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Economía sumergida, fraude fiscal y déficit público

3 Mar, 2011 - - @jorgegalindo

Funcas ha sacado un estudio (al que llego vía Lluís Pellicer, por cierto) que cifra la economía sumergida española en torno a un 17% del PIB. Puede parecer una salvajada, pero es de las estimaciones más bajas que hay, ya que normalmente éstas andan sobre el 20% para España. Además, no está tan lejos de la media europea, que se sitúa entre el 15% y el 18% según quién estime. Por ejemplo, este estudio que se mencionaba en Nada Es Gratis ponía el de España al 22% y el sueco al 18%, lo cual es una diferencia importante, pero no abismal, teniendo en cuenta que en
lugares como Grecia ronda el 25%-30%. Lo que de verdad llama la atención es que se arriesguen a decir que pasar a legal esta economía sumergida supondría un 5,4% o 5,6% menos de déficit público sobre el PIB (ahora está en 9,24%).

Hacer estas estimaciones es estimulante y nos ayuda a recrearnos en nuestra idea de que «España es así, cutre y fraudulenta», pero la pregunta es si sirve o no para encontrar un filón en el que ser más eficientes. A bote pronto, me vienen a la cabeza tres razones principales para que una actividad económica sea «sumergida»: que sea ilegal (por ejemplo, pasar droga); que no salga a cuenta (por ejemplo, un contable prejubilado que hace declaraciones de la renta a conocidos por menos de lo que cuesta darse de alta como autónomo); y que sea factible evadir la ley (por ejemplo, la fuga de capitales o el «hágame la factura sin IVA»). En el primer ámbito, como es lógico, no hay nada que rascar para ayudar a nuestro déficit. En el segundo, en realidad, tampoco: simplemente, si se persiguiese a estas actividades hasta hacerlas legales, dejarían de existir porque no salen a cuenta. Podemos rebajar los impuestos para que entrasen, pero claro, no nos arrendaría la ganancia.

Luego está, claro, el fraude fiscal puro y duro, el de actividades potencialmente legales que no lo son porque quien las practica decide que, como puede esquivarlas, pues las esquiva. Lo que nos dicen los estudios microeconómicos a través de teoría de juegos y modelos experimentales es que da bastante igual que aumentemos el castigo por incumplir una norma: si no incrementamos a la vez la probabilidad de ser cazado, no estamos consiguiendo nada. ¿Qué más le da al evasor que le digan que le cae pena de muerte si sabe que tocan a un inspector por cada millón? Por eso quien pide más medios contra el fraude fiscal tiene bastante razón. Al menos en teoría, porque estos medios son recursos, y la cuestión es: ¿cuánto nos podemos ahorrar invirtiendo en control? Así de claro.

Lamentablemente, no hay datos muy fiables al respecto, porque eso significaría ser capaces de dimensionar la economía sumergida (que como vemos es complicadísimo, pero vale, aceptemos barco), y dilucidar qué porción de la misma corresponde al tercer tipo. Hojeando un poco por medios especializados, he visto estimaciones que van de los 20.000 a los 80.000 millones de €. Cualquier cosa por encima del 4% del PIB me parece una salvajada, la verdad. Además, hemos de tener en cuenta que la explosión inmobiliaria ha cortado buena parte de este volumen. Una estimación en torno a 20M-30M millones me parece razonable. Ahora bien, aquí se hace imprescindible priorizar. Es mucho más eficiente ir a por los peces gordos, aquellos que mueven más capital, que a por la miríada de pequeños empresarios autónomos, profesionales liberales. Bien, pues resulta que Hacienda ya se está poniendo las pilas, incluso con los pequeños.

Aún así, el control tiene un efecto limitado, siempre. Si estamos entre 3 y 4 puntos por encima de la media europea y queremos reducir, con el mero control no nos va a bastar, porque llega un momento en el que es económicamente absurdo incluir a más personal y más medios en la Agencia Tributaria. El efecto de caza y castigo es limitado porque nunca llegaremos a la situación de «un inspector por cada ciudadano». Así que, una vez se agote esta, solo nos quedan dos vías: o bien pensamos que hay algo en nuestras normas de juego que hacen que en España sea ligeramente más sencillo defraudar, o bien le achacamos las culpas a la «cultura del español medio». La segunda vía se basa en un argumento falaz que queda fuera del alcance de la mano estatal, lo que nos remite a la primera. Y oh, sorpresa, es barata. Terriblemente barata. Dar un repaso a todo nuestro sistema fiscal en relación con los capitales, cosa que deberíamos hacer igualmente por razones de más peso,
e intentar que en el rediseño se nos escapen menos agujeros. Paradójicamente, eso implica sencillez.

Y a pesar de todo ello, el país europeo con menor fraude fiscal está por encima de un 12-14% sobre el PIB. Podemos considerar que esta barrera es insalvable a corto plazo, y corresponde a las áreas de actividades delictivas, de aquellas que no compensan de manera legal, y a los que siempre se escapan porque es imposible el control uno a uno y un diseño institucional perfecto. Aunque, bueno, un par de puntos del PIB bien valen el esfuerzo, ¿no? Por no hablar, claro, de la agradable sensación que supone actuar contra el fraude para eso llamado «justicia social».


7 comentarios

  1. nop dice:

    Respecto a la idea principal del articulo ninguna pega, completamente de acuerdo. Pero en la razón de «una actividad económica sea “sumergida”: que sea ilegal (por ejemplo, pasar droga);[…] no hay nada que rascar» creo que está equivocado.

    Debemos de dejar de pensar las leyes en base a la moralidad, sino en base a las externalidades; por muy mal que nos parezca la prostitución no hace daño a terceros y por muy mal que nos parezca la venta de drogas es más sencillo controlar las externalidades negativas con impuestos que con prohibición. Mientrás no juzguemos lo que es legal por un lado y lo que es moral por otro claramente la gente confunde moral con legal y no habremos llegado a la verdadera separación iglesia-estado, simplemente hemos adaptado las leyes a las nuevas creencias de la mayoria.

  2. Jorge Galindo dice:

    Vale, ahí me ha pillado: tiene toda la razón. Y aún diría más, merece un breve artículo aparte aclaratorio. A ver si saco tiempo para escribirlo.

  3. Pescador dice:

    «por muy mal que nos parezca la prostitución no hace daño a terceros »
    Bueno, eso solo ocurriría si la prostitución fuera un oficio ejercido libremente y en condiciones fieramente reguladas por la Administración. Porque, creo yo, que las putas no crecen en los arboles, al menos de
    momento.

    y por muy mal que nos parezca la venta de drogas es más sencillo controlar las externalidades negativas con impuestos que con prohibición.

    Siempre hay una raya complicada de trazar. Si controlas esas externalidades negativas con impuestos, evitas la prohibición de su consumo, pero impones una limitación – que tienes que controlar con toda la fuerza de la ley- sobre su comercio.
    Como, por ejemplo, sobre el tabaco. En el caso de la droga, anulando la prohibición de consumo y tratandola con impuestos, convertirias al estado en el gang monopolistico y a las FSE en «soldados» de la banda predominante.
    Otra cosa sería convertir el problema de la droga en sanitario .

  4. […] Economía sumergida, fraude fiscal y déficit públic politikon.es/deloposible/2011/03/03/economia-sumergida-fr…  por elhombredeltrajegris hace 2 segundos […]

  5. […] se anda debatiendo mucho en las últimas semanas en cómo atacar a la economía sumergida. Este artículo de Jorge Galindo en politikon os resume el tema perfectamente, así que no repetiré. Yo a dicho […]

  6. Javier García dice:

    Dice un refrán popular «quien no engorda comiendo no engorda lamiendo», y este es uno de los principales problemas de los que dirigen nuestra economía, por no atacar los problemas principales se pierden en micromedidas que no sirven absolutamente para nada. Si en paises cultural y económicamente más avanzados la economía sumergida está a niveles parecidos a los Españoles, me parece una pérdida de tiempo y recursos intentar hacer descender la cifra en unas décimas. La delincuencia siempre ha existido y se enmarca en la ilegalidad y en la inmoralidad. ¿Una persona que roba un piso tendría que cobrarle el iva a la víctima para poder declarar la factura? Yo creo que la delincuencia debería salír de la considerada economía sumergida porque más bien es una economía sumergida «necesaria» porque es intrínseca a la actividad delictiva por lo que la denominaría economía delictiva y no sumergida. En cuanto a las personas que hacen chapuzas, trabajos esporádicos por cuenta ajena, pequeños
    trabajos profesionales…gracias a esta economía sumergida pueden subsistir grán parte de los 5 millones de parados que prácticamente no tienen ningún ingreso, y que tienen que pagar su hipoteca, sus compromisos de pago anteriores a quedarse en paro, su comunidad de vecinos, su luz, teléfono, agua comida… o ¿queremos que se alimenten del aire? . Que nos quedan, pequeñas empresas y autónomos que están al borde del cierre y que tienen que elegir entre pagar impuestos y cerrar o no pagarlos y seguir comiendo mañana.
    Hay que perseguir la economía sumergida cuando se está en un ciclo expansivo y el que defrauda no tiene excusas, no cuando hay millones de personas que tienen una economia de subsistencia gracias a la «explendida» politica económica del gobierno.

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