mecanismos utilizados (la mafia lo usa a menudo) es dejar muy claro que uno es un patán inútil incapaz de hacer la O con un canuto.

¿Por qué hacen esto? La idea es que un matón de barrio que vive de pegar palizas a la gente / proteger a la gente de esas palizas tiene que dar una señal clara que no te la va a jugar si le contratas para algo. Si le pagas para que no te destroce el restaurante, quieres estar seguro que no te va a pegar una somanta de palo y expropiarte el negocio cuando le apetezca, en otras palabras. La mejor forma de dejar claro que eso no va a suceder es, paradójicamente, dejar claro que eres imbécil, un inútil que no sabe hacer otra cosa que extorsionar a otros.

El catedrático inútil que coloca a su pequeña tribu de enanos intelectuales está jugando de hecho al mismo juego. Su patética producción académica es una señal clara al resto de inútiles del departamento que no pretende hacer nada de provecho en su vida, y por tanto otros incompetentes pueden fiarse de él cuando toque escoger al «mejor» candidato más adelante.

Como romper estos ciclos de intelectualidad cavernícola, la verdad, es algo que se me escapa; el número de ministros y consejeros de educación caídos en acto de servicio tratando de reformar la universidad española italiana es largo y glorioso. Más allá de crear una red de pequeños centros de excelencia fuera de la estructura universitaria tradicional que compitan por los mejores profesores y alumnos, no se me ocurren demasiadas alternativas. Pero eso, de todos modos, es un tema para otro día.


5 comentarios

  1. Josei dice:

    El día que lleguen a inventarse los cyborgs asesinos, los capos mafiosos se van a chupar los dedos. Se acabó la vida para el gorila sin cerebro.

  2. meneame.net dice:

    La incompetencia como virtud…

    C&P: "…la universidad. Como en otros países mediterráneos situados en unidades geográficas rodeadas de mar en tres de sus cuatro lados (cof, cof) el mundo académico italiano tiene como principal característica la existencia de un nutrid…

  3. Quevedin dice:

    La diferencia entre la mafia y la universidad es que la mafia tiene principios (y los sigue a rajatabla).

  4. […] Aunque hace ya un montón de meses que Roger Senserrich escribió esta entrada, cada día que pasa tiene más actualidad […]

  5. […] una temporada enlazaba un artículo fantástico de Diego Gambetta sobre la universidad italiana. La idea es que el sistema […]

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