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Los profesores universitarios españoles, esa casta

3 Mar, 2011 - - @jorgegalindo

He echado un vistazo al nuevo borrador del Estatuto del Personal Docente e Investigador (PDI, profesores e investigadores universitarios, vamos) y parece que tenemos nueva casta-tipo-controladores-aéreos con chiringuito montado. Solo que esta vez el Gobierno no parece por la labor de desmontarla, sino más bien de legitimarla, condenando al cuerpo de PDI a ser un grupo de dinosaurios donde se incentiva quedarse quieto y dar una clase tras otra antes que investigar y moverse. Si quieren ejemplos concretos, no será necesario llegar a la excelencia investigadora (máximo 50 puntos sobre 200) para ser un excelente PDI (140 puntos sobre 200). Y participar en actividades sindicales (!) contará positivamente para ser ese excelente PDI, cosa que, lo siento, carece de toda lógica. José Adolfo de Azcárraga, catedrático de la Universitat de València, lo expresa bastante bien en este párrafo:

[Se] penalizará aún más la excelencia universitaria y, en especial, a los jóvenes PDI que más se esfuerzan. Ya no será posible -de hecho, no lo es desde la puesta en marcha del nefasto baremo de las acreditaciones para los cuerpos universitarios- que jóvenes brillantes puedan ser catedráticos con 40 años: tendrán que esperar y dedicarse también a la burocracia institucional que, según el Borrador, «debe tener en cuenta las actividades sindicales» (sic). Mejor, pues, ponerse en cola y calentar la silla que irse de post-doc a Estados Unidos, el Reino Unido o Alemania, que eso de irse al extranjero no es tan cómodo ni tan glamuroso como se cree. El esfuerzo y el mérito han muerto; viva la burocracia. Kafka ha llegado a nuestras universidades.

El artículo, aunque un tanto pomposo y poco medido, vale la pena. Reparte estopa contra Ministerios, la reforma de Bolonia tal y como se aplica en España, y otras hierbas a diestro y siniestro. En definitiva, este borrador es un ejemplo más de cómo en la Universidad española no sólo no se prima la excelencia, sino que además se protege a los insiders poniendo barreras a los outsiders (doctorandos y jóvenes investigadores) y no generando los incentivos adecuados para que se constituya un colectivo dinámico, cooperador hacia dentro y competitivo hacia fuera.

Hace una semana escuchaba a Daniel Innerarity y a Carlos Mulas-Granados hablar de la socialdemocracia como una forma de acción política basada en la igualdad, considerando como «igualdad» primordial la de acabar con las barreras entre insiders y outsiders que existen en diversas facetas de la realidad social, facilitando a los que están fuera la entrada en el sistema. La forma en que funciona la universidad española es un ejemplo perfecto de esto. Y especialmente grave al afectar a algo tan fundamental como el sistema de educación superior. Cuanto antes rompamos la baraja y movamos la silla a profesores titulares mediocres y catedráticos aposentados, mejor para todos. Especialmente, para los jóvenes.


Sin comentarios

  1. Duchiver dice:

    No puedo evitar preguntarme si, por mentalidad o como se lo quiera denominar, España ha alcanzado su tope en cuanto a desarrollo social, político y democrático.

  2. simetría dice:

    El profesorado universitario, especialmente el antiguo, vinculado con el antifranquismo, es el «clero del progreso», y como tal se les trata y se les perdonan los excesos.

    No se puede permitir el partido gobernante que entren nuevas ideas y contaminen el púlpito desde el cual se reproducen las ideas que ellos prefieren.

    Se procede igual que el partido opositor lo hace con el clero de toda la vida.

  3. Jorge… en qué contexto fue lo de Mulas-Granados e Innerarity? Algún resumen por ahí de esa charla (o lo que fuera)?

  4. Fue en este contexto: http://www.debatsocialista.cat/

    Ahí en la web mismo tienes artículos y resúmenes. Y de hecho ahora mismo están en el segundo acto, al que no he podido ir porque (teóricamente) estoy trabajando.

  5. unoquepasa dice:

    Pues anda que los profesores de la UNED van a quedar satisfechos.

  6. Daniel L dice:

    Estoy muy de acuerdo. Me doy cuenta que aquellos que en un tiempo llegaron y construyeron la Universidad democrática ahora, con más de 50 años se anquilosan en una casta sacerdotal que no tiene nada de innovador.

    No es un problema deinteligencia, es un problema de actitudes. Y el progreso y la innovación ya está en otra generación

  7. Lino dice:

    Los principales promotores de la casta-tipo-controladores-aéreos fueron los mismos que ahora están creando esta. Es casi la misma situación. Callan la boca a la gente concediendoles privilegios y creando agravios comparativos, los cuales, mientras les conviene a ellos no les preocupa. No lo hace porque sabe que cuando haya problemas con estos colectivos, el resto de ciudadanos nos tiraremos a la yugular de nuestros conciudadanos ayudándoles en la tarea

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