Democracia

El difícil equilibrio entre mandato popular y garantía legal, ¿un debate que viene?

22 Feb, 2017 - - @bpberta

Se ha hablado mucho de populismos en el último año, desde muchos ángulos y con más o menos voluntad de análisis. Sin embargo, a pesar de que parece evidente que la insatisfacción con el funcionamiento la democracia es un elemento que explica gran parte del apoyo y auge de estos movimientos, el debate sobre las posibles razones de esta insatisfacción ha pasado bastante desapercibido. Y cuando no lo ha hecho ha sido básicamente para hablar de crisis económica o de los fallos de los partidos políticos a la hora de hacer su trabajo. El auge del populismo casi nunca se ha ligado al modelo de funcionamiento de la democracia moderna. Esta falta de debate resulta algo sorprendente si tenemos en cuenta la crítica que muchos de sus líderes, desde Trump , a los partidarios del Brexit , pasando por algunos independentistas catalanes, han hecho a las instituciones contra-mayoritarias de sus respectivos países, como instituciones que limitan el funcionamiento de la democracia. La crítica parece ser mucho más profunda que una crítica al trabajo de los partidos o a su gestión de la crisis económica.

A pesar del reto que suponen los movimientos populistas a los equilibrios alcanzados en lo que se refiere al tipo de control y límites que deben tener los gobernantes a la hora de aplicar su programa electoral, pocos han querido abrir el debate sobre la necesidad de repensar, replantear o al menos debatir algunos de estos equilibrios. ¿Cómo de legitimador es el mandato popular salido de las urnas? ¿Cómo de necesario es que sigan existiendo tales límites? ¿Cómo de democrático es que los gobernantes puedas aplicar su programa sin pensar en las mayorías?

El debate no es nuevo. Existe desde las primeras teorizaciones de la democracia y básicamente consiste en encontrar el equilibrio entre dos elementos. Por un lado, la idea de que en el sistema democrático la opinión de los ciudadanos debe guiar a los representantes a la hora de definir las políticas del gobierno (representatividad). Algo que debería dar al gobierno poder para poder llevar a cabo las políticas que ha prometido los ciudadanos y por las que éstos han votado. Por otro lado, la idea, presente también desde las primeras teorizaciones de la democracia moderna, de que para que el pueblo pueda dictaminar lo que hace el gobierno, es importante que éste no abuse de su poder y por lo tanto el poder del gobierno debe estar controlado y limitado por otras instituciones. Para asegurar este segundo principio, el gobierno ha compartido tradicionalmente el ejercicio del poder con el legislativo y el judicial. Esta necesidad de controlar el poder también se encuentra detrás de la introducción de cláusulas de derechos y garantías para los ciudadanos que los gobiernos no deberían poder alterar por más elegidos democráticamente que sean. Al fin y al cabo es también un principio básico de la democracia el hecho de que las minorías también deben ser respetadas  y tenidas en consideración.

En resumen, a pesar de que la democracia se concibe como un sistema en el que el pueblo guía la acción del gobierno, desde sus inicios se ha aceptado que deben existir ciertos límites, aunque sean procedimentales, a la acción de éste. Sin embargo, no es evidente dónde deben estar estos límites. Como explica Chantale Mouffle, el margen de maniobra del gobierno a la hora de aplicar su programa seguramente sea un tema abierto al debate y a la competición política, un elemento de tensión que no se puede resolver del todo. Y aquí es dónde la emergencia de los nuevos populismos abre (más bien re-abre) un debate que pensábamos cerrado: ¿dónde deben estar los límites a la actuación del gobierno? ¿Cuál es el poder de las mayorías y cuál el de las minorías en una votación? ¿Qué mayorías o mecanismos son necesarios para cambiar las normas procedimentales de una democracia?

La falta de debate seguramente se deba a la negación casi total de los postulados de los populistas por parte de sus contrarios. Se ha reaccionado como si aceptar que la emergencia de los populismos tiene causas claras, supusiera negar la necesidad de tener un poder controlado y que garantiza los derechos de las minorías. Pero el debate permite moverse en zonas más grises. Es probable que durante mucho tiempo hayamos optado por respuestas muy restrictivas al poder del gobierno, que hayamos limitado mucho las alternativas entre las que los ciudadanos podían escoger, y que hayamos olvidado un poco que los ciudadanos deben ser capaces de expresar voluntad de cambio a sus representantes para que el sistema permita el cambio y la rendición de cuentas. En los últimos años han habido muchos casos de cambios de gobierno o de votaciones populares que no han tenido implicaciones bajo el argumento: no hay alternativa, esto no se puede llevar a cabo. Es probable que haya un motivo por el que la insatisfacción con el funcionamiento de la democracia ha aumentado especialmente en algunos contextos y que ignorar el debate no sea buena idea.

Ahora bien, es importante recordar que estas posibilidades jamás deberían ir en detrimento del estado de derecho y del respeto a las minorías como algunos líderes y movimientos pretenden hacer creer. El funcionamiento de la democracia es más complejo que la celebración de elecciones. Y ganar unas elecciones da legitimidad para implementar un programa de gobierno, pero no debería darla para romper las garantías que permiten que los perdedores también se puedan ver representados en el sistema. Más cuando tenemos numeroso estudios que demuestran que las elecciones producen mandatos débiles, circunstanciales a un contexto e instituciones determinados y muchas veces poco claros (tanto porque la mayoría de votantes no tienen los conocimientos, tiempo ni habilidades para poder formarse una idea de cuáles son sus preferencias y votar acorde a ellas, como porqué la lógica de la agregación de preferencias hace que sea imposible alcanzar un equilibrio claro que permita conocer la voluntad del pueblo).

Si de verdad queremos afrontar el debate no podemos simplificarlo a grandes proclamas sin demasiado contenido detrás. No se trata de ser más o menos democrático que el otro, se trata de qué modelo de democracia queremos implementar. Y de asumir que este mismo modelo debería valer tanto cuando ganamos elecciones, como cuando las perdemos. Esto pasa necesariamente para aceptar que el debate es difícil y que, ni la voluntad popular es siempre la mejor respuesta a todas las preguntas, ni los sistemas democráticos pueden vivir de espaldas a la voluntad popular y negar cualquier opción de cambio en el ordenamiento jurídico o legal. Nos vamos a tener que mover en una zona de grises, y cuándo antes mejor o el debate se va a enquistar mucho.


45 comentarios

    • F E dice:

      Justamente en lo que he pensado al leer esta entrada.

      «El ideal democrático sin reglas, o con reglas creadas ad hoc, es caótico porque no crea estructuras estables. Una sociedad sin estructuras estables es una sociedad en permanente riesgo de disolución. Los afines a la asamblea todopoderosa creen que con su existencia es suficiente. Es un error notable.

      «No hay voluntad democrática expresada si no hay unas reglas previas y estables de expresión de esa voluntad. Lo que se llama democracia directa es simple fuerza bruta, vía de hecho.

      «La ley es algo más: es un freno. Con sus plazos abstractos y sus procedimientos temporales ordenados, desacompasa el proceso político, siempre sujeto a la volubilidad, a las ensoñaciones, a las respuestas inmediatas.

      «Que la discusión se ahorme impone, en primer lugar, la necesidad de poner las ideas por escrito y, lentamente, impone la necesidad de contar con el experto. En segundo lugar, exige que las discusiones se ajusten a plazos. En tercer lugar, es conservadora al mantener el edificio mientras no se cambie legalmente.»

    • Sgt. Kabukiman dice:

      Muy bueno.

  1. Argos dice:

    Vamos, en resumen: un debate sobre si implementar en Europa el modelo iraní, con una democracia controlada por una serie de instituciones (en el caso de Irán, la Asamblea de Expertos y el Consejo de los Guardianes de la Revolución) que se encargan de controlar el gobierno y eliminar veleidades populistas.

    Quizá lo suyo sería llamar a expertos iraníes para que nos guiaran hacia el modelo futuro en Europa. Si vas a implementar un modelo nuevo, viene bien contar con quienes ya tienen experiencia con él.

    • Vellana dice:

      No. Justo todo lo contrario.Las instituciones ya existen y son el fundamento de la democracia; son la división de poderes y la ley. El debate es si la voluntad popular, expresada directamente o a través de sus representantes, puede saltarse esas instituciones.
      O sea, si la voluntad popular estable y organizada, la ley, está por encima de la voluntad popular de cada momento y contradictoria con el resto de la la voluntad popular (si, digamos, la voluntad popular formal está por encima del capricho popular).
      En principio no veo el problema. Sí, la ley sí está por encima. Si hubiese una mayoría que está en contra de lo que la ley marca, que con su fuerza modifiquen las leyes para imponer de forma estable y coherente la nueva voluntad. Y eso supone un esfuerzo de cambio de leyes, mayor cuanto más básica es la ley y más afecta el cambio a toda la estructura de leyes.

      Un saludo.

      • Argos dice:

        ¿Como que justo lo contrario? Pero si me estás describiendo el sistema iraní.

        En Europa, de momento, la voluntad popular puede saltarse las instituciones porque en último término puede cambiar las normas que regulan esas instituciones. Obviamente, cuanto más básica la norma más dificil ha ser de cambiar, pero es que ya existe.

        Así que si la articulista habla de «abrir un debate», es que que se exijan dos tercios de la cámara (sin contar la disolución de las Cortes) para cambiar la Constitución resulta insuficiente desde su punto de vista (de no ser así, ¿que necesidad habría de abrir un debate?).

        El siguiente nivel que viene tras ese es «hay unas instituciones por encima de la voluntad popular»

        Y eso es el sistema iraní, la voluntad popular no puede saltarse las instituciones. Ya puede votar la población una cosa, que si las instituciones dicen que no, es que no.

        Con lo cual, me reafirmo, si vamos a abrir este debate, lo suyo es llamar a los iraníes para que nos guíen, que ellos tienen experiencia en el tema.

        • Sgt. Kabukiman dice:

          Lo suyo es llamar a cualquier no-idiota procedente de un pais que haya dejado atrás la edad de piedra. Un par de ejemplos:

          Al pocero de queens sus jueces, aplicando una ley que ya estaba ahí antes que él, le acaban de tumbar su penúltima parida.

          En la inglaterra del brexit, los jueces, esos enemigos del pueblo, acaban de recordarle al ejecutivo que una decisión de enorme trascendencia debe pasar por el legislativo para aplicarse.

          Separación de poderes y de atribuciones, un concepto que se olvida cuando no gusta lo que pasa.

          Y ahora un

          • Argos dice:

            «En la inglaterra del brexit, los jueces, esos enemigos del pueblo, acaban de recordarle al ejecutivo que una decisión de enorme trascendencia debe pasar por el legislativo para aplicarse.»

            Decisión controvertida y muy interesante, porque según esa decisión la soberanía nacional reside en el Parlamento. No en el pueblo y en el Parlamento como sus representantes, ojo, sino directamente en el Parlamento, y es por ello que la voluntad popular ha de ser consultada a este.

            Es muy interesante porque los Parlamentos en realidad no necesitan al pueblo ni necesitan elecciones democráticas para constituirse. En España teniamos un Parlamento durante la época de Franco, sin ir más lejos.

            Si la soberanía reside en el Parlamento, en caso de que mañana mismo se pusieran de acuerdo para cambiar la norma y no volver a convocar elecciones, sería correcto, ya que si la soberanía no reside en el pueblo, las elecciones son opcionales.

            Esta especie de «lucha-contra-el-fascismo» moderna está teniendo una deriva fascista que asusta.

            • F E dice:

              No hay nada fascista en que las decisiones realmente importantes no sean tomadas en referéndums puntuales ni dejadas al libre albedrío del ejecutivo, sino tras discusión pública entre representantes elegidos democráticamente.

              Al contrario: la característica que hermana a todos los dictadores y populistas es precisamente la de arrogarse la representación directa del pueblo para poder hacer y deshacer a su antojo.

              • Argos dice:

                Lo que hacen los dictadores populistas no es quitarle la soberanía al pueblo y asumirla ellos. Es por eso se les denomina «dictadores». Obviamente, lo hacen con palabras floridas como «representar», pero lo que hacen en básicamente arrogarse la soberanía.

                Aquí tienes un Parlamento que toma la soberanía en lugar del pueblo. También con palabras floridas, por supuesto, también representan. Y también se arrogan la soberanía en lugar del pueblo.

                • Argos dice:

                  No deja editar. La primera frase es «Lo que hacen los dictadores populistas ES quitarle la soberanía al pueblo y asumirla ellos.»

            • Vellana dice:

              Jodé, qué burradas hay que leer. Si se ponen de acuerdo en no convocar elecciones, como eso supone una modificación de la constitución mediante procedimiento agravado, habría que:
              «… ser aprobada por mayoría de dos tercios de cada Cámara. En caso de que el principio de reforma constitucional sea aprobado por la citada mayoría en ambas Cámaras, se ha de proceder a la inmediata disolución de las mismas.

              Las Cámaras elegidas a continuación deben primero ratificar la decisión, para lo cual se exige una mayoría simple a favor de la reforma en el Congreso.10 y mayoría absoluta en el Senado.11 Después han de proceder seguidamente al estudio del texto del proyecto o proposición de reforma constitucional, que debe ser aprobado en ambas Cámaras por mayoría de dos tercios (2/3). Una vez aprobada por las Cortes Generales ha de ser sometida la reforma a referéndum para su ratificación.»

              Es decir, que no podrían hacerlo sin la voluntad popular.
              Y si no lo hicieran siguiendo ese procedimiento, se estarían saltando una ley, es decir, dando un golpe de estado. Y eso se puede hacer en cualquier sistema, sea democrático fetén, o sea la pantomima asamblearia que nos quiere vender.
              Un saludo.

        • Vellana dice:

          Te veo más perdido que un pulpo en un garaje.
          No sé cómo es el sitema iraní. Sí sé cómo es un sistema democrático. Existe el poder legislativo, que materializa en leyes la voluntad popular. Existe el ejecutivo , que dirige la administración, establece reglamentos, y marca la política. Existe el poder judicial, que determina el cumplimiento de las leyes. Verás que establecidas estas instituciones, la voluntad popular sobrevenida no juega ningún papel. Y si lo juega, es de forma difusa, en función de las creencias y expectativas de los actores políticos; pero desde luego, nada formal. Incluso las iniciativas populares, tienen que ser refrendadas o no en el parlamento. Si el gobierno quiere, puede hacer referendums, conforme a la ley, pero siempre los resultados posibles siempre están dentro de la ley. Incluso si se vota un cambio de ley, nunca un incumplimiento de la ley.

          No, lo que te estamos describiendo es un sistema democrático, donde la ley está por encima de la voluble, incoherente y nada formada voluntad popular; es más, unas leyes están por encima de otras leyes que responden a la voluntad popular: Lee y aprende lo que pasa en los países civilizados: http://internacional.elpais.com/internacional/2015/06/26/actualidad/1435327649_177772.html

          En Europa, ninguna voluntad popular se puede saltar las leyes. Dame un sólo ejemplo de país en el que la voluntad popular prevalezca sobre una ley.
          En todo caso, ¿Me estás diciendo que si la mayoría de los españoles, legos en derecho, ignorantes de la materia, rezumando envidia deciden que hay que condenar a muerte a la infanta en contra del criterio del tribunal que la ha juzgado, hay que hacer caso a la voluntad popular? ¿En serio? ¿Que si mañana se decide que hay que despojarte de todos tus bienes y repartirlos entre las asociaciones de vecinos de tu municipio, hay que hacerlo?

          Coño, no te hacía por un partidario de la «democracia» asamblearia, del bueno de Lynch, de las tricotouses, por no hablar de otros gloriosos representantes de la voluntad popular que hemos tenido en España hasta hace relativamente poco, en fin, de lo mejor de cada casa. Bueno es saberlo.

          Joder cómo andamos.

          • Argos dice:

            Mi comentario iba, medio en coña medio en serio, sobre como lo que proponía la articulista no andaba muy lejos del sistema iraní.

            Tu empiezas diciendo «no tengo ni puta idea de como funcionan las cosas en Irán», pero oye, a meter baza. Veinte parrafos al peso. Y encima empiezas diciendo que si estoy perdido, ¡¡cuando ni siquiera sabes de que estoy hablando!!

            – Pues estamos hablando de gamusinos y eso…
            – Mirusté, me llamo Vellana y soy Tertuliano Cuñao en Politikon. Y no tengo ni puta idea de que es un gamusino, pero creo que están más perdidos que un pulpo en un garaje y si aquí hay alguien cualificado para hablar de gamusinos, ese soy yo.

            Surrealista.

            • Vellana dice:

              Perdido es poco.
              Si quieres hablar de Irán, habla con Mr. X.
              Irán lo has sacado tú a colación; que si lo que es un sistema democrático de toda la vida te recuerda a Irán… pues qué quieres que te diga, háztelo mirar.

              Luego, esa lógica. Que sí, que yo te he dicho que de Irán no tengo ni idea. No la tengo. No quiero tenerla. Irán me la bufa. Y luego, y antes, he metido baza, pero referida al tema del post, no a tu obsesión persa.

              Y claro que sé de qué estas hablando; te copio, para que te enteres tú también:
              «Vamos, en resumen: un debate sobre si implementar en Europa el modelo iraní, con una democracia controlada por una serie de instituciones (en el caso de Irán, la Asamblea de Expertos y el Consejo de los Guardianes de la Revolución) que se encargan de controlar el gobierno y eliminar veleidades populistas.» Aquí empiezas TÚ ya a hablar de Irán pero todavía entiendes que la articulista NO HABLA DE IRÁN, sino de Europa

              «En Europa, de momento, la voluntad popular puede saltarse las instituciones porque en último término puede cambiar las normas que regulan esas instituciones.» Esto que dices no lo dices de Irán, majo. Aunque no te enteres.

              «Si la soberanía reside en el Parlamento, en caso de que mañana mismo se pusieran de acuerdo para cambiar la norma y no volver a convocar elecciones, sería correcto, ya que si la soberanía no reside en el pueblo, las elecciones son opcionales.» Esto lo has dicho referido a todos los parlamentos del mundo, pero haciendo referencia antes al británico y al español, no al iraní.

              Ahora, para salir del paso, que si hablaba en broma, que si cuando hablaba de Irán se lo decía a la articulista… esta frase «¿Como que justo lo contrario? Pero si me estás describiendo el sistema iraní.» me la dirigías a mí.

              La traca final, la que ilustra tu cacao maravillao:
              «– Pues estamos hablando de gamusinos y eso… [Pues no, estamos hablando de la tensión entre la ley y la voluntad popular, de gamusinos iraníes estás hablando tú y sólo tú.]
              – Mirusté, me llamo Vellana y soy Tertuliano Cuñao en Politikon [y amiguete de Argos, ya sabes el de ‘deme argo’; y el de la peli que, ohhhhh, transcurre en Irán, Argo… ¿casualidad?, no lo creo] . Y no tengo ni puta idea de que es un gamusino [ni quiero tenerla; tampoco de lo que pasa en Bután], pero creo que están más perdidos que un pulpo en un garaje [eso seguro; a los pulpos sí les gustan los gamusinos] y si aquí hay alguien cualificado para hablar de gamusinos [que no, que yo no he hablado nada de Irán; que eres tú el que ves iraníes por todas partes], ese soy yo.»

              En fin, que ha sido muy interesante ver que hablar contigo (que no usas la lógica, no sabes a quién te diriges, no sabes cuál es el tema del que se habla, sacas temas que no vienen al caso y crees que los demás tienen que hablar de ellos) de algo es una desagradable pérdida de tiempo.

              A Isfahán.

  2. Ricardolb dice:

    Primer problema de las democracias representativas; no son democracias.
    En el momento que ciertos sectores tienen ultra representación o influencia, te cargas el juego democrático, la actuación política está sesgada respecto de la demanda social y por tanto el pueblo no ejerce su voluntad.

    La auténtica democracia es la democracia directa y punto. Esquemas representativos, a ciertos niveles pueden ser más eficientes, pero que sean representantes los que ejercen todo el poder, puedan cambiar las reglas fundamentales (como la constitución por ejemplo) o desechar reivindicaciones sociales, está muy lejos de ser democrático.

    • Luis Rey dice:

      ¿Cómo decidimos quién vota? El censo no puede constituirse de forma democrática por definición.

      • Epicureo dice:

        Y aún más importante: ¿cómo decidimos QUÉ se vota?

        • Alatriste dice:

          Y no lo olvidemos ¿CÓMO se vota? Porque acabamos de ver en Podemos un ejemplo precioso de cómo adoptar muy poco antes de la votación un sistema que «casualmente» borra del mapa a una minoría…

    • Vellana dice:

      Pues nada; a ver si eres capaz de darnos algún ejemplo de esa «democracia directa y punto». Yo me quedo con la de toda la vida; donde se respetan los derechos humanos y las leyes.
      En la tuya, obviamente no se respeta nada. Dependerá de lo que diga la mayoría en cada momento.

      La democracia es el imperio de la ley. Lo que tú nos quieres vender no es democracia porque simplemente, no tiene leyes. Nadie sabe cómo actuar, porque no se sabe cómo soplará mañana el viento de la voluntad popular.
      En fin, el caos absoluto que siempre acaba mejorando algo cuando los más listos y sanguinarios lo acaban transformando en dictadura (que tampoco es democracia por lo mismo; porque no es el imperio de la ley).

      Es sorprendente que haya gente que no estén, ni se les espere, en primero de párvulos de democracia.
      Un cordial saludo.

      • Sgt. Kabukiman dice:

        La democracia directa solo es aplicable en las comunidades de vecinos, si no son muchos y están bien avenidos.

        Un país es lo que queda si quitamos a los representantes del pueblo. Burocracia, leyes, contrapesos, procedimientos, consensos establecidos, etc, etc. Recién empezada la era trump vamos a comprobar como de grandes son los eeuu.

    • Estilpon dice:

      Claro. La democracia directa es ideal, no tiene ningún problema: todos votan (y no solo los muy interesados en un tema concreto) y por supuesto, si sale «asesinar a mi rival político» por +1 voto, se aplica y ya está, que para eso ha ganado la mayoría.

  3. Luis Rey dice:

    Recomiendo leer a Ruiz Soroa, posiblemente quien mejor plantea el debate. http://paralalibertad.org/el-pueblo-contra-la-constitucion-2/

  4. Minded dice:

    Como de costumbre, los politólogos progres meten en el saco del populismo a Trump, pero se olvidan del Mesías Iglesias o de Ada Colau, la que propugna sólo cumplir las leyes que le parecen justas, porque ella lo vale.

    Cuánto plumero se les ve, señores

    • Estilpon dice:

      Claro. Podemos e Iglesias son unos adalides de social liberalismo democrático en sentido amplio, no me acordaba de su conversión a la socialdemocracia danesa. Por lo que se ve, a la facción ideológica contraria siguen sin conocer la diferencia entre ese concepto y comunismo, bolivarismo, patriotismo nosequé o la etiqueta de marketing que se le ocurra al capo de los morados.

      Y sustituimos al Amado Líder por Trump y la etiqueta por la nueva alt-right y sirve la misma frase, no lo olvide.

    • F E dice:

      Lo más honesto que ha salido de Podemos en mucho tiempo es Íñigo Errejón usando la primera persona del plural («vamos a volver») al hablar del peronismo argentino.

      https://twitter.com/ierrejon/status/834347293826490369

  5. alvaro dice:

    Ahora que el sistema liberal progresista se esta poniendo en cuestión, es importante abrir el debate sobre hasta que punto pueden cambiar las instituciones el populacho.
    Que una cosa es votar «alternancias» y otra muy distinta alternativas.

  6. Emilio dice:

    Yo le recordaría a la autora de la entrada lo que ya hace mucho tiempo dijo Churchill: la democracia es el menos mano de los sistemas políticos conocidos. Esas cosas que apunta de que los votantes no saben lo que votan me suenan al peor de los populismos.

    El descontento no es con la democracia sino con los partidos políticos y la sensación de tejemaneje del poder que transmiten. Que se esté aprovechando la paridad para utilizarla como forma de cooptación, eso si hace daño a la democracia.

    A Pedro Sánchez le valió para colocar a Madina en puestos de no salida en las elecciones de diciembre del 2015, y a Pablo Iglesias le está sirviendo para hacer más verticales y controlados los órganos de poder de Podemos. Puro leninismo 3.0.

    Que no sean posibles las listas abiertas hace daño también. Que las leyes electorales vayan en contra de la representatividad en un sistema representativo evidentemente que deteriora su calidad.Pero me temo que no sea esto de lo que apetezca hablar.

    • Sgt. Kabukiman dice:

      Churchil era un mierda racista y paranoico.
      Pero es que es evidente que no saben lo que votan.
      Los que votaron si al brexit no saben lo que han votado, porque no lo sabe nadie a ciencia cierta. El resultado a medio plazo será fruto de una negociación larga y dura, con muchos intereses contrapuestos. Votaron lo que votaron porque el mesias de turno les dijo que era la solución a sus problemas.
      Pasa con los votantes del pocero, con los del coletas, con los del pepé y con los de naranjito. Nadie conoce las consecuencias de sus votos, no le importen o si acaso, que las paguen otros.

      • alvaro dice:

        Ya claro. ¿ Y la entrada a la UE si que se sabía las consecuencias que iba a tener? Los que votaron si al Brexit sabem lo suficiente, que no quieren sefuir en la UE.
        Como si salirse de una liga de naciones fuese antidemocrático, joder

  7. Emilio dice:

    Kabukiman, el Brexit se decidió por referéndum. Si la democracia representativa no vale y la directa tampoco, casi prefiero que no me expliques tu alternativa. Tampoco necesito que me expliques en qué punto estás tú entre ese electorado que no sabe lo que vota y los mesías que según tú los dirigen. De lo que sí estoy convencido es de la que la autora preferiria contestar de primera mano las objeciones que hago a su entrada.

  8. Sgt. Kabukiman dice:

    Yo no he dicho que la democracia representativa no valga, pero que mas da. Usted debe ser de los que miran el dedo, en este caso sus traumas habituales, el pesoé, el populismo (el malo, no el bueno), la hidra feminazi, etc, etc.

    No quite los ojos del post, la autora fijo que se desvive por no dejarle sin replica.

    Un cordial saludo

    • Emilio dice:

      Kabukiman, si crees que la paridad no se está utilizando como método de cooptación dilo y defiéndolo. Si crees que los ejemplos que elijo no valen señálame en dónde está el error.

      Si cuando cito a Churchill para recoger la mejor expresión en defensa del sistema democrático, tu lo que sueltas es un ex abrupto de los tuyos sobre el personaje, ¿quién mira al dedo?

      Si te mueves entre el manotazo y la brocha gorda a qué pretendes que estas hilando fino. Si los votantes son unos ignaros que siguen a mesías ¿de qué sistema democrático hablas?

      Si crees que me equivoco en lo de las listas abiertas y la merma de representatividad del sistema, explícalo.

      Observa que todo esto estaba en mi primer comentario y no has tocado ni uno solo de esos puntos. Aunque supongo que eso es lo que no sabes hacer.

  9. Emilio dice:

    Ya demasiado amputado y censurado está el debate como para que no podamos decir que la paridad está provocando efectos indeseados o, quizá no tan indeseados, porque es así desde el primer momento de su puesta en práctica.

    Que hay un territorio de lo políticamente correcto que va desde el PP hasta Podemos pasando por todos los demás, que excluye de representación a una parte importante del electorado me parece evidente, y que la política del avestruz que aplican todos termina dando resultados como el de las últimas elecciones en EE.UU.

    Una sociedad que descubre que una parte importante de su población no se sentía representada y ni los partidos políticos ni los media, ni la intelligentsia, se había percatado de nada. Si no se quiere mirar hacia los USA mírese a Francia. Barriadas enteras de trabajadores que han pasado de votar al PC o al PSF a votar al Frente Nacional.

    Eso no es un problema de la democracia sino de la socialdemocracia y la izquierda. Quizá esta frase de Innerarity lo explique mucho mejor de lo que yo lo pueda hacer:

    «Existe un tipo de persona progresista que se siente cosmopolita y moralmente superior porque se eleva por encima de sus intereses cuando en realidad sus intereses no están en juego y los que son sacrificados son los intereses de otros, más vulnerables, más en contacto con las zonas de conflicto. Hay una forma de arrogancia e hipocresía en las élites multiculturales porque su experiencia de la alteridad se reduce a encuentros agradables en el bazar de la diversidad (en el consumo, la diversión o como mano de obra barata). »

    Que no se haya podido plantear una ley de custodia compartida en todos estos años es solo una parte del problema pero forma parte del problema.

  10. na dice:

    un solo comentario y en tono de broma:

    ¿por qué los españoles no usan CUÁN/QUÉ TANTO y sí CÓMO cuando quieren hacer referencia a cantidades?

    Este texto fuera de España hace cierto daño a los ojos cuando se ve el empleo de «cómo» en ciertas ocasiones.

    • Alatriste dice:

      Para explicar eso creo que haría falta un lingüista. Yo solamente me atrevo a decir que por aquí «¿Cuán legitimador es el mandato salido de las urnas?» suena un tanto arcaico, a frase que podrían haber dicho Maura, Sagasta o Romanones, mientras que «¿Qué tan legitimador es el mandato…?» pertenece claramente al español de América.

      Por otra parte creo que si hoy en día se le pidiera a 100 españoles que expresaran esta idea, la mayoría escribiría «¿Hasta qué punto es legitimador…?»

    • Félix dice:

      No es tan típico de los españoles como de Roger Senserrich y él no es un español castellanohablante típico precisamente. Para empezar, es catalán y tiende a introducir giros catalanes que suenan extraños en castellano. Además, vive en EEUU, y también mete anglicismos. Y, a veces usa formas incorrectas a propósito porque las correctas no le suenan bien, como su «antidequeismo». Y sí, la mayoría de los españoles usaríamos otras fórmulas, como la que propone Alatriste o, por poner otro ejemplo, «¿Estan legitimador el mandato popular como para..?»

    • Minded dice:

      Otro comentario, y puede tomárselo a broma:

      ¿por qué (no sé cuántos) latinoamericanos no españoles usan el anticuado CUÁN y el anglicismo QUÉ TANTO en vez de CÚANTO cuando quieren hacer referencia a cantidades?

      Este texto fuera de España hace NO SABE CUÁNTO daño a los ojos cuando se ve el empleo de “cuán”, y no digamos ya «qué tanto» en tantas ocasiones.

  11. Alatriste dice:

    Volviendo al principio, yo diría que el tema tratado no es un debate que viene; siempre ha estado aquí.

    De lo que se trata es de la viejísima idea (data como mínimo de Platón y Aristóteles) que dice que la democracia, si no es directamente la tiranía de la mayoría, puede con facilidad llegar a serlo. Aunque parece que es falso que lo escribiera Benjamin Franklin, es muy cierto que si la democracia consiste en dos lobos y una oveja votando que hay de cena la idea puede ser buena en teoría pero deja mucho que desear en la práctica… y no nos engañemos, eso de los lobos y la oveja en realidad va de dos millones de pobres y diez mil ricos votando cuántos impuestos hay y quién los paga, de 60 millones de alemanes y 360 millones de otros europeos votando sobre aportaciones a la UE, de treinta millones de castellanohablantes y tres millones de catalanohablantes votando sobre lenguas, etc, etc. Y de immigrantes y nativos también. Y de judíos. Y de armenios. Y de negros en Alabama.

    La respuesta a estos problemas siempre ha sido que la democracia no es solamente votar (¿Quién ha oído hablar de una dictadura sin votaciones?), ni tampoco es solo el gobierno de la mayoría; igual de esencial es el respeto a las minorías que se plasma en el «imperio de la ley». Eso de primeras suena un tanto poético y misterioso, pero lo que dice traducido al castellano sencillo es que el «imperio» en el sentido romano de la palabra, es decir, la autoridad suprema, _NO_ es del pueblo; es de las leyes. El pueblo podrá cambiar la ley… pero según los términos escritos en esas mismas leyes.

    Esto puede sonar muy duro. A primera vista uno podría llamarlo inaceptable. Pero luego te sientas a pensarlo y si eres rico piensas en que eso te protege de ser sangrado a impuestos, si eres alemán te protege de que Alemania sea ordeñada porque pierde todas las votaciones, y si hablas catalán ya no te suena tan mal que treinta millones de castellanohablantes estén atados por la Constitución que dice que el catalán es lengua cooficial y que tienes derecho a hablarlo voten lo que voten, y si eres negro impide legalizar los linchamientos, y si eres… bueno, en dos palabras: si hay algo por encima de la ley, aunque sea el pueblo, por definición siempre sabio, prudente y tolerante (es broma) entonces no puedes confiar en que la ley te proteja de nada porque te la puedes encontrar vuelta del revés de la noche a la mañana. No habría nada que impidiera, por ejemplo, cambiar la ley electoral el día antes de las elecciones… o el día después de ellas ¿Cómo, no te gusta la idea de no tener reglas intocables? ¿Qué pasa, eres un fascista? ¿Estás en contra del pueblo y la democracia?

    En resumen: la democracia hoy consiste en que la minoría acepta que la decisión es de la mayoría, pero a cambio la mayoría acepta atarse las manos escribiendo en constituciones y leyes una larga serie de cosas que solo se pueden cambiar con lentitud y con el respaldo de una gran mayoría. Por ejemplo, por mucho que nos diera un calentón en España no podemos legalizar la pena de muerte en dos minutos por mayoría de 176 a 175 en el Congreso – decidiendo sobre la marcha en la Mesa que el voto del presidente de la cámara vale doble para romper el empate – y cinco minutos después proceder a a colgar del árbol más cercano al condenado. En Atenas en el siglo V a.C. se podía… y la historia acabó mal.

  12. Alex N. dice:

    Comentario muy bien escrito, pero con dos críticas: una menor y otra mayor.
    La menor: la historia de Atenas no acabó mal. Lea «La sociedad abierta y sus enemigos» de Karl Popper (libro que habría que leer cada tanto) y lo entenderá. Baste decir que a pocos años de Agos Potamos las «largas murallas» se habían reconstruido y el Imperio Ateniense está de nuevo en pie. Como estado independiente Atenas, aunque disminuida pervivió hasta el inicio del Imperio Romano. Lo de «acabó mal» fue por obra y gracias de la escuela alemana de historia decimonónica.
    La mayor: ¿Quién miércoles vota las Constituciones? ¿el Rey? ¿Dios? Claro que existen normas para evitar decisiones apuradas o irreflexivas. Es más, es de sentido común. Ejemplo U.S.A.: dos cámaras legislativas, que «enfrían» un proyecto de ley. Poder Ejecutivo con derecho a veto, que sólo se puede rechazar con un porcentaje especial de votos en ambas cámaras. Poder ejecutivo que puede ser destituído por el Parlamento. Y luego un Poder Judicial independiente. Todo eso está en la Constitución yanqui. ¿Se la otorgó el Rey de Inglaterra? ¿Dios? Pero esa Constitución que se ajustaría a sus ideas y ha funcionado 200 años bastante bien, fue copiada por los argentinos 50 años después. Y mire el resultado!!

    • Alex N. dice:

      Me olvidé: cuando los foreros se quejen de lo arcaico, retrógrado y un largo etcétera del Colegio Electoral yanqui… que lean su comentario!

  13. Emilio dice:

    Sería interesante saber qué opinión tendría Popper de una sociedad organizada en torno a los géneros, teniendo en cuenta el papel que asignaba a los individuos, a las personas.

    • Alex N. dice:

      Si entendí bien a Popper (si, ya sé) lo importante era el individuo. sin importar sexo, genero, raza etc. Todos eran ciudadano/as entidades individuales con los mismos derechos y deberes. Pero pueedo estar equivocado…

      • Emilio dice:

        De ahí la importancia de saber lo que pensaría de una sociedad organizada en torno a los sexos, géneros si se prefiere.

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