Tanto hablar de nacionalizar como la mejor opción, y me parece que he dejado de lado la discusión más importante: por qué pueder también una idea espantosa. Empezaremos por lo más obvio, el hecho que el estado en general no es gestor empresarial demasiado brillante. Sí, se pueden diseñar instituciones que hagan las empresar más eficientes, pero en última instancia estaremos hablando de política; tarde o temprano romperemos algo.

La cuestión es, una nacionalización no sería a largo plazo, así que quizás incluso con esa falta de talento quizás se pueda hacer las cosas bien. No tan rápido. Primero, tenemos que preguntarnos qué nacionalizamos y cómo.

Supongamos que Citibank está en las últimas (lo está) y que si no lo rescatamos, quiebra y se lleva medio sistema financiero por delante. Una quiebra bancaria descontrolada es algo espantoso; un banco debe dinero a mucha, mucha gente, que se quedan a dos velas, y mucha gente depende del banco y sus créditos para operar día a día. Muchas cuentas, fondos, acciones, todo al carajo, de mala manera; un pánico bancario podría (y de hecho normalmente resulta) en una epidemia financiera horrorosa. «Oh Cielos» dice Lawrence Summers «haremos caso a Roger Senserrich, que es sabio, y nacionalizaremos Citibank».

¿Estamos salvados? No tan rápido. Citibank tiene ahora acceso a la madre de todas las fuentes de liquidez, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, pero aún hay muchas cosas que pueden romperse. Hay una probabilidad (remota) que la situación de Citibank sea realmente tan mala sus deudas destruyan la confianza en el dólar. Más probable, sin embargo, es que el ahora superbanco estatal se plante en los mercados, y que produzca un ataque de pánico a su alrededor.

Imaginad que tenéis acciones de Bank of America, un banco que no está precisamente demasiado saludable. Sabéis que hace dos días los accionistas del banco de al lado, que llevaba un mal resfriado, han perdido hasta la camisa cuando el gobierno federal les ha quitado su juguete. También sabéis que ese banco, antes débil, ahora tiene la madre de todas las fuentes de liquidez detrás, así que es de repente muchísimo más sólido que el achacoso Bank of America. Sabéis que estos temores son compartidos con el resto de accionistas, así que la reacción más probable será vender. Vender rápido. Y si tienes dinero en Bank of America, sacarlo y llevarlo a Citigroup cagando leches.

En otras palabras, otro pánico bancario, con inversores aterrados por miedo a ser nacionalizados y ahorradores persiguiendo la seguridad de un banco ya rescatado. El gobierno sólo podría salvar al Bank of America nacionalizándolo también, obviamente, la palabra que empieza por «N», el gran innombrable, da mucho miedo ya que es una enfermedad muy contagiosa.

El problema de las nacionalizaciones es que uno sabe dónde empieza, pero no dónde termina. El único precedente (Suecia a principios de los noventa) acabó con una nacionalización completa; si el balance contable de los bancos es tan malo como parece, eso podría ser un dolor de cabeza horrible, incluso para el país más rico y poderoso de la tierra. La nacionalización tiene la ventaja que castiga a los incompetentes y los deja sin un duro, pero tiene el inconveniente que puedes llevarte bancos sanos por delante, y encima sigues socializando las pérdidas. Por mucho que al reprivatizar el estado puede estar recuperando ese dinero, uno puede meterse sin querer en un agujero espantoso.

La nacionalización no es bonita, la verdad. Me parece la menos mala de las soluciones, pero es mucho más arriesgada de lo que he dado a entender hasta ahora.

Oh, y nota al margen: sí, Obama la ha cagado con algunos nombramientos. El problema de Daschle sin embargo no eran los impuestos, era las relaciones cuasicarnales que tenía con lobistas y aseguradoras ahí fuera. Aún así, la reacción de Obama ha sido muy buena, diría: ha reconocido que la ha pifiado, es su culpa, y como tal, Daschle hace bien largándose.


6 comentarios

  1. meneame.net dice:

    Los peligros de nacionalizar…

    c&p: "Empezaremos por lo más obvio, el hecho que el estado en general no es gestor empresarial demasiado brillante. Sí, se pueden diseñar instituciones que hagan las empresas más eficientes, pero en última instancia estaremos hablando de …

  2. […] Ahora parece bastante obvio que estaba equivocado, y que de hecho hay más de un gran banco (probablemente dos) y no pocos bancos pequeños que están en quiebra. El problema es que saber eso no basta, ya que no sabemos la magnitud de la tragedia (esto es, lo grande que es el agujero) y cuántos pobres inocentes (otros bancos más cuerdos) se pueden llevar por delante. La sospecha es que son muchos, muchísimos, pero claro, no se puede volar por los aires un sistema bancario (y sus accionistas) en base a sospechas. Y por descontado, si vas a nacionalizar no lo vas a decir en voz alta o hacerlo de mala manera; ya sabemos que esta clase de medidas tiene sus riesgos. […]

  3. […] con todos reparos y dudas que esta clase de medida me produce, sigo siendo de la opinión que la nacionalización (o alguna […]

  4. […] A nosotros también. Si alguien en el consejo de Ministros menciona la palabra Nacionalización, la menos mala de las posibles soluciones ante el bloqueo al que los bancos están sometiendo a la economía, que no se sorprendan. Que luego […]

  5. […] sobrevivir solitos hace que empiece a leerlo con reparos; aún siendo consciente de los horribles peligros de comprar bancos, siempre me había parecido la mejor […]

  6. […] sobrevivir solitos hace que empiece a leerlo con reparos; aún siendo consciente de los horribles peligros de comprar bancos, siempre me había parecido la mejor […]

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