Política

La baja proporcionalidad del reparto de escaños: 5 puntos clave

21 Nov, 2011 - - @kikollan

Las elecciones de ayer han traído un tema recurrente: la baja proporcionalidad del reparte de escaños. O en otras palabras, la diferencia que existe entre el porcentaje de votos a un partido y el porcentaje de escaños que obtiene. En la tabla podéis ver que los partidos pueden caer en tres grupos:

  • Los partidos mayoritarios, que tienen un porcentaje mayor de escaños que de votos (PSOE y PP).
  • Los minoritarios que se concentran en pocas provincias, que suelen quedar a la par (PNV, CC, FAC, etc.).
  • Los minoritarios no concentrados, que tienen menor porcentaje de escaños que de votos (IU y UPyD).

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Esta tabla suele llamar mucho la atención, porque significa que algunos partidos reciben (muchos) votos que no son capaces de traducir en diputados. Y al contrario, los partidos mayoritarios logran aún más representantes.

Sin embargo, y aún sin entrar en detalles, es importante tener en cuenta algunas cosas antes de posicionarse sobre este tema:

Punto 1. La baja proporcionalidad fue una decisión de diseño. No es algo arbitrario (o no del todo) ni malintencionado o partidista (o no del todo).

Punto 2. Ese nivel de proporcionalidad se consigue, sobretodo, usando las provincias como circunscripción, porque son pequeñas y en cada una se reparten pocos escaños. Eso supone que se acumulan muchos y muy grandes errores por redondeo. Usar el método d’Hondt u otro es menos relevante (ver nota 1).

Punto 3: crítica. La no proporcionalidad escaños/votos suele calificarse de «injusta» porque supone que la composición del parlamento no refleja directamente los porcentajes de votos en todo el territorio.

Punto 4: crítica. La baja proporcionalidad escaños/votos supone además una llamada al voto útil en las provincias pequeñas, porque hacen falta un porcentaje de votos muy alto para conseguir un diputado (y si no se alcanza, esos votos insuficientes quedan sin representación).

Punto 5: defensa. El argumento a favor del reparto actual es que facilita la formación de mayorías, lo que evita una excesiva atomización del parlamento y facilita la gobernabilidad. La idea es, básicamente, evitar ser Bélgica e Italia. Además el reparto actual por provincias consigue eso sin penalizar a los minoritarios concentrados en provincia, permitiendo así cierta pluralidad por regiones.

En resumen, cada uno puede tener su opinión sobre si está contento con el sistema actual o le gustaría uno más proporcional —por ejemplo usando CCAA como circunscripción o repartiendo una parte de los escaños por distrito único— pero a la hora de posicionarse es importante que se tengan en cuanta (al menos) los cinco puntos anteriores.

Nota 1. Al repartir escaños (pocos) segun votos (muchos) surge un problema de redondeo. Cuando se reparte muchos escaños de golpe el error de redondeo es pequeño, pero se vuelve importante cuando son pocos los escaños a repartir. En España se reparte escaños por provincias, y en algunas se reparte sólo 2 o 3 escaños, lo que supone que el error de redondeo es enorme. Ese redondeo se puede reducir con alternativas a d’Hondt, pero con circunscripciones tan pequeñas eso apenas modifica las cosas (más aquí o aquí).

Nota 2. Otra cosa que genera desproporción entre votos y escaños es el hecho de que las provincias despobladas tengan 2 escaños mínimos (cuando por población se les asignarián menos). De todos modos, y corregidme si estoy equivocado, diría que el efecto de esto es menor. En este caso la justificación es distinta: lo que se pretenden es dar más representación a regiones poco pobladas —así se tiende (un poco) a la representación por regiones en lugar de por ciudadanos (cuyo caso extremo sería un escaño por región, independientemente de su población).


23 comentarios

  1. Alberto dice:

    Sin entrar muy en detalle: si en vez de otorgar dos diputados mínimos por Provincias, se otorgará solo uno y el resto fuera por población ¿no habría un cambio ya de por sí significativo o son ilusiones mías?

  2. carlos dice:

    Crítica: el sistema actual no es bipartidista, sino un bipartidismo tremendamente imperfecto.

    Es decir, el cuento de que es bueno evitar que grupúsculos sin importancia decidan gobiernos no se cumple con el sistema actual. Lo que hace esta ley electoral simplemente es discriminar a los «grupúsculos» que se presentan en toda España frente a los «grupúsculos» que se presentan en una región.

    Al final muchos gobiernos siguen dependiendo de minorías, y de minorías nacionalistas. De medalla el sistema.

  3. casty dice:

    ¿Significa eso que si un día apareciesen suficientes partidos minoritarios con representación, tendríamos que cambiar el sistema?

  4. Manuel dice:

    Yo primero haría que todas las regiones fueran de tamaños similares(por población sobre todo) , porque resolvería este problema y de paso en vez de tener 17 sistemas sanitarios tendría 7 por ejemplo.

  5. sergi0 dice:

    A mi siempre me ha parecido que el error relativo es más significativo que el error absoluto (está claro que tres décimas significan mucho más para EQUO o UPYD que para el PP), por lo que yo añadiría una columna adicional a la tabla con la que se ilustra esta tabla:

    (%escaños-%votos)/(%votos)x100

    PP +19.4
    PSOE +9.4
    CIU +9.6
    IU -54.6
    Amaiur +46
    UPyD -69.5
    PNV +7.5
    ERC -18.1
    BNG -24
    CC-PNC +45.7
    Equo-Compromís -43.1
    FAC -27.5
    GBAI +70

    Creo que aporta algún matiz nuevo y en esta nueva escala (que por supuesto a muchos les puede parecer carente de sentido) el código de colores cambia.

    Nota curiosa en estas elecciones es comprobar la diferente suerte que en las tres mismas circunscripciones han tenido Amaiur y PNV, a pesar de ser el PNV el partido mayoritario.(Amaiur ha conseguido el último escaño de Guipúzcoa y Vizcaya, y el penúltimo de Álava y Navarra. Ha utilizado el 98% de sus votos para adquirir escaños. Solo GBAI ha sido más eficaz)

  6. Alberto dice:

    Personalmente pienso, que este método no fomenta la pluralidad, sino el particularismo contra la universivilidad de las ideas ya que fomenta la coalición por cercanía marginando a todos los que piensan diferente provincia por provincia y fomentando el neofeudalismo, la competición entre comunidades más que la cooperación y el discurso nacionalista incendiario y populista.

    Simplemente hay que ver a Amaiur, un partido de catetos en el peor sentido de la palabra y con mayor representación que UPyD al que no le han votado precisamente gente ignorante a mi parecer. Creo que para localismos ya tenemos 2 votaciones, las municipales y las de la comunidad, porque sino a mi me sobra unas elecciones y creo sinceramente que el reparto de diputados esta claro, %votos = %escaños y se acabo. Ya que sinceramente me molesta sobremanera que mi voto valga 5 veces menos que el de un abertzale por muy valido que me parezca su elección o que el de mi papa (pepero a muerte).

  7. aldelgadog dice:

    ¿Alguien tiene tiempo para intentar simular unos resultados con el sistema electoral inglés? Aunque en principio con un sistema diferente la gente vota diferente, el diseño del inglés también fuerza al bipartidismo y mayorías sobrerrepresentadas del ganador. Y sería «divertido» enseñarle a la gente los resultados con circunscripciones homogéneas donde «cada voto cuenta igual». Por contraponer con los modelos de circunscripción nacional o autonómica, que ya son cansinos.

  8. Ansodgg dice:

    A mí la división por provincias me parece arbitraria en exceso. La gente de Barcelona tiene mucho más en común con la de Madrid o Valencia (capitales), q con la de Manresa. Al igual que yo, de Terrassa, tengo más en coun con uno de Getafe que con uno de Matadepera.

    ¿Dividimos escaños por poder adquisitivo o nivel de estudios?

  9. J.E dice:

    @Ansodgg
    Mejor por nivel adquisitivo.
    Y en vez de congresistas, tribunos de la plebe.

  10. Daniel S dice:

    Es importante hacer constar que no es sólo en España donde se hace un reparto de escaños por circunscripciones como se ha descrito, esto es, adjudicando un número fijo más otro número proporcional a la población de la circunscripción. Por ejemplo, así se hace en las elecciones al Parlamento Europeo.

    En 2007, en conferencias intergubernamentales en Bruselas y Lisboa, se decidió que las circunscripciones electorales serían las correspondientes a los 27 estados miembros de la Unión Europea, a fin de que el representante estuviese más cerca de sus electores.

    La primera dificultad reside en los notables contrastes de población entre las circunscripciones. La mayor, Alemania, tiene 82.438.000 habitantes; la menor, Malta, 404.300, esto es, casi 204 veces menor. Se consideró un inconveniente grave llevar esta diferencia al reparto de los 751 escaños, que iba a tener el Parlamento, pues los estados pequeños podían sentirse insignificantes. Así, a Alemania se le adjudicaron 96 representantes y a Malta, 6. Los parlamentarios a elegir en cada país pueden verse aquí.

    Siguiendo con estos dos países, cada parlamentario alemán representará a 82.438.000 / 96 = 858.729 personas y cada parlamentario maltés a 404.300 / 6 = 67.383 personas. El famoso principio de “Una persona, un voto” queda así bastante en entredicho. Para que se respetara, si Malta tiene 6 representantes, Alemania habría de tener 204 por 6, es decir, 1.224.

    El problema en España es el escaso tamaño de muchas de las circunscripciones, que priva de toda posibilidad a los partidos no mayoritarios en demasiadas de ellas. ¿Soluciones? Se ha apuntado aquí una, en mi opinión, que aliviaría esta situación: la Comunidad Autónoma como circunscripción.

    En cualquier caso, el sistema D’Hondt (que debería llamarse Jefferson, que lo propuso y que se usó en 1791, mientras que D’Hondt presentó su método en 1878), tiene la virtud de permitir que gobiernen con mayorías (absolutas o bastantes amplias) partidos que no llegan al 50 % de los votos. Pensemos en la reducción de la capacidad de maniobra de los partidos (y la inestabilidad política subsiguiente), en la Segunda República en la que en todas sus legislaturas, ningún partido tuvo más del 23 % de los escaños ((http://www.reis.cis.es/REISWeb/PDF/REIS_058_03.pdf).

    No nos obsesionemos, pues, con el bien absoluto de la proporcionalidad perfecta, aunque es claro que ha de disminuirse con una nueva ley electoral la injusticia que padecen los partidos de ámbito estatal no mayoritarios.

  11. Daniel S dice:

    No ha salido el enlace a los parlamentarios de la UE. Es de wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Parlamento_europeo. Lo siento.

  12. juan dice:

    Bueno, el socorrido argumento de la gobernabilidad para sostener esta injusticia. Pues con Franco teníamos mejor gobernabilidad. Ah, claro, que no había democracia… pues eso.

    Lo que yo digo es que no es necesario quitarle voz a los ciudadanos para facilitar las cosas a algunos políticos. Es fácil: circunscripción única (o por comunidades reformuladas), y barrera de entrada elevada (50000 firmas). Con esto todos contentos, y los políticos a pactar y a resolver.

    Un saludo..

  13. Alberto dice:

    Comparándolo con la unión europea solamente me reafirmo en pensar que es un sistema mal hecho, para empezar así nos luce el pelo en Europa y segundo ojala fueramos una republica federal tanto para lo bueno como para lo malo pero no es el caso por lo que no creo que mi voto tenga que estar subordinado al del resto de andaluces (en mi caso) si no somos una nación y la política se decide en Madrid. No creo que sea justo que ningun voto para unas generales valga ni un 1% menos que el de otro simplemente porque no vote lo mismo que sus queridos compatriotas.

  14. Alatriste dice:

    Aunque en principio estoy de acuerdo en que una proporcionalidad absoluta no es la mejor de las ideas – véase Israel, donde parece imposible formar un gobierno sin conjuntar cuatro o cinco partidos y el resultado es que hay demasiados actores con poder de veto – creo que aquí en España vamos demasiado lejos en la dirección contraria. Realmente resulta difícil de aceptar que haya tantas provincias donde no votar PP o PSOE sea tirar el voto a la basura.

    Y soy perfectamente consciente de que el sistema fue diseñado así para facilitar la formación de gobiernos fuertes y estables, que era un tema que por muy buenas razones obsesionaba a los padres de la Constitución, pero despues de 35 años de democracia creo que sería saludable una reforma que introdujera más proporcionalidad y más partidos en el Congreso, aunque perjudicara al partido que personalmente prefiero.

    Ceterum censeo Senatus esse delendam. O eso, o nos hace falta una reforma muy seria de su papel que lo convierta en una auténtica cámara territorial. Y si esa reforma estuviera bien concebida y las vacas volaran, tal vez no sería tan mala idea elegir el Congreso de forma 100% proporcional en circunscripción nacional.

  15. Manuel dice:

    Estáis insistiendo en Com.Autónoma como circunscripción, pero eso en Murcia no vale, por tanto, creo que ciertas provincias no deberían ser com.autónoma… y ya no sólo para las votaciones, sino en GENERAL.

  16. Daniel S dice:

    Pienso que hay una contradicción implícita en el razonamiento de la circunscripción única que conviene sacar a la luz. Por una parte estamos protegiendo los legítimos derechos de representación de las minorías, aplastando los derechos de las minorías que viven en zonas de baja densidad de población.

    Por ejemplo: todos los habitantes de la provincia de Teruel (35.000) caben en la mitad del barrio de Aluche, en Madrid. ¿Tienen los habitantes de Aluche los mismos problemas de redes de carreteras, ferroviarias, telefónicas, de recursos, de promoción turística, que Teruel? ¿Qué partido político se acercaría a ver a los habitantes de los pueblos de Teruel cuando en una mañana puede poner en los buzones de los 35.000 de Aluche los detalles de su programa electoral, que naturalmente aludiría a los problemas de los habitantes de Aluche? Ahora sí que Teruel no existiría, ¿no?

    En efecto, estoy diciendo que no sólo votan las personas también vota el territorio (vegetación, animales, recursos, infraestructuras, etc)

  17. Marcos dice:

    Sse diseñó así, no sólo para favorecer los gobiernos estables, sino también para perjudicar al Partido Comunista, tal como reconoció uno de sus diseñadores en la radio:

    http://davidromeroraposo.blogspot.com/2008/02/ley-dhont-un-texto-sacado-del-recuerdo.html

    «Importa más bien que Herrero de Miñón comentó a continuación que él se sentía muy feliz no sólo por el resultado sino por la evolución política electoral que entonces se había iniciado y que había conducido poco a poco al mapa actual: dos grandes fuerzas políticas que reunían más del 80% del total del electorado español. Él, comentó orgulloso, fue el responsable, en un 90% matizó modestamente, de la ley electoral todavía vigente que, añadió, y tal vez fuera un desliz, tenía una finalidad básica: evitar a toda costa un buen resultado del PCE. La ley se había diseñado, Herrero la había pensado, precisamente para evitar que el PCE pudiera tener un grupo parlamentario que se correspondiera con la fuerza política que se pensaba podía alcanzar.

    Carrillo preguntó sobre ello. También Portabella explicó alguna anécdota. Más allá de la descripción de lo sucedido, inquirió Carrillo, distinguiendo perfectamente entre lo fáctico y lo normativo, se sentía Herrero feliz por ello. “Miguel, ¿y tú te sientes bien por esta planificación electoral, por este diseño que no aspiraba a un mapa representativo, sino sobre todo a marginar u orillar al Partido Comunista de España?”.

    Miguel Herrero del Miñón, vacilante ante la pregunta, ante el obvio desacuerdo de Carrillo, comentó que sí, que se sentía feliz, que visto lo visto, visto el resultado alcanzado en la fecha actual no había nada que objetar. No tenía nada que objetarse. El país era perfectamente normal, moderno, europeo, con dos grandes fuerzas que se alternaban, y lo dijo así, precisamente así, en el gobierno.»

  18. Senado dice:

    Eso se solucionaría con un Senado fuerte.

  19. Manolo dice:

    El punto 5 lo veo fuera de este debate. El aspecto de la «gobernabilidad» es finalista, no de principios.

    El verdadero debate es: ¿A quién representa el Parlamento? ¿A los territorios? ¿o a las personas?

    El asunto no es nada baladí y conviene echar el freno a los que se apresuran a contestar «¡A las personas!». España es un estado pseudo-federal y la más alta representación debería ser de territorios iguales, no de personas iguales.

    Lo malo es el «pseudo». La Constitución es contradictoria y ambigua: por un lado pone la soberanía de parte de un incierto «pueblo español» (¿cómo se define eso, exactamente?). Por otro lado reconoce una estructura territorial a la cual no define qué soberanía se le atribuye.

    La resultante es un pastiche: por un lado, un Congreso que debería representar personas, pero que está diseñado para la representación territorial compensada por población. Y por otro, un Senado (totalmente territorial) que no sirve para nada.

    En la práctica, en el Congreso (la única Cámara que sirve de algo) se discuten leyes muy diversas. De algunas de ellas deberían ser los territorios quienes tuvieran la última palabra (Ley de Presupuestos, ordenación territorial, etc.). En otras, debería ser la representación popular (=proporcional a la población) la que fuera determinante (Ley de Matrimonio Homosexual, Ley Sinde, etc). Y otras deberían contar con un acuerdo de ambas (la investidura de un Presidente de Gobierno, por ejemplo).

    Una vez resueltas esas ambigüedades, sería la hora de resolver qué sistema electoral es el más apropiado. Por si sirve de algo, dado el actual estado de «federalidad», soy más partidario de un Congreso «popular» (=proporcional) que territorial.

  20. Alatriste dice:

    Marcos, Herrero de Miñón puede decir lo que quiera, que para eso este es un país libre, pero hay razones para dudar de que esté diciendo la verdad (o mas bien, de que esté diciendo toda la verdad). La principal de esas razones es que en aquellos años Alianza Popular, lo que hoy es el PP, sacaba más o menos los mismos votos que el PCE, y la ley electoral lo castigaba exactamente igual.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Espa%C3%B1a_de_1977

    http://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Espa%C3%B1a_de_1979

    Pero claro, después de abandonar UCD para pasarse a AP Herrero de Miñón dificilmente podía presumir de haber preparado una ley electoral contra los dos extremos del arco político…

  21. Ignacio dice:

    Kiko, la división en circunscripciones no está hecha sólo para «garantizar las mayorías», de hecho esto es simplemente un efecto colateral. Una de las características deseables de un sistema electoral, en cualquier país de tamaño similar al de España, es la representatividad territorial. En una circunscripción única, por ejemplo, no existen diputados que representen en concreto a la provincia de Albacete (por ejemplo) y a los que los albaceteños puedan fiscalizar, todo se diluye en la amalgama de la lista única, con lo cual ninguna provincia tendría garantizada una «voz en Madrid» y el debate político español se centraría en Madrid, Andalucía (por cuestión de número de votos) País Vasco y Cataluña (por el apoyo de los partidos nacionalistas). El resto sería bastante más irrelevante de lo que es ahora.

    En Reino Unido y Francia, sin ir más lejos, la representatividad territorial se consigue lo bestia dividiendo el país en territorios con un representante cada uno. A costa, claro, de cargarse la proporcionalidad. Pero siendo los sistemas inglés y francés terriblemente no proporcionales, a nadie se le ocurre cuestionar que ambos países sean menos democráticos por ello (porque no lo son).

    En el caso español, para mantener cierto compromiso con la proporcionalidad, en lugar de distritos unitarios se divide el país en provincias, de modo que se garantiza que cada territorio del país (en este caso, provincias) tenga sus propios representantes, manteniendo a la vez cierta proporcionalidad al permitir que diputados de varios partidos representen a un mismo territorio (bastante proporcionalidad, de hecho, si comparamos con otras muchas democracias parlamentarias).

    Por tanto, al argumento a favor de la gobernabilidad (que también) creo que hay que añadir el de la representatividad territorial.

  22. Muy bueno el gráfico, lo he utilizado en mi blog. Espero que no te moleste (te he mencionado) http://adriandelarosa.wordpress.com/2011/11/24/datos-para-proponer-una-reforma-electoral/

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