Parece que mi diatriba escrita en quince minutos sobre el mercado laboral español ha generado cierto debate, algo que no deja de alegrarme. Vale la pena recordar, sin embargo, que el articulito de ayer era un ejemplo para niños de una explicación mucho más sólida y detallada de Citoyen, que creo que todos los críticos deberían repasar. La base teórica y empírica de sus artículos es mucho más razonada
y sólida, y da respuesta a muchas de las objeciones que han salido en el debate.

Aparte de referir a todo el mundo a los artículos que realmente cuentan, vale la pena comentar un par de cosas. Primero de todo, la gran objeción de Albert Esplugas. Sí, está en lo cierto, el modelo que describía en el artículo estaba cojo en un punto: los empresarios no eran penalizados en absoluto al despedir a alguien. Ese punto, sin embargo, lo comentaba en mi primer comentario, siguiendo el modelo de Blanchard que describe Citoyen: cada vez que un empresario despida a alguien, sus cuotas al fondo de compensación aumentarían, sea vía un pago adicional en el resto de trabajadores, sea vía un impuesto por despido.

Supongo que a estas alturas debería suponer que la gente no lee todos los enlaces, pero vamos. Que sí, Alberto, lo teníamos en mente, y sí, estás en lo cierto. No creo que valga la pena cuestionar mis motivos, de todos modos; la idea es crear un sistema que corrija uno de los problemas más graves del mercado laboral español (su atroz productividad por trabajador) sin crear efectos redistributivos graves o rebajar el nivel de protección social (medido en dinero que reciben los trabajadores) que tenemos ahora.

Un comentario también para lo que dice José Rodríguez. Primero de todo, la reforma propuesta está dirigida a aumentar la productividad laboral por encima de cualquier cosa. El problema grave en España es que los que están «fuera» no tienen tiempo de coger experiencia, ni los empresarios el más mínimo incentivo de mejorar su formación, y los que están dentro no tienen incentivos fuertes para reciclarse con demasiado entusiasmo, aparte de estar apegados en exceso a un trabajo que quizás no es en el que rinden mejor.

Hay varias cosas que hacen a un currela medio más productivo; no es un gran misterio: formación, experiencia, educación continuada y estar ocupando el puesto laboral que más les conviene para sus habilidades y conocimientos. En España tenemos un sistema que tiene dos tercios de la mano de obra excesivamente inmoviles (sus trabajos son muy seguros y pierden privilegios/antigüedad si cambian a otro puesto) y con pocos incentivos para mantenerse al día, y un tercio que están cambiando de trabajo demasiado a menudo (o que tienen un riesgo demasiado alto para perderlo) como para que nadie invierta demasiado en ellos. Esto crea unas distorsiones en la selección de personal horribles que no tienen nada que ver con el mérito individual o la competencia de cada uno, y mucho que ver con cuándo firmaste el contrato.

Como bien comenta, la propuesta sólo es realmente efectiva si se complementa con un sistema de desempleo eficaz: cuando pierdas el trabajo, el estado te ayudará en serio, y no a medias tintas. Eso incluye un buen seguro de desempleo, agresivas políticas activa de empleo, y draconianas políticas de cortar ayudas si alguien está viviendo del cuento y no aceptando ofertas o buscando trabajo en serio. La reforma aislada mejoraría las cosas -en serio, mirad los datos: las cosas no pueden ser peores que ahora-, pero para que realmente diera un buen resultado es necesario apostar por la flexiseguridad estilo danés, con despido libre y estado de bienestar muy potente.

Una última nota: los que defendéis el sistema de protección actual, ¿os dáis cuenta que estáis defendiendo una privatización del estado del bienestar?. El empresario no tiene necesariamente la «culpa» cuando despide a alguien; si la economía va mal en general como ahora una fábrica que lo ha hecho todo bien puede estar en problemas de todos modos. Cuando hacemos que sea el empresario el que paga el coste del despido (y recordad, ha indemnización tanto para despidos objetivos como improcedentes) básicamente estamos haciendo que una empresa privada cubra parte del subsidio de paro.

Si el sistema sanitario español tuviera un apartado que dijera que en caso de accidente o enfermedad el empresario pagará el 50% de los costes médicos para sus trabajadores indefinidos, algo me dice que todo el mundo lo vería como algo absurdo, y todo el mundo comprendería que las empresas no quisieran firmar a nadie por más de seis meses. En España, sin embargo, tenemos ese mismo sistema al hablar de desempleo. No tiene ningún sentido, y sin embargo, esta reliquia privatizadora tardofranquista (empleo protegido a cambio de no crear un estado de bienestar) es adorada por la izquierda, a pesar que causa un daño atroz a mujeres y jóvenes, o cualquier persona que tenga la mala suerte de perder su trabajo y quiera volver a entrar en el mercado laboral.

Estamos hablando de socializar la totalidad del sistema de protección social contra el desempleo; una nacionalización. Los empresarios se mueren de ganas de que les quitemos este sector de la economía de las manos; me parece que no deberíamos andar con remilgos estos días.


20 comentarios

  1. citoyen dice:

    Me has acojonado un poco con las cosas tan bonitas que dices de mí y de lo que se supone que digo en estos artículos, pero pensándolo mejor, lo que dices es totalmente cierto y no es sólo una metáfora.

    Por otro lado, tiendo a estar de acuerdo con José Rodriguez de que esto no es algo que sea necesario para salir de la crisis.Pero además de lo que dices tengo un par de objecciones:
    a)la primera es que las empresas se han quedado con el culo al aire y necesitan reestructurarse. Ese quedarse con el culo al aire no es un problema de mala gestión del riesgo por su parte (no estamos «socializando las pérdidas»), es un riesgo exógeno; nadie se esperaba una crísis de este tipo. Si no les permites que se reestructuren, muchas quebrarán sin más y es mejor tener una empresa reestructurada qeu ninguna empresa.
    b) La segunda es que aunque sea con visión a largo plazo, éste es un buen momento para pasar reformas mientras se acoplen con otras. Es lo que decía sobre las distintas formas de reformar.

    Lo que dices sobre los jóvenes y las mujeres es totalmente cierto. Deberías haber añadido, por cierto, que es un modelo muy basado en la familia y en la existencia de un «breadwinner» que, sí, probablemente mantiene excluidas a las mujeres del mercado laboral con todo lo que eso significa (españa tiene una de las tasas de incorporación al trabajo de las mujeres menores). Cuando el mercado es más flexible, las mujeres tienen mejor acceso (no tienen que elegir entre tener hijos y trabajar porque contratarlas no es un coste hundido).

    Y la verdad es que cuando uno mira debajo de la retórica de barniz marxista, es realmente increíble hasta qué punto los argumentos a favor de lo que estamos defendiendo son sólidamente de izquierdas

  2. interrogante dice:

    No es por ser catastrofista, pero exceptuando a «ganadores» y enchufados, con vuestro sistema las personas mayores de 50 años pierden sin excepción. No digo que pierdan una ventaja absurda y discriminatoria, digo que quedan en situación de terrible desventaja.

    A favor: de algo vale su experiencia
    En contra: desesperanzadamente desactualizados (vamos, prácticamente nadie de 50 puede estar más al día que un jovencito de 25-30 años que se haya preparado bien) y físicamente (y mentalmente) rinde menos cada año que pasa; la edad de jubilación se acerca y toda esa experiencia se perderá, es hora de empezar a acumularla en otro repuesto

    Paro senil, o infrapuestos para mayores. Cambiamos escalada profesional a lo largo de una vida laboral por campana de gauss.

    Y mientras tanto, que suban la edad de jubilación, la edad actual perjudica a las empresas que lloran de frustración cada vez que un «jarrón de Ming» alcanza los 65 años y deja de prestarles sus servicios.

  3. Hola Roger,

    Gracias por la aclaración, pero sigo sin estar convencido. En la medida en que desincentivas el despido menoscabas el propósito de tu reforma: incentivar el despido / la recolocación y mobilidad de trabajadores. Si, pese a ese mecanismo penalizador, sigues externalizando parte de los costes del despido, el efecto que yo describo sigue produciéndose (en menor medida, pero sigue produciéndose). Como resultado, las indemnizaciones aumentan y también lo hacen las cuotas que pagan los empresarios al fondo de compensación (más costes empresariales, o reducción de las cotizaciones a la SS). Si con el mecanismo penalizador suprimes toda externalización de costes, entonces volvemos al modelo anterior básicamente (ie. cada empresario paga por sus propios despedidos).

    En cualquier caso, entiendo las ventajas de hacer que el despido sea libre y gratuito en el momento de producirse, pues los empresarios pueden asignar el factor trabajo a sus usos más productivos sin cortapisas. Pero tú te detienes ahí, como si la medida fuera neutra, y no lo es. Porque si los empresarios financian el fondo de compensación y la indeminización para el trabajador tiene que ser la misma y no menor entonces los costes de los empresarios aumentan y sigue habiendo un componente redistributivo, lo que reduce la competitividad de numerosas empresas, dificulta la contratación etc. y puede contrarrestar aquellas ventajas que señalábamos.

    El modelo danés de flexiseguridad no es el que propones: no hay un fondo de compensación pagado por empresarios que financia indemnizaciones y subsidios de desempleo, estas prestaciones son financiadas vía impuestos generales y por tanto son sufragadas por las familias. En este caso los despidos sí son realmente gratis para los empresarios, antes y en el momento de producirse. Las ventajas para los empresarios son evidentes, pero de nuevo hay costes: las familias pagan la factura. Si, en el caso español, quieres mantener el mismo nivel de subsidios, indemnizaciones etc., las familias tendrían que soportar un aumento de los impuestos bastante notable. Las empresas y trabajadores salen ganando, las familias salen perdiendo (y puesto que trabajadores, empresarios y familias no son más que distintas facetas de las mismas personas, el balance neto es aún más difícil de estimar).

    Saludos

  4. citoyen dice:

    «En la medida en que desincentivas el despido menoscabas el propósito de tu reforma: incentivar el despido / la recolocación y mobilidad de trabajadores.»

    En lo que yo propuse (vamos, la idea no es mía, es de Blanchard) no es necesariamente así. http://www.lorem-ipsum.es/blogs/laleydelagravedad/2009/02/pasando-reformas-iv-una-alternativa-a-la-indemnizacion-por-despido.html Primero, con un impuesto sobre los despidos, los costes de despido serían fijos y conocidos ex ante salvo casos especiales (discrimnación racial, acoso, etc,…). Segundo, si quieres, puedes mover las palancas de forma separada; puedes abaratar el despido cuando sea necesario sin que eso suponga reducir la protección social. El Estado actúa como caja de compensación. Eso en una situación de crisis, como ahora, podría ser algo interesante

  5. […] Roger lo dijo por primera vez, me pareció un eslogan fantástico pero un poco forzado: la indemnización por […]

  6. Roger Senserrich dice:

    Albert, lo que yo intento corregir no es sólo que el despido sea caro para el empresario; el problema más grave e inmediato es que el despido tiene costes distintos según el trabajador. Lo que quiero es que una empresa decide quién se queda y quién se va en términos quién es más útil para ellos a medio o largo plazo, no quién tiene el peor contrato y sale más barato de echar a la calle.

    Interrogante, te contesto con una anécdota porque no tengo tiempo de buscar datos ahora mismo (cuando pueda lo hago): en Estados Unidos, todos mis compañeros de trabajo (jóvenes y viejos) están constantemente tomando cursillos, seminarios, conferencias, reciclajes y clases variadas, todo el santo día. Un porcentaje considerable de mi buzón de correo son gente avisando sobre seminarios interesantes o este o ese programa para aprender esto o lo otro.

    Lo más curioso, trabajo en una ONG, no en una megaempresa ultracompetitiva. Pero todo el mundo se muere por estar al día.

    ¿Ves esta clase de carreras en España en los veteranos en algún sitio? En mi experiencia, no; no tienen los incentivos. Eso es lo que tenemos que cambiar.

  7. Lole dice:

    Egócrata.
    La cuestión que planteas se entiende perfectamente. Y puede dar frutos muy interesantes especialmente en sectores cualificados.

    Pero en trabajos de cualificación media o baja, puede tener consecuencias perversas: el empresario podría escoger despedir a una mujer con hijos, antes que otra sin; actualmente muchas mujeres esperan a tener contrato indefinido con cierta antigüedad para quedarse embarazadas. También puede despedir al empleado de mayor edad debido a que éste tendrá más bajas por enfermedad antes que a uno joven. Suma además que en esta sociedad actual a partir de los 50 estás muerto laboralmente hablando si pierdes el empleo, en muchos casos, por razones subjetivas (imagen, estética, etc). Esto es especialmente grave si se aplaza la edad de jubilación.

  8. Roger Senserrich dice:

    ¡Es que esperar a tener contrato indefinido y cierta antigüedad es algo que no queremos! El hecho que «entrar» en el mercado de insiders toma tanto tiempo es una pesadilla; las mujeres retrasan embarazos, trabajar y tener hijos no es compatible, y así nos va, con una natalidad horrorosa.

    Sobre el empleo a partir de los 50, es también fruto en parte del sistema actual. Contratar a alguien con esa edad significa estar pillando a alguien que probablemente llevaba siglos en el mismo sitio y que ha sido caro despedirlo. Es una señal en el mercado laboral horrible, especialmente si no ha tenido incentivos para mantenerse al día.

    Muchas de las objeciones no son ventajas del sistema actual, son defectos que tenemos que eliminar. Los mayores de 50 años no encuentran trabajo en parte porque el sistema actual los excluye, no por condiciones personales de ellos.

  9. Lole dice:

    Roger, perdona pero no me has contestado a las objeciones que he expuesto. Y estoy de acuerdo que eso de esperar a un contrato indefinido para quedarse embarazada es la leche.

    Pero al grano: me estaba refiriendo a trabajos de media o poca cualificación en los que la motivación y rendimiento pueden quedar minusvalorados frente a otros factores. Repitos los ejemplos.

    Una mujer con hijos frente a otra sin ellos. La primera va a tener que ausentarse más para atender problemas familiares obvios. A la calle.

    Un individuo de más de 50 frente a otro de menos edad. Tendrá potencialmente más bajas por enfermedad. A la calle.

    Y ahora una anécdota (que quizás no lo sea). En mi empresa, a los empleados al llegar a los 50, más o menos, tocan techo en cuanto a promoción laboral. Tanto da su rendimiento o estudios. Se opta por gente más joven para cubrir los escalafones más altos, probablemente porque se presume que tienen más que ofrecer (aunque luego se descubra que tienen una visión cortoplacista de las cosas; eso es otro tema). Al margen de si esto es cierto o no, lo que está claro es que la empresa, al arrinconar a su personal a partir de los 50, los desmotiva. Que no se sorprendan si luego baja su rendimiento.
    Me temo que lo que hace mi empresa, es lo habitual en el resto de la sociedad.

  10. Roger dice:

    Eso es un problema distinto, sin embargo – es discriminacion laboral pura. Arreglarlo con el sistema laboral de indemnizar es solucionar el problema a trabucazos.

    Y siendo realista, eso se arregla o bien con el estado cubriendo el coste extra de esa clase de empleados (bajas por enfermedad muy bien cubiertas, etc) o con abogados.

    Ya sabes que pasa cuando hay abogados.

  11. Lole dice:

    Entiendo que los problemas que planteo no son razón para negar reformas. En el mejor de los casos son inconvenientes menores.

    Pero cierto, requeriría muchos retoques, mejoras en las coberturas y, en fin, lo que sugiere José Rodriguez, otra cultura empresarial, también.

    Lo de los abogados, desgraciadamente, no lo veo viable. Si te despiden por tener hijos o por problemas médicos potenciales por la edad, y te dan la indemnización máxima correspondiente (según la propuesta de Citoyen, el mismo coste para el empresario sea cual sea la antigüedad del empleado), poco espacio te queda para abogados, me temo.

    Insisto, hay mucho a tener en cuenta para meterse en una reforma tal.

    Y como dije en tu anterior entrada, son los propios trabajadores los que se van a oponer por razones obvias: En España la mayoría de los trabajadores quieren ser funcionarios; y en su defecto, contrato indefinido en una gran empresa estable (si es que queda alguna). O sea, jarrones Ming (enhorabuena por la metáfora, le he cogido el gustillo). Sólo los empleados con cualificación alta, verán atractiva una reforma tal. ¿Por qué? Por los incentivos, claro. En empleos de media o baja cualificación (la inmensa mayoría) esos incentivos se difuminan.

  12. Roger dice:

    Estas seguro? Siempre puedes vender la reforma como una cosa con cero cambios. Los empresarios ven su estructura de pagados cambiar, pero los trabajadores solo veran:

    1. Ahora solo hay una clase de contrato, el indefinido.
    2. Recibo la indemnizacion a plazos (algo que si quieren podemos hacer que sea pago unico tambien; no afecta el sistema), pero sigue siendo por antiguedad.
    3. El cheque de la indemnizacion me lo envia el estado, no mi jefe.

    Es un cambio grande, pero basicamente invisible para el usuario final. «Vender» la critica es complicado; basta con leer la de tinta que gastais 🙂

    (siento la falta de acentos, gringoteclado)

  13. Lole dice:

    Cualquiera que se dé cuenta de que su jefe lo va a poder despedir al mismo coste, sea cual sea la antigüedad, se echará a temblar. Especialmente si el empleado está entradito en años y su trabajo ofrece poco margen para destacar frente a un «mocoso» (o inmigrante) que acaba de ser contratado cobrando menos.

    Otra cosa es que la reforma se haga por «lo bajini», claro.

    (tranquilo por lo de los acentos, me hago cargo)

  14. Carlos dice:

    El problema es que es muy gordo, me estoy dando cuenta.

    Para empezar, lo de «rescatar» a los mayores de 50 a base de expulsar del mercado de trabajo a los menores de 30, no lo veo.

    Vale, «han levantado a este país» y demás historias. Pero, sinceramente, ayudar a alquien a levantarse para después estar recordándoselo toda la vida no es algo demasiado aceptable. Al menos en mi opinión. Así que eso no es excusa.

    Lo de que son «breadwinners», único sueldo de sus hogares y si se quedan en paro dejamos a familias enteras sin sustento. Ahí entramos en otro problema muy gordo, que es la falta de cultura económica en este país. A mi juicio, los del IJM tenían un texto interesante a favor de la «sociedad de propietarios».

    Habría que fomentar el ahorro, la creación de rentas a partir de otros métodos que no fueran el sueldo.

    Debería ser un auténtico fracaso que el único ingreso que tiene alguien a los 50 años sea su sueldo. Ha tenido toda una vida para poder invertir y asegurarse el sustento, pero nunca nadie le ha enseñado ni le ha informado.

    Así que eso es algo muy a tener en cuenta, a mi parecer, a la hora de reformar el mercado. Hay gente que inevitablemente se quedará fuera, por lo que creo que debería haber medidas para asegurar que ahorren y tengan sustento propio (no a tirar de dinero estatal en lo posible, porque es posible) llegado el caso.

    Pero lo que no cabe duda es que hay gente que, sin duda, está siendo sustentada en contra de las necesidades de la sociedad.

    Alguien que no sabe idiomas, informática o no tiene ni la más mínima preocupación por el medio ambiente (de muchos empleados depende derrochar papel o energía en el trabajo, ir en coche o en transporte público, etc) no está haciendo demasiado a favor de este país; al impedir renovarse ese puesto.

    De nuevo, no puedes ayudar a alguien a levantarse y después ponerle la zancadilla; sobretodo cuando más necesidades tiene. Y este país está muy necesitado en estos momentos. Y necesitado además de nuevas ideas y creatividad.

    Es cierto que la juventud también tiene sus errores, pero para salir de una crisis como esta, me parece que no necesitamos las aportaciones de tantos que dijeron «los pisos no van a dejar de subir».

    Respecto a la propuesta, yo la veo bien; pero claro, hay tantas cosas que reformar en este país que esa medida por sí sola sería un desastre, imagino; por las razones que ya te han señalado.

    Pero estoy muy de acuerdo contigo que precisamente esas razones, no lo son para impedir llevar a cabo la reforma del mercado laboral. Son razones para llevar a cabo otras reformas además de esta.

    Son fallos que tiene el sistema actual y que tienen que terminar de una forma u otra.

  15. Demócrito dice:

    Lole, creo que aquí juega un papel esencial el «impuesto» sobre despidos. La idea sería aplicarlo de tal forma que sea variable en función del nº de despidos, los motivos de éstos, las circunstancias económicas o si la persona pertenece a un segmento discriminado en la práctica (mayor de 50, mujer joven sin hijos y por tanto susceptible de tenerlos, etc…) Esto inclinaría a las empresas a meditar bien si de verdad ese despido está justificado y merece la pena en términos de coste y productividad.

  16. Por cierto, respecto a esto:

    lo que yo intento corregir no es sólo que el despido sea caro para el empresario; el problema más grave e inmediato es que el despido tiene costes distintos según el trabajador. Lo que quiero es que una empresa decide quién se queda y quién se va en términos quién es más útil para ellos a medio o largo plazo, no quién tiene el peor contrato y sale más barato de echar a la calle.

    Se me acaba de ocurrir y me sorprende que no lo haya visto antes porque me parece bastante obvio: la distorsión desaparece si haces pagar a cada empresario exactamente la misma indemnización con independencia del tipo de trabajador, antigüedad, procedencia del despido etc. No veo por qué tienes que socializar costes para hacer que cueste lo mismo despedir a un trabajador que a otro.

    ¿Nos vuelves a explicar para qué sirve esta reforma? 😉

  17. Roger Senserrich dice:

    Si haces eso, ¿Quién se arriesga a contratar a nadie? El riesgo que tomas al aumentar plantilla es enorme. Estás haciendo el sistema ultrarestrictivo y muy, muy inflexible, que es parte del problema.

    De nuevo, estás privatizando parte del estado del bienestar, quitando incentivos a los insiders, y encareciendo la mano de obra a base de crear un seguro que los empresarios no ofrecerán; se llevarán todo lo que puedan a otra parte.

  18. […] verdad tengo que volver a repasar eso? El progretrogloditismo español es especialmente cargante en este aspecto. España […]

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  20. […] que no lo son. Aún sigo alucinado con el entusiasmo con lo que algunos querían preservar los vestigios del mercado laboral franquista, pero la cosa no se queda aquí. Es realmente incomprensible que una […]

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