Para los que se han indignado (con razón) con la última pifia de la sanidad madrileña, hoy he tenido el «placer» de ir al médico aquí en Estados Unidos. Oculista, para más señas; mi mujer necesitaba gafas nuevas y a mí me tocaba revisión. Describir lo que hemos tenido que pagar es complicado.

Tenemos un seguro relativamente bueno (vía mi trabajo); es un coste que no vemos directamente, pero que sale indirectamente de mi sueldo. Mi empresa paga más de $700 al mes por la broma (y creedme, es un porcentaje importante de mi salario). En teoría cubren oculista, pero hay una limitación de visitas (sólo podemos ir una vez cada dos años) y tenemos que pagar un copago de $30 por cabeza, más $40 para el examen de retina que el seguro no cubre. Al hablar de gafas nuevas, la cosa se hace más divertida, ya que no sabemos lo que nos costará; las hemos pagado nosotros (y con el montón de dioptrías que mi mujer gasta, no son baratas), y tenemos que enviar la factura a Colorado, donde algún burócrata decidirá cuánto merecemos de reembolso.

Sí, en teoría la formula de reembolso es conocida y la tenemos en nuestro contrato, pero creedme, no es tan fácil. Para empezar, el documento que explica qué cubre nuestra póliza es un tocho de 135 páginas. No, no estoy exagerando; 135 páginas de lenguaje médico-legal obtruso. De todas estas páginas, la sección de oculistas tiene tres páginas explicando de forma «sencilla» y «precisa» qué pagamos nosotros al hablar de lentes variadas, en un capítulo que es una orgía desaforada de jerga jurídico-ofuscatoria capaz de provocar pesadillas al más cínico de los abogados.  Tenemos una hipótesis sobre cuánto nos van a devolver, pero todo depende que no estemos cayendo en ninguna de las excepciones listadas en las tres últimas páginas del capitulo, escritas en letra bien pequeña.

¿Sufriste tu lesión ocular en una manifestación con disturbios o un acto de desobediencia civil? A joderse, tu amable aseguradora privada te envía cariñosamente a la mierda.

Un pequeño recordatorio: este alegre pollo contractual es para una pareja joven (tengo treinta tacos) en perfecto estado de salud (nunca he pisado un hospital) con una póliza de grupo (en teoría más barata) en una organización sin ánimo de lucro (nos hacen «descuento») en un estado que tiene teóricamente un cierto nivel de competición en el sector.

Y sí, tengo que escribir una entrada sobre las múltiples razones que hacen que el sistema sanitario americano sea tan horrendamente caro. Las aseguradoras con ánimo de lucro son sólo parte del problema. Lo explico mejor. Algún día.


9 comentarios

  1. Josei dice:

    En España las gafas nunca han sido gratis. Lo del oftalmólogo, bueno, en teoría las revisiones oculares entran en la SS pero con una lista mínima de espera de 3 meses. Por eso la gente acaba tirando de oculista privado de esos que se anuncian en la tele, que con las ofertas que hay creo que alguna revisión gratis a veces hacen.

    Lo digo porque lo de los ojos es un mal ejemplo. Solo con que hubieses dicho otra cosa que no fuera esa o los dientes hubieses acertado con la crítica, mala suerte.

  2. Alatriste dice:

    No estoy de acuerdo, Josei. Fíjese, 40 dólares, por un simple examen de retina, más otros 30 por la visita… total, 70 dólares por cabeza pese a tener un seguro de más de 700 dólares al mes, sin contar las gafas, que me juego algo a que les saldrán mucho más caras que en España pese a que no las cubre la Seguridad Social.

    El tema de la sanidad en Estados Unidos no es solamente un tema de no tener sanidad universal pagada por el estado, es algo peor. Y me juego algo que el próximo post de nuestro anfitrión sobre el tema probablemente tratará sobre como en la práctica el mercado sanitario es un monopolio – o con suerte un oligopolio – en muchos estados… un monopolio privado, con los consiguientes precios exorbitantes.

  3. Roger Senserrich dice:

    La prestación es lo de menos Josei: ¿135 páginas de contrato? ¿Eso te parece normal? ¿En serio?

  4. Carlos dice:

    ¿Tuvistéis que firmar las 135?

  5. Roger Senserrich dice:

    No, porque es una póliza de empresa. Cuando teníamos contratada una individual contratamos por internet, y tuvimos que firmar «sólo» veinte folios, prometiendo que nos leeriamos el PDF de 150 páginas de la poliza en sí.

  6. […] cuánto pagan por su seguro médico – o más concretamente, no saben lo que le cuesta la empresa. Yo sí lo sé, ya que a mi sólo me cubren el 50% de la prima de mi mujer (que no tiene seguro en su empresa), […]

  7. Beltran dice:

    Como funcionario tengo una base de cotización de 3000 € mensuales, entre la empresa (pública) y yo pagamos el 30 € (no cotizo el 1,7 de desempleo), total mensual del seguro: 900 €. Un matrimonio formado por dos trabajadores mileuristas vienen a pagar lo mismo. No es tan caro 700 €.

  8. Beltran dice:

    Quise decir pagamos el 30%

  9. Beltran dice:

    Cuando tengo yo, mi hijo o mi mujer un problema importante o urgente no dudo en pagar medicina privada.
    Cada año algún ciento de euros, no puedo apuntarme el la lista de espera.
    Por cierto, llevo cinco años esperando una cita por un porblema menor, y eso que a los dos años tuve ir a preguntar qué de mi cita y dar de nuevo los datos.
    Las prestaciones que tengo no las decido yo con un seguro, o buscando qué seguro me interesa más; no las decide Zapatero y Griñán. Mis caries las pago yo, si quisiera ser transexual me saldría gratis.
    Y la pensión…. ay! la pensión. Me jubilaré? en el año 2027, ya han dicho que el sistema no dura más allá del 2025. A saber qué me darán, pero, eso sí, yo cotizando que es muy sano!?.

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