Se ha comentado bastante en los medios españoles la resolución de la EPA (Enviromental Protection Agency, o Agencia de Protección del Medio Ambiente;  fundada por Richard Nixon, por cierto) diciendo que el CO2 es un contaminante peligroso. Como de costumbre, la noticia se ha dado mal.

Lo que ha publicado la agencia es un informe, respondiendo a una sentencia del Tribunal Supremo (por cierto, el melón en El Mundo que escribe «corte suprema»… ogh) que les obligaba a estudiar los gases de efecto invernadero. El estudio llega dos años tarde (con Bush, las cosas verdes se tomaban con calma), así que el hecho que el estudio aparezca ahora no es casual; la nueva administración ha publicado algo que hacía tiempo estaba metido en un cajón, y que es a estas alturas científicamente indiscutible.

La idea detrás del informe, sin embargo, es otra. La EPA es una agencia federal independiente, parte del ejecutivo, y como tal, con un equipo directivo escogido por el presidente. Como agencia reguladora de temas medioambientales tienen una autoridad muy amplia; básicamente la ley les autoriza a limitar y controlar emisiones y productos que dañen el medio ambiente o pongan en peligro la salud pública, y lo pueden hacer totalmente a su pelota, sin decisión legislativa que valga. Si la EPA regula algo, va a misa; el Congreso sólo puede cambiarlo reformando la ley que da autoridad a la agencia, y el presidente -como toda ley- puede vetarla.

Estamos en una situación curiosa. La Casa Blanca quiere regular los gases sobre cambio climático. Quiere limitarlos, y hacerlo con ganas. El problema, como de costumbre, es que el Congreso está lleno de patanes: republicanos, que viven en la dimensión negacionista y claman que la tierra es plana, y un buen puñado de demócratas de estados con mucho carbón, petróleo y guarradas similares muy amigos de la industria energética. Conseguir los votos para un ley, una buena ley, iba a ser complicado; la administración tenía un trabajo difícil para convencerles.

Con la EPA, Obama tiene el palo para «animar» la gente a moverse. Básicamente puede decir a todo congresista remolón que si la regulación no se aprueba por ley (mediante un sistema de cuotas y subasta de permisos, probablemente), la EPA lo hará gustosamente gracias a la autoridad que le da la legislación vigente, y se tendrán que comer una ley de máximos que encima probablemente no genere ingresos fiscales o tenga excepciones y casos especiales. Una ley redactada por burócratas, punto. O aceptas, o te doy con la autoridad que esta bonita ley y sentencia del Supremo me otorga para hacer lo que me plazca.

Es un método chusco, duro y poco sutil, muy típico de la siempre adorable política americana. No es del todo seguro que sea una carta ganadora (a fin de cuentas, limitar emisiones es de hecho una subida de impuestos; si se subastan o regalan sólo establece quién lo paga), pero es un incentivo encantador. No se toman las cosas a broma, la verdad.


6 comentarios

  1. Roger Senserrich dice:

    Por cierto, ya paso de discutir si el cambio climático es cierto o no, del mismo modo que no discutido si la tierra es realmente plana, cúbica o esférica. El tema está cerrado. Punto.

  2. Demócrito dice:

    Egócrata, estas agencias que describes serían algo así como las Comisiones Delegadas del Gobierno sólo que institucionalizadas, burocratizadas y con potestad normativa omnímoda. Dan un poco de miedo ¿no?. Están locos estos americanos.

  3. Pro-Ciencia dice:

    «Por cierto, ya paso de discutir si el cambio climático es cierto o no, del mismo modo que no discutido si la tierra es realmente plana, cúbica o esférica. El tema está cerrado. Punto.»

    Hay que ser paleto y anti-ciencia para comparar un tema relativamente simple como el saber si la tierra es plana o esférica (cosa que cualquiera puede comprobar dando la vuelta al mundo), con algo tan complejo como es la atmosfera, sus cambios, las complicaciones de establecer una temperatura global, en suma, una disciplina que necesita refinarse constantemente (sólo hay que ver los informes del IPCC para ello por si no quieren leer literatura «herética») y que por tanto aún no está «settled» que dirían en Yankilandia.

  4. Estas seguro de que la EPA es law-maker?? Yo no considero la regulacion como ley. Tienen un rango inferior, pasho.

  5. Roger Senserrich dice:

    No pasa leyes, sólo regulaciones. Aún así, pueden regular lo que les plazca dentro de sus competencias, y eso incluye gases de efecto invernadero. El Congreso puede «levantar» la regulación, pero no es fácil conseguir mayorías favorables…

  6. […] sin embargo, es que la amenaza de utilizar la EPA para regular emisiones debía ser, en teoría, la palanca que moviera los republicanos a cooperar. La Casa Blanca dejó muy claro que si el Congreso no pasaba […]

Comments are closed.