Economía & Internacional & juguetes matemáticos & Trenecitos y cemento variado
La crisis financiera en Estados Unidos ha generado una cantidad enorme de reacciones más o menos confusas. Dejando de lado extrañas diatribas a favor del patrón oro (algo que era una mala idea hace 80 años, y sigue siéndolo ahora) y las clásicas críticas desde la izquierda culpando el capitalismo y la oscura maquinaria financiera mundial, la reacción habitual a todo este jaleo ha sido confusión. Lo cierto es que lo que está ocurriendo es bastante obtuso, y la verdad, estoy bastante seguro que muchos de los inversores directamente implicados no lo entienden del todo.
De hecho, diría que esto forma parte del problema. El origen del problema se deriva de una burbuja inmobiliaria gigantesca vivida en los últimos años en Estados Unidos, combinada por una excepcional cantidad de contabilidad creativa al analizar los
riesgos al conceder créditos. Tradicionalmente, los bancos eran los que concendían hipotecas; si algo iba mal, eran ellos los que tenían que cargar con la casa y tratar de revenderla. Si iba bien, cobraban intereses y todos contentos.
Los mercados financieros tienen como una de sus bases la gestión del riesgo, y las hipotecas lo son. Como en cualquier acción de riesgo, uno puede racionalizarlo extendiendo su base, como si fuera un seguro. El mecanismo es relativamente sencillo; los bancos crean «paquetes» de deudas, con miles de hipotecas de varios tipos agrupadas en un sólo valor, y sacándolo al mercado.
El problema es que la cosa es un poco más confusa a partir de este punto. Para empezar, los bancos ya no son el acto central en esta fiesta; cuando los paquetes de hipotecas están flotando por el mercado secundario, lo que realmente decide qué se financia y qué no es el mercado en sí. Si un fondo de inversión está dispuesto a comprar un paquete de hipotecas lleno de deuda de baja
calidad (esto es, hipotecas de gente en barrios malos, sin trabajo estable y con mal crédito), eso es lo que se finaciará.
De nuevo, un inversor puede amortiguar el riesgo haciendo cosas más exóticas, como poner este paquete dentro de otro con otra clase inversiones, bajando el nivel de pérdidas potenciales vía diversificación. O si es realmente barroco, puede comprar esas cosas con un crédito, revender su deuda en el mercado secundario, quedarse él con los activos y bailar una vals vienés a cambio de activos en China. Lo cierto es que una vez las hipotecas están flotando por el mercado pueden acabar metidas en cualquier cosa, usando instrumentos financieros treméndamente sofisticados y perfectamente diseñados para cada necesidad.
El problema, claro está, es cuando el mercado inmobiliario en Estados Unidos se estrella,
y esas hipotecas empiezan a ser algo más dudosas. Cuando los precios de las casa suben constantemente, el hecho que haya impagos no es un problema demasiado grave. El propietario puede refinanciar, a poco que hubiera pagado, o bien el banco puede quedársela y colocarla de nuevo relativamente rápido. Es una buena deuda, respaldada por algo tangible. La cuestión es que ese algo tangible, como todo, puede bajar de precio, y convertirse en una patata caliente.
El resultado es que por el mercado financiero hay una cantidad relativamente grande de títulos de deuda de muy mala calidad (estas hipotecas a gente con pocos números de pagarlas), y no demasiada información fiable sobre dónde andan. Dada la extraordinaria complejidad de muchos de los instrumentos financieros utilizados para colocar estos títulos en el mercado, y los instrumentos treméndamente creativos utilizados para dispersar el riesgo, es muy complicado saber quién tiene qué, quién se está tragando qué pérdidas, y a quién le toca cerrar por
haber hecho una inversión estúpida. Sí, los balances están ahí, pero buena suerte siguiendo dónde ha ido a parar cada cosa, al menos en un periodo de tiempo razonable.
¿La reacción natural de los mercados? Miedo. Si bien es muy probable que las hipotecas «malas» estén muy, muy dispersas entre muchisimas manos, y por tanto las perdidas catastróficas sólo afecten a unos pocos listillos, no hay muchos motivos para confiarse cuando dejas dinero a alguien. A fin de cuentas, uno puede estar financiando a uno de los pobres pringados que van a perder la camisa y quedarse a dos velas, o pagándole a alguien una inversión en uno de esos fondos. No sólo eso; si es otro banco el que te pide dinero para prestar a alguien, ¿quién te dice que ese banco no está uno de esos errores?. Cuando los riesgos son más altos, el precio que se pide para cumplir con alguien es más alto; traducido a mercados financieros, los tipos de interés y los costes de transacción en las operaciones de crédito suben. Es más difícil que te
dejen pasta, vamos. Y si uno no tiene pasta, no puede invertir.
Aquí entran los bancos centrales y sus inyecciones de liquidez. Dicho en cristiano, lo que han hecho es dejar dinero a los bancos que lo necesiten para que estos puedan dar créditos, y que con tantos nervios en los mercados no podían conceder fácilmente. Todo ello para dar tiempo a que la gente se aclare, haga números y no se quede paralizada mirando al vacio sin mover un duro hasta que no se resuelva quién la ha pifiado con las malditas hipotecas, evitando que la desconfianza general evite la asignación eficiente de recursos en los sectores donde no hay problemas debido a la falta de liquidez («dinero», más o menos) entre tantas dudas.
Estamos otra vez con lo de siempre, los costes de transacción. Los mercados necesitan que todo el mundo esté razonablemente bien informado sobre lo que está sucediendo para asegurar que las transacciones no se hacen demasiado caras. Si nadie sabe lo que pasa, la gente debe gastar dinero en »
seguros» para disminuir el riesgo; en este caso, la complejidad del mercado, unida a un buen puñado de activos muy poco rentables había hecho que estos costes subieran.
La solución, a medio plazo, será que los actores competentes (estados, reguladores) impongan normas que añadan transparencia a estas transacciones. Mientras tanto, los tontos que creían que tener hipotecas concedidas a gente sin empleo fijo era una buena inversión perderán su dinero, como bien se merecen. Y sí, siete millones de hipotecas, la mitad de las consideradas subprime en Estados Unidos, acabarán con la familia en la calle. Haber alquilado, qué quieres que te diga.
Todo eso, evidentemente, si los mercados recuperan la confianza, y mi asumpción que el riesgo está muy distribuido es correcta. Si eso no sucede, o tenemos otras inversiones encallándose como las hipotecas (otros bonos de calidad cuestionable)… bueno, entonces no habrá demasiada confusión, y pasaremos a hablar
de crisis con todas las letras. Creo que no iremos tan lejos, pero tengo la mala costumbre de no acertar demasiado en estas cosas. A saber.
Nota: editado por educación y protección de pieles finas.
A todo esto, la crisis va a pillar sobretodo a los inversores más sofisticados, esos que se meten a comprar paquetes inversores raros. El resto sufrirá menos.
Enlace
de mala manera, claro…
Señor mío, quizá piense usted que ha descubierto algún mundo nuevo, pero si quita algún detalle francamente muy secundario (una cifra concreta de hipotecados de «alto riesgo» en EE.UU.), su larga disertación es básicamente la misma que aparece, muchísimo más resumida, en medios convencionales ( http://www.elpais.com/articulo/economia/Claves/entender/problema/subprima/elpepueco/20070811elpepieco_6/Tes ).
Deduzco que el calificativo de «analfabestia» que me dedica lo tengo merecido, en su opinión, por el hecho de creer que el capitalismo es el causante de este desaguisado, o bien por pensar que es una conspiración mundial. Dado que yo no menciono conspiración alguna en la entrada a la que usted hace referencia (y además creo que el sistema no funciona por el método conspirativo, aunque algunas cospiraciones parciales sí que las hay), debo pensar que soy analfabestia por creer que el causante es el capitalismo.
Por lo que parece, usted debe creer que no, que la
culpa es de… quién? ¿De nadie, quizás? Es una respuesta bastenate al uso: el sistema financiero, los intermediarios… Nadie en concreto.
Si es así, es una forma cómoda de hacer que el personal, de tanto no identificar culpables, acabe pensando que tampoco existe culpa.
Y así hasta la próxima.
Un par de cosas. Primero, lo de «analfabestia» es una reacción elitista de mi parte. Me parece curioso que opine de un tema muy complicado diciendo a la vez tan feliz que no sabe demasiado de ello. El que reconocía su ignorancia era usted, no yo; siento que se sienta insultado. Si así lo desea, borraré ese calificativo sin inconveniente, con mis disculpas.
Segundo, sé de sobras que El País habla de ello. Lo leo cada día. Mi post tiene la humilde intención de señalar los aspectos de economía de la información a todo esto, algo que a mi juicio no se ha comentado demasiado sin usar jerga. Si le parece redundante, apunto la crítica; la verdad tengo a veces demasiada vocación de cronista.
Curiosamente, y supongo que debería poder desprenderse de lo que escribo, creo que hay culpables; no pido más regulación para nada. Aún así, en casos de burbuja inmobiliaria galopante no se puede hacer demasiado, aparte de freir la economía subiendo los tipos de interés; una
solución muy lejos de ser ideal.
Lo que me parece evidente, sin embargo, es que nadie obligó a los tipos que no pueden pagar ahora sus hipotecas a comprar una casa. Como he dejado comentado en su bitácora, el comprar una casa es una inversión, no una necesidad vital.
El estado no protege a la gente que invierte su dinero en bolsa o se lo juega todo en un casino, decisiones que pueden ser prácticamente igual de estúpidas que comprar una casa cuando uno no tiene ni ingresos ni ahorros para pagársela. La verdad, esto del «derecho a la vivienda» no significa «derecho a tener una casita adosada o piso de mi propiedad». Ya es hora que nos dejemos de esta manía de pensar que uno sólo vive en serio cuando compra.
Buena explicación de la deuda de baja calidad y su relación con lo que está sucediento.
Por cierto, ya que hablas del patrón oro, ¿has escrito algún post al respecto o puedes recomendarme algún artículo sobre este tema?
Gracias. Saludos
Todo depende de si se trata de una crisis de liquidez o de insolvencia. Existe un gran debate al respecto y no me atrevo a entrar en él ni por asomo.
Es cierto que la crisis se concentra en las hipotecas subprime pero los mercados se ponen nerviosos porque en muchos casos incluso los grandes bancos han asumido más riesgos de los normales.
Yo soy muy escéptico con respecto a todas estas profecías que dicen que nos vamos a venir abajo por el batacazo en la construcción, pero creo que un poco de cautela porparte delos bancos no vendría mal. Aunque creo que aquí vamos por el Basilea II y en USA se plantean noaplicar partes del I…
Y por último, no entiendo la obsesión que tiene la gente en creer que el Gobierno es todopoderoso y puede arreglarlo si tiene voluntad. y, claro, si no hace nada: ¡culpable, culpable!
Prefiero un Gobierno consciente de sus limitaciones a un mesias bolivariano soltando espuma redentora por la boca.
Arjjjjjjjjjjjjj
Bueno AF, has visto lo que es argumentar correctamente desde la «izquierda».
Egocrata da argumentos y expone su teoría. Tú te dedicas a meterte con la gente (que si Rallo es un memo, que si la yihad liberal, que si egocrata no merece llamarse progresista…), a censurarnos en tú blog para evitar el debate con cuentos chinos, a ver conspiraciones liberales internacionales donde solo hay orden espontaneo de mercado…
Yo reconozco que tengo mi opnión sobre el tema aunque no pueda argumentarla con la clarided y perfección de egocrata ni mucho menos como Rallo (el que tú llamas santón liberal…), pero de economía y de como funciona el mundo entiendo 4 pueblos más wque tú.. Así que dejate de ir por ahi dando leccioones de progresismo, de política y de educación.
Todavía no te he viusto rebatir ni la postura austriaca ni la de egocrata más que con argumentos cuasimisticos propios de un salvaje de las cavernas, es decir ves el mercado como veían los
primnitivos los fenomenos de la naturaleza.
Pero creo que ya da igual todos han visto como censurabas el debate y te dedicas a dar carnets de progresista por ahi.
Lo dicho esta es tú web, mira te han dejado una encuesta participativa obligatoria tus camaradas sobre el tema Antonito:
http://www.stalinvive.com/comments.php?id=480_0_1_0_C
Y ahora ya sabes a insultar y censurar que es lo tuyo colega.
Hombre, decir tan ricamente a siete millones de familias «haber alquilado» o lo que es lo mismo… joderos y haber invertido bien es tremendamente fácil desde la comodidad de un sillón. Siete millones más de homeless que más dan… Es la economía, tonto, la economía.
Por cierto, me interesaría mucho conocer la extracción social y raza de esos candidatos a la supervivencia. ¿Pobres, negros e hispanos?
A lo mejor a la vuelta de la esquina en españa son jóvenes mileuristas los que se quedan en la puta calle. También será por su culpa, claro. «Haber alquilado».
«Siete millones más de homeless que más dan… Es la economía, tonto, la economía.»
¿Y por qué considerais la economiía como algo abstracto contrario al ser humano? Es tan estupido como considerar cualquier ciencia como algo abstracto que no tiene relación con el hombre…
«Por cierto, me interesaría mucho conocer la extracción social y raza de esos candidatos a la supervivencia. ¿Pobres, negros e hispanos?»
Y que es que ¿si son Ricos y blancos o asiaticos se merecen más arruinarse? ¿Acaso no tenemos todos los mismos derechos? Debe de ser algo de la lucha de clases…
Yo no creo que la culpa sea de la gente que no ha alquilado, para empezar porque al menos en España la legislación del alquiler es tan pesima que l gente no alquila o lo hace de estraperlo.
Además yo considero lahipotesis más plausible la que defiende Juan Ramón Rallo y el resto de economistas austriacos, que ha sido culpa del sistema estatal (socialista o como se quiera)
de bancos centrales como garantes ultimos del sistema financiero y de la falsificación de moneda y el control dictatorial de los tipos de interes, es decir que la culpa de la crisis es de los gobiernos y bancos centrales del mundo (empezando por el americano).
Puede que me equivoque en mi analisis o no, pero no voy de listo y de faltoso como AF.
Por si a alguien le interesa la otra visión del problema:
http://www.liberalismo.org/bitacoras/1/4587/
Poldec, si lees a Rallo un rato entenderás por qué no hablo del patrón oro: hablamos idiomas distintos. Aunque tengo mis argumentos, antes de poder debatir en serio me tendría que poner a hablar de asunciones, principios y puntos de partida. Factible, pero farragoso y aburrido… ¡y no tengo tiempo!.
Algo debería decir sobre ello, pero cuando tenga más tiempo libre, y pueda repasar mis libros. :-).
Sobre el resto, Whitard, ¿tienes algún enlace que hable de señales de crisis de insolvencia? Por aquí EUA se ha hablado más de liquidez que otra cosa.
Stewie, sobre el papel de los bancos centrales… no sé, no sé. Rallo habla de ellos como si fueran una especie de mafia opresora; a veces suena como un tipo de izquierdas cabreado,sólo que con otra retórica.
Rallo habla de los bancos y el dinero fiduciario de una forma bastante extraña; el valor del dinero depende sólo del hecho que la gente se fíe de él, no de lo que le respalde. El oro no deja de
ser un metal, una materia prima como cualquier otra; no tiene más valor que el que la sociedad le da. Bien ha habido sistemas monetarios basados en cacao o sal en otros tiempos.
El valor del dinero fiduciario se deriva de la confianza, la gente cree que ese dinero será aceptado, y por tanto tiene valor. La inflación no es más que un artefacto del sistema, no una debilidad dramática; simplemente es un derivado de lo difícil que resulta mantener el crecimiento de los precios a cero sin meterse en deflación, algo mucho más doloroso para todos (ya que bloquea la economía en nada) que una ligera inflación. Que la moneda pierda un poquito de valor no deja de ser un empujoncito para invertirlo, algo bueno.
Tener acceso a la vivienda es una necesidad, pero comprarla no. Esto queda muy bonito si no fuera porque el coste del alquiler es sólo ligeramente inferior al de la hipoteca, y mientras el alquiler no para de subir, la hipoteca cada vez cuesta menos pagarla, ni qué decir cuando terminas de pagar. En el plano psicológico, una vivienda en propiedad da mucha estabilidad y confianza en el futuro.
Así que no es de extrañar que nos embarquemos como locos a comprar casas sin saber cómo se pagarán, porque vivir de alquiler es tirar el dinero (opinión general, no mía).
Y como todos esos millones de compradores irresponsables tienen un título en Económicas o son expertos brokers, está justificado tratar de timarles diciéndoles que no se preocupen, que compren la casa de sueños no importa lo cara que sea, que nuestros préstamos hipotecarios tienen unas condiciones inmejorables.
¿Culpables?
Los insaciables de ganancias que pusieron la trampa, los gobiernos que no lo
regularon y los ciudadanos que les dejamos hacer y nos dejamos timar.
Que las fuerzas de mercado no son invisibles sino para el economista que se empeña en no verlas.
Se dice de los economistas, que son especialistas en acertar lo que sucederá en el futuro, exactamente cinco minutos después de que haya ocurrido. Muchos de los comentarios en esta entrada corroboran esta impresión, y dan la sensación de que hace mucho tiempo que ellos tenían las claves de lo que iba a suceder en el mercado americano con las hipotecas de alto riesgo. Debieron callar por prudencia, para no alterar las reglas de un libre mercado que parece, a muchos de ellos entusiasmarles. Un servidor no es economista, afortunadamente mi formación es científica y nunca creí en etéreas reglas que emanan de no sabemos muy bien donde. El ser científico, algo radicalmente alejado de la economía, me permite tener una visión distinta que al final termina culpabilizando al sistema capitalista, sistema basado en la desigualdad, en el poder de los «mejores», bien sean los más listos, losmás honrados, los más inteligentes o los más trabajadores. Porque la esencia del problema está en dos
preguntas:
¿Porqué hay quien no tiene, ni tendrá nunca, capacidad para comprarse una casa?
¿Porqué hay quien puede, prestando, ganar dinero al aprovechar la necesidad de otro?
Será verdad aquello de la propiedad privada es un robo
Un par de cosas:
1. La economía es una Ciencia. Utiliza el método científico, se basa en datos empíricos, hipótesis y teorías que deben ser falsables, todos los supuestos son explícitos y en contra de lo que dice el tópico, son muy buenos explicando la realidad. Viniendo de un politólogo, esto es un peazo de piropo, por cierto.
La arrogancia de las «ciencias de verdad» respecto a las sociales es cómica, de todos modos.
2. No es cuestión de «culpas» para el sistema capitalista. El quién se hace rico y quién no es un problema de igualdad de oportunidades (político) no de asignación eficiente de recursos (económico). No estoy hablando hoy de lo primero, y sí de lo segundo.
Por cierto, hay sociedades capitalistas que son bastante buenas produciendo igualdad de oportunidades, caso de Dinamarca y Holanda, por ejemplo.
Aquí te dejo un artículo sobre el tema de liquidez vs insolvencia.
http://www.rgemonitor.com/blog/roubini/209779
Llegué a él vía WSJ.
Egocrata puede que tengas razón, voy a leer a Huerta de Soto para tener más claro de lo que estamos hablando.
J. G Centeno, tus afirmaciones tienen tanto de cientificas como las de AF. Prueva a acabar con la proiedad privada, que acabaras con la mayor parte de la población, y esto no lo digo yo solo hay que ver lo que paso siempre que se aplicaron estas teorias.
Egócrata, dos cosas que me llaman la atención y una aclaración:
1. Yo digo en el post que parece haber dado origen a esta polémica, que nunca he sido un conocedor de la economía, pero inmediatamente después, en el mismo párrafo, añado: «Sin embargo, me parece que no hay que ser un experto para forjarse una opinión sobre lo que está pasando en estos días con la Bolsa.«. Y es que, para lo que quería exponer a continuación, no me hacía falta ser docto en la materia. Jessi lo ha captado perfectamente, y cualquiera podría hacerlo también a no se que se quiera, ex profeso, utilizar el post para sacar a pasear otras opiniones, en lugar de darlas sin más.
2. Lo de que las teorías debe ser falsables es algo muy popperiano que no reconozco en absoluto como útil (tego entendido que ha habido filósofos posteriores, comenzando por discípulos del propio Popper, que demostraron cuántas teorías eran imposibles de ser «falsadas», incluidas algunas de las del propio
Popper).
3. Puede que lo considere usted un matiz, pero yo no me siento insultado. Sin embargo, he advertido en usted ánimo de insultar, lo que sí que me parece incorrecto y como tal lo hago notar.
Un saludo.
Ui, gracias por el enlace. Roubini siempre dice cosas sensatas, y aunque no siempre acierta con los tiempos (acertó que el dólar iba a bajar, aunque sucedió más tarde de lo que predecía) sus argumentos siempre son sólidos. Lo leo en detalle.
Sobre falsabilidad… es un criterio más, pero no es el único. No me voy a poner a hablar de filosofía de la ciencia porque la verdad, lo tengo un poco oxidado, pero me he comido suficiente de ella como para aburrir a media internet :-).
I-La economía es una ciencia SOCIAL por tanto más o menos inexacta y lo único que hace es hacer más o menos predicciones de lo que cree que va a pasar a través de lo que a ocurrido en el pasado , hasta aquí como otras ciencia pero en la economia entran en juego aspectos más variables que hacen que esas predicciones sólo sean valifdas en la mayoróa de casos sobre el papel, no en la realidad.
II-tal y como estan las cosas es tiempo de empezar a mirar cual es la forma de que en general se sufran los menores daños. y mucho me temo que quién pagará el pato no seran los bancos, todo pq un ente invisible nos hizo creer que los tipos a el 1-2 % eran «normales», Ja!
Más exacta que la astrofísica, la astronomía, la física cuántica o muchas ramas de la biología es. Al menos tenemos datos directos y no tenemos que hacer inferencias tremendas para saber la edad del universo, la estructura de las partículas fundamentales o qué tipo de metabolismo tenían los dinosaurios.
En serio, la tropa de las ciencias «duras» me hace mucha gracia.
Sobre daños, los economistas son unos yonkis del crecimiento. Claro que se habla de qué hacer para que este no se resienta. Si la economía pega un frenazo de verdad, entonces sí que todos sufren…
Alguien derá que me estoy abstrayendo pero si el derecho a vivienda digna está reconocido por toda constitución democrática y numerosos acuerdos y declaracines internacionales, considerar el tema de la vivienda como producto de mercado y punto, me parece aberrante.
Podrán haber sido todo lo imprudentes que se quiera los que compraron un piso sin tener empleo fijo pero es que tienen todo el derecho a tenerlo y ningún banco tiene derecho a quitárselo ¿baguedades? No derechos humanos reconocidos internacionalmente.
No digo que esté mal que haya mercado de la vivienda si no que no puede estar solo en manos del mercado este asunto. Y sé que en EEUU no pueden entender esto, por algo hay un mayor índice de criminalidad y de marginación allí que en el resto del mundo desarrollado, teniendo más recursos ese país que nadie
«Más exacta que la astrofísica, la astronomía, la física cuántica o muchas ramas de la biología es. Al menos tenemos datos directos y no tenemos que hacer inferencias tremendas para saber la edad del universo, la estructura de las partículas fundamentales o qué tipo de metabolismo tenían los dinosaurios.
En serio, la tropa de las ciencias «duras» me hace mucha gracia.»
Pero no es menos exacta que las ingenierías, la qímica, la física, etc.
La economía es una ciencia imprescindible pero complementaria a otras y para que haya un crecimiento económico real y no de cartón-ladrillo o de burbujitas especulativas es necesario que haya desarrollo tecnológico
«Pero no es menos exacta que las ingenierías, la qímica, la física, etc.»
Quise decir lo contrario: No es MAS exacta que …
[…] nos lleva a uno de los problemas que he mencionado alguna vez: la falta de información. Allá por el verano del 2007, cuando empecé a mirar con ojos desconfiados todo este sarao, mi primera impresión es que el […]
[…] nos lleva a uno de los problemas que he mencionado alguna vez: la falta de información. Allá por el verano del 2007, cuando empecé a mirar con ojos desconfiados todo este sarao, mi primera impresión es que el […]