Brexit

El perfil de los votantes en el debate Brexit

21 Abr, 2016 - - @bpberta

A falta de dos meses para la votación sobre la permanencia en la UE, las encuestas aún son imprecisas. Sin embargo, ya muestran de forma más o menos fiable qué grupos de ciudadanos son más partidarios de una y otra opción. Los clivajes y divisiones que van a estructurar el debate parecen haber cambiado poco en los últimos meses y nos pueden ayudar a entender cómo se va a desarrollar la campaña. Este primer artículo repasa cuales son las 5 grandes divisiones que van a marcar el debate y qué se puede esperar de ellas.

1. Un debate generacional en el que los jóvenes pueden ver como los de mayor edad deciden el futuro de su país. El gap generacional en este referéndum es uno de los más visibles. Sólo un 18% de los menores de 24 años es partidario de abandonar la UE, en contraposición a un 60% que se quiere quedar. Unos datos que contrastan con los mayores de 65 años entre quiénes la opción de abandonar la Unión supera a la opción de quedarse en la mayoría de las encuestas. Las diferencias generacionales no acaban ahí, el nivel de interés y participación también tienen un fuerte componente generacional. Sólo un 21% de los menores de 24 años se declara muy interesado en el referéndum, por un 47% de los mayores de 65 años que dice estarlo. Un desigual desinterés que se traduce en una desigual voluntad de participar: sólo un 44% de los jóvenes se muestra seguro de ir a votar, por un 76% de los grupos de mayor edad. Si la campaña no consigue igualar estos diferenciales, los más jóvenes podrían ver como el país acaba optando por la salida de la UE a pesar de su apoyo a la pertenencia.

2. El euro-entusiasmo de Escocia frente al euro-escepticismo de Inglaterra y Gales, o casi. Otros que podrían ver como su futuro es decidido por los ciudadanos de “otro” grupo son los ciudadanos de Escocia. A pesar de que el apoyo de los escoceses a la Unión Europea decrece desde hace años, lo cierto es que al norte de la frontera el apoyo a permanecer en el club europeo aún goza de una mayoría clara. Una mayoría que contrasta con el empate técnico que predicen las encuestas en Inglaterra, o la débil mayoría de Gales, dónde los datos dicen que la opción de salir se podría llegar a imponer si la campaña pro-EU no consigue movilizar a sus electores potenciales. Sin embargo, Escocia no es el único territorio del país claramente euro-entusiasta, la cosmopolita Londres es también claramente partidaria de quedarse, con un 53% de sus ciudadanos partidarios de quedarse por solo un 28% que dice querer irse. Independientemente de las diferencias regionales, tanto en Inglaterra como en Escocia, aquellos que se sienten más británicos que de su país son más partidarios de quedarse en la UE que aquellos con una identidad dominante inglesa o escocesa.

3. El Brexit como debate entre perdedores y ganadores de la globalización. Se ha dicho tantas veces que suena a tópico, pero no por esto deja de ser cierto. El voto en este referéndum va a estar claramente marcado por la situación socioeconómica de los ciudadanos. El debate de la Unión Europea está muy ligado al debate sobre la globalización y, como tal, aquellos que se sienten más perdedores en ella acostumbran a ser más partidarios de salir. Así, entre los profesionales liberales y posiciones de dirección la opción de abandonar la UE está más de 15 puntos porcentuales por detrás de la opción de quedarse. Mientras que entre los trabajadores no cualificados y los que viven de subsidios las dos opciones acostumbran a estar empatadas, en algunas ocasiones la salida de la Unión incluso va por delante. Aún más clara es la división si consideramos el nivel educativo: entre los universitarios la opción de quedarse en la Unión, goza de mayoría. Una mayoría que se mantiene más o menos clara entre aquellos con estudios de nivel A (equivalente a Bachillerato) o superior, pero que claramente desaparece entre los que tienen estudios de menor grado.

4. Un debate que divide a todo el mundo, sobre todo a los que lo pusieron en la mesa. Que el debate de Europa es un debate incómodo para los partidos tradicionales no es nuevo. La mayoría de estos partidos esta muy divido al respeto, dificultando que sus líderes puedan tomar posición en el debate sin generar desafección en algún sector de su electorado. El Reino Unido no es una excepción en este sentido. A pesar de que, tanto Laboristas como Liberales Demócratas, tienen mayoría de partidarios de la permanencia, los dos partidos tienen hasta un 23% i 21%, respectivamente, de su electorado partidario de irse. Más divido aún se encuentra el partido del primer ministro David Cameron. A pesar de que la renegociación estaba encaminada precisamente a buscar una base común bajo la que unir a sus votantes, el líder conservador no ha conseguido unir a su electorado en este referéndum. De hecho, la mayoría de las encuestas incluso muestran que la mayoría de votantes conservadores va a votar a favor de la salida de la UE, ignorando el consejo de su líder. La división de la élite conservadora probablemente explique estas divisiones, así como los grandes niveles de indecisión de sus votantes (20% aún no sabe qué va a hacer).

5.El discurso de la crisis: Farage contra Corbyn. Un último elemento que divide claramente a los partidarios de votar a favor de quedarse en la UE de los de salir, es la visión que tienen de los problemas económicos y sociales del país y sus causas. Así, aquellos partidarios de dejar la UE creen que los principales culpables de esta situación son los inmigrantes que trabajan por sueldos bajos (54%), las regulaciones de la UE (58%), y las decisiones tomadas por el gobierno laborista antes de 2010 (36%). Una lista que contrasta claramente con la de los partidarios de quedarse, quiénes culpan principalmente a los banqueros (45%), la desigualdad creciente (38%) y el gobierno de conservador desde 2010 (38%). Estas visiones se explican en gran parte por los hábitos de información y la afiliación partidista de los dos grupos, pero también muestran la divergencia en los discursos que estructuran el debate. Curiosamente, la globalización, el libre comercio y la competencia de países como China no aparecen entre los tres primeros culpables entre ninguno de los dos grupos.

 

Este artículo forma parte del especial Brexit realizado en colaboración con CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs)


14 comentarios

  1. Alatriste dice:

    Un artículo fascinante, y además trufado de enlaces interesantes que le pueden ocupar a uno durante horas… Unos cuantos comentarios a bote pronto

    – Así que el partidario «mediano» de abandonar la UE está jubilado o cerca de ello, tiene escasos estudios, ingresos o pensión bajos, vota conservador o UKIP, vive en Inglaterra pero no en Londres, se siente ante todo inglés y viaja al extranjero bastante menos que sus contrarios, mientras que el partidario de quedarse es un estudiante o joven trabajador con estudios universitarios y salario elevado, vota laborista o LibDem, vive en Londres, se siente británico y conoce bastante más el extranjero… solo dos puntos un tanto sorprendentes en esto, que la diferencia inglés/escocés versus británico cuente en este debate, y que el deseo de Escocia de permanecer en la UE se deba más a los unionistas que a los secesionistas.

    – Buceando entre los datos de las encuestas y las tablas (debo decir nunca he visto algo con semejante detalle sobre los votantes españoles, que yo recuerde) aparecen cosas fascinantes como el elevadísimo porcentaje de británicos que abandonaría sin dudarlo la isla aunque no ganara nada con ello o ciertas curiosas diferencias en los países que escogerían: la mayoría de los que dejarían Gran Bretaña voluntariamente escogería España, Italia o Francia, quienes no lo harían si les obligasen escogerían en primer lugar Irlanda (sugiriendo que el idioma es un factor importante) y un punto muy curioso: entre los partidarios de abandonar la UE solo un 1% escogería Alemania, mientras que entre los partidarios de quedarse la elegiría un 10%…

    – Otro factor sumamente interesante. Entre los partidarios de dejar la UE nada menos que un 66% opina que Gran Bretaña tiene el sistema de subsidios sociales más generoso de Europa (y solo un 14% está en desacuerdo) mientras que unicamente el 37% de los partidarios de quedarse opina lo mismo (y un 36% está en desacuerdo). Combinado con las actitudes sobre inmigración que comenta el artículo (un 54% de los partidarios de abandonar la UE piensa que la inmigración al traer bajos sueldos es una de las principales causas de los problemas económicos del país, contra solo un 15% de los partidarios de quedarse) este dato sugiere que para muchos votantes el referendum sobre la UE es en buena parte un referendum sobre los inmigrantes…

  2. EB dice:

    Berta,

    Gracias por su post. Aunque considero que la división #5 es la decisiva, comento por orden de presentación.

    #1. La elección de 24 y 65 años como divisoria de generaciones es arbitraria y no indica el número de posibles votantes en cada categoría. Supongo que son más, muchos más, los mayores de 65 y por lo tanto si uno tiene alguna confianza en las encuestas la diferencia sería mucho mayor que la indicada en su post. Pero más importante las diferencias «generacionales» indican algo común en política nacional, esto es,
    (a) que los jóvenes parten con ilusiones (hoy infladas por una educación escolar y universitaria grotesca por las visiones del mundo que se «imponen» a adolescentes que no quieren madurar) que nada tienen que ver con lo que serán sus experiencias cuando tengan que ganarse la vida (por esto prefiero hablar de los menores de 30); y
    (b) que los viejos terminan con lo que tienen puesto pero expuestos a altos grados de incertidumbre en variables fundamentales como sus expectativas de vida y calidad de vida de manera que no pueden juzgar si lo puesto será suficiente (el sueño del Estado de Bienestar se terminó hace tiempo) y para peor no saben donde buscar protección porque sí aprendieron a no confiar en las promesas de los políticos (por esto prefiero hablar de mayores de 70).
    Mientras que los jóvenes (a) buscan el paraíso lejos de la política, los viejos (b) buscan protección en algún cambio en la institucionalidad de la política. Un político que quiera el apoyo de los jóvenes (a) tiene que centrar su mensaje en que el paraíso está a la vuelta de la esquina. Un político que quiera el apoyo de los viejos (b) tiene que centrar su mensaje en que el cambio implicará que los viejos tengan más control sobre el Estado de Bienestar que sigue estando a la vuelta de la esquina.

  3. EB dice:

    #2. Las diferencias «generacionales» apuntadas en #1 me permiten centrar las diferencias «territoriales» (#2) y las diferencias «económicas» (#3) en las generaciones que hoy tienen entre 30 y 70 años, es decir, aquellas activas en ganarse la vida. ¿Por qué un galés podría tener una preferencia distinta de un escocés? No lo sé, pero los escoceses sí tienen una preferencia fuerte (no puedo decir si más fuerte que los galeses aunque sospecho que sí) por recuperar soberanía (ya se me olvidó en qué siglo la perdieron) porque hoy siguen teniendo poco control sobre decisiones de gobierno que los afectan (sí, UK sigue siendo un país poco descentralizado para lo que ha sido su larga historia) y entonces la pregunta sería si la permanencia o la salida facilita esa recuperación. El fracaso de la UE en cuanto a avanzar un proyecto de centralización en perjuicio de los gobiernos nacionales de sus miembros implicaría la expectativa de una devolución de poder a los gobiernos nacionales, algo que los escoceses verían como opuesto a sus intereses, y quizás muchos escoceses piensen que la salida de UK consumaría ese fracaso –yo pienso que ya se consumó. En otras palabras, quienes creen que el grado de soberanía de su territorio (sea Escocia, o Londres, u otro) podría disminuir con la salida de UK, sus preferencias por más soberanía los llevaría a votar por la permanencia. Por cierto, los políticos intentan manipular esas creencias y esas preferencias.

  4. EB dice:

    #3. Sin duda, las interpretaciones de la historia reciente son importantes para entender cómo los votantes perciben su situación económica actual y cómo podrían mejorarla (me refiero sólo a votantes entre 30 y 70 años y por lo tanto descarto universitarios). Digamos que algo llamado globalización ha sido lo más importante ocurrido en los últimos 25 años y que hoy hay gente que considera que gracias a la globalización están mejor y otros que están peor. Las varias interpretaciones de la globalización que compiten por la atención de políticos y votantes han sido preparadas por «expertos» que están lejos de un acuerdo sobre causas, consecuencias y perspectivas. Una diferencia entre interpretaciones es la importancia relativa de las políticas públicas de los países ricos en respuesta al Gran Shock (la inserción rápida de más de dos mil millones de personas en la economía global) y otros shocks. Aunque los políticos siguen intentando vender la idea de que gracias a sus respuestas las pérdidas se habrían contenido, muchos seguimos alegando que esas respuestas han dificultado y siguen dificultando el ajuste a los shocks. Peor, muchos perdedores han estado siguiendo a charlatanes que alegan que «antes de la globalización todo era mejor» o que «todos podrían haber ganado con la globalización”. Las elecciones primarias en EEUU han dado tribuna a todas las interpretaciones y facilitado su discusión en el resto del mundo. En UK, como en toda la UE, se agrega el problema específico de las políticas de la UE y su complementariedad con las políticas de los gobiernos nacionales. Para los votantes ese gran debate es “demasiado confuso” y por eso no extraña que se busquen “atajos” que lo simplifiquen, en particular reduciéndolo a un debate sobre los inmigrantes (algo que también se ha vuelto confuso por los refugiados). Curiosamente UK era un país en que la inmigración parecía no ser un problema económico, pero hoy sí lo es y no solo por motivos económicos. Si se tratara de una elección parlamentaria quizás habría un esfuerzo mayor y serio por clarificar posiciones, pero pareciera que por tratarse de un referéndum los políticos y los medios han optado por confundir deliberadamente las consecuencias económicas de la inmigración con sus consecuencias sociales y políticas. En resumen, cualquiera sea la intensidad del debate sobre la globalización entre “expertos”, no parece que muchos británicos decidirán su voto por atribuir sus pérdidas a la globalización.

  5. Joxe dice:

    Una consecuencia del Brexit podría ser, a medio plazo, la reunificación de Irlanda.

    En el texto se comenta cómo están las posiciones ante el referéndum en Escocia, Galés e Inglaterra, pero no en el Ulster.

    Igual me equivoco, pero creo que el Ulster no se sentiría cómodo en un UK fuera de la UE, y más con Irlanda al lado dentro de la UE.

    • Alatriste dice:

      A mí también me ha sorprendido que esas encuestas no incluyeran el Ulster. Si tuviera que apostar diría que debe ser un bastión europeísta, porque en términos generales se le aplican los mismos factores que a Escocia, reforzados por los fuertes efectos negativos que tendría abandonar la Unión en las relaciones entre el Ulster e Irlanda, pero no deja de ser una elucubración personal. Voy a ver si encuentro algo firme sobre la cuestión…

      [Más tarde] He encontrado esto, y nada menos que en el Telegraph

      «The National Centre for Social Research calculates that 55 per cent of Welsh, 64 per cent of Scots and 75 per cent of Ulster voters endorse the European Union on the basis of more than a dozen polls taken in the past year»

      http://www.telegraph.co.uk/news/newstopics/eureferendum/12114578/Will-the-EU-referendum-trigger-the-break-up-the-United-Kingdom.html

      Un artículo interesante, ese. Parece que el resultado más probable del referendum es que Londres, Gales, Escocia y el Ulster votarán por la Unión Europea, y es casi, casi seguro que en Inglaterra sin Londres vencería la opción de abandonarla…

  6. EB dice:

    #4. Por tratarse de un referéndum sobre una cuestión específica y no relacionada con los principios generales que marcan a un partido político, yo esperaría una opinión dividida en casi todos los partidos, división que empezaría entre los políticos profesionales y pronto se manifestaría en las bases. Pero en este caso parece que sólo en el Partido Conservador algunos políticos profesionales han mantenido viva la disidencia inicial contra la inclusión en UE. El por qué de una opinión casi unánime entre los políticos profesionales de los laboristas y los liberales haya que buscarla en la fuerte presión para mantenerse unidos en tiempos difíciles para volver al poder. Uno puede entender que Cameron y algunos otros políticos conservadores negocien y renegocien y quizás vuelvan a renegociar acuerdos para permanecer y no tener que incurrir los costos inmediatos de una separación. En resumen, el apoyo o rechazo de cada político profesional parece determinado más por consideraciones prácticas sobre beneficios y costos personales, y no por principios o cálculos serios sobre el bien común.

    #5. Si uno se centra en Farage y Corbyn, sus estrategias para acceder al poder pasan por apostar fuerte en el referéndum. El resultado puede determinar si uno de los dos ha encontrado una bandera que le permita ganar en la próxima elección parlamentaria. Por eso sus apuestas se basan en ideas más concretas. Dados sus puntos de partida, no extraña que se hayan asociado a posiciones claramente opuestas sobre la importancia relativa de lo externo y lo interno en determinar la situación económica actual de los votantes. Hoy UK es pequeño en la economía global y bien hacen en ignorar a China (algo muy distinto a lo que ocurrió entre 1983 y 1997 debido a la situación de Hong Kong). Además, esa pequeñez refuerza la importancia decisiva del comercio internacional para el bienestar económico de UK y quiero creer que a pesar de sus limitaciones Farage y Corbyn así lo entienden. Curiosamente, el hecho de que estos dos políticos apuesten fuerte al referéndum puede que lleve a un escalamiento de sus posiciones que arrastre a Cameron y algunos otros políticos con miras no ya a la relación con UE pero a la próxima elección presidencial, de manera que el mes previo al referéndum se convierta en una campaña electoral.

  7. Mr. Turdy dice:

    Coger el rábano por las hojas. Yo creo que a estas alturas el 75% de los votantes británicos ya ha entendido los términos que se debaten. Tanto la derecha (inglesa, escocesa o británica) como la izquierda están divididas al respecto en el sentido de que albergan posiciones contrapuestas al respecto.

    La posición escocesa es una estrategia de tipo nacional para romper y forzar la independencia. Tanto si se produce un voto diferencial muy elevado o simplemente sale el NO (ahora mismo va 6 puntos arriba en las encuestas), en Escocia se van a movilizar por un voto diferencial. Lo que Escocia se juega es una victoria táctica, no estratégica.

    Segundo, en todo el Reino Unido han entendido perfectamente los términos del debate: el Reino Unido no va a experimentar ningún declive económico, ni será marginalizado, ni perderá acceso a los mercados europeos ni ninguna de las tonterías que se ventilan del estilo. Es más, un Reino Unido, entero o partido, fuera de la UE, seguirá diciendo mucho en la propia UE, como lo dice Suíza o Noruega (Islandia, por su peso, obviamente no). Esto lo sabe también todo el mundo. Muy probablemente a nivel económico el Reino Unido mejorará posiciones porque recuperará más herramientas.

    Ahora, lo que perderá y de calle es peso geopolítico en el mundo. Se convertirá efectivamente en algo como Suíza o Noruega, que no pinta una mierda (Noruega por ejemplo pone más pasta en organismos internacionales que los dos tercios del G-20, y ni siquiera la invitan). Pero es que esto está por ver que también sea una desventaja, porque es muy posible que culmine con el desplome y colapso del partido Tory, dado que vive de todos los pesebres atlantistas habidos y por haber (OTAN, mierda bancaria, proveedores del DoD, próximamente en suspensión de pagos, y demás morralla americanoide). Es más, incluso la escisión de Escocia favorecería esto, puesto que las islas tendrían dos votos en la UE y un voto fantasma cuyo peso sería mucho mayor que la mayoría de los miembros.

    Vamos, que está empezando a quedar claro que serán otro socio privilegiado más y tendrán margen de maniobra para derrumbar estructuras que son el verdadero problema.

    El problema por supuesto será qué va a pasar con la UE, sobre todo después de quedar clarísimo y epidérmico lo que es (como hoy el Padre Pablo y sus anatemas). Es más que probable que veamos salidas del mismo jaez (Finlandia, Suecia, ni siquiera es descartable la salida de los Países Bajos, un auténtico golpe mortal), con lo que parece que se va configurando que la UE o algo similar quedará como una mamarrachada estilo el antiguo Sacro Imperio, con cuatro o cinco velocidades y un pelotón de torpes que serán en la práctica un protectorado franco-alemán (el que no le guste: ahí está la puerta).

    Pero aquí nada, lo que es necesario subrayar es que mientras otros deciden su futuro, y lo hacen con más solidez y valentía que el habitual montón de mierda mediática, en este país se dedican al deporte del españoleo, desde el siglo XIX rajando chuminadas para que los Bertines en la sombra sigan haciendo lo que quieran, ahora con el Padre Pablo cuyo trabajo principal es contener los separatismos todo el tiempo que pueda, que al paso que va va a provocar cuatro o cinco nuevos.

    Por lo menos tomárselo a risa. Total, la peña tiene memoria de mosquito, dentro de diez años estaremos peor y otros no. Nada nuevo bajo el sol.

  8. Mr. Turdy dice:

    Joxe, en el Ulster el voto es mayoritario y posiblemente marque el máximo a favor de la UE de todo el RU. Por parte republicana, por razones tácticas, por parte unionista, estratégicas. Está claro que un Reino Unido fuera de la UE formalmente, con Escocia independiente, tendrá muy difícil p.ej. mantener su puesto en el Consejo de Seguridad como miembro permanente, por decir algo, y mantener la carga del Ulster como que no le importará ya una mierdecilla. En plata: que se jodan los unionistas.

    Otro efecto secundario será posibilemente la independencia de Gibraltar (y que quede como estado de la UE). España va a tener muy difícil incluso ventilar esa cosa llamada Utrecht para hacer valer no sé muy bien qué derechos sobre un territorio que no le pertenece desde que existe como tal y desde hace más de 300 años si la consideramos sucesora de otras cosas (de hecho, Gibraltar ha sido británico más tiempo que cualquier otra cosa). No creo que nadie en la UE apoye a España en un intento de anexión del territorio y hay que tener en cuenta que las veleidades británicas de acotar los independentismos llanitos empezaban y terminaban en la base militar que con un Brexit habrán perdido todo el sentido (igual que los Trident). El impacto que esto tendrá en el nacionalismo español también habrá que verlo. En cualquier caso, España como proyecto esta vez no le veo suficiente fortaleza ni inercia siquiera para enfrentarse a los cambios tsunámicos que vienen en el horizonte.

  9. Lester dice:

    Parece que el votante a favor de la permanencia es más cosmopolita, tiene unos ingresos medios-altos y cierto nivel de estudios.

    ¿Qué nos dice eso?
    ¿Que es un voto de más calidad y mejor informados y saben que para UK es mejor permanecer en la UE?
    ¿O nos dice que permanecer en la UE es bueno para ellos aunque es malo para el resto y estos últimos hacen bien en apoyar el Brexit?

    Es fascinante el estudio de las opiniones y las estadísticas, pero me da la misma sensación de los análisis de bolsa que miran tendencias, rebotes, rumores, expectativas etc, pero no importa nada la situación económica de la empresa, ni saben a qué se dedica, ni siquiera su nombre, basta con las gráficas.

    Cuando hay una votación, el para qué no cuenta nada. Se analiza que grupos social va a vota qué, según estudios anteriores y encuestas, pero ya no importa a qué se vota. Es irrelevante que se un disparate o no.

    ¿No hay análisis de que es más razonable? Para qué no, ya no interesa, es una pérdida de tiempo para diletantes. Parece que la conclusión es el cinismo total. No importa que es lo razonable, si se va a unas votaciones lo que cuenta qué grupos sociales opinan qué. Y el que mejor lo analiza, adivina los impulsos ocultos de cada grupo, ese gana.

    En fin. Ese es el mundo al que vamos, o mejor dicho, donde ya estamos. Supongo que siguiendo la metáfora de Matrix, es mejor tomarse la pastilla roja aunque la realidad sea desagradable.

    • EB dice:

      Salvo situaciones en que los referéndums están previstos como mecanismo normal para resolver algunas cuestiones, los referéndums son un instrumento que o el gobierno o la oposición usan como medio para conseguir apoyo para otros propósitos que tienen que ver en el caso del gobierno con mantenerse (quizás perpetuarse) en el poder y en el caso de la oposición con acceder al poder. Es decir, para los líderes de los movimientos enfrentados en esos referéndums lo que importa es las consecuencias del resultado.

      El referéndum Brexit es un caso especial porque es como el punto final a un gran debate iniciado 50 años atrás y que luego del Tratado de Maastricht se intensificó mucho. Si la mayoría vota por salir de UE, la salida tendrá consecuencias para GB pero también para el resto de UE, aunque estas consecuencias dependerán mucho de cómo se negocie la salida. Siendo un caso especial, no quita que los partidos políticos (o facciones internas de los partidos principales) quieran usar el referéndum para mantenerse en el poder o para acceder al poder. Mi impresión es que los mensajes de los líderes de los partidos o facciones cada vez reflejan más ese uso instrumental del referéndum porque no pueden cambiar sus posiciones sobre el tema central, posiciones que se fueron generando por muchos años. Este uso instrumental puede determinar el voto de los votantes que seguían neutrales o indiferentes hasta el momento en que se anunció el referéndum para el 23J.

  10. Lester dice:

    ¿Las consecuencias serán buenas o malas para UK?. ¿Y para el resto de la UE? ¿Para unos sectores serán buenas y para otros malas? ¿Serán buenas o malas a corto plazo ¿Y a largo plazo?

    ¿No tienes ninguna opinión al respecto? ¿Berta Barber no tiene ninguna opinión al respecto?

    Más bien parace que las consecuencias, buenas o malas es simplemente el macguffin, lo verdaderamente interesante es el análisis de lo movimientos de votos y grupos de población.

    • Berta Barbet dice:

      La serie consta de 10 artículos, ya llegaremos a los que discutan las consecuencias del voto para el Reino Unido y para la UE en general. Aunque evidentemente intentaremos que no sean opiniones si no análisis de los elementos que están en juego y sus posibles consecuencias.

      Gracias por el comentario.

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