26J

Cinco claves sobre la pre-electoral del CIS

9 Jun, 2016 - y - @RamosMa_, @kanciller,

Si mañana se celebraran elecciones, el Partido Popular obtendría el 29,2% de los votos, seguido de cerca por Unidos Podemos, con el 25,6%. El sorpasso, pues, quedaría confirmado. El PSOE por su parte obtendría el 21,2% de los votos, mientras que Ciudadanos 14,6%. Coalición Canaria, por cierto, quedaría fuera del Congreso. En cuanto al reparto de escaños, los grandes perjudicados respecto al 20D serían PP y sobre todo PSOE, mientras que Unidos Podemos sería la gran ganadora respecto la elección anterior.

1. Predicción

Más allá del titular, sin embargo, en la encuesta hay otras informaciones que resultan tan interesantes o más que la mera estimación. Es normal que los medios se centren sobre todo en la pregunta de intención de voto, pero hay otras preguntas y consideraciones que nos orientan para comprender mejor qué puede suceder el 26J. A continuación aportamos algunas de estas claves.

 

1. La encuesta no tiene en cuenta los efectos de campaña

Las entrevistas se realizaron entre el 4 y el 22 de mayo. O lo que es lo mismo, 5 semanas antes de que vayamos a las urnas. Esto quiere decir que los resultados muestran la foto fija de lo que los electores dicen cuando ni siquiera ellos mismos saben a quién votarán. De hecho, el propio trabajo de campo empezó antes de que se conformara oficialmente la coalición de Unidos Podemos, que fue el 8 de mayo.

Lo relevante a tener en cuenta es que las campañas cada vez importan más. Gracias a la encuesta postelectoral sabemos que en las pasadas elecciones casi el 36% de los votantes decidieron su voto durante las dos semanas de campaña. Es decir, 1 de cada 3 personas no sabía a quién votar en el momento en que se les pregunta, y la cifra era aún mayor entre quienes votaron a Podemos  (43%) y a Ciudadanos (54%). Por poner un ejemplo, si los debates electorales y la propia campaña tuvieron efectos relevantes, ¿cómo va a quedar capturado en una encuesta previa al desarrollo de la campaña? Además, los votantes cada vez toman la decisión más tarde, algo que tiene sentido en contextos de cambio de la oferta política. Por lo tanto, hay que entender que la encuesta del CIS es un fotograma de una película en movimiento. No podemos esperar de ella cosas que no puede darnos.

 

2. La encuesta es buena, pero vivimos tiempos inciertos

Las encuestas electorales del CIS son técnicamente de lo mejor que se hace en el país. El tamaño muestral de la que se ha publicado hoy es muy grande: responden más de 17.000 personas, cuando la mayoría de las encuestas de empresas privadas suelen rondar las 1.000 entrevistas. Pero no sólo es una cuestión del tamaño de la muestra. El tamaño total es relevante, pero lo crucial es que permite contar con un número considerable de observaciones a nivel provincial, donde verdaderamente importa para el reparto. Es bien conocido que nuestro sistema electoral genera distorsiones según el tamaño de la provincia. De ahí que se haya hablado del posible sorpasso de Unidos Podemos en votos pero no en escaños. Lo bueno de una macroencuesta de este tipo es que reduce los errores muestrales a nivel de circunscripción y esto en principio permite afinar la estimación.

Si tenemos en cuenta lo que ocurrió en la pasada encuesta preelectoral, comprobamos que los resultados reales de PP y PSOE entraron dentro de los intervalos pronosticados por el CIS. Como se observa en la imagen no hubo grandes errores con estos partidos tradicionales. Con los nuevos, sin embargo, las desviaciones fueron considerables, de más de 20 escaños en ambos casos. El CIS pronosticó que Podemos obtendría entre 20 y 24 escaños menos de los que finalmente obtuvo, mientras que le daba a Ciudadanos entre 23 y 26 escaños más que los que finalmente consiguió. En definitiva, el CIS,  como la mayoría de encuestas, sobreestimó el 20D a Ciudadanos y subestimó a Podemos.

2. Fallos CIS 20D

La explicación tiene que ver con la campaña electoral, pero también con la mal llamada “cocina” del CIS. Al traducir intención directa de voto (IDV) en una estimación, pesa bastante el voto en anteriores elecciones. Los nuevos, por definición, no tienen recuerdo de voto y su identificación partidista es más volátil. Resulta, por tanto, más arriesgado creerse que todos los que dicen que votarán a un partido finalmente acabarán haciéndolo.

Ahora, sin embargo, el CIS ha ajustado bastante sus previsiones en relación a los resultados del 20D, especialmente en lo que se refiere a Podemos. En la encuesta publicada hoy el CIS da a Ciudadanos un resultado casi idéntico al del 20D, pero le da a Unidos Podemos entre 17 y 21 escaños más de los que los que obtuvieron por separado en diciembre.

 

3. Los más indecisos, los que pactaron

En la encuesta pre-electoral del 20D hubo una confusión generalizada al señalar que había un 41,6% de indecisos. Sin embargo, el dato no es del todo preciso. La cifra se refería a quienes dudaban qué partido votar, pero sobre el total de personas que habían dicho que votaría (que era el 86,9%). Por tanto, lo más adecuado es diferenciar dos tipos de indecisión: quienes dudan si van a votar o abstenerse (de las más de 17.000 respuestas); y en segundo lugar, sólo entre quienes dicen que sí votarán, si tienen decidido el voto o dudan a qué partido votar (de las 14.000 personas que afirman que votarán).

Lo que observamos en la encuesta de hoy es que los votantes del PSOE y Ciudadanos son los más dubitativos. No sólo sobre si votarán o se abstendrán, que en general son porcentajes bajos (izquierda del gráfico); sino sobre todo respecto a qué partido acabarán votando (derecha del gráfico). Casi el 38% de quienes votaron el 20D a Ciudadanos y el 33% de los del PSOE no sabe a quién votar en dos semanas. Una proporción bastante alta que supone una oportunidad para ambos partidos de cara a la campaña, pero sobre todo un riesgo si no logran sacar de la indecisión a quienes les dieron su voto en diciembre y hacer que les vuelvan a dar su voto.

3. Indecisos

En todo caso, aunque la indecisión es un campo importante, hay dos cosas a tener presente. De un lado, que la indecisión es algo que se va reduciendo a lo largo de la campaña, por lo tanto dada la distancia temporal del campo, es posible que hoy sea algo menor que lo reflejado en la encuesta. Del otro, que la indecisión es un factor importante para la competición, pero hay que pensar que la campaña también tiene efectos de conversión; es decir, de gente que ya ha decidido su voto pero que cambia por otro partido. Estos no computan como indecisos y pueden ser cruciales.

 

4. La fidelidad de voto es alta en el PP y Podemos

Un elemento clave de cara al 26J es cuántos votantes logran retener los partidos respecto al 20D y cuántos de ellos, de acuerdo con la encuesta del CIS, estarían cambiando en intención de voto declarada. Es decir, la fidelidad por un lado, y los trasvases por otro.

El siguiente gráfico representa la proporción de votantes del 20D que repetirán su voto ahora. Como se observa, la fidelidad dentro del PP y de Podemos es bastante alta: más del 70% de quienes les dieron su voto en diciembre volvería a hacerlo ahora.

4. Fidelidad

 

Pero cuidado. Hay que tener en cuenta que dentro de la coalición Unidos Podemos los votantes de IU, que solía ser un electorado muy fiel, son ahora menos partidarios de votar a Podemos que los de las confluencias. Las encuestas pronostican unos muy buenos resultados para Unidos Podemos, pero no olvidemos que los potenciales rechazos dentro de IU pueden poner en juego algunos escaños muy disputados.

Si en lugar de mirar cuántos repiten (la fidelidad), nos fijamos en los potenciales flujos entre los partidos (los trasvases), lo que vemos es que éstos se dan esencialmente dentro de cada uno de los bloques. El más importante es el que se iría de Ciudadanos al Partido Popular, que es de un 7,8%. Es decir, casi un 8% de quienes votaron a Ciudadanos en diciembre votaría ahora al PP. Sin embargo, en sentido inverso, sólo el 3,6% de los votantes del PP se pasarían ahora a Ciudadanos. En el bloque de la izquierda también hay ciertos trasvases. Un 3,7% de los votantes del PSOE se iría a Unidos Podemos, y, a la inversa, se irían al PSOE el 5,1% de los votantes de IU, y el 4,4% Podemos. El resto de trasvases son pequeños en magnitud. Por lo tanto, podemos anticipar una volatilidad ni de lejos tan alta como la del pasado 20 de diciembre.

 

5. La brecha generacional que no cesa

Una cosa de la que venimos hablando con frecuencia es que el pasado 20D fue la primera vez en la historia electoral reciente que se ve una brecha generacional en el voto. En la imagen siguiente se muestra la proporción de votantes de un partido en cada grupo de edad en relación al promedio de votos a dicho partido comparando las diferentes encuestas pre-electorales. Lo que se observa son los apoyos relativos por edad, formando una peculiar “escalera de color por edad”. Podemos se nutre de un electorado joven. Le sigue en edad media Ciudadanos, el PSOE y finalmente el PP, que es el que tiene proporcionalmente el electorado más envejecido.

5. Brecha generacional

Cuando el apoyo dentro de un grupo no difiere apenas de los apoyos totales en la población el valor sería de 1. Es lo que sucedía en buena medida en 2008 y en gran medida en 2011. Sin embargo, algo parece que algo muy diferente es lo que va a ocurrir en las próximas elecciones. La conclusión más evidente es que hay mayores diferencias de edad en la composición del electorado de diferentes partidos. En concreto, entre los simpatizantes del PSOE, y especialmente en los del PP, sus apoyos proceden de personas de mayor edad, mientras que dentro del electorado de Podemos hay muchos más jóvenes. Es decir, que el voto al bipartidismo tradicional ha envejecido de manera muy importante. Si miramos la pre-electoral del 26J a priori podríamos esperar que la incorporación de Izquierda Unida dentro de la coalición electoral con Podemos, se suavizara las diferencias generacionales entre los partidos porque el electorado de IU es algo mayor en edad que el de Podemos. Sin embargo las diferencias son prácticamente imperceptibles.

En definitiva, la encuesta pre-electoral nos está señalando algo que va en la línea de lo que esperábamos. La coalición de Unidos Podemos ha cambiado el panorama lo suficiente como para mover el equilibrio entre los bloques, cuyos votantes son, junto a los del Partido Popular, los más movilizados. La paradoja es cómo incluso con votos parecidos o incluso aumentando, la agregación de Podemos e Izquierda les resta escaños a los demás. En todo caso, esta es la posición de salida. El desarrollo de la campaña nos irá diciendo el resto sobre la posición de llegada.


13 comentarios

  1. Polaitikon dice:

    La fidelidad de voto de IU no es 62,8% (entiendo que lo sacais de la pregunta 7R), sino que hay que sumar Compromís-Podemos-EUPV (6,3%). Si En las anteriores elecciones no se presentaban juntos y ahora sí… Es una pena que se os haya fastidiado la historia de que los votantes de IU no vayan a votar a los revisionistas de PODEMOS…. #podemosseunde

  2. Minded dice:

    «Lo relevante a tener en cuenta es que las campañas cada vez importan más. Gracias a la encuesta postelectoral sabemos que en las pasadas elecciones casi el 36% de los votantes decidieron su voto durante las dos semanas de campaña.»

    La verdad es que es muy deprimente y ridículo que, en plena época de Internet e informativos diversos y a todas horas, cuando la gente tiene mucho tiempo y medios para tomar una decisión, espere a hacerlo al último momento, según lo que le prometan o cómo luzcan los candidatos en un debate de televisión.

    La gente superinformada, y tal.

    • Matv dice:

      En estos dias se van a perfilar los posibles pactos. Si una persona es de derechas y se plantea entre PP/ciudadanos y ciudadanos dice que apoyaria un gobierno socialista, pues entonces votará al PP. O si es de izquierdas y está entre PSOE/Podemos y PSOE prefiere gran coalizon o gran centro, pues votará Podemos. Por eso influye mucho.
      La gente que esta en medio de dos partidos PP/ciudadanos, ciudadanos/PSOE o PSOE/Unidos Podemos se va a decidir en parte por lo que se diga estos dias sobre los futuros pactos.

      • Juan M Blanco dice:

        Entiendo el razonamiento pero no lo comparto. O por lo menos no lo comparto en todos los casos. Ciudadanos ya habia pactado con el PSOE y con el PP antes del 20D. Y antes del 26J ha pactado con el PSOE y probablement hubiera pactado con el PP si este se hubiera presentado a la investidura. El que vota a Ciudadanos sabe muy bien lo que va a hacer por que ya lo ha hecho dos veces.
        El PSOE pacto con Ciudadanos despues del 20D. Los votantes por lo tanto ya saben que podria volver a hacerlo. Se lo van a valorar positivamente? negativamente? Lo averiguaremos despues del 26J.
        Lo que realmente no sabemos es lo que van a hacer las otras dos formaciones. Por mucho que digan. Y no se debiera dar mucha validez a lo que dicen.

        • juan dice:

          Al revés, el PP ofreció coalición de gobierno al PSOE y Podemos ofreció coalición de gobierno al PSOE, en términos proporcionales.

          Lo que es imprevisible es los que hacen partidos que pactan cosas inviables numéricamente para a partir de ahí apretar al resto a investiduras gratis.

          • Juan M Blanco dice:

            Las oferta del PP fue un brindis al sol. No sabremos si hubieran podido llegar a un acuerdo en contenidos porque no se sentaron nunca (es verdad que el PSOE no quiso sentarse). Y Podemos se sento para levantarse a los cinco minutos. Tampoco sabremos si habria habido pacto en contenidos.
            No entiendo porque es inviable numericamente un acuerdo de investidura basado en 131 votos favorables. Mientras haya mas sies que noes. Otra cosa es cuan estable hubiera sido ese gobierno.

  3. Emilio dice:

    Lo de la brecha generacional tan intensa y profunda merecería un estudio pormenorizado, desconozco si es así, pero me parece que no debe haber parangón en otros países europeos.

    Desconozco también porque para esta cuestión lo del género se obvia, aunque tampoco es que me sorprenda totalmente dada la volubilidad de ese pensamiento.

    • Fernando dice:

      A mi siempre que he hablado con gente mayor, aunque por supuesto es experiencia anecdótica, me ha dado la impresión de que, como ellos vivieron la dictadura durante muchos años y el cambio de régimen, valoran más a los partidos que hicieron la transición, ya sea porque «lucharon» contra la dictadura (unos) o porque son parcialmente «hijos» de ella (otros). Pero por supuesto es mi impresión personal.

    • Epicureo dice:

      Seguro que si en algún país se produce un vuelco semejante en el sistema de partidos, habrá una brecha generacional similar.

      Lo que ocurre es, simplemente, que la mayoría de la gente escoge «su» partido la primera o segunda vez que vota. Y cuanto mayor se hace más le cuesta cambiar, por mucho que les decepcione. Somos casi tan racionales con la política como con el fútbol, qué se le va a hacer.

      Los partidos nuevos prenden rápidamente entre los jóvenes que aún no han elegido «su» partido. Y tanto más porque, poco prácticos, prometen utopías y a los jóvenes les gusta creer en utopías.

      Poco tiene que ver con la transición, entre otras cosas porque el único partido que queda de los que hicieron la transición es el PSOE, y no es el que más goza de fidelidad precisamente.

    • Emilio dice:

      Lo que de algún modo quería plantear es la necesidad de un estudio en profundidad para encontrar los elementos que puedan explicar el por qué de una brecha generacional tan profunda, hasta el punto que parece que jóvenes y mayores transitan por mundos paralelos con pocos elementos de contacto.

      Y también, por qué un sistema político pensado para avanzar en la superación del cainismo y el frentismo, y en una convivencia territorial más sosegada, está ahora mismo constatando su fracaso en ambos propósitos, lo que unido a la brecha generacional no pinta un panorama muy halagüeño.

      • kindermatik dice:

        Se me ocurren varias razones para explicar la brecha generacional con respecto al voto. Adelanto que no he mirado en detalle la encuesta del CIS así que alguno de los comentarios, o todos, podrían ser irrelevantes:
        Cuestión territorial: La edad mediana de la población es distinta en las distintas provincias. La implantación y percepción de los partidos podría ser diferente en provincias con mayor mediana de edad y se confundiría el efecto «edad» con el efecto «provincia» Imaginemos que en ciudades pequeñas y medianas los partidos «tradicionales» tengan mayor implantación, al menos de manera proporcional. Si en esas mismas ciudades la edad es mayor que en ciudades grandes se podrían confundir los efectos.
        Cuestión emocional o ideológica: Los votantes de mayor edad ya han votado/participado en más ocasiones y, por tanto, la probabilidad de que uno de los partidos tradicionales les haya satisfecho es mayor. Por ejemplo, es fácil que un votante de 50 o más años haya tenido experienciaas políticas satisfactorias con IU/Partido Comunista, PSOE o PP, mientras que con Podemos o Cs no. De la misma manera, eso no ocurrirá con un votante de menos de 30 años, por lo que la probabilidad de que elija a uno de los nuevos partidos es mayor.
        Cuestión de estrategia política: Los partidos nuevos se volcarán en aquellas poblaciones en las que hay mayor variedad social puesto que maximiza su probabilidad de éxito. Un 10% de votos en Cataluña o Madrid son más votos que un 10% en Palencia o León. Puesto que en esas poblaciones con mayor variedad social suelen ser grandes centros urbanos con mayor población joven, se produciría un sobrerepresentación de voto joven en los nuevos partidos y, por comparación, infrarepresentación de voto joven en los partidos tradicionales. Esto se puede aplicar también al medio que utilicen los diferentes partidos para hacer propaganda (redes sociales vs. entrevista en un periódico)
        Junta los elementos anteriores y añade otros más que se me hayan pasado por encima y tendrás una respuesta plausible.
        Lo mejor es que los dato del CIS son accesibles y se puede usar cualquier paquete estadístico para ver cuales de las hipótesis anteriores se sostienen o no.

        P.D.: asumir que los ciudadanos deciden su voto de manera racional y analítica es asumir mucho. Como modelo de elección política la democracia a la occidental (la que nos es familiar, no la democracia directa) es más fuerte en el medio y largo plazo (calidad media del político medio elegido) que mirando de manera aislada el resultado de cada una de las elecciones. Si no, no se explicarían alguunos bandazos electorales que se dan de unas elecciones a otras. Por no meterme en lo nacional, piensa que después de Bush vino Obama o, dicho de otro modo, el mismo método de elección dió dos resultados completamente distintos en un lapso relativamente corto de tiempo.

  4. Pop dice:

    Teoría de la elección racional: Nueva elección el día 04 de diciembre de 2016

  5. […] -Ramos, M., Simón, P., “Cinco claves para entender la pre-electoral del CIS”. […]

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