Brexit

Los temas de campaña Brexit (I): La soberanía

28 Abr, 2016 - - @polmorillas

De entre todos los temas de campaña que pueden decantar la balanza el próximo 23 de junio, la soberanía es a la vez el que más pasiones despierta, uno de los que más puede movilizar al electorado y también el que, paradójicamente, más puede sufrir de producirse el Brexit. Veamos por qué:

1. La soberanía como elemento movilizador. Preguntados acerca de cuál es el tema que más puede importarles a la hora de acudir a las urnas, los británicos destacan la necesidad de encontrar un equilibrio entre su derecho a ir por libre y establecer marcos apropiados de cooperación con otros países (más de un 30% de ellos así lo afirma, por delante de preocupaciones como el empleo o la inmigración). Ya durante la renegociación sobre la pertenencia del Reino Unido a la UE en Bruselas, la recuperación de la soberanía figuraba en lo alto de la agenda. Es también un tema sobre el que planean dudas notables. Está por ver si una salida de la UE aumentaría la soberanía del Reino Unido, lo que significa que el discurso que sea más convincente durante la campaña puede decantar el voto tanto a favor del Brexit como del Bremain.

2. No queremos una «ever closer Union»… Muchos británicos aborrecen la filosofía detrás de una «Unión cada vez más estrecha». Consciente de ello, Cameron centró buena parte de sus negociaciones en Bruselas en que el «ever closer Union» no incluya al Reino Unido, a la vez que consiguió reforzar el sistema que permite a un grupo de Parlamentos nacionales paralizar iniciativas de legislación europea. Ello no desactivará por completo el mensaje de los partidarios del Brexit, que insisten en retomar las riendas del país y evitar las injerencias de Bruselas en la legislación nacional (recordemos que para un buen número de conservadores euroescépticos Cameron debería haber peleado para conseguir un poder de veto total del parlamento británico). Los que acusan de “tiranía exterior” a la UE han llegado a insinuar que, de seguir igual, la Comisión Europea acabará enviando tanques alemanes a Londres. Vote Leave, la campaña anti-UE designada oficial recientemente, centra su mensaje en la seguridad nacional y el desempleo, aunque los tintes nacionalistas del grupo Leave.eu continúan permeando en la campaña del referéndum.

3. … pero el riesgo es acabar con una «ever closed Britain». El sueño de un Reino Unido libre del yugo de Bruselas va a la par con el deseo de recuperar el estatus de potencia mundial. Dos deseos que, como algunos partidarios del Bremain han alertado, podrían ser contradictorios. David Miliband argumenta que salir de la UE equivaldría a provocar un incendio en el seno de las instituciones que fomentan un orden internacional basado en el imperio de la ley y las sociedades abiertas, de las que el Reino Unido es el mayor exponente. Barack Obama añade que la relación especial que une a ambos países lo es en buena parte por la pertenencia del Reino Unido a la UE y que, en caso de Brexit, difícilmente podría sellarse un acuerdo de libre comercio entre Londres y Washington antes que con la UE. El discurso de recuperación de la soberanía del Brexit es pues la cuadratura del círculo: ganar en soberanía, construir un país cada vez más cerrado en sí mismo, pero seguir siendo objeto de las dinámicas globales que tanto exasperan a los más nacionalistas.

4. El arte del cherry-picking. Los Brexiters esperan también construir una nueva relación con la UE tomando los intereses del Reino Unido como punto de partida. Confían en sellar un acuerdo de libre comercio que reduzca al mínimo el impacto sobre sus relaciones económicas y financieras. Los Bremainers, por su lado, argumentan que, aunque así fuera, Londres perdería soberanía por el camino. En el caso de incorporarse al Espacio Económico Europeo, el Reino Unido debería observar una estricta legislación comercial que no estaría en disposición de modificar, al haber perdido su asiento en la mesa de negociaciones. El Brexit sucedería también en plena campaña de las elecciones francesas y alemanas de 2017, por lo que los incentivos de ambos países para acceder a una Europa a la carta serían limitados. Si el cumplimiento de la normativa fue clave para los alemanes durante la crisis del euro, también lo sería si el Reino Unido pretende beneficiarse sólo de lo que más le conviene de la UE.

5. El proceso, un boomerang. En caso de un resultado favorable al Brexit, Cameron probablemente pedirá la activación del artículo 50 del Tratado de la UE, que prevé la salida por voluntad propia de un miembro pero que nunca ha sido utilizado antes. La inclusión de este artículo en el Tratado de Lisboa fue precisamente a petición del Reino Unido. Como contrapartida, el resto de estados blindaron el proceso, dejando en sus manos el procedimiento de divorcio y los plazos para su conclusión (un máximo de dos años). Sólo si el resto de estados acceden por unanimidad a ampliar el tiempo de negociación, el Reino Unido podría conseguir una mejor oferta, aunque es poco probable que éstos quieran ir más allá de lo ofrecido durante el Consejo Europeo de febrero. Algunos argumentan que la invocación del artículo 50 no sería necesaria y que la negociación se haría de manera informal con el objetivo de llegar a una solución de suma positiva. Sea como fuere, los términos de la nueva relación bilateral estarían en manos de la UE y no de Londres, que vería reducida su soberanía durante el proceso de negociación.

 

Este artículo forma parte del especial Brexit realizado en colaboración con CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs)


13 comentarios

  1. EB dice:

    Por cierto que la soberanía es el tema central del Brexit. El error es suponer que lo económico o cualquier tema específico (por ejemplo, las migraciones) es lo central. El problema de la soberanía es determinar quién gobierna un determinado territorio –si el poder coactivo del Estado en ese territorio es controlado sólo por los residentes o es controlado por alguna combinación de residentes y no-residentes. En cualquier municipio de España ese poder es compartido por sus residentes y por no-residentes, incluyendo residentes de municipios vecinos (vía Comunidad o vía Estado) pero también de municipios italianos (vía UE).

    El problema inmediato no es que algunos británicos quieran controlar sólo ellos su territorio sino que no están de acuerdo con el poder cedido a la UE y como la UE ha probado ser una farsa no debe extrañar que haya quienes renieguen del acuerdo vigente. Si para renegar hay que divorciarse –terminar con cualquier arreglo que implique compartir el poder con los no-residentes– muchos quizás prefieran hacerlo. Mientras no se discutan estructuras alternativas para la UE –sí, para la UE porque es ahí donde está el problema– muchos británicos y también muchos nacionales del resto de la UE querrán divorciarse. Por supuesto, los muchos que hoy se benefician de la farsa que es la UE no están dispuestos a renegociar el acuerdo vigente (es el mismo problema de las Naciones Unidas que jamás volverá a expandirse o a mejorar pero a la que no es posible cerrar). La UE condena a sus miembros a pagar el alto costo de continuarla aún sabiendo que los beneficios futuros no lo justifican (para justificarlo se inventan cuentos del regreso al pasado horrible).

  2. EB dice:

    Sí, la UE plantea un problema serio de soberanía a todos los estados-nación miembros. No hay medición posible de cuánta soberanía se ha perdido de hecho, pero sí está claro que tal como está estructura hoy la UE es una amenaza porque de derecho sí parece haberse pedido mucho. No sigo en detalle el debate en GB pero no parece que haya habido una discusión seria ni allí ni en ninguno de los estados miembros sobre los beneficios de haber cedido soberanía a un engendro cocinado por unos pocos que buscaban arrebatar el control del poder coactivo del Estado-nación a sus residentes. Para los partidarios de ese engendro lo mejor es que el debate se centre en los deseos de unos «locos» que no entienden de que se trata. Mejor denunciarlos por sus vicios que atender sus quejas. Y lo más grotesco es que en muchos casos esos partidarios son los mismos mentirosos e hipócritas que a nivel nacional se quejan cuando son oposición y se deben conformar con migajas de poder. No debe extrañar porque refleja el eterno dilema de políticos que ambicionan mucho poder –algo que jamás podrían tener en una democracia constitucional seria con límites estrictos al poder coactivo del Estado– y al mismo tiempo fingen representar a una masa de votantes que no quiere un Estado con semejante poder.

    • Hejo dice:

      Disculpe, pero su frase «…discusión (…)acerca de los beneficios de haber cedido soberanía a un engendro cocinado por unos pocos que buscaban arrebatar el control del poder coactivo del Estado-nación a sus residentes», me resulta incomprensible.
      ¿Justifica Ud la coacción de los estados a sus ciudadanos y la considera positiva? Si como espero no es así, entonces ¿ por qué califica de farsa y engendro a la UE cuando Ud. mismo parece juzgarla como eficaz, a la hora de reducir la coacción de los estados?
      Aparte, creo que la UE ha hecho y hace algunas cosillas más aparte de este tema, por lo que el análisis y balance en mi opinión son más complejos de lo que Ud. plantea.

      • EB dice:

        Por cierto que el análisis es mucho más complejo que lo que yo puedo decir en comentario a un post centrado en el tema de la soberanía.

        Respecto de lo que le resulta incomprensible, lo que estoy diciendo es que los estados miembros cedieron soberanía a la UE pero que esta cesión no se hizo a través de un proceso democrático, que fue resultado de la intervención de un grupo de políticos que aprovechó la comunidad económica de Europa para transformarla en un engendro que en algún futuro centralizaría el poder coactivo de los estados miembros. Por cierto, en la medida en que reconozco la legitimidad del gobierno como institución general para fines limitados acepto su poder coactivo (en el contexto de mi punto, por definición gobierno implica ejercicio de poder coactivo legítimo, y como hablo de democracias constitucionales, este poder es limitado lo que implica un rechazo a todo abuso de ese poder). El problema es cómo los residentes de un territorio quieren organizar el ejercicio de ese poder coactivo limitado, y como acepto la herencia histórica del estado-nación termino aceptando la división del Planeta Tierra en estados-nación (no aceptar esa herencia significaría promover la redistribución territorial por la violencia, pero su aceptación no es impedimento para que por acuerdos se generen nuevos estados-nación o se creen órganos supranacionales para fines específicos que no implican transferir poder coactivo).

  3. Josep dice:

    Muy de acuerdo con el artículo, pero como creeis que puede seguir a la larga UK en la UE si la gran mayoría de sus ciudadanos no se sienten europeos ni comparten el proyecto compartido? El Brexit no parece una buena opción, pero es el Bremain factible a la larga?

    • Lester dice:

      Muy simple.

      Acepto lo que me conviene y rechazo lo que no me conviene. Me beneficio de las ventajas, pero no tengo ninguna obligación.

      Si venden eso a sus ciudadanos, bien pueden seguir en la UE cien años más.

      Eso es lo que llevan haciendo desde hace mucho. La cuestión que se debate en Bruselas es si la UE sigue aceptándolo.

  4. Pol Morillas dice:

    El Reino Unido ya goza de un estatus especial en la UE. Después del cheque británico, vinieron los opt-outs en el euro, schengen y la carta de derechos fundamentales. El referéndum debería servir precisamente para saber si los ciudadanos desean mantener esta relación especial con la UE, beneficiándose en gran medida del mercado único y otros aspectos de la integración (vendrá otro artículo sobre economía, además de uno sobre inmigración como otros temas de campaña). Pero hay que recordar que los británicos ya fueron consultados en 1975 para saber si querían permanecer en la Comunidad Económica Europea y salió un resultado ampliamente favorable al sí (67% de los votos).

    • EB dice:

      Hablar de que la UE es un proyecto compartido por una mayoría absoluta de residentes de todos los países miembros es un supuesto cuya validez ningún político que apoya la UE se atreve a verificar.

      Hablar de la UE como continuación de la CEE es mensaje publicitario de quienes sirven a los políticos que no se atreven a validar el apoyo popular a la UE.

  5. Mr.Turdy dice:

    El tema desborda con mucho lo que se dice, y tiene unas raíces muy hondas. Honestamente, creo que se aborda superficialmente (si es que no frívolamente). Me parece obvio que el RU de 1945, 1965, 1985 y 2005 tienen que ver con el actual lo que la continuidad histórica, y lo mismo cabe decir de las circunstancias.
    La soberanía tanto en Occidente como dentro del sistema-mundo es efectivamente un continuo complejo, pero me parece a mí que entre un país de pandereta como este, sin moneda, sin ejército, sin soberanía ninguna y cuyas elites rancias y provincianas se contentan con ser mandilones de un cortijo de dudoso futuro, y Suecia, Noruega o Suíza va un abismo. Suíza hasta se permite el lujo de pasar de la OTAN.
    Cierto que el RU tiene más empaque para hacer frente a ciertos problemas, pero históricamente también han sabido evadirlos para situarse en mejor posición.
    En Hispanistán hablar de soberanía es mentar la bicha de sus demonios históricos, tanto por arriba como por abajo, y al final es la provincia más dócil del imperio (aka «globalización»), perro del hortelano sin igual.
    Sí, es el debate n° 1, y no, el ciudadano británico, inglés y escocés, entienden perfectamente qué significa soberanía, y no les apetece dársela a Goldman Sachs o al Pentágono.
    Al final la UE se va a decantar en lo que es: un pelotón de torpes sin soberanía, y media docena de países a la carta mangonendo a los necios. Si así lo quieren, no hay Dios que pueda evitarlo.

  6. […] que en estos acuerdos va asociada una cláusula de libre circulación. El deseo de salvaguardar su soberanía también tiene que ver con la melancolía de algunos británicos de volver a los tiempos gloriosos […]

  7. […] que en estos acuerdos va asociada una cláusula de libre circulación. El deseo de salvaguardar su soberanía también tiene que ver con la melancolía de algunos británicos de volver a los tiempos gloriosos […]

  8. […] Económico Europeo. Esto implicaría poder seguir comerciando con la UE pero significaría también perder la silla en la mesa de negociaciones y no influir en el diseño de las normas, sobre todo de cara ala puesta en marcha del mercado […]

  9. […] Económico Europeo. Esto implicaría poder seguir comerciando con la UE pero significaría también perder la silla en la mesa de negociaciones y no influir en el diseño de las normas, sobre todo de cara ala puesta en marcha del mercado […]

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