Educación

Escuela concertada: un mal equilibrio

7 Jun, 2016 - - @lucas_gortazar

Un viejo problema sin resolver

En los últimos días la escuela concertada ha ocupado más de una portada en los periódicos y es posible que juegue un papel importante en la campaña electoral del 26-J. Recientemente, el Gobierno de la Comunidad Valenciana ha decidido tomar dos importantes decisiones. Por un lado, se han reducido las asignaciones presupuestarias de la escuela concertada para el próximo curso y se ha llevado a cabo una oferta pública de empleo para maestros y profesores en la escuela pública. Por otro lado, se han eliminado del baremo de puntuación para la elección de escuela los criterios de padres antiguos alumnos y el criterio discrecional que podía decidir la escuela (1 punto cada uno). Las reacciones no se han hecho esperar. La Mesa por la Educación en Libertad (que agrupa a diversas organizaciones de escuelas concertadas) organizó una importante movilización en Valencia el 22 de mayo para defender la prevalencia de los conciertos en lo que consideraba un “ataque a la libertad de elección”. Esta campaña fue secundada por importantes agentes políticos de varios partidos y sindicatos y contó con una declaración explícita de apoyo del Presidente en funciones Mariano Rajoy.

Este giro en el debate político nos plantea un viejo problema de nuestro sistema educativo que lleva sin resolverse desde que el Gobierno socialista regularizara en 1985 la inclusión de la mayoría de centros gestionados de forma privada en la red de centros sostenidos con fondos públicos. Este debate, anquilosado desde hace tiempo, ha adoptado diferentes disfraces y formas, ya sea el de la religiosidad de la escuela concertada, el de la libertad de elección que aporta la escuela concertada a las familias o el debate sobre la autonomía de los centros concertados.

La financiación y los criterios de elección

A principios de los años 80, España tenía un problema enorme de falta de cobertura y fragmentación, por lo que la regularización de las escuelas privadas era un paso necesario para llegar a un sistema educativo más cohesionado. Sin embargo, en los análisis de cómo se implementó dicha regularización existe un importante consenso en torno a la falta de financiación de los conciertos, algo que no debería haber ocurrido en base a lo previsto por la LODE[1].

La comparativa de financiación entre escuela pública y escuela concertada es un tema que siempre ha levantado controversia. Cuando se han evaluado las diferencias de costes entre escuelas públicas y concertadas, se observa que el gasto público (y el gasto total) por alumno es más bajo en las segundas que en las primeras. Es cierto que los docentes de la escuela concertada son menos por alumno y trabajan más horas por menores salarios, una medida que apunta a una mayor eficiencia. Sin embargo, la composición socioeconómica y geográfica del alumnado por tipo de centro nos indica que la prestación de servicios (y por tanto las necesidades educativas) no es del todo comparable para uno y otro. Por ejemplo, como apuntan Gurrutxaga y Unceta (2010) las escuelas concertadas, más concentradas en zonas urbanas, tienen más alumnos, lo cual genera una serie de economías de escala en la prestación de servicios. Pero más importante aún, la composición de un alumnado de entornos más favorecidos en términos socioeconómicos y con menos necesidades educativas especiales requiere de menos servicios adicionales de refuerzo, orientación y apoyo por parte de profesores y orientadores. A falta de una comparativa más detallada que nos permita controlar estas y otras cuestiones, las diferencias observadas en gasto público no son suficientes como para evitar que en el caso de la escuela concertada, las familias tengan que pagar cantidades no menores de sus bolsillos en concepto de “aportaciones voluntarias”, “servicios extra-escolares”, y otros. Y esta cuestión podría haberse acentuado durante la crisis, con incremento del gasto privado de las familias en educación. Como hemos defendido desde este blog, la escuela concertada tiene un déficit de financiación que podría rondar los 2.100 millones de euros.

Otro debate fundamental sobre la escuela concertada es el de su calidad. Se ha argumentado muchas veces que la escuela concertada obtiene mejores resultados que la pública. Sin embargo cuando se han analizado los resultado en las evaluaciones externas en Comunidades Autónomas como Madrid, Cataluña o pruebas internacionales como PISA o TIMSS, la investigación social es clara y aplastante: las diferencias en desempeño de alumnos de escuela concertada y pública se explican fundamentalmente por las diferencias en composición socioeconómica del alumnado y no por variables que tengan que ver con la calidad educativa de los centros.

Mientras tanto, en 2006, la Ley Orgánica de Educación aprobó el marco legal para que cada Comunidad Autónoma desarrollara su propia normativa sobre libertad de elección de centro que la Constitución estipulaba en su artículo 84. En la LOE se planteaba un sistema de puntuación que permitía la elección de centro en igualdad de oportunidades y de forma equitativa de forma que como reza el artículo 84.3 “En ningún caso habrá discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. El objetivo era frenar cualquier tipo de discriminación y si cabe, plantear una discriminación positiva con niños provenientes de hogares con ingresos más bajos. Pero como ya hemos dicho muchas veces, el diablo está en los detalles. La aplicación de dicha ley a nivel autonómico permitía cierta flexibilidad que algunas CCAAs no desaprovecharon. En la Comunidad de Madrid o la Comunidad Valenciana, por ejemplo, se introdujeron criterios que otorgaban un punto del baremo a hijos de antiguos alumnos (un mecanismo que frena la movilidad social) y otro punto en un criterio a decidir por el centro.

La falta de financiación y los mecanismos de elección reducen la mal llamada “libre elección” por el lado de la demanda: no todo el mundo puede elegir libremente. Pero hay una tercera barrera de entrada en cuanto a la libre elección.  Si seguimos tirando de este hilo e imaginamos la red de escuelas como un mercado con consumidores (los padres) y ofertantes de servicios (los centros), la oferta de la escuela concertada sigue estando mayoritariamente controlada por organismos religiosos. En 2007, un 74% de los alumnos de centros concertados estaban matriculados en centros católicos. A día de hoy, este modelo de oferta pedagógica no parece reflejar las preferencias educativas y pedagógicas en una sociedad plural y democrática.

¿Cómo rompemos el mal equilibrio?

La escuela concertada cubre aproximadamente un 30% de la oferta de nuestro sistema educativo. El hecho de que el acceso sea dependiente del estatus socioeconómico de los niños  ha generado una coalición de votantes en torno a una política que les beneficia sustancialmente, pero es una solución de políticas públicas que acaba fragmentando el sistema y aumenta la segregación socioeconómica o étnica, lo cual puede tener efectos sobre el abandono educativo vía contagio. Además, nos distrae del debate sobre la calidad educativa, los proyectos pedagógicos de los centros, las políticas docentes, el currículo y la evaluación del sistema, y lo más importante, que es el aprendizaje de los alumnos.

Para que este mal equilibrio de escuelas concentradas exista, requiere un óptimo de financiación de los conciertos por parte del Ministerio y las CCAAs, que no puede ser ni demasiado alto (se eliminarían barreras de entrada) ni demasiado bajo (subiendo las aportaciones de padres, estrecharíamos la base de la “constituency” de votantes), lo cuál implicaría la privatización total de la financiación –volviendo al modelo previo a 1985-. El sistema educativo les permite pagar lo que para ellos es un modesto copago en vez de pagar más impuestos que eliminen las barreras de entrada. Bajo esta premisa, el problema de fondo no es tanto la titularidad de la escuela concertada, sino cómo se financia y quien puede acceder a ella.

Las dos decisiones de la Generalitat Valenciana tienen una intencionalidad clara de romper este equilibrio, pero es probable que se queden a medias. La eliminación de los baremos en la elección de escuela es una medida imprescindible a la que los defensores de la libre elección en igualdad de oportunidades (que también recoge la LOMCE) no deben renunciar. Sin embargo, la cuestión de la financiación presenta enormes dificultades a corto plazo. Las importantes restricciones presupuestarias a las que se enfrentan las Comunidades Autónomas obliga a tomar cualquier decisión en clave de una guerra de escuela pública vs. concertada, con perdedores inmediatos de estas políticas que pueden tener que  cambiar a sus hijos de centro (algo que la investigación social apunta como una de las medidas más perjudiciales para el aprendizaje). Al margen de la decisión que se tome con la titularidad, sin aumentos de presupuesto, en la práctica cada euro adicional que va a la financiación de la escuela pública sale de la concertada. Y viceversa.

Ante esta disyuntiva, la Generalitat Valenciana ha decidido decantarse por fortalecer la oferta de escuela pública, lo que dadas las circunstancias no es un ataque al modelo de titularidad de la escuela concertada per sé, sino una elección política condicionada por la restricción presupuestaria. Estos vaivenes pueden ofrecer mucho juego mediático en la creciente polarización política, pero siguen ocultando el verdadero problema de fondo en el falso debate de escuela pública vs escuela concertada, que no es otro que el del mal equilibrio resultante de la extraña financiación de nuestro sistema educativo.

[1] Dicho esto, una vez descentralizado el gasto y la gestión pública de la educación no universitaria, es importante resaltar que esta cuestión es responsabilidad compartida de Gobierno central -quien decide las asignaciones a cada CCAA- y Comunidades Autónomas -quien según su mandato político asignan de su presupuesto las cantidades de gasto público a la partida de educación-.


47 comentarios

  1. […] Escuela concertada: un mal equilibrio […]

  2. Teresa dice:

    Creo que en el caso de Valencia hay una evidente mala fe por parte de Compromís (que tiene la cartera de Educación). Algún colegio, como los jesuitas de Alicante, han visto cómo les han eliminado aulas para niños de 4 años, con lo que obligan a la mitad o más de los niños que han empezado este curso en ese colegio a irse a otro centro. Por no hablar de la eliminación de conciertos en centros de FP religiosos en zonas desfavorecidas. Curiosamente, estas medidas no han afectado para nada a los concertados no religiosos.

    Existen muchos ejemplos de centros concertados religiosos que hacen una labor educativa y social que la Administración no ha asumido. Dos ejemplos, entre muchos, en Madrid: los salesianos en Pan Bendito y los jesuitas en el centro Padre Piquer de La Ventilla.

    • David dice:

      ¿Exactamente qué tiene de mala fe el cambio de baremación o la prohibición de cobrar a los padres cuotas «voluntarias? Mala fe es utilizar recursos públicos como medio para segregar.

      Las aulas que se han cerrado lo han sido por estricto cumplimiento de la ley, que pide un ratio mínimo de alumnos para mantenerlas abiertas, exactamente igual que en la educación pública. Además de que el saldo final entre las unidades abiertas y cerradas de la concertada es prácticamente 0.

    • Aloe dice:

      ¿Hubo mala fe en el gobierno valenciano anterior cuando eliminó casi un centenar de colegios públicos, cuando aumentó los conciertos o cuándo ha mantenido en barracones e infradotados a tantos otros centros públicos?
      ¿O con eso no la hay?
      Si se vuelve a las proporciones entre ambas redes que había hace quince o veinte años ¿será mala fe sobrevenida o es que siempre les debe llover a los mismos?

      Lo de buscar en la red concertada madrleña esos ejemplos merece premio a Detective del Año. Pero no escoja en su lugar una muestra representativa que se queda sin poder decir nada.

  3. Carlos3 dice:

    «En 2007, un 74% de los alumnos de centros concertados estaban matriculados en centros católicos. A día de hoy, este modelo de oferta pedagógica no parece reflejar las preferencias educativas y pedagógicas en una sociedad plural y democrática».

    ¿Por qué el uso de la palabra «democrática» como aparentemente contradictoria con el catolicismo de los centros? Porque rellenar de palabras bonitas los textos para ver si ocupan más o a ver si así cuela es un poco tramposo. Dicho lo cual, más o menos debe de ser ése el porcentaje de población que se declara católica, así que nada más natural que haya un porcentaje similar de centros.

    Yo lo que veo es que tenemos una educación (en general, pública, concertada y privada) que es un desastre, que un número MUY IMPORTANTE de universitarios es incapaz de redactar un texto decente (por mala puntuación, mala estructura…), y que en las escuelas de ingeniería es necesario dar «Cursos 0» para cubrir el mal nivel de matemáticas del Bachillerato. ¡Y mientras eso ocurre tenemos al gobierno de Valencia metiéndose con la concertada, como si fuese el problema más urgente, y como si tuviesen una alternativa viable, realista y eficiente!

    Buena parte de la crítica a la situación de la educación pública no viene del lado de los contenidos y la formación que se da a los alumnos; eso parece secundario. Las críticas vienen en las cuestiones que más afectan a los influyentes sindicatos (FETE-UGT y demás), por eso es muy difícil tomarse como imparciales y técnicas ciertos análisis, dicho sea con todos los respetos.

    • Aloe dice:

      El porcentaje global de quienes se declaran católicos ronda el 70% pelado. (Barómetros del CIS). Sin embargo no hay homogeneidad por edades: entre los mayores se llega aproximadamente al 90%, entre los más jóvenes ronda la mitad.
      En los tramos de edad de quienes empiezan a ser padres de escolares está por debajo de la media, y seguirá bajando por mera fuerza demográfica. El horizonte en el plazo de algunos años será el 50% más o menos.

      • Pescador dice:

        Es más fácil que eso. La preponderancia de la Iglesia no tiene que ver con la preponderancia del catolicismo en la población, sinó con la preponderancia del catolicismo en los gestores.
        Esos gestores que te aprueban un proyecto educativo, te ceden los terrenos por 99 años y te aseguran el concierto y el cobro. Presentate con una cooperativa de profesores y ya veras lo que te dicen…
        En realidad debería ser algo más fácil, si fueran liberales antes que católicos y si, realmente, lo que pretendieran fuera ahorrar en costes para el ciudadano. Tan sencillo como solicitar ofertas públicas para ofrecer – o cubrir, según se prefiera- el servicio educativo, pero eso permitiria entrar en el mercado a otros actores y va a ser que no…

  4. sixtovs dice:

    Muy buen articulo! La mal llamada libertad de eleccion es un instrumento de segregacion brutal. Pero claro, la concertada ofrece a la clase media urbana (incluidos adalides de la vieja y la nueva politica) a un bajo precio un signo de estatus (el colegio religioso de niños bien y sin inmigrantes le sale por una tercera parte ola mitad que un privado), y por ello nadie se atreve a tocarla…
    Y como bien expone el articulo, lo llaman libertad de eleccion, pero es una subvencion a la clase media detrayendo fondos de la educacion publica

    • heathcliff dice:

      En realidad, nadie se atreve a tocarla porque el coste por alumnos es casi un 40% más barato para las arcas públicas, que se gastaría lo que no tiene si diese plaza en la pública a los que ahora van a la concertada.

      pero decir eso está feo…

      • aviermen dice:

        heathcliff:

        ¿De dónde sacas la diferencia del 40%?

        El enlace que dan en el artículo
        http://www.eldiario.es/agendapublica/impacto_social/eficiente-educacion-concertada_0_251974888.html
        sugiere un ahorro de alrededor del 20%, que no está nada mal, pero es la mitad.

        • heathcliff dice:

          Te busco la fuente. Supongo que los datos bailarán, según quien los ofrezca, pero si el diario.es 0frece el 20%…. y el abc un 50%…

          http://www.abc.es/familia-educacion/20131017/abci-cece-coste-alumno-201310171243.html

          Ponle un 40%, que he visto en otros lado. Por tratar de ser ecuánime y tal…

          • aviermen dice:

            Tenías toda la razón: ambas fuentes coinciden en que el ahorro para el Estado es alrededor del 40%.

            Es cuando se tienen en cuenta las aportaciones de las familias, mucho mayores en colegios concertados, que el ahorro «total» queda en un 20%.

            • heathcliff dice:

              Si, venimos a decir lo mismo…

              No es que su coste sea menor, sino que al Estado le cuesta menos…

              Matiz importante, vale, pero para el caso presupuestario, estamos en las mismas…

              • Pescador dice:

                Pensaba que lo de recurrir a la wikipedia era ya casi un pecado original que viciaba las discusiones en origen, pero esto ya es para quitarse el sombrero…recurrir a la parte que te interesa de un articulo de prensa- el de «El diario», donde en el estudio de costes solo retiran la parte administrativa y la educación especial, obviando todo el coste de la educación «dispersa»-y contraponerlo a un articulo de parte – la CECE debe ser lo más imparcial del mundo- y acabar, ambos haciendo lo que el Sr Lobo decía que no debía hacerse antes de tiempo es para chapó.
                Señores, no se que educación han recibido, pero lo suyo no es el mundo de las cifras..

                • Pescador dice:

                  Para empezar hablando de números…
                  Tabla salarial de la concertada, 2013, sueldo bruto de profesor, sin trienios, de 1560 a 1820 euros
                  Sueldos en la pública , media ojo de buen cubero, 2000…
                  O sea, un profesor de la pública, cobra entre un 10% (alumnos de 12 a 18años) y un 25% ( alumnos de educación infantil) más que en la privada.
                  Ahora sigan haciendo el presupuesto, aporten cuantos alumnos de más tienen que atender los profesores de la concertada- sin que eso afecte al proyecto docente y tal, la atención personalizada al alumno y todas esas ventajas que hacen a esos centros tan admirables en lo edactivo- y cuanto creen que es el beneficio que el emprendedor educativo merece obtener por sus esfuerzos ( y ahi les indico que un retorno de menos del 20%….)
                  A ver, si con un poco de suerte, pueden aportar datos que demuestren que educar en la pública en un barrio civilizado de cuaquier ciudad mediana, de 100.000 habitantes en adelante, cuesta un 50% más que en la concertada, en esa misma ciudad.

  5. Alejandro Hermida dice:

    Igualdad de oportunidades (escuela pública) o igualdad de resultados (escuela concertada). Del principio ideológico de cada gobierno, entiéndase central y autonómico, dependerá la fluctuación de ese equilibrio entre una y otra escuela. Será previsible por lo tanto que con gobiernos de corte más socialdemócrata o de izquierdas, se priorice el gasto público en la escuela pública en detrimento de la privada. Y viceversa, mutatis mutandis. Vuelve entonces la idea de un «pacto global por la educación», que además de marcar pautas progrmáticas y de contenido, venga a establecer un modelo de financiación para la escuela pública y para la escuela concertada de forma perdurable. De alcanzar esta independencia de la llegada de uno u otro gobierno con sus inherentes sesgos políticos, se estará entonces más cerca de alcanzar ese «mejor» equilibrio. Equilibrio que pasa por eficacia y eficiencia (más con menos), pero también por la calidad.

  6. Gerion dice:

    Dada la importancia de la educación infantil en las futuras tendencias políticas de los escolares, parece complicado que un partido cualquiera no aproveche ese filón para incrementar su propia cantera. Esto es producto del poco respeto que nuestros gobernantes tienen por su Pueblo.
    El debate pública vs concertada, en efecto, también me parece artificial. Tienen que coexistir ambos modelos junto al privado, porque es lo que demanda la población.
    De modo que auguro que no van a cambiar grandes cosas en Educación. Bueno, sí: más ordenadores y repartir las clases de religión entre católicos y musulmanes, pero con el mismo fondo de adoctrinamiento.
    La religión debería estar nacionalizada y administrada como servicio público por el Estado, no dejada en manos de multinacionales – sean la Iglesia o el Califato -.

  7. EB dice:

    Este post usa el tema del financiamiento para argumentar en contra de la poca libertad de enseñanza que todavía queda en España (sí, usa el caso de la Comunidad Valenciana pero apunta a toda España). El post no tiene referencias a trabajos serios y no da argumento lógico alguno porque el autor deja claro y repite varias veces que lo importante es negar financiación pública a la escuela concertada porque representan un pasado que nada tiene que ver con los valores del autor y que no son otros que los valores viejos del peor socialismo, estos, la igualdad, la inclusión y el paraíso terrenal. El autor deja claro que no tiene idea de cómo podría imponer por la fuerza sus valores y entonces lo único que se le ocurre es negar financiamiento público a quiénes rechazan ser sometidos por títeres.

    Aquí en Chile, la Sra. Bachelet y su coalición gobernante también quieren terminar toda financiación pública a escuelas y universidades no controladas 100% por el gobierno (también pretenden cambiar la Constitución para negar la libertad de enseñanza en todos los niveles pero este cambio se ve muy difícil). Los que hemos visto por décadas a los socialistas vender humo no nos sorprendemos por su insistencia, pero debemos preocuparnos porque siguen dispuestos a sacrificar a las nuevas generaciones para acceder y gozar del poder. Si la educación les interesara, ya se habrían preocupado de los muchos fracasos de la educación pública en todos los niveles –problemas causados por incompetencia y corrupción en la gestión de los muchos recursos a su disposición. Sí, su hipocresía sigue intacta.

    Otros posts de este blog intentan discutir seriamente los temas de educación pero este post es un discurso político vulgar. En todo caso, causa risa que se insista en reemplazar a curas católicos por políticos socialistas, en querer dejar de graduar adultos-monaguillos para graduar adultos-siervos.

  8. heathcliff dice:

    Por cierto… Según vosotros, ¿hay alguna cosa en este mundo que no se resuelva con más dinero?

    Porque os veo últimamente de un imaginativo…

    🙂

    • Mr. X dice:

      También podríamos hablar de por qué los mejores sistemas educativos de Europa -el holandés y el finlandés- son prácticamente al 100% públicos.

      • Durruti77 dice:

        Es que este tema de los curas metiendo mano en los colegios (pun intended) viene de la Contrarreforma. Los países que tienen sectas cristianas menos dañinas no sufren el problema tanto.

        • heathcliff dice:

          Metiendo mano, normalmente, a niños de su mismo sexo.

          El peligro, ¿vendrá de que son curas o vendrá de que son gays?

          Todos sabemos hacer razonamientos absurdos…

          🙁

          • Aloe dice:

            Vendrá de que son pederastas, se saben impunes y la impunidad es aún mayor con los niños, que no se van a quedar embarazados y que están menos vigilados.

      • Vellana dice:

        Muy bien. Hablemos.
        Díganos por qué cree usted que tiene mejores resultados un sistema educativo que es prácticamente al 100% público que otro que lo es, por ejemplo, al 60%. ¿Tiene que ver con el porcentaje? ¿Tiene que ver con la forma en que está diseñado el sistema público, y por tanto, si lo está mal, mejor bajar el porcentaje?
        Pero no me venga con respuestas tipo el comentario de Durruti77 de las 10:04, que no se sabe ni de quién habla (los adalides), ni de qué habla (el monopolio), ni de cuánto habla (el montón), ni de por qué esos seres ignotos de los que habla tienen que dejar en paz la educación: debe de ser que no tienen tantos derechos como el resto de españoles, vamos, como él.
        Un saludo.

        • Durruti77 dice:

          Los adalides son el PP, como bien comenta el autor, el monopolio es la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana, que como también se apunta en el artículo, controla al 74% de la educación concertada. Quienes tienen que dejar en paz a la educación son los religiosos, porque los principios morales y espirituales no tienen nada que ver con enseñanza, y se deben recluir al hogar propio y las iglesias.
          Esta es mi opinión, y obviamente hay mucha gente que opina lo contrario. Pero es lo bonito de la democracia, que se vota y se decide. Como en Valencia.

        • Durruti77 dice:

          Por cierto, lo del montón iba porque la Iglesia, que no paga el IBI, es la mayor propietaria de inmuebles de España (hasta una mezquita tienen, fíjate…).

          • Vellana dice:

            Por eso no lo entendía: Usas unas palabras que quieren decir algo completamente distinto de las que quieres que entendamos.
            En cualquier caso, sigo sin tener claro quién chupa los recursos públicos, si los del PP que van en procesión, o el monopolio ese menor del 25% (el 74% del 32%) de la enseñanza.

            Es posible que los religiosos tengan que dejar en paz la educación, pero curiosamente son los defensores a ultranza de la educación pública (vale, no haré como tú; realmente quiero decir los contrarios a la educación concertada y privada) los que no quieren, no ya que se publiquen, sino ni tan siquiera que se hagan, pruebas para medir la eficacia de los distintos centros educativos.

            Un saludo.

            • Durruti77 dice:

              Ese es otra tema: yo estoy a favor de la evaluación de la educación pública, por supuesto. Que se haga bien y que se publique para que sirva para mejorarla. Precisamente porque defiendo la educación pública estoy convencido de la necesidad de mejorarla.

              • Vellana dice:

                Yo también.
                Y yo también estoy a favor de mejorar la educación pública, aunque no me parece mal que haya concertada.
                Un saludo.

          • Vellana dice:

            Una mezquita tienen… vaya, vaya. Eso sí es significativo, teniendo en cuenta que en España hay más de 1.200. Pero de las de verdad, no de las que dejaron de serlo hace casi 800 años (si eres del 77, tú ya conociste la concertada ¿no? Ahí sí te hubieran contado lo de la Reconquista y todas esas asquerosidades históricas ligadas a la religión católica).
            Un saludo.

  9. Durruti77 dice:

    Yo flipo mucho con estos adalides de la libre competencia, el mercado libre y el laissez faire que van en procesión detrás de un monopolio religioso para chupar recursos públicos.
    Pero de soltar pasta en el cepillo de la Iglesia, nanay, mejor en Panamá…
    Y un apunte económico: tenemos un montón de iglesias y monasterios subvencionados con fondos públicos que están casi vacíos, el que quiera educar a sus hijos en la Verdadera Fe, ya sabe a dónde tiene que ir. Pero que dejen en paz a la educación.

  10. Mr. X dice:

    Sobre el tema de los institutos y colegios religiosos, me acuerdo de un tiempo en el que viví en una capital de provincias andaluza y allí me encontré que hasta miembros del PC y ateos convencidos mandaban a sus hijos a colegios e institutos religiosos. No por convencimiento religioso, sino porque los públicos estaban hechos una pena y marginalizados. El problema, a mi modo de ver, está en esto, que alguien tenga que pagar/tragarte tus principios para que tus hijos tengan una educación decente, según donde vivas, no que hayas instituciones educativas religiosas para los que quieran educar a sus hijos en una determinada fe.

    • Durruti77 dice:

      Hay mucha tela para cortar en el tema que apuntas. En la mayoría de las capitales de provincias españolas, en el centro de las ciudades, la oferta mayoritaria es religiosa concertada. Luego hay mucho socialista de boquilla y gitano de temporá que por puro esnobismo manda su hijo a la concertada (porque la pública es de pobres, o sea).
      A mí me parece fetén que una familia creyente mande sus hijos a estudiar con los curas. Pero es una abominación que eso se fomente con dinero público. La educación pública debe ser laica.
      Y sobre el tema de la clase de religión para niños de infantil en la pública, mejor hablamos otro día, que me sulfuro…

    • Gerion dice:

      De hecho mi padre, militante activo y furibundo del PC y CCOO, anticlerical desde que lo conozco – y sigue en la brecha, el tío -, consiguió terminar bachillerato gracias a que lo acogieron en un seminario. Y cuando, tras cursar yo primer año en un colegio público vio lo que había, decidió que la EGB la cursaríamos mis hermanos y yo en un colegio religioso también. Lo cierto es que ninguno conservamos creencia alguna en dioses, a pesar de las misas semanales y los eventos religiosos obligatorios.
      La solución, según mi experiencia, no pasa por tratar de cerrar o laicizar los centros religiosos – algo que tampoco se va a conseguir mientras la Iglesia conserve todo el poder que posee en el mundo -, sino por implantar procedimientos de mejora continua en centros públicos, que animen a los padres a elegirlos como primera opción… y eso implica evaluar a los docentes, a las direcciones de los centros y a los mismos gobiernos autonómicos. Esto ya se ha hablado en otro artículo de esta misma web.

      • Durruti77 dice:

        Uf, sobre la calidad superior de la concertada habría que hablar largo y tendido… No creo que la preferencia por la concertada sea racional con base en una mejora cualitativa. Me inclino más por una búsqueda de estatus y por el mayor status socioeconómico de sus clientes.

  11. heathcliff dice:

    ¿A alguien se le ha pasado pro la cabeza preguntarse pro qué los padres huyen de la pública?
    ¿Por qué no intentamos que la pública sea más atractiva.

    Yo siempre estudié en la pública, siempre, y sigo a favor de que exista la concertada. La razón es que al concertada es el único aliciente que existe para que mejore la pública y no se duerma en un régimen de monopolio al que ir sí o sí..

    El problema, creo, es que el buenismo y otras majaderías intelectuales, impide analizar los problemas de la pública y obstaculiza su mejora.

    ¿Os cuento lo que dicen pro aquí los padres, y pro qué huyen de la pública? No se trata sólo de esnobismo.

    -Problemas de disciplina. Un sólo imbécil puede acabar con un curso entero, y no se toman medidas efectivas. En la concertada no ocurre.

    -Profesores desmotivados que no dan palo al agua. Son minoría, pero en la concertada no llegan ni al 2%, porque se marchan.

    -Excesivo énfasis en la integración. Lo que yo quiero es que mi hijo aprenda matemáticas e inglés, y lo que quiere el sistema es que integre a un chaval chino o a uno con problemas de no sé qué.. . En la concertada también pasa, pero menos.

    -Dependencia de los cambios políticos. Cadas ciclo electoral, la pública va de una cosa distinta.La concertada, para bien o par mal, procura sostener la inercia de su ideario y es más estable.

    De todos estos problemas, el que más oigo es el primero. Sin un sistema de orden y disciplina, no hay educación posible. Y la pública ha dejado esto de lado, haciendo que los padres prefieran llevar a los niños a sitios con un mínimo de orden.

    Pero como eso no sirve para pedir dinero, pues a nadie le preocupa.

    🙁

    • Mr. X dice:

      «la razón es que la concertada es el único aliciente»

      Pensaba que mejorar algo tan importante como la educación ya debería ser suficiente aliciente. Si eso fuera aliciente de algo, no se explica que los mejores sistemas educativos de Europa sean públicos al 95% (Holanda) y prácticamente al 100% (Holanda). Sobre la integración, no tengo la percepción de que se haga tanto énfasis… de hecho, teniendo en cuenta la deriva demográfica de ese país (cada vez va a haber más alumnos cuyos padres no han nacido en España) quizás lo que sea necesario es hacer más énfasis y no menos.

    • Gerion dice:

      Muy bien expresado. Coincide con mi percepción en mi entorno inmediato. En España, la raíz del problema es el mismo que en otras administraciones públicas – no en todas -: ausencia de evaluaciones de desempeño, debidas a su vez a la indefinición de los puestos de trabajo.
      Y es que aquí, cuando uno llega a jefe en una administración pública, todavía se cree que es sólo para ganar más y trabajar menos. Y sus propios jefes piensan lo mismo, así que mal arreglo.

    • Sgt. Kabukiman dice:

      vaya por delante que no se donde vive usted, que ciudad o que barrio.

      Donde yo vivo y se escolarizan mis hijos, centro de una ciudad grande y mayoria de gente bien situada, orgullosos votantes del partido responsable, la oferta de concertada es mucho mayor que la de publica y el prestigio de ambas es similar. Los padres no salen huyendo de la publica, en resumen.

      En cambio, en otros barrios donde se da parecido reparto entre publica y concertada, ambos tienen que comerse un porcentaje similar de alumnado, digamos… bueno, dejémoslo en diferente.
      Y aquí lo mismo da concertada que publica. Los procesos para la, ejem, selección del alumnado que funcionan en mi barrio no funcionan en el otro. Si no se puede pagar la cuota o el uniforme no se paga y listo.

      Y que en la concertada la falta de disciplina, el enchufismo y los profesores desmotivados son purgados per se, en fin, ya sabe lo que dice harry el sucio.

      Un cordial saludo

    • Pescador dice:

      En el fondo se trata de permitir – a los más pudientes de entre la clase media baja- una educación con las caracteristicas de la privada ( cada una de las que enumera lo son, desde la disciplina a una mayor presión/selección sobre el profesorado ) pero arregladita de precio.
      Y eso lo hacen los mismos gestores que se preocupan muchisimo por si la educación para la ciudadanía va a volver gays a los niños o las virtudes de la religion puntuable para la nota media. Si hay problemas de disciplina en los colegios, y es necesario corregir a un alumno, herramientas hay. Si hay profesores desmotivados – aunque compararlos con profesores que entran por la gracia del dedo cuasi divino del empleador y la motivación que esto aporta no es justo…- herramientas hay y si hay que integrar a niños chinos, rumanos, latinos y africanos, herramientas hay. No creo que los padres de esos niños que creen que sus hijos deben esforzarse en las matemáticas y el inglés desprecien lo arregladito de precio que trabaja la ecuatoriana cuidando al yayo, lo bien que va que haya un chino 24h o lo util que es una colla de latinos/negros/rumanos cuando hay que hacer un trabajo y pagarlo en negro.
      Pero, de todas formas, para eso tambien hay herramientas, y ya antes de que esto se llenara de latinos, moros, negros y chusma oriental diversa que nos lo pone todo perdido, generaciones de niños españoles habían contemplado con un indisimulado desprecio el estudio de las matemáticas, no se si lo recuerdan de sus tiempos de pupitre entre autóctonos

  12. Rafael dice:

    Este problema se resolvía perfectamente «a la sueca». Hago referencia, no a la localidad valenciana, sino al país escandinavo, epítome de políticas públicas socialdemócratas para muchos. Así, en Suecia, los padres pueden optar entre escuela pública y escuela concertada, que cuentan con financiación pública desde 1992.
    El Ministerio de Educación sueco, cuya página web destila corrección política, reconoce que la satisfacción de los padres es mayor en las fiskolas.
    La medida adoptada por la Generalidad y el artículo del Sr. Gortazar tienen un marcado sesgo ideológico.

  13. Se da la situación de que alguien que esté buscando un centro realmente diferente en el que educar a sus hijos, tiene grandes dificultades para encontrarlo, aunque este centro sea totalmente privado y disponga de los recursos necesarios para costeárselo. Puede encontrar mejores y lujosas instalaciones, un amplio surtido de actividades extraescolares, una enseñanza realmente bilingüe, talleres completamente dotados para aprender programación y robótica… pero el esquema básico es el mismo que el de las otras escuelas menos afortunadas; es decir, está basado en el modelo que todos conocemos, salvo que parte de una situación más privilegiada.

    Para que estos centros innovadores lleguen a existir se necesita que haya personas que los demanden y que la legislación sea más flexible (en cuanto a currículos, horarios, distribución de los alumnos, etcétera) que la que ahora tenemos. También se precisa que las opciones políticas que apuestan prioritariamente por la educación pública no pretendan, desde el poder, suprimir sistemáticamente las iniciativas privadas, limitando la posibilidad de elegir e intentando implantar un modelo único de educación: la educación estatal. Pero, sobre todo, se necesitan proyectos, se necesitan ideas. Sin ellas, con educación concertada o sin ella, lo que tenemos no consigue otro resultado que perpetuar lo que ya hay.
    http://www.otraspoliticas.com/educacion/lo-publico-y-lo-concertado

  14. […] A principios de los años 80, España tenía un problema enorme de falta de cobertura y fragmentación, por lo que la regularización de las escuelas privadas era un paso necesario para llegar a un sistema educativo más cohesionado. Sin embargo, en los análisis de cómo se implementó dicha regularización existe un importante consenso en torno a la falta de financiación de los conciertos, algo que no debería haber ocurrido en base a lo previsto por la LODE[1]. […]

  15. […] La mejor solución sería dar cumplimiento a lo que ya planteó Maravall en la tramitación parlamentaria de la LODE: centros públicos y concertados forman parte a igual título de la red pública de escolarización. Este es uno de los graves problemas de este país: se hace una ley pero luego no hay instancias que se encarguen de hacerla cumplir. ¿Qué pueden hacer un padre y una madre que acuden a matricular a su hijo en un centro concertado en el que les indican que hay que abonar –lo quieran o no- una cuota mensual? ¿O que el centro es católico y todos tienen que acudir a clase de religión? Los centros concertados se las han apañado para tener el tipo de público que desean. En su inmensa mayoría, cobran a las familias –lo quieran estas o no, tal y como se puede ver en este vídeo- una cuota mensual que como mínimo supera habitualmente los 80€. Desde los centros concertados se aduce que sin esa cuota no podrían funcionar. Como el Estado no les concede la cuantía que precisan, resulta más fácil conseguirla echando mano del bolsillo de las familias, lo que de paso les permite conformar una clientela socialmente homogénea. Esto se refuerza con el uso endogámico del punto de libre asignación en las solicitudes de matrícula para favorecer a los hijos de antiguos alumnos, lo que se explica en este reciente artículo. […]

  16. Rafael dice:

    ¿Qué me dicen de Suecia? Existe escuela concertada financiada por el Estado. La muy políticamente correcta página del Ministerio de Educación reconoce que la satisfacción de los padres de niños que asisten a las escuelas concertadas es mayor que las de los que acudena a la «pública».
    En cuanto al sesgo ideológico de la Generalidad y del Sr. Gortázar, hechos y palabras hablan por sí mismos.

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