El Partido Socialista de Madrid tiene, en Madrid capital, 6.805 militantes. El PSC tiene en Barcelona capital tiene 3.425. Esto quiere decir que en las dos mayores ciudades de España, combinando casi cinco millones de habitantes, un 0,02% de la población tiene voz y voto escogiendo quién va a ser el candidato del partido y su equipo. En un día bueno, este 0,03% del electorado son los que deciden el nombre del tipo que tiene un 50% de posibilidades de ser el próximo alcalde de la ciudad.
Los partidos españoles dicen tener sobre un millón y medio de militantes, pero es una cifra realmente difícil de creer. Las formaciones políticas españolas son, a todos los efectos, organizaciones pequeñas, bastante autistas y en general ampliamente ignoradas por la población en general. Si hay algo que me parece realmente cargante de las protestas estos días es su virulento contenido anti-partidos políticos, hablando de cómo estos viven de espaldas a la sociedad, cuando en realidad parece que son los votantes los que no los ven como una forma de participación política viable.
Si alguien quiere tener una presencia increíblemente efectiva de inmediato en el sistema político español la semana que viene, lo mejor que puede hacer es juntar un grupo de amigotes y acercarse el lunes por una agrupación de uno de los dos grandes partidos españoles. La mayoría son pequeñitas, tienen cuatro tipos que llevan un par de décadas durmiendo siestas en sillones a los que nadie les presta atención y no han visto una votación competitiva desde 1978. Si alguna vez os habéis preocupado por qué los partidos no se matan demasiado reclutando militantes aquí tenéis el motivo; no quieren que nadie les moleste. Un grupo medianamente organizado que tenga ganas de hacer cosas puede estar soltando collejas y haciéndose escuchar en unos diez minutos.
Uno de los secretos de los tea parties, y fuente de su tremenda influencia, fue cómo explotaron esta clase de oportunidades. El partido republicano, como casi todos los partidos políticos de la OCDE, lleva décadas perdiendo militantes. Un grupo relativamente pequeño de activistas bien organizado (gracias, internet) puede «tomar» las estructuras del partido con relativa facilidad, y lo han hecho a conciencia.
Los partidos políticos europeos son partidos cártel: organizaciones muy profesionales, muy centradas en ganar elecciones y que prestan muy poca atención a reclutar y cultivar relaciones con militantes y activistas. Son también partidos excepcionalmente autistas que seleccionan cargos y candidatos de forma cada vez más endogámica, y con una tendencia ciertamente preocupante a perder el contacto con la realidad. Lo curioso, sin embargo, es que son así no sólo porque quieren, sino porque el electorado les deja.
Así nos va. El otro día comentaba por Twitter por qué las élites políticas europeas parecen haber empeorado de forma dramática los últimos 20-25 años. Puede que sea porque les hemos dejado de prestar atención. Meterse en ONGs, salvar las ballenas, causas sociales y saraos de ayuda al tercer mundo puede que sea muy loable, pero mientras Europa se preocupaba de todo el rollo postmaterialista hemos dejado los partidos políticos en manos de psicópatas. Quizás en vez de montar asambleas, acampadas y saraos de este estilo sería mejor idea pasarse por el PSM, PSC, PP ó PPC y armarla bien. Un millar de militantes pueden hacer una cantidad de ruido descomunal – y en una capital de provincia, dos docenas te bastan.
Una muy interesante reflexión, muy preclara, y una nueva puerta que cruzar de cara a cambiar las cosas. De todos modos, si internamente los partidos fueran democráticos y no piramidales no ocurrirían casos como UPyD y Álvarez Cascos, de gente que debe separarse del partido para poder hacer algo.
Según tengo entendido en EEUU para ser del Partido Republicano, o del Demócrata, basta con que te apuntas como republicano o demócrata en el censo electoral.
Como tú sabes en España tienes que ir a la agrupación de turno y solicitar tu afiliación. Los de la agrupación, que serán tres aburridos pero se las conocen todas, sospecharán si te plantas con cinco colegas, o llegan cinco en cinco semanas, y perderán la afiliación, le pondrán pegas o la rechazarán.
Eso del ‘asalto’ a los partidos es fácil decirlo, y complicadísimo hacerlo en nuestro sistema. Lo mejor es hacer un partido y ya está.
Efectivamente, es muy complicado. Probablemente hay mecanismos como un anno de antiguedad para poder votar, o cosas de por el estilo.
Evidentemente el problema real son los partidos, son los que mantienen un sistema que les favorece, se niegan a listas abiertas, prohibición de imputados en listas, limitación de cargos de confianza, publicidad completa y real de retribuciones de todos los cargos publicos, empresas publicas y similares, verdaderos meritos de puestos de confianza….es decir todo el amigismo y parasitación del sistema que se ha creado alrededor del sistema. No creo que el sistema de partidos sea malo en si mismo, si mejorable, evidentemente, pero quienes se aprovechan de el, lo secuestran y los explotan son el verdadero problema; si con este sistema no existiese los problemas que todos vemos (los politicos considerados el tercer problema según las encuestas, lo cual lo dice todo), no habria tanta indignación contra los partidos. Ojala esto tenga sulución. Lo que no tengo muy claro es cual es la solución, lo que sí que tengo claro que la solución no es mantenerse callado. Cada uno que opine lo que quiera, pero hay que opinar, no callarse, que se oiga la voz de la indignación.
Hombre, empieza por hacer bien los cálculos!! 6.800 más 3.400 son 10.000 (redondeando. Sobre 5.000.000 son exactamente un 0.2%, que sigeu siendo igual de bajo, pero no daña la vista al leer
El problema de los partidos, por lo que yo tengo comprobado, es que tienen un proceso interno de «aceptación» por así decirlo que es muy difícil que un gran número de gente sea capaz de tragárselo.
El hecho de estar relegado a la trivialidad más absoluta durante años, haciendo actos chorras con las juventudes del partido, repartiendo folletos, yendo a absurdos encuentros en plan convivencia etc. hasta que por fin te sientas en una mesa y te pones a hablar de política frustra a los jóvenes, y más a gente que quiera llegar y ponerse a hacer cosas útiles rápidamente.
No creo que todo el mundo pueda recorrer esa escalera de organización, es como hacer la ESO a nivel político y es un coñazo.
Aun así me parece lo más útil que se ha propuesto, desde nuevo mucho más que escribir Constituciones y reformar leyes electorales así, sobre la marcha.
[…] Hay que tomar los partidos, no las calles politikon.es/materiasgrises/2011/05/20/participando-al-vi… por JavierSolera hace 2 segundos […]
Vamos a reformar la ley electoral, vamos a conseguir listas abiertas, vamos a conseguir la separacion de poderes y luego jugamos todos a la democracia. #EstoEsReflexion
A ver, ejercicio conspiranoico.
Averiguar sin darle a ningún enlace cuál de los siguientes no funciona:
http://www.mir.es/DGPI/Partidos_Politicos_y_Financiacion/index.html
«¿Cual de los siguientes enlaces»? Pero si solo has puesto uno…
El primer párrafo me parece para enmarcar.
Que se manifiesten los indignados en la Moncloa porque ha sido un partido de Izquierda el que ha llevado al país a la ruina
http://www.ingenioconsaboralaca.com/2011/05/un-gran-hombre-un-gran-plan.html
Si entras con recomendación de alguien de dentro te ahorras muchos de los escalones a pasar para tener voz y voto, al menos en el PSPV. Hace años me lo ofrecieron y casi me hospitalizaron del ataque de risión.
Estoy convencido de que, si se conoce suficiente gente descontenta del partido puedes empezar a influir en un tiempo no muy excesivo
Alatriste:
Si le das al enlace en la parte de la derecha verá que sale un menú:
«Inicio / Partidos Políticos»
Un enlace es normativa, el segundo es «tipos de formaciones políticas», el tercero es «registro de partido políticos», por último tienes: «financiación». ¿cuál es el que no va?
Hombre, geógrafo, basta con que el grupo de amigos, al que se supone medianamente organizado, no vayan todos juntos sino de uno en uno y con tiempo entre ellos.
Uys, lo que has dichooooooooooooo…
Aprovecho para recordar que quiero conseguir los avales para las primarias (cuando las convoquen).
¿Qué comentabas de cambiar desde dentro? 😉
Roger, en la práctica no es así. Yo he militado en un partido político de los grandes en España y es una actividad penosa, donde la gente solo está par alamer culos o para trepar. A cualquier ciudadano, que se acerque con voluntad de ayudar, el ambiente de los partidos españoles le repele. Y no,normalmente los ciudadanos no se acercan al partido con intenciones de controlarlo, sino por servicio publico. asi es normal que acabes en ongs o voluntariados, al menos haces algo util por tu sociedad, y no como en unp artido politico, donde sino lames culos acabaras siendo el bicho raro de la agrupación.
La descripción de someone es bestia, pero se acerca a la realidad. No obstante, no le quita la razón a Roger: La tesis de la invasión, de hecho, la he manejado unas cuantas veces ya…
Mi experiencia es la misma que cuenta Someone, al menos es lo que yo me he encontrado. Digo lo que J.E, quizá es un poco bestia pero más o menos es lo que hay.
Pero también opino que lo que dice el autor es cierto, que eso ocurre porque a los partidos sólo se acercan personas separadas y salteadas en un goteo irregular. Otra cosa bien distinta sería si los descontentos se unieran o entrasen en el escenario un buen puñado de descontentos nuevos.
Saludos.
Someone tiene razón. Las reuniones con otros afiliados acaban siendo reuniones de sociedad. Dejé de ir por asco puro. Vas creyendo que, en esa pequeña escala podrás aportar algo, pero nanai. Además, ser afiliado implica pagar cuota. Que es simbólica, cierto, pero que para poder querer «participar» tengas que pagar ya me parece un error de bulto. La participación democrática no se compra.
[…] que un beneficio. Las cosas que se pueden hacer en una agrupación son limitadas y en general hay, como describe egócrata, pocos incentivos reales para incrementar la […]