Siguiendo con la serie de artículos dedicados a las primarias americanas (ver la introducción aquí), hoy haré un breve repaso de los candidatos a la nominación del partido demócrata para las elecciones presidenciales del 2008. Como comentaba el otro día, lo cierto es que la campaña realmente ha empezado muy, muy temprano, especialmente en este partido, así que parece que tenemos prácticamente a todos los presidenciables en la arena, listos para el bombardeo mediático. Procedamos, pues, a la carnaza.

Dividiré la lista en tres grupos, siguiendo en parte mi instinto, en parte lo que comenta la cohorte de opinadores local sobre los candidatos. Empezaremos por los favoritos (algo bastante relativo, dada la alta tasa de «mortalidad mediática» en una campaña tan larga), seguiremos por
los candidatos aceptables, y acabaremos por la entrañable lista de frikis con presencia simbólica que parece emerger cada cuatro años.

Favoritos:

Hillary Rodham Clinton:
No es que la senadora por Nueva York necesite demasiada presentación, pero vale la pena mencionar algunas cosas. Primero, y muy importante, es una auténtica máquina de recaudar fondos electorales, hasta el punto de haber renunciado a las ayudas públicas federales para pagarse la campaña. Estamos hablando (si consigue la nominación) de 90-100 millones de dólares, que prefiere dejar de lado a cambio de no tener restricciones al gasto. La chica tiene contactos, un marido que sigue atrayendo donantes como nadie, y una cierta aura de invulnerabilidad
que le permiten imprimir dinero.

Eso no la hace una buena candidata, sin embargo. Para empezar, parece levantar un repelús considerable en muchos sectores del electorado. Hay mucha gente que no la traga, lisa y llanamente, no importa lo que diga, opine o defienda. Políticamente no es una candidata extremista, en ningún caso; es liberal («progre», en el lenguaje político local) pero no en exceso, y tiene esa mezcla de ideas populacheras concretas y enormes vaguedades en cuestiones importantes que tanto abundan en los «buenos» candidatos. El problema es que en su caso, esto bien puede ser irrelevante.

Barack Hussein Obama:
Un auténtico OPNI (objeto político no identificado) en la política americana reciente, y el primer candidato creíble de color de la historia del país. Obama es un senador novato de Illinois, relativamente joven (45 años) y con una corta, cortísima carrera política. Si se lee lo que dice y defiende, uno estaría inmediatamente
tentado a acusarlo de «buenismo» o «bobo-solemnidad»; usando una retórica muy Zapateril de consenso, nueva política y cambio tranquilo el tipo está atrayendo una cantidad de atención enorme.

Lo cierto es que el tipo tiene bastantes cosas jugando a su favor. Primero, es una orador excepcional, con una telegenia impecable. Segundo, el hecho de tener poca experiencia se traduce en no tener un historial de pifias de largo recorrido; de hecho, aún no había llegado al senado cuando se voto la invasión de Irak (cosa que le permite decir que él estaba en contra). Tercero, es un candidato distinto (aunque sea por el color de piel) pero creíble a la vez (es que habla tan bien), algo que le da cobertura mediática a espuertas. Y cuarto, realmente parece un cruce entre Denzel Washington y Kennedy, otro político por cierto que era distinto (católico), joven (43 años) y carismático.

¿El problema? bueno, es negro. Es así de crudo, pero no está demasiado claro que los americanos estén dispuestos a votar
a alguien de color. Aparte de eso, es un auténtico novato, y ahora que deberá empezar a dar su opinión de vez en cuando es posible que se estrelle. No creo que su relativa juventud sea un problema, no obstante; si no mirad la edad de los presidentes del gobierno que hemos votado en España desde Suárez (45, 40,43 y 40).

John Edwards:
Uno que perdió en el 2004 (como vicepresidente) tras dar una imagen bastante irrelevante, y que no ha dejado de hacer campaña hasta hoy. El tipo vive literalmente en New Hampshire (donde empiezan las primarias), así que está todo dicho. Su discurso básicamente habla de pobreza y desigualdad, con gestos como anunciar su candidatura en Nueva Orleans, aunque diría que al no señalar los problemas de la clase media esas palabras no le llevarán demasiado lejos.

Edwards tiene bastante de Obama (joven, guapo, simpático y novato), pero en blanco, aunque la verdad, me aburre profundamente. El tipo parece estar intentando
agradar con tanta fuerza que se hace cargante.

Por algún motivo que se me escapa, sin embargo, la prensa lo coloca de forma unánime en el grupo de favoritos, cosa que no acabo de comprender. Es un buen tipo, no lo dudo, pero no lo veo de presidente.

Candidatos aceptables:

Joe Biden:
Senador por Delaware, excelente político y con una larga y sólida experiencia en política exterior y temas de seguridad. Uno de esos raros políticos interesantes de escuchar casi siempre, cargado de ideas y sentido común. Tristemente, no parece que eso esté impresionando demasiado a la prensa, que lo está dejando en segunda fila; es un año para candidatos exóticos. Una lástima, porque sería un muy buen presidente. Tiene el problema añadido de ser un senador veterano, así que hay muchos errores criticables (reales o ficticios) en su historial, tristemente.

Tom Vilsack, Bill Richardson:
A estos los pongo juntos ya que comparte un rasgo que les hace «presidenciables»: son gobernadores. Tradicionalmente los americanos parecen disfrutar votando a gobernadores para presidentes, y lo cierto es que hacen buenos candidatos. Tienen experiencia en un ejecutivo, y un cargo que si bien visible, no atrae demasiada atención mediática; pueden por tanto ponerse medallas sin miedo a que demasiada gente pueda criticar sus méritos.

De los dos, Richardson es probablemente mejor candidato, por venir de un estado algo menos irrelevante (Nuevo Méjico, Vilsack es de Iowa). Aún así, el buen hombre no tiene una cara demasiado presidencial, así que no les doy números. Sobre sus ideas, podeis poner un papel en blanco; no las están contando a nadie.

Wesley Clark:
El general de turno. Pelo blanco, aspecto serio, etcétera. Aún no es candidato oficial, pero vamos, no aportaría nada.

Círculo Friki:

Aquí la lista es abundante. Tenemos Al Sharpton, el reverendo afroamericano de turno; dice cosas serias pero todo el mundo se lo toma a broma. Chris Dodd, el otro senador de Connecticut y probablemente el segundo hombre más aburrido de América (el otro senador, Lieberman, es el primero). Denis Kucinich es el típico congresista con apoyo en los sindicatos que aparece cada cuatro años (populista de izquierdas), y Mike Gravel es de Alaska y fue un senador relevante en los años setenta, así que se le ha pasado el arroz.

Conclusiones:

De esta lista, se pueden extraer varias cosas.

  • Aparte de prometer sanidad universal (algo que todos los candidatos demócratas hacen este año), la lista de vaguedades programáticas es aún escandalosa. Uno de los problemas del sistema de primarias es que los políticos están aterrados ante la posibilidad de cometer un
    error, así que no hablan demasiado.
  • Lo que me lleva al problema más grave, el hecho que la prensa no se pase la vida preguntándoles sobre ello. Hablaré más este punto en el futuro, pero la tendencia es siempre la misma: se habla de política como quien habla de una carrera de caballos. La noticia no es quién defiende qué, la noticia es quién gana, quién pierde y quién queda rezagado. Como resultado, los políticos no hablan de nada, ya que nadie les llama la atención.
  • ¿Mi predicción? Aún es demasiado temprano. Veo más Obama que Hillary, con algún candidato de segunda línea subiendo a primera división.
  • ¿El ausente? Al Gore. Sería un candidato excelente (y un favorito inmediato; a fin de cuentas, ya «ganó» una vez), pero no parece que se vaya a presentar… de momento. Veremos.

Pronto, los candidatos republicanos, en unas primarias diría que aún más interesantes que las demócratas. Y aunque parezca mentira, con varios candidatos decentes
incluso para un progre irrentedento como yo.


6 comentarios

  1. Lasombra dice:

    Muy buen análisis. Justo acabo de terminar yo otro con conclusiones parecidas en mi blog, aunque hilando bastante menos fino.

    Ardo en deseos de ver esos candidatos republicanos aceptables. A mi sólo se me ocurre uno (Giuliani) y creo que es más fácil que me toque el euromillon que que consiga la nominación. Pero bueno, quien sabe…

  2. Anonymous dice:

    Una preguntita: ¿cómo eligen al candidato a vice? ¿Podría ocurrir, por ejemplo, Hillary de candidata a la presidencia y Obama a la vicepresidencia, o al segundo lo elige el elegido para presidente?

  3. Alex Guerrero dice:

    Creo recordar que cada candidato tiene su equipo, y en su equipo su «segundo de a bordo». Así que estas combinatorias no son posibles.

    Sin embargo, ambos dos deberían pensárselo, porque un Obama de presi y una Hillary de vice, o viceversa, concentraría más el voto de las «minorías» y mujeres en una sola plataforma.

  4. Egocrata dice:

    Escogiendo Vicepresidente:

    Una vez el candidato a presidente está nominado, este escoge quien será su vicepresidenciable, con total libertad. En el 2004 Kerry escoge a Edwards, que fue su rival en las primarias, para el cargo, así que sí, Hillary/Obama es posible.

    Sobre los republicanos, hay alguno más, pero tampoco flipemos ;-).

  5. bordesinremedio dice:

    Uff, yo he pensado en la posibilidad del ticket Clinton/Obama y me parece demasiado fuerte para que pueda ganar las elecciones, sería tanto la primera mujer presidenta y a la vez, primer negro vicepresidente y lo mismo pasaría viceversa, aunque no veo a Hillary aceptando el puesto.

    Asi que yo me inclino por Hillary y Obama como presidenciables en el ticket y a Edwards como vice.

  6. Alex Guerrero dice:

    Hoy Hillary ha salido con un peinado de 1987 y ha dicho respecto a Irak:

    «The president should execrate this issue before leaving»

    Si alguien entiende lo que ha dicho, que levante la mano. Eso sí, los periodistas encantadísimos de sacar ese verbo (execrar) en todos los titulares…

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