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Programas electorales y mercado laboral: los consensos emergentes

13 Dic, 2015 - - @jorgegalindo

No descubro nada si empiezo esta nota afirmando que el mercado laboral acumula algunos de los problemas más urgentes, importantes y sangrantes de nuestro país. Como consecuencia, su regulación se ha convertido en uno de los temas centrales en esta campaña, bastante más llena de propuestas de lo que ha sido habitual en España. Es éste un efecto normal ante la combinación de una profundísima crisis en términos de empleo y crecimiento y el surgimiento de nuevas opciones de voto, que al cambiar el eje del debate fuerzan a las viejas formaciones a entrar en el juego propositivo. Y pese a que en muchos (y cruciales) aspectos los partidos no hacen sino divergir en sus propuestas, en otros campos existe un cierto consenso emergente, al menos entre tres de cuatro fuerzas (distintas en cada caso) que permite ser relativamente optimistas respecto al futuro. Hay tres que me parecen particularmente relevantes.

Derechos portables: fondo de capitalización o ‘mochila austríaca’

La llamada ‘mochila austríaca’ no es sino una nueva forma de seguro de desempleo, copiada de la reforma que hizo Austria en 2003. En este país los empresarios pagan un cierto porcentaje del salario del trabajador a una caja individual gestionada por el Estado. Esta caja corresponde al empleado, y solo a él, y se irá con él allá donde vaya. Podrá recibirla (en pagos fraccionados) cuando se quede en paro, o podrá acumular la aportación de todos sus empleadores hasta que se retire, y gastarla como jubilación.

Al menos tres de los cuatro principales partidos tienen una propuesta explícita en esta línea.

PP: Analizaremos en el marco del diálogo social y el debate parlamentario, las alternativas para la intro- ducción de mecanismos que permitan reducir la dualidad de nuestro mercado laboral, en particular la constitución de un Fondo de capitalización para los trabajadores, al estilo del conocido como “sistema austríaco”, mantenido a lo largo de su vida laboral, que se haga efectivo en los supuestos de despido, de movilidad geográfica, de desarrollo de actividades de formación o en el momento de su jubilación.

C’s: Se constituirá un Seguro contra el Despido mediante aportaciones empresariales a cada trabajador de un 1% de su salario. Se podrá disponer de él en caso de despido o en la jubilación.

Podemos: Desarrollaremos un seguro de desempleo común que complemente los sistemas nacionales y que, en caso de crisis, actúe de estabilizador automático, además de garantizar la «portabilidad de los derechos» de los trabajadores europeos.

Pese a que Podemos no habla explícitamente de una ‘mochila austríaca’ y su propuesta parece referirse más a modificar el actual seguro de desempleo, resulta difícil imaginar qué aspecto tendría esa «portabilidad de derechos» a lo largo y ancho de Europa si no fuese precisamente con un sistema de tipo ‘mochila’. En todo caso, la dimensión continental hace particularmente interesante la propuesta de Podemos, sobre todo porque Ciudadanos y PSOE también contemplan integración en este sentido. Un seguro de desempleo europeo constituiría un primer e importante paso en la tan necesitada integración fiscal y política de los miembros de la UE. Además, incrementaría la protección de los migrantes y facilitaría mucho la movilidad laboral entre países Schengen.

Respecto al PSOE, aunque no incluye explícitamente la idea de ‘mochila austríaca’ en su programa para el 20D, el partido ya la ha considerado seriamente con anterioridad cuando ha estado en el poder, lo que hace sospechar, al menos, que no es una idea que rechazaría de plano.

Servicios de empleo más eficaces

Siendo generosos, los servicios de empleo en España no funcionan todo lo bien que deberían. Lo cierto es que necesidad de mejora es patente, y parece que la mayoría de partidos empiezan a comprender no solo la importancia sino también la urgencia del asunto, si bien en grados distintos.

PP: Impulsaremos el tratamiento personalizado ajustado a las necesidades del desempleado, desarrollan- do un sistema de perfiles individuales que permita conocer las necesidades de cada demandante de empleo

C’s: Servicio de búsqueda de empleo y orientación individualizada más eficiente, (incluyendo) la elaboración de perfiles de cada parado con modelos estadísticos que predigan las mejores opciones para ellos en función de sus características individuales. [Poner en marcha un] sistema de auditorías aleatorias para evitar fraude [en los cursos de formación].

PSOE: Duplicar las inversiones destinadas a las políticas activas de empleo, exigiendo una evaluación de la eficacia de las mismas. Elaborar un Plan Estratégico 2016-2025 que incluya, entre otros aspectos, el cambio de modelo de atención a las personas en situación de desempleo, una correcta articulación de las relaciones entre el servicio estatal y los autonómicos, mayor financiación, mejorar la vinculación entre políticas activas y pasivas, sana colaboración con entidades privadas y digitalización (…) Cada persona desempleada tendrá una atención única e integral, en la que se realizará un seguimiento de su caso desde el primer momento: se le reconocerán las prestaciones que le correspondan por la Seguridad Social y se iniciará el itinerario personalizado de inserción de forma simultánea, activándose la orientación y formación profesional, según sea el caso.

Mientras el PSOE apuesta más claramente por aumentar la inversión, C’s pone el acento en la reforma estructural, pero, por descontado, ambas medidas son complementarias. Cabe aclarar también que el énfasis en los programas de C’s y PSOE es considerablemente mayor que en el del PP, que ha tenido una legislatura para avanzar pero se ha quedado un poco a medias en este frente, a pesar de avanzar en la dirección adecuada en lo que a evaluar centros y políticas se refiere.

Conciliación y baja por paternidad/maternidad

La conciliación entre la vida laboral y privada ha sido un tema presente en el debate público de los últimos meses. Nosotros hemos contribuido en la medida de nuestras posibilidades dentro del ciclo sobre género, infancia y desigualdad. Pero la verdad es que si en algún frente la sociedad civil (¡y la academia!) ha sido activa ha sido en este, presionando a los partidos para que vayan entrando en el juego de propuestas para mejorar la conciliación como aspecto clave para reducir la desigualdad laboral entre hombres y mujeres. Al menos tres de las cuatro principales formaciones han entrado al trapo, y no precisamente con timidez.

C’s: Igualar la baja por paternidad a la de maternidad, con carácter intransferible, acerándonos al modelo nórdico. Proponemos una baja de 26 semanas, de las cuales 8 estarían reservadas para cada progenitor y las 10 restrantes podrían ser compartidas. Proveer incentivos y negociar en negociación colectiva para que las empresas que tengan facilidad ofrezcan servicios de guardería en la misma emprsa.

PSOE: Levantar la suspensión que hoy sufre el permiso de paternidad pasando de 2 a 4 semanas y, progresivamente, hacer coincidir su duración con la del permiso de maternidad, además de configurarlo como obligatorio e intransferible.

Podemos: Caminaremos hacia la igualdad de género en el mercado de trabajo con la reforma del sistema de permisos por nacimiento o adopción, y con el establecimiento de un calendario que aumente el actual permiso de paternidad hasta igualarlo con el de maternidad. Para garantizar la igualdad efectiva de derechos, el permiso debe ser: igual para cada persona progenitora e intransferible, como todos los demás derechos laborales y sociales; pagado al 100 % del salario; con igual protección del puesto de trabajo durante el ejercicio de los derechos de maternidad y paternidad.

En paralelo, la cuestión de la reforma horaria ha estado sobre la mesa, impulsada desde fuera de los partidos, siendo quizá Ciudadanos quizás quien ha recogido este guante con mayor vehemencia.

El PP, por su parte, se mantiene en un esquema más bien familiarista del estado de bienestar, hasta el punto de que incluye en su programa actual beneficios para las familias numerosas. Pero ya hay voces dentro del partido que están teniendo en cuenta la necesidad de avanzar en conciliación.

Por qué estos y no otros

Huelga decir (para no pecar de ingenuo) que hay una distancia importante entre lo que se pone en un programa y lo que después se hace en el poder. Sin embargo, he escogido temas que no son precisamente «fondo de armario», sino que son relativamente nuevos y además aparecen en el debate público, forzando a los partidos a tomar un compromiso que va más allá de un PDF colgado en su web.

Una vez incluido el necesario y sano escepticismo, una pregunta interesante a plantearse es qué ha llevado al consenso en estos puntos y mantiene el disenso en otros, notablemente en las soluciones posibles para la precariedad y la excesiva temporalidad, donde la discrepancia no podría ser mayor. No parece factible que esta diferencia se dé por una asimetría de información. El menú de soluciones contra la dualidad está bastante claro, y al alcance de cualquier partido para escoger la alternativa que desee. Más incluso que el de los problemas de conciliación, seguro de desempleo o políticas de apoyo a la búsqueda de empleo. El desacuerdo (o acuerdo) es más profundo, va más allá del mundo de las ideas y hunde sus raíces en los intereses de los electores.

Así, en el caso de la conciliación, está más o menos claro que las mujeres que trabajan son un colectivo en principio favorable al cambio, especialmente aquellas que se enfrentan a carreras más accidentadas y donde una pérdida del ritmo laboral por unos meses podría suponer un gran empeoramiento laboral en el largo plazo, y por tanto podrían beneficiarse en mayor medida de una red de seguridad. Por contra, dejando de lado cuestiones normativas (como la simple preferencia por igualdad) la mayoría de hombres no tiene demasiadas razones, en principio, para pagar impuestos o contribuciones sociales por algo de lo que no se va a beneficiar… o tal vez sí. No resulta descabellado hipotetizar que a medida que cambian las estructuras tradicionales de familia y la distribución del trabajo doméstico se hace más equitativa, y a medida que avanzan nuevas formas de hogar donde la flexibilidad con seguridad asociada es más importante para todos los sexos, habrá más hombres interesados en disponer de bajas de paternidad intransferibles, guarderías o educación infantil, adaptar los horarios laborales mejor a la vida personal, etcétera. Es posible que este efecto se haya acentuado con la crisis: entre el tercer trimestre de 2008 y el mismo de 2013 el número de hombres ocupados que eran la persona de referencia (por ingresos) en sus hogares bajó de 6.171.000 a 5.282.000. Por contra, las mujeres en la misma situación aumentaron ligeramente de 3.245.000 a 3.370.000, incrementando su peso relativo en la ecuación. Otro aspecto a tener en cuenta es la necesidad patente de incrementar la natalidad para garantizar la sostenibilidad de nuestro sistema de bienestar. Y, desde luego, es más fácil vender conciliación que ajuste de las pensiones.

La cuestión de los servicios públicos de empleo es aún más sencilla de entender si se tiene en cuenta simplemente que el número de parados, sobre todo los de larga duración, se ha multiplicado durante la crisis. También lo ha hecho el riesgo de desempleo, y probablemente de precariedad (carreras inciertas con largas pausas en el paro entre trabajo y trabajo), haciendo más interesante tener mejores políticas activas. Lo mismo puede decirse del seguro de desempleo ‘portable’: carreras laborales más flexibles e inciertas hacen este modelo más interesante, pero no sabemos todavía si este es un efecto de la salida de la crisis y dentro de siete años estaremos todos suspirando de nuevo por el «me han hecho fijo» como en 2005. Además, resulta difícil ver cómo y por qué las empresas aceptarán un incremento neto de los costes laborales en forma de contribuciones. De momento, lo único que está claro es que algo está cambiando. Si se trata solo de una ventana de oportunidad que se abre y tal vez vuelva a cerrarse en un tiempo, sería un error desaprovecharla.


3 comentarios

  1. EB dice:

    Como en muchos otros países, en España la regulación para proteger a los trabajadores dependientes fue generosa durante el período de expansión de la demanda por trabajo dependiente. Luego vino la crisis y la regulación intentó proteger a los que pudieron mantener su trabajo. Más recientemente, la perspectiva de un leve aumento en la demanda ha motivado intentos de más regulación para proteger a los que tienen trabajo o para facilitarles la movilidad sin perder beneficios. Todos estos intentos poco o nada beneficiarán a los parados y tampoco facilitarán la movilidad de los trabajadores o mejorarán su protección.

    El problema crítico es el bajo (quizás nulo) crecimiento esperado de la demanda por trabajo dependiente. Sólo un aumento fuerte de esta demanda que implique una fuerte competencia por trabajadores podría tener beneficios para todos, pero ese aumento es poco probable porque requeriría o mucha suerte (un número extraordinario de extranjeros deciden hacer turismo de lujo en España cada año) o cambios radicales en la política económica (algo que ningún partido tiene previsto).

  2. Epicureo dice:

    La mochila austriaca no es un «seguro de desempleo portable», es una cuenta de ahorro obligatorio con aportaciones empresariales que (en Austria) sustituye a la indemnización por despido, pero NO a la prestación (que proporciona el seguro de desempleo), ni al subsidio de desempleo. Cuidado con mezclar las cosas.

  3. M. Oquendo dice:

    El sistema que se llama en Europa «Austríaco» es realmente Brasileño y opera también en algún otro país de América como Colombia. Seguro que se me olvida alguno pero esos dos los conozco en directo desde los años 70.

    Los europeos hace mucho tiempo que dejamos de estar a la vanguardia de bastantes cosas importantes pero pretendemos que no es así.

    Por otra parte el comentario de EB, como de costumbre, va bastante al grano de una cuestión que en España se ha tratado poco y muy discretamente por el estamento académico: ¿Por qué no hay trabajo?

    ¿Alguien podría intentar responder a algo tan fundamental? ¿Por qué no nos ponemos a ello?

    Mientras los que lo tienen claro no se pronuncien alto y fuerte sobre esta cuestión –que los Políticos también evitan–, seguiremos Mareando la Perdiz con Burbujas y Falsas Propuestas para Administrar Miseria.

    Un saludo cordial

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