Internacional

Los republicanos buscan a su líder

9 Oct, 2015 - - @egocrata

El otro día hablaba de las otras elecciones dentro del partido republicano, y la votación para designar un nuevo Speaker en la cámara de representantes. Contaba como esta votación para escoger al segundo hombre más importante del país era un síntoma de las divisiones internas del partido republicano y el cada vez más tenue liderazgo de las élites moderadas de la formación. Pronosticaba algunos fuegos artificiales dispersos, con el ala conservadora haciendo ruido, y una pelea interna desagradable.

La votación dentro del grupo parlamentario era hoy, al menos en teoría. Lo que no me esperaba (de hecho, lo que nadie se esperaba) es que los republicanos se las apañaran para hacer el ridículo de esta manera.

Este mediodía el candidato del establishment y gran favorito Kevin McCarthy, en una reunión a puerta cerrada, anunciaba que retiraba su candidatura para Speaker. Lo hacía sin dar su apoyo a otro candidato, o ni siquiera dar una explicación más allá de admitir que no tenía votos suficientes en el grupo para liderar el partido. La reacción del partido ha sido histérica, casi literalmente; por el Capitolio hoy se veían varios representantes llorando ante la noticia. John Boehner, el Speaker saliente, se ha apresurado a cancelar la votación, mientras el resto del partido intentaba comprender qué demonios iban a hacer ahora.

Varios factores han contribuido a la caída de McCarthy, algunos más serios que otros. El martes ya hablé sobre su pifia hablando de los comités que investigan a Hillary Clinton. El miércoles un grupo de 40 legisladores del ala más conservadora del partido (con el modesto nombre de «freedom caucus») anunciaban que iban a votar en bloque por otro candidato, Daniel Webster. Jason Chaffetz, su otro rival, parecía tener también sus apoyos. Para acabarlo de rematar, esta semana alguien había empezado a circular el rumor que McCarthy estaba metido en un affaire extramatrimonial con una compañera de partido.

Aunque nadie dudaba que McCarthy fuera capaz de ganar la mayoría de los votos entre los 247 representantes del GOP, la incógnita era saber lo lejos que iba a quedarse de 218, los votos necesarios para ser votado Speaker por el pleno de la cámara. Ahora parece claro que McCarthy iba a tener el apoyo de menos de 200 compañeros de partido, con lo que sólo podía ser escogido con la ayuda de la minoría demócrata. Para evitar esta humillación ha preferido retirarse, mascullando entre dientes sobre la decadencia del GOP y como ahora sí que han tocado fondo mientras se iba a casa.

El problema para los republicanos ahora es decidir a quién narices deben nominar. El partido está en la delirante posición de tener una ala derecha capaz de torpedear la candidatura de cualquier moderado, pero incapaz de nominar una alternativa viable que pueda ganar una votación. En teoría el sector centrista del partido podría enviar a paseo a los tea partiers y tirar de votos demócratas para imponerse; a la práctica, eso les obligaría a comerse un carro de concesiones tal para alcanzar un acuerdo que acabaría por destruir el partido desde dentro, con decenas de primarias para purgar a los traidores. Todo el partido republicano en pleno, desde los contertulios de Fox News hasta el último staffer del Congreso, se ha pasado la tarde intentando diseñar un plan, el que sea, para salir de este embrollo.

La solución más obvia es buscar un candidato que sea aceptable tanto para los moderados como para el ala dura del partido: léase, Paul Ryan. El representante de Wisconsin tiene unas impecables credenciales conservadoras (es el autor de uno de los proyectos presupuestarios más draconianos que se recuerdan), tiene fama de inteligente y es lo suficiente respetado por el establishment como para ser candidato a vicepresidente con Romney el 2012.

Lo divertido, sin embargo, es que es Ryan es lo suficiente listo como para darse cuenta que aceptar el cargo de Speaker es como presentarse voluntario para un potro de torturas. Boehner está abandonando el puesto porque está hasta las narices que los chalados del tea party le hagan la vida imposible. El pobre tipo ha pasado de ser un político respetado por las bases del partido a ser tildado de traidor pusilánime todo el santo día en los medios conservadores. Por mucho que todo el partido, casi sin excepción, le está suplicando  a Ryan que se presente como candidato, su reacción hasta ahora ha sido la de callar y quedarse quieto. El cargo de Speaker es, casi inevitablemente, la última parada en una carrera política, ya que nadie sobrevive con su reputación intacta. Ryan es joven y aspira a ser presidente algún día, así que no está para suicidarse dirigiendo el manicomio que es el GOP en la era Obama.

Más allá de Paul Ryan, el partido no parece tener demasiadas salidas. Una solución deprimente pero factible es que la pesadilla de John Boehner se alargue y siga siendo el Speaker hasta las próximas elecciones. Irónicamente, eso le colocaría en una posición de fuerza respecto al sector conservador del partido, ya que no tienen los votos para echarle, y podría ignorar sus alaridos cada vez que llega a cualquier acuerdo con Obama o los demócratas. El espectáculo de tener el líder de un partido político anunciar que dimite sólo para verse forzado a seguir cuando sus compañeros son incapaces de encontrar un substituto sería bastante lamentable, pero la mayoría de votantes no le prestan demasiada atención a estas cosas.

Finalmente, siempre queda la posibilidad de escoger como Speaker a un candidato no salido de la cámara de representantes. La constitución permite que el legislativo escoja como su líder a alguien de fuera del Congreso, así que el GOP siempre podría escoger a algún pobre diablo para ocupar el puesto. Algunos medios conservadores han sugerido el nombre de Mitt Romney, mientras que algún demócrata cachondo ha lanzado el nombre de Donald Trump. Esta sería una maniobra tan extraña y fuera de lo común que me parece poco factible, pero quién sabe.

Lo más probable será que en los próximos días los moderados del partido o bien convenzan a Paul Ryan, o bien se resignen a aceptar un tea partier que al menos parezca cuerdo para el cargo de speaker, cruzando los dedos para que responda como hizo Boehner a las responsabilidades del cargo y se modere un poco. No me sorprendería, sin embargo, que Boehner acabe siguiendo en el cargo, más que nada porque ayer todo el mundo parecía lo suficiente asustado como para no liarla más.

Por encima de todo, es muy importante recordar que estas batallas internas no son sólo una cuestión política. El Congreso tiene, de aquí a final de año, un puñado de votaciones cruciales para la economía de Estados Unidos. Esto incluye el fondo de infraestructuras (que se queda sin dinero este mes), mantener abierto el gobierno federal (diciembre) y por encima de todo deben subir el techo de la deuda antes del cinco de noviembre. Recordad, no hacerlo quiere decir que el gobierno federal americano impaga su deuda, creando un pollo monumental en los mercados financieros de todo el mundo. El tea party lleva años flirteando con la idea para forzar recortes de gasto (sí, están locos de remate), así que tener una batalla para decidir quién controla la agenda en la cámara de representante precisamente ahora es una idea terrible.

Lo que parece claro es que la guerra civil dentro del partido republicano es real, y está haciendo imposible que gobiernen el país de forma efectiva. La surrealista campaña de primarias en las presidenciales (donde tres outsiders, Trump, Carson y Fiorina, lideran las encuestas) no es un accidente – el GOP está peligrosamente fragmentado ahora mismo, y las élites del partido no parecen capaces de ofrecer una solución.

Al menos están dando espectáculo, vaya.


12 comentarios

  1. José Manuel dice:

    Joder, lo que molaría que terminase Pelosi de speaker.

  2. Argos dice:

    Lo que yo me pregunto es: ¿qué necesidad hay de inventarse los hechos?. Se supone que esto es una página de análisis político. El análisis es ya dificil por sí, ¿no resulta incluso aun más dificil si uno se inventa lo que pasa?

    En la cita de la pifia de Kevin McCarthy sobre el asunto Benghazi se dice, literalmente

    «En una entrevista en Fox News, el hombre dijo en voz alta que el comité para investigar los ataques en Bengazi (si no os acordáis, no os preocupéis – es un escándalo ficticio que el GOP anda persiguiendo) había cumplido su cometido de hacer daño a Hillary Clinton en las encuestas. »

    Lo que dijo, textualmente, fue

    «And let me give you one example. Everybody thought Hillary Clinton was unbeatable, right? But we put together a Benghazi special committee, a select committee. What are her numbers today? Her numbers are dropping. Why? Because she’s un-trustable. But no one would have known any of that had happened had we not fought and made that happen.»

    Es decir, lo que dice es «el comite se pone con el objetivo de que se supiera que pasó realmente que pasó en Benghazi, a consecuencia de ello Hillary es considerada no digna de confianza, y a consecuencia de ello tiene una pérdida en las encuestas, cuando antes parecía imbatible».

    Eso es completamente diferente de «el comite se pone con el objetivo de hacer daño a Hillary».

    Un poco de seriedad, por favor. Una cosa es que el artículo tome partido a la hora de hacer el análisis, pero los hechos al menos deberían intentar ser correctos.

    • Navarta dice:

      Y que mas da lo que dijera literalmente, lo importante es lo que todos los comentaristas polticos entendieron.

      • Argos dice:

        Cierto. Siento haber recordado momentaneamente esa cosa tan molesta que es la realidad. Ha sido un lapsus.

        Ahora volvamos a lo que los comentaristas políticos dicen, que es lo que cuenta.

        • Epicureo dice:

          Porque la realidad es lo que dicen los políticos, que, como usted sabe, nunca mienten y siempre revelan abiertamente sus intenciones. El análisis político debe limitarse al análisis sintáctico de sus declaraciones, para asegurar que las entendemos.

          • Argos dice:

            Cierto, los políticos mienten. Así que, ¿por que no pueden mentir también quienes informan sobre ellos?. Mira que echar en cara que una información sea factualmente falsa. Que cosas tengo, ¿eh?.

            En cualquier caso, veo que las teorías sobre la información política de Marhuenda han sentado cátedra en España.

            • Pescador dice:

              Hombre, Argos, si vamos a habla de todo, vamos a hablar de todo…la traducción – más o menos- empieza por un «Hillary era invulnerable, pero NOSOTROS formamos un comite especial por los de Benghazi, un comite escogido y ahora sus números, perspectivas estan cayendo…¿Por que? Porque es no-confiable ( ahora denle matices tipo «ha perdido credibilidad», «no es digna de confianza» , «la gente no cree en ella»)

              Pues esto, en castellano, es mostrarse orgulloso – quizá deba estarlo, no sé,- de haber dañado a Hillary politicamente y por vías indirectas

              • Argos dice:

                Sentirse orgulloso de que algo te haya dado una ventaja política que consideras honesta no es lo mismo que decir que el objetivo primero era conseguir una ventaja política.

                Es muy posible que Carmena se sienta orgullosa de que la preocupación por los desahuciados la haya ayudado a llegar a alcaldesa. ¿Que tal si La Razón dijera que Carmena se preocupó de los desahuciados PARA así poder aposentar las posaderas en el sillón de la alcaldía?

                Sonaría manipulivo. Porque sería manipulativo.

                • Javi dice:

                  Pero no dice Roger que lo de Bengazhi es una polémica ficticia? Porque lo de los deshaucios desde luego que no es ficticio, así que no sería lo mismo, no?
                  Sería más parecido a lo de los twits de Zapata, lo de Venezuela, lo de Irán, lo de Errejón, etc… Tiene pinta de que lo tiros van más por ahí, no?

                • Pescador dice:

                  Hombre, el equivalente sería que Carmena creara un comite para investigar a Esperanza por su incidente de tráfico ( y más), un comite escogido y….sacar una ventaja honesta.

                  Oye, que entre Argos y el comentarista americano, creo que no tengo duda. Si a él – no sé si a más- le parece que el caballero esta usando comites con intereses espúreos…

  3. Enrique dice:

    Hola: lamento disentir en lo de la traducción. Me temo que Argos no acaba de entender.
    No se discute la sustancia de qué pasó en Bengasi o si H. Clinton es una mentirosa o no.
    Las dos primeras frases de ese párrafo dejan meridianamente claro que el objetivo de ese Comité era dañar políticamente a Clinton, y hacer que sus popularidad en las encuestas bajara, de lo que se congratula. Estudiar lo ocurrido en Bengasi era solo un medio para ese fin.

    En ninguna parte de ese párrafo aparece en inglés lo que Argos pone en castellano «el comite se pone con el objetivo de que se supiera que pasó realmente que pasó en Benghazi». No, lo que dice literalmente es que se pensaba que Clinton era imbatible en las encuestas, ellos montaron el comité y sus resultados en las encuestas cayeron.

    Reconocer eso es un error político, independientemente de si luego se encuentra algo o no en la investigación.

  4. […] Una nota rápida sobre las otras elecciones dentro del partido republicano estos días, la inusualmente divertida elección de un nuevo Speaker de la cámara de representantes de la que hablamos hace unos días. […]

Comments are closed.