Siempre digo que el partido demócrata es un antro lleno de cobardes, perroflautas y tontines que retroceden despavoridos cada vez que alguien les mira mal. Siempre hay alguien que me pregunta por qué, oh por qué esta gente está en política y por qué cada vez que alguien dice algo malo sobre ellos se lanzan a cubierto y se lían a pedir disculpas.

Bueno, hay dos maneras de responder. La sencilla es esta: ¿Deben los demócratas llegar a un acuerdo sobre el presupuesto?

De acuerdo, ahora preguntemos lo mismo a los votantes republicanos, a ver qué quiere que haga su partido:

¿Detectáis cierta asimetría? Esto quiere decir que el último acuerdo sobre presupuestos, que a mí me pareció una derrota relativa para los demócratas, en las encuestas ha sido todo lo contrario. Los votantes demócratas creen que es un buen acuerdo (dos tercios), los republicanos están bastante divididos en sobre el tema. Para desesperación de la intelligentsia liberal americana, las bases del partido son mucho más «blandas» y menos intransigentes que los votantes conservadores. Los políticos progresistas americanos deben aceptar acuerdos porque eso es lo que quieren los votantes en su partido, no otra cosa.

Si queréis una explicación un poco más detallada sobre por qué esto sucede aquí tenéis un artículo de hace unos meses sobre el tema.