La convención del PP de este fin de semana ha sido más una muestra de unidad partidista y apoyo al líder que la presentación de un programa político coherente, algo que era bastante esperable. Rajoy ha decidido apostar por un mensaje electoral rematadamente sencillo («no soy Zapatero»), y a eso ha dedicado todo el sarao.
Ideas, lo que se dice ideas, este fin de semana no hemos visto ninguna. No es cosa de las declaraciones públicas o discursos (creedme, me he leído unos cuantos – no hay nada), con eso de centrar el mensaje en eslóganes en la comunicación pública y dejar el programa para documentos más detallados a publicar en internet. La página de la convención es un páramo. Lo único que han lanzado al viento con un poco de substancia estos días ha sido pedir elecciones anticipadas (obvio), quejarse del estado de las autonomías (no del todo absurdo, pero viniendo del PP quieren decir «catalanes y vascos») y, como gran aportación estelar, proponer eliminar las pensiones para ex-diputados y otros cargos electos.
Primero empezaremos por ignorar el pequeño detalle que el PP manda en un montón de autonomías y no han tocada una pensión en ningún sitio. Les daré el beneficio de la duda, al menos un par de meses. El problema serio es que de todas las medidas para fomentar la austeridad de gasto público y limpiar el sistema político español esta es probablemente la peor idea posible con mucha diferencia. Veamos por qué.
Empezaremos por lo más obvio, el coste de las pensiones. Para empezar, estamos de unas prestaciones que afectan a un grupo muy pequeño de individuos; en todos los años de democracia apenas hemos visto pasar por las cortes unos 3000 diputados. Toda este gente se ha dedicado a un trabajo al que se le tienen que dedicar muchísimas horas (muchas – incluso los diputados que sólo estan en cortes hacen más horas que un reloj), que no es que esté tan bien pagado comparado con trabajos equivalentes en el sector privado y que encima te exige estar fuera de casa prácticamente toda la semana. Eliminar las pensiones o recortarlas de forma dramática es una forma estupenda de animar a que la gente se apunte a la política, en un momento en que los partidos no es que anden sobrados de talento.
¿Cuánto no están costando las pensiones a toda esta pequeña horda de jubilados? Por mis cuentas, un poco más de 80.000 euros al mes. Sólo hay 80 diputados que están jubilados y reciben el complemento de parlamentario que les permite cobrar la pensión máxima – y por supuesto, sólo lo cobran a partir de los 65 años. El presupuesto este año del estado va a rondar los 380.000 millones de euros, así que Rajoy está proponiendo, como gran medida, un recorte que no es posible expresar en porcentajes de lo minúsculo que es.
Sobre su efecto de limpieza y honestidad democrática, un recorte de pensiones a ex-altos cargos políticos es una idea realmente tonta. A los expresidentes, exministros y demás tropa les damos una pensión no porque creamos que son seres mejores que nosotros y merecen trato especial, sino por el motivo exactamente opuesto: creemos que son chusma de la que no podemos fiarnos y hacemos lo posible para que salgan de enmedio.
Imaginad, en un caso hipotético, un presidente de una comisión reguladora cualquiera que debe decidir si autoriza que una empresa construya una megafábrica en un lugar determinado, o un ministro que tiene que decidir si dos corporaciones gigantes pueden fusionarse. Este personaje ficticio está en su último año como regulador, o sabe que el Presidente del Gobierno se la tiene jurada y que le quedan tres telediarios. También sabe que es un hombre de partido, y que no ha tenido un trabajo en el sector privado en los últimos veinte años, así que no es que le vayan a llover ofertas de trabajo.
Ahora supongamos que un buen día nuestro hombre se encuentra en el palco del Bernabeu o Camp Nou un tipo del consejo de administración de la empresa que está esperando su decisión, y este le pregunta sobre su futuro después de la política. Cuando el político se encoge de hombros, el directivo le menciona, así con aire casual, que alguien con su experiencia sería muuuuuuy bienvenido en su empresa.
Las pensiones para ex-altos cargos son, en no poca medida, una barrera relativa a esta clase de tentaciones que sufren los políticos. Es muy probable que una gran empresa privada puede ofrecerles muchísimo más dinero del que cobrarán del estado (o su sueldo como ministro o regulador), pero también evitan que cuando alguien pierda el cargo se quede en la calle sin nada más que una agenda de contactos y ganas de venderla al mejor postor. La seguridad de salir del sector público con un cierto colchón para desventuras también ayudará a más de uno a que no tenga que tomar decisiones contentando a futuros empleadores.
No hace falta decirlo, no son un sistema a prueba de bombas. En política, como en todas partes, habrá gente que si le insinúas un futuro lo suficiente lujoso al final del túnel venderán a su abuela al primer tipo que le ponga un precio aceptable. Lo que queremos evitar (y las pensiones en parte consigan que así sea) es evitar que todo el sistema esté lleno de gente que se pasa los últimos dos años de legislatura pensando quién les va a dar trabajo después de las elecciones, y se pasen el día haciendo la pelota a terceros a ver qué cae. Fichajes sonados por empresas privadas los vemos y los seguiremos viendo, pero la podedumbre del sistema no llega ni de lejos a la puerta giratoria entre lobistas y Congreso que vemos en Estados Unidos.
Resumiendo: de todas las ideas populistas de control del gasto que Rajoy podía mencionar, el tipo ha conseguido lanzar probablemente la cosa mas idiota de la lista. Es lo que tiene el hombre, que nunca decepciona. En fin.
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[…] De pensiones y políticos: por qué eliminar las pensiones a los políticos es una tontería politikon.es/materiasgrises/2011/01/24/de-pensiones-y-pol… por erlik hace 3 segundos […]
No puedo estar más en desacuerdo, Roger. Aunque el PP utiliza una vez más un populismo rastrero, como ese coche oficial de la campaña electoral gallega, eso de que ciertos españoles tengan unos derechos que otros no tenemos (por tanto, más que derechos habría que llamarlos privilegios) es injusto.
Más aún cuando nos dicen por todas partes que van a bajar las pensiones -no nos engañemos, todos los «cambios en la forma de calcular» son a la baja.
Además, habría que analizar la correlación entre pobreza y corrupción. Casi todos los casos que salen a la luz están protagonizados por políticos que tienen los suficientes recursos económicos para vivir desahogadamente; eso sí, siempre quieren más.
Lo que haga ese hipotético presidente de comisión reguladora se puede evitar con dos mecanismos: una prensa que publique esos excesos, y una justicia que los castigue. Actualmente, me temo que carecemos de ambos.
Y a pesar de las pensiones de que disfrutan, vemos continuamente cómo los ex-monopolios colocan a los ex altos cargos en bien remuneradas sinecuras.
Miguel, no puedes quedarte en decir eso ¿Qué derechos tienen unos españoles que otros no? Porque si te refieres a las pensiones de diputados y ex-presidentes, mal vamos… Eso es demandar no igualdad de derechos, sino igualdad de regimenes y _prestaciones_, que es otra cosa muy distinta. Hay multitud de regimenes de jubilación y prestaciones distintos (por ejemplo, los mineros y pescadores tienen regimenes especiales)
Y como tantas otras cosas, hay que recordar que estos «privilegios» parlamentarios tienen una razón de ser: basicamente, cuando un hombre ambicioso se mete en política sacrifica su carrera. Primero, por los años empleados. Segundo, porque si no ha defendido ciertos intereses ¿Que carrera puede tener después de dejar la política un economista o un abogado? No digamos ya si encima los ha atacado… En realidad, eso ocurre ya, porque a pesar de los «privilegios» es un riesgo profesional notable meterse a diputado. No es ninguna casualidad que tantos y tantos políticos sean funcionarios del estado de un modo u otro.
Personalmente opino todo lo contrario, que uno tiene lo que paga, y que si paga mal la carrera política, no puede aspirar seriamente a encontrar un número lo suficientemente amplio de masoquistas competentes.
Buenas tardes,
Decir que a los políticos tenemos que pagarles mas porque si no se corrompen es lo mismo que decir que el que entra en política lo hace para lucrarse.
Estoy en total desacuerdo con tus afirmaciones y creo sinceramente que la política, entendida de manera profesional, es la que nos conduce al desastre económico que tenemos ahora. Ademas no veo que la corrupción haya remitido desde que se aprobaron esos privilegios.
No se si tendrás razón o no, pero espero que te equivoques, porque de tenerla estaríamos en la actualidad en manos de especuladores y acratas.
Alatriste, tus argumentos serían buenos en un país en que la vocación política es de servicio público y además los políticos están a salvo de entregarse a los cálidos brazos de los intereses particulares.
La triste realidad, por lo menos aquí, es que más que sacrificar una carrera para meterse en política, vemos que la política es una opción que muchos escogen como una forma independiente de «labrarse un porvenir», sin haber trabajado antes en otra ocupación -algo muy peligroso a mi juicio, porque llena los partidos de gente que no han experimentado la vida como la mayoría de los ciudadanos-. Más que cerrar puertas, desempeñar un cargo parece que las abre, aquí tenemos ejemplos de políticos cómodamente instalados en consejos de administración y bufetes de abogados, sin que se vean muchas penurias.
Habría que recopilar datos y hacer un seguimiento (treinta años de democracia ya van dando una muestra decentilla), por supuesto; yo me guío por lo que leo en los medios de comunicación, los cuales sólo cuentan lo más espectacular.
Otra fórmula sería buscar un camino intermedio: pensión sí, pero con un régimen de incompatibilidades muy estricto, empezando por el tiempo en que están desempeñando un cargo público.
Y ojo, yo estoy a favor de que cobren un sueldo digno. No tanto de que se lo fijen a sí mismos, como pasa en tanto ayuntamiento…
L’enhorabona pel nou blog
Supongo que se habla de políticos que tenían sueldos estupendos cuando estaban en activo ,porque ,hablando de pequeños ayuntamientos,es para morirse de risa pensar en una jubilación decente.Personas que han estado a tiemplo completo y que si cambia el color del Ayuntamiento ,de privilegios ninguno.A buscarte la vida como cualquiera.
Yo creo que los diputados y senadores deben estar adscritos al mismo regimen de la Seguridad Social que el resto de los funcionarios públicos. Tampoco estaría mal acabar con las ayudas a la minería, ya que se ha mencionado más arriba.
Lo triste es que Rajoy y el PP habían votado que no a una propuesta de UPyD en ese sentido hace bastante poco.
A Rajoy también se le había olvidado que había votado a favor de la ley antitabaco.
No os preocupeis, que dentro de poco se le olvidará lo que ha dicho sobre las pensiones de los diputados.
Roger: enhorabuena por el cambio de blog.
Perdon que envie otro comentario. Segun El Confidencial, las pensiones de las que estamos hablando cuestan un millón al año.
http://www.elconfidencial.com/espana/2011/millon-complementar-pensiones-parlamentarios-20110125-74012.html
80.000 x 12 = 960.000 Euros. Creo que he dado la cifra correcta. En un presupuesto de 380.000 millones, es chatarra.
Parece que no te enteras, Roger,
El gran impostor obamista va a dejar el camino económico trillado al PP.
Mariano sólo piensa en quién colocará al mando de las cajas nacionalizadas por la Salgado, y luego, en qué decir para enviar las tropas a Irán y salir en la foto con Obama.
Pon este video en 1:15 si andas apresurado:
http://www.c-spanvideo.org/program/297619-1&showFullAbstract=1
Como gesto, han aprobado la ley Synde.
Todos son unos estadistas de tomo y lomo.
[…] próxima vez que defienda pensiones para ex-políticos, por cierto, recordad casos como este (vía Ezra […]
¿Y? ¿no es importante que los diputados tengan un régimen especial de pensiones que les garantiza la pensión máxima con 11 años de trabajo mientras intentan reformar las de todos?
O sea, como hay cosas más importantes, no resolvemos eso.
Joder, pues yo creo que mientras haya un sólo niño muriéndose de hambre en el planeta no deberíamos tomar ninguna decisión; ¿qué es eso de preocuparnos por el paro de los españoles? ¿Eso a quién le importa en el mundo?
[…] reguladores y legisladores como asesores (pagándoles el triple), sin ir más lejos. Esto se puede solventar en parte dando pensiones a ex-burócratas y ex-políticos, pero es realmente difícil de […]