Kantor escribe aquí al lado un buen artículo sobre energías renovables, y cómo subvencionarlas es una costumbre cara y poco eficiente. Eso es cierto: subvencionar prácticamente cualquier cosa acostumbra a ser una mala idea. Hay cosas que funcionan mejor socializadas (sanidad, pensiones, educación…) pero otras más vale confiar en el mecanismo de precios para hacer que funcionen de forma eficiente.

El problema, que Kantor no menciona, es que en la mayoría de países desarrollados todas las fuentes de energía están muy subvencionadas, directa o indirectamente. Las energías renovables reciben este dinero de forma más o menos directa y visible; el gobierno les rebaja los impuestos, paga parte de los trastos y compensa su mayor coste vía déficit tarifario. Las energías no renovables, sin embargo, también tienen subsidios encubiertos, ya que no incluyen en su precio su coste real.

Estamos de nuevo en ese maravilloso mundo de las externalidades. Los combustibles fósiles (o al menos la mayoría de ellos; la gasolina es cara en Europa por buenos motivos) generan unos costes ambientales atroces, potencialmente catastróficos, costes que no están incluidos en los precios. Quemar carbón afecta el mismo clima del planeta; incluso si la probabilidad de un desastre ecológico fuera pequeña (que no lo es), el precio debería reflejar esos potenciales daños. Ahora mismo, no lo hace, y es por eso que una energía tan sucia sigue siendo competitiva.

El estudio que cita Kantor, por cierto, tiene algunos problemas graves. No es que esté mal hecho (sin mirar los números con demasiado detalle, pueden ser ciertos), sino que escoge el peor de los ejemplos posibles para analizar los costes de subvencionar las energías renovables. No es que estén mirando los números y buscando los casos más caros; es problema es que el sistema regulatorio español en este aspecto es excepcionalmente malo.

La privatización y liberalización del mercado de la energía en España es probablemente la más torpe de estas medidas efectuada por el gobierno Aznar. Es tan mala, de hecho, que el hecho que Zapatero apenas la haya tocado (de hecho, puede que la haya empeorado) es preocupante. Cuando las eléctricas eran públicas/monopolios regulados, la energía era mantenida artificialmente barata; al liberalizarse el servicio, los precios tenían que subir para que fuera rentable.

El gobierno sabía que eso no sería popular, así que básicamente reguló el precio por decreto y se dedicó a pagar la diferencia de su bolsillo; el dichoso déficit tarifario. Aparte de eliminar una parte importante de los incentivos de las eléctricas para reducir costes, los precios de cada método de generación seguían sin incluir su coste real.

El resultado es un sistema en que sobre el 30% del recibo de la luz lo paga el estado, no los consumidores; y para hacer las cosas más difíciles, el estado no discrimina entre fuentes de generación demasiado. Las energías verdes reciben una subvención gigantesca ya que salen más caras en comparación, ya que los combustibles fósiles no cubren sus externalidades; la subvención parece gigante (y lo es), pero proviene sobretodo del hecho que el precio de las energías más baratas no pagan su coste real en el precio.

Por cierto, si alguien se pregunta por qué las nucleares son tan caras, parte del problema es que es la única fuente de energía no renovable que paga sus externalidades en su totalidad. Sus «emisiones» (los residuos nucleares) están contados en el precio.

Resumiendo: la energía verde no es que sea cara; el problema es que el resto de energías son demasiado baratas. Y sí, los precios tienen que subir -cómo evitar que eso haga demasiado año, para otro día.


14 comentarios

  1. jasev dice:

    No sé por qué, pero al leer tu última frase me ha venido a la cabeza Pierre Fermat y su elegante demostración que «no cabe en este estrecho margen».

  2. Carlos dice:

    Estoy muy de acuerdo.

    Por eso, una de las medidas que no consigo comprender en un Gobierno tan verde como el nuestro es por qué sigue pagando el déficit tarifario. Dejen que suba la energía y verán cómo se reduce el gasto y el derroche.

    Claro está, esto lo hablo sin tener ni idea de las consecuencias que podría tener para la competitividad española una energía más cara. Que supongo que no serán moco de pavo.

    Pero eso, que yo creo que para ser ecológico y coherente no se puede estar subvencionando a las eléctricas que generan con combustibles sucios.

  3. rafa dice:

    macho no se donde te informas sobre energia pero no tienes ni idea, hoy por hoy la unica energia barata y sostenible es la nuclear

  4. Roger Senserrich dice:

    Rafa, no sé si has entendido lo que decía. Me encantan las nucleares, pero no son baratas — porque pagan (como deberían hacer todas) todas las externalidades.

  5. Mecanismos para que la subida de tarifas a su precio real no haga pupa: el modelo colombiano. Básicamente consiste en fijar precios energéticos diferentes dependiendo del nivel de renta de los hogares.

    1) Asignas 5 o 6 niveles de ingreso a la gente -via consultando a Hacienda o via determinando las zonas (más ricas, más pobres) donde habitan-

    2) Estableces tarifas progresivas, de forma que quienes tienen mayor capacidad de ingreso pagan más.

    3) Entonces realizas subsidios cruzados, de forma que parte de lo que aquellos que pagaron más compensa lo que pagaron de menos los estratos más pobres.

    4) Voilà, has eliminado gran parte del malestar que genera una tarifa óptima, al ajustarlo a la capacidad de consumo de la gente.

    Porque al fin y al cabo, está justificado que la tarificación se realice de esta manera, dado que la electricidad, como el agua, son más que productos de mercado: son bienes públicos.

  6. Ender dice:

    Roger:
    Digamos, a favor de las «energías no renovables», que sólo es relativamente reciente eso de que «generan unos costes ambientales atroces, potencialemente catastróficos»… me explico: siempre han generado problemas ambientales, pero ligados sobre todo a derivados del azufre, de los óxidos de nitrógeno y de partículas… a los que tecnológicamente se les puede poner (y se les ha puesto) remedio, y cuyos costes sí estaban incorporados.
    Es la «reciente» consideración del CO2, un gas químicamente inerte, como «contaminante» ligado al efecto invernadero, lo que supone un auténtico reto para la industria (en general), y aún se está discutiendo de qué manera incorporar éste coste (se están dando pasos, mercados de CO2, etc., que tienen mucho margen de mejora y clarificación…).

    En cuanto a la nuclear, y como defensor de la misma, hay que reconocer que tiene unos altos costes de inversión, ligados a:
    — Una tecnología y un conocimiento no al alcance de cualquiera
    — Unos niveles de seguridad desconocidos en otras industrias (refino, química…) y relacionados con la percepción social del riesgo
    … tan altos son, que ni siquiera las eléctricas, que piden con la boca pequeña que se reabra el debate nuclear, se atreven a iniciar un proyecto si el gobierno no les asegura de alguna forma que recuperarán la inversión. Y esto es suficientemente importante como para compersar sus menores costes de operación. Y no, su precio no incorpora todas las externalidades… que yo sepa, no incorpora el «coste de desmantelamiento» de la instalación: aunque ninguna de las otras fuentes energéticas lo incorpora, no son comparativamente tan importantes como el nuclear.

    Alejandro Guerrero:
    Interesante idea la que propones, no sabía que algún país se había decidido a llevarla a la práctica. Sin considerar todas las posibles implicaciones de un sistema así, la idea me gusta mucho… haciendo los precios energéticos (y también los del agua potable, por ej) similares a un impuesto progresivo, se incentiva el ahorro en todos los sectores de la población: caricaturizando mucho, un «pobre» necesita lavarse y usar la luz y la calefacción prácticamente lo mismo que un «rico», sin embargo su coste le es más gravoso… ¿por qué el ahorro energético ha de recaer esencialmente en los «pobres»?. Mi voto para la idea que expones.

  7. Ian Curtis dice:

    … tan altos son, que ni siquiera las eléctricas, que piden con la boca pequeña que se reabra el debate nuclear, se atreven a iniciar un proyecto si el gobierno no les asegura de alguna forma que recuperarán la inversión.

    Pero cómo lo van a pedir con la boca grande, con la inseguridad jurídica atroz que les planea? En la energía nuclear… costes atroces? Peligros atroces? Nah… Inseguridad jurídica atroz.
    Estás a expensas del gobernante de turno decidiendo si le mola o no la nuclear, si hace caso o no al grupo de presión más dañino que existe hoy en día (aka ecologistas), si levanta la enésima moratoria…
    Efectivamente, si no tiene garantías de que no le van a joder más, un grupo empresarial no va a empezar nada (o lo va a hacer en otro país más serio).

    Que una central no resulta rentable sin el apoyo estatal? Seguro? Dejémosle al mercado que decida eso. 0€ de subvenciones. Estricto sistema fijador de precios: mercado. Si no les resulta rentable, no lo iniciarán… o es que el miedo es a que, aun sin subvenciones, sí lo inicien, y se vea que ese argumento no es más que una falacia ridícula?

  8. Ender dice:

    Ian:

    Aún estando de acuerdo en que hay, no diría yo «inseguridad jurídica», sino «inseguridad regulatoria», además de vaivenes electoralistas de los gobiernos de turno y una torpe explicación de las cosas al ciudadano (ahí los ecologistas tienen la partida ganada, con la aquiescencia de los medios de comunicación) creo que sigues obviando algunos problemas reales. Dices:

    «Que una central no resulta rentable sin el apoyo estatal? Seguro? Dejémosle al mercado que decida eso.»

    Yo no afirmo que una central nuclear no resulta rentable sin apoyo estatal… digo que existen fuertes dudas sobre ello… que es algo que no está claro. Lo cierto es que en prácticamente «ningún país serio», como tú dices, ha cambiado su política para apostar fuertemente por la nuclear (salvo Francia, que ya lo venía haciendo)… y muy pocos han iniciado proyectos, en cualquier caso aislados, como Finlandia (proyecto que por cierto está teniendo severos problemas de plazos y presupuesto).

    Dices: «Estricto sistema fijador de precios: mercado.» Es un off-topic, pero disiento de que el mercado sea un estricto y eficiente fijador de precios en todos los casos. Pongamos un ejemplo: en mercados liberalizados (siquiera parcialmente) con un sistema de fijación de precios basado en subastas, como es el español, ¿obligaríamos a la nuclear a entrar en la subasta como una más? La cuestión de si la central ofertaría o no a menor coste porque su coste de generación es menor es un dato sencillamente irrelevante: no puedes tener a una central nuclear arrancando y parando continuamente en función del precio del pool, cosa que sí pueden hacer otro tipo de centrales (como los ciclos combinados de gas)… sería como arrancar y parar un utilitario frente a arrancar y parar un transatlántico… Sirva ésto de ejemplo de que no se puede simplificar el problema a «que sea el mercado el que decida».

  9. J.E dice:

    @Alejandro Guerrero: Eso sería fantabuloso si las empresas fueran públicas. Siendo un mercado privado (Pero intervenido) y de hacerse según esas normas (Reitero, magnificas en un sistema público) el problema sería que las empresas lucharían por las zonas que pagarían más (Euskadi, Navarra, Madrid) y dejarían de lado a las que pagaran menos (Extremadura, Castilla – La Mancha).

    Lo de dar de lado, por cierto, no es baladí: Las infraestructuras requieren de un mantenimiento y mejora y si fuera el presidente de la Compañia X de Electricidad preferiría centrar mis esfuerzos inversores en San Sebastian, que pagarian mucho en una zona muy concentrada, que en Torre de Juan Abad (Ciudad Real), que me pagarían poco encima de trasladarles la electricidad al quinto pino, a mano derecha.

    El problema sería similar, solo que le has ahorrado la pataleta a los ciudadanos.

    PD: Sigo sin entender porque el mercado energético esta liberalizado y si alguien más listo que yo es capaz de explicármelo lo agradecería mucho, en serio. Yo es que no le veo más que inconvenientes al asunto…

  10. Kantor dice:

    Hola a todos,

    Como hace notar Ender los «costes atroces» son exclusivamente los asociados al calentamiento global; y gente como Nordhaus (que digamos que es el pope de la economía ambiental) opina que si hay que actuar, no debe ser ahora:

    http://www.foreignaffairs.com/articles/63425/richard-n-cooper/a-question-of-balance-weighing-the-options-on-global-warming-pol

    Gastarse la pasta en molinillos y placas solares como lo hemos hecho es con toda seguridad un error: son tecnologias caras, poco desarrolladas, probablemente sin recorrido y exigen instalar backups. Apostar por recolectar energia dispersa es apostar por lo caro.

    Lo que si tiene sentido, ahora, no luego, es apostar por el ahorro, y sobre todo en el campo de los combustibles liquidos, donde no hay balas de plata como lo es la nuclear para la electricidad. En ese sentido, tu propuesta de del ferrocarril de mercancias, las cogeneraciones, los hibridos y los biocombustibles basados en residuos agrícolas son las tecnologias relevantes.

    Y si, estoy muy a favor de gravar fuertemente el petróleo: de hecho en mi opnion las carreteras las deberia pagar el que las usa, y eso quiere decir que no deberían pagarse con el IRPF sino con el impuesto sobre hidrocarburos.

  11. @Ender:
    Solo tres aclaraciones: 1) comentar que la división territorial que determina el «estrato» se hace por barrios, no por unidades tan grandes como comunidades autónomas (o departamentos, en el caso colombiano). En ese contexto, no hay desincentivo a tener clientes. 2) La empresa no tiene incentivo a tener «más ricos», porque la tarifa media que recibe es la misma, sólo que se produce una redistribución de ricos a pobres (subsidios cruzados). Pero al final del día, la empresa recibe exactamente lo mismo que si cobrara a todos una tarifa única. Y 3) en Colombia, así como en otros países donde se aplican subsidios cruzados, la mayoría de empresas eléctricas son privadas. No ocurre lo mismo con el sector del agua, que por cuestiones sanitarias (exponer la calidad del agua a la tensión por maximizar el beneficio?) y políticas (véase las Guerras del Agua en Cochabamba, 2002), tiende a estar organizado como empresas públicas en casi todas partes. Cosas como Aguas de Barcelona son una rareza fuera de España (
    incluyendo en el libremercadista EEUU, donde el 95% de las empresas de agua son públicas).

  12. Ender dice:

    Alejandro:

    Creo que tu respuesta era más bien para el comentario de J.E. que para el mío, pero es bienvenida en cualquier caso.

    Saludos.

  13. J.E dice:

    Si, creo que esa respuesta era para mí 😀

    Me empieza a interesar ese modelo… veré lo que puedo aprender por ahí.

  14. […] cara de un impuesto directo sobre emisiones, con el estado clavando un impuesto sobre algo que queremos que haya menos. La subvención es también ineficiente, ya que podemos acabar dando dinero a proyectos o […]

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