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Lecturas para el verano

3 Ago, 2015 - - @jorgegalindo

Llega agosto, y con él la habitual bajada del ritmo del debate. Nosotros, como todos los años, también nos lo tomaremos con más calma durante el mes que entra. No dejaremos de escribir, pero sí lo haremos con mucha menos regularidad. A cambio, dejamos aquí unas cuantas recomendaciones de libros, para el verano o para cualquier otro momento del año. ¡Buen verano!

Codes of the street, Elijah Anderson. Describe la vida en el gueto de Philadelphia, cómo la exclusión económica se refuerza con y se sostiene en universos conceptuales, rutinas, modelos de éxito y normas sociales que la traducen en exclusión social.

Saul Kripke, de John P. Burgess. Hace medio siglo Saul Kripke revolucionó en sus conferencias de Princeton la forma en la que los filósofos analíticos piensan en la relación entre lo a priori/a posteriori, lo contingente/necesario, analítico/sintético. Burgess logra contar esta historia de una forma accesible para el lector, prescindiendo de notación formal, en un tono fluido e incluso a veces humorístico.

Corrupción y Política, Javier Pradera. Publicado dos décadas después de que fuese escrito en 1994, detalla la creación de incentivos perversos a la corrupción que generó el sistema de partidos diseñado en los años 80s. Huyendo de explicaciones culturales, el autor propone una democratización de los partidos políticos y una revisión de sus criterios de financiación pública. Veinte años después, sólo con cambiar el nombre de algunos políticos y casos de corrupción, parecería estar leyendo un ensayo sobre la actualidad política española.

La idea de Europa, George Steiner. Transcripción de un discurso que Steiner dio en Tilburg en 2004, en el que, en menos de 50 páginas, describe aquello que para él define y une a Europa en términos sociales y culturales. Cinco axiomas: los cafés, los paisajes a escala humana, las calles con nombres, la doble ascendencia en Atenas y Jerusalén y el miedo al crepúsculo hegeliano. En palabras del propio autor, «mientras haya cafés, la «idea de Europa» tendrá contenido».

El día de la lechuza, Leonardo Sciascia. Se trata de una de las primeras (si no la primera) novela sobre la mafia siciliana. En poco más de cien páginas y con un tono costumbrista, Sciascia muestra a través de un asesinato en un pueblo prácticamente todos los elementos que después Gambetta y otros investigadores recogerán respecto al funcionamiento de la mafia: su «utilidad» social, sus mecanismos de defensa, su uso del silencio y del victimismo, su capacidad de organizar la economía.

Castellio contra Calvino, Stefan Zweig. La Reforma de la Iglesia trajo considerables avances a la Europa de principios del XVI. A menudo se resalta la apertura que supuso para la cultura europea, unida al efecto de la imprenta, los efectos que esto pudo tener en el desarrollo intelectual e incluso económico (véase La ética protestante de Weber). Pero las nuevas formas de cristianismo no dejaban de traer una interpretación pretendidamente única del mundo, y por tanto incompatibles con nada que se parezca a un mundo ideológicamente diverso. En algunos casos de manera extrema, como en la Ginebra de Calvino que retrata el libro.

The Haves and the Have Nots, de Branko Milanovic. Un conjunto de textos breves e independientes sobre la desigualdad dentro de los países, entre países y a nivel global. Un viaje desde la desigualdad en el antiguo imperio Romano al de la China actual, pasando por el París del siglo XIII, la desigualdad en las novelas decimonónicas o historias de familia en tres generaciones Obama. Más allá de las anécdotas el enfoque es riguroso y basado en evidencias. El tono es divulgativo, pero no superficial. Ideal para el verano.

Blitz, de David Trueba. Una novela breve, fresca, divertida y fácil de leer sobre la belleza, los congresos, la edad, el amor, el sexo, los jardines, la crisis, el tiempo… y la felicidad. Una historia sencilla, con paisajes muy bien trazados. Muy de y para estos tiempos.

Crónicas de Paname. José María Patiño. En esta entretenida lectura de verano el antiguo corresponsal de la SER en París desgrana con mucho humor su experiencia en la capital francesa. El libro mezcla con mucho acierto episodios auto-biográficos, que harán que cualquiera que haya vivido en París se sienta identificado, con intensos y enredados episodios de la política francesa. El libro es una ventana amena a los intríngulis del sistema político francés, la colaboración anti-terrorista con España o los debates sobre la inmigración. Las cosas como son, después de leerlo se aprende a valorar con más indulgencia nuestro propio país.

Auge y Caída de las grandes potencias, Paul M. Kennedy. Este libro es un clásico de los estudios de relaciones internacionales. Su principal obsesión es extraer lecciones de las potencias que antecedieron a EEUU en su rol hegemónico mundial para intentar evitar su declive. En general su estudio se basa en la interacción entre estrategia y economía e incide en que EEUU debe conservar un equilibrio militar que le permita cumplir sus compromisos internacionales y apuntalar su dominio en las bases tecnológicas y económicas del poder. Un punto de partida interesante para sumergirse en la mentalidad de la escuela neo-realista de EEUU.

Empire: How Spain Became a World Power, 1492-1763 – de Henry Kamen. Un lúcido estudio del nacimiento y expansión del Imperio Español, bajo la tesis que ni realmente fue un proyecto imperial consciente, ni tampoco fue especialmente español o castellano. El imperio fue, en gran medida, fruto de un esfuerzo colectivo europeo, con todos los territorios de la corona y sus aliados invirtiendo recursos, y Castilla a menudo recibiendo sólo las sobras.

Napoleon – A life de Andrew Roberts . Biografías de Napoleón hay centenares, y en vista de la increíble vida del tipo, es casi imposible escribir una aburrida. La de Roberts es una de las más recientes, y está especialmente bien escrita. No sé si aporta gran cosa, pero el retrato que hace de Napoleón es fascinante. Por añadido, evita la tentación de muchos historiadores de obviar la narración de las batallas – Wagram, Essling, Leipzig, Jena y Waterloo se llevan largas descripciones.

Bismarck. A Life de Jonathan Steinberg y Karl Marx. A Nineteenth Century Life de Jonathan Sperber. Fue un poco una casualidad que leyese estas dos biografías juntas pero me alegro de que fuese así. Es fascinante ver el siglo XIX alemán a través de las vidas de dos de sus personajes centrales, con el morbo de que sean símbolos política y personalmente enfrentados. Sin embargo, me gustan como obras de biografía íntima, en el que las figuras de relevancia histórica no son simplemente un contenedor contingente de una construcción teórica cerrada e inevitable como suele parecer en la historia intelectual y política, sino que son también son ellas mismas productos históricos y a veces accidentales. Bismarck, el arquitecto de la política de «Sangre y Hierro» («las grandes cuestiones de hoy en día no se decidirán a través de discursos o decisiones de la mayoría, sino con sangre y hierro») se nos aparece como una persona insegura marcada por complejos y pasiones frustradas, de inmensa pero desorientada ambición. Marx, el intelectual del socialismo científico, pasa a tener una vida doméstica, en la que amigos, enemigos y avatares personales afectan su forma de ver el mundo y su estrategia como activista político.

De animales a dioses. Yuval Noah Harari. Una historia del Homo sapiens, desde su aparición hace 200.000 años. Se divide en cuatro partes: la aparición sobre la Tierra del género Homo, la revolución agrícola, los grandes imperios mundiales y la revolución científica de los últimos 500 años. Especialmente la primera mitad es estupenda. Harari tiene un estilo directo y sulibro se lee casi como una novela. Todos los capítulos son interesantes y en todos encuentras ideas sugerentes. Por ejemplo, uno de sus ideas centrales es lo que Harari considera el «arma secreta» de nuestra especie, aquello que nos permitió superar la evolución biológica, y para bien o para mal, dominar el mundo. Su propuesta es que esa ventaja no nos la dio el lenguaje, o no exactamente, sino nuestra capacidad para el autoengaño colectivo: «un gran número de extraños puede cooperar con éxito si creen en mitos comunes».

Nueva Gramática Finlandesa (New Finnish Grammar), de Diego Marani. No todos los días se encuentra uno con una novela escrita por un funcionario de la Comisión Europea con una portada tan horrorosa y un título tan intrigante. Durante la Segunda Guerra Mundial, un médico intenta devolver la memoria y el habla a un marinero encontrado inconsciente en el puerto de Trieste con uniforme finlandés. El médico tiene la esperanza de que la exposición a su lengua natal le haga recobrar su pasado, para lo cual le envía a la Helsinki de la Guerra de Invierno. Entre bombardeos y las decenas de declinaciones gramaticales del idioma finlandés, Sampo Karjalainen intenta encontrar signos de su antigua vida.

Law’s order : what economics has to do with law and why it matters de David D. Friedman. Sencillo y divulgativo, es una excelente (aunque polémica) introducción al análisis económico del Derecho. La tesis de Friedman es que el sistema legal (específicamente la Common Law anglosajona) es un orden emergente, en el que aunque los jueces venales y los tribunales desinformados abundan, el conjunto del sistema avanza permanentemente hacia una especie de optimalidad institucional que minimiza los costes de transacción y la litigiosidad. Aunque la historia «whig» del Derecho no es mas plausible que la de cualquier otra área de la actividad humana, muchos elementos del sistema legal que parecen arbitrarios y meramente formalistas, son bajo la mirada de Friedman mucho más lógicos, y coherentes.  Lectura imprescindible (y asequible) tanto para el economista que cree que el Derecho no mas que un conjunto ininteligible de arbitrariedades abstrusamente redactadas, como para el jurista que cree que su trabajo es la hermenéutica de la mítica «voluntad del legislador».

The Socialist System: The Political Economy of Communism de Janos Kornai. El mayor experimento económico de la historia ha sido la gestión consciente y centralizada de una gran economía industrializada: el comunismo soviético. En 1991, Janos Kornai, un estadístico húngaro, y uno de los grandes expertos internacionales (en aquel momento) en la economía del Bloque Socialista, publicó esta obra monumental que ha quedado prácticamente como un balance final del comunismo como sistema económico.  Fundamentalmente Kornai describe una economía capaz de afrontar enormes proyectos, de movilizar recursos gigantescos, y de obtener a velocidades vertiginosas lo que otras sociedades necesitaban largos periodos para lograr, al precio de desconectar la economía de las necesidades de los consumidores. El libro es interesante para el estudioso de la economía soviética, pero también para el economista en general: buena parte de las patologías de la economía soviética existen en las economías capitalistas: la famosa «restricción presupuestaria blanda» (que hace que las mayores unidades económicas puedan ignorar las presiones monetarias con el apoyo del poder político), o la tendencia a la sobre-inversión en presencia de una economía politizada le resultaran curiosamente familiares al lector español.


14 comentarios

  1. Cucus dice:

    Hola!

    Gracias por todas las recomendaciones. Sin embargo me atrevo a pedir a ver si alguien de Politikon, editor o comentarista, me pudiese recomendar un libro con el cual seguir la temática de «Repensar la pobreza» (del que ya se hizo un post aquí): Pobreza y ensayos aleatorios.
    Si además puede ser desde un punto de vista más técnico, ya lo bordaís!

    ¡Muchas gracias!

  2. María Ramos dice:

    Cucus:
    En The Haves and the Have Nots (Milanovic), que lo nombramos arriba, se trata bastante el tema de la pobreza. Otro «clásico» es Why Nations Fail (Acemoglu y Robinson), desde un punto de vista más institucional. Ninguno es especialmente técnico, eso sí.

  3. Ana dice:

    Ni una sola autora entre las 17 lecturas recomendadas. Una sugerencia al editor: igual que si no se le ocurren títulos (de hombres) la lista no se publica, si no se le ocurren títulos de mujeres la lista tampoco debería publicarse. Por favor, update de esta lista pensando en que las mujeres existimos como autoras y como lectoras y que Politikon no debería fomentar la infrarepresentación que sufre la mitad de la población mundial. Gracias. Ana

    • heathcliff dice:

      Estoy ahora mismo en un jurado literario.

      Proclamo que, como norma general, las autoras noveles son muy malas.

      Dicho lo cual, insisto en que mi novela favorita de todos los tiempos es Cumbres Borrascosas.

      Y reclamo un cupo de autores barbudos, por cierto…

    • Iago dice:

      Vaya tela. La gente publicará lo que le dé la gana, tanto si le gusta como si no. Háganos usted recomendaciones y las leeremos gustosamente.

    • Wahrsagen dice:

      Es por eso que agradecemos que en lugar de ocupar una posición pasiva, Ana, en su lucha contra el patriarcado libreril Usted nos haya proporcionado una lista de valientes escritoras y sus libros que nos deslumbraran con su sabiduría impresa.

      Como Heathcliff, mi escritor preferido -y de largo- es … una escritora. Y ya que ha salido el tema de los primeros tiempos protestantes en Europa, recomiendo Opus Nigrum de Marguerite Yourcenar -traducido excelentemente por otra mujer, Emma Calatayud (ojala tradujera yo como ella)-.

      Para abrir boca esta frase -¡en una única frase!- que pasa del amor fraternal a la delación, inserto todo en la naturaleza de muchos movimientos populistas aún hoy.

      «Al amarse todos con riguroso amor, se ayudaban, se reprendían, se espiaban unos a los otros para advertirse de sus pecados;»

    • Manu Oquendo dice:

      Querida Ana:

      Como puede ver la lista está plagada de ensayo y libro académico. Poca narrativa.

      Hay algo que se aprende rápidamente de editor de libros.

      1. Las mujeres leen y compran 4 veces más novela de contenido emocional que los hombres.
      2. Los hombre que compran (en torno al 25% del número de mujeres que lo hacen) se centran en ensayo y en libro académico.
      Si compran novela eligen Ciencia ficción (rechazada por las mujeres) o Thrillers que tampoco son del gusto femenino.

      El editor –y el autor– que haga caso omiso de los datos anteriores se arruinará muchísimo antes de lo habitual en dos oficios que están normalmente destinados a la ruina pero que son bonitos.

      Dejemos que la naturaleza brote espontáneamente.

      Saludos

  4. Sobre el aspecto más específico de cómo acabar con la pobreza, el trabajo de Easterly (http://williameasterly.org/books/) es bastante instructivo, sobre todo en contraste con las perspectivas de Jeffrey Sachs (https://en.wikipedia.org/wiki/The_End_of_Poverty).

  5. cucus dice:

    Gracias a todos!

  6. Manu Oquendo dice:

    Un par de apuntes adicionales.

    En primer lugar, agradecer la lista a Jorge Galindo. He tomado nota de algunos títulos que no conocía.

    En segundo lugar, y para que Ana no se quede disgustadilla me permito sugerir una obra femenina única en su género y madre indudable de la narrativa histórica universal.

    Me refiero a Anna Comnena ( 1083-1153) hija de la emperatriz Irene y del Emperador Alexis.
    La obra es «La Alexíada» traducida del griego al inglés por otra gran mujer, Elizabeth Dowes en 1929 es una joya. Creo que hay versión española.

    En cualquier caso es una obra universal y de una belleza literaria inigualable.
    http://legacy.fordham.edu/Halsall/basis/AnnaComnena-Alexiad.asp

    Saludos

  7. Yesus dice:

    Me apunto a la recomendación y añado:

    AIDS at 30, Victoria A Harden.
    http://www.amazon.com/AIDS-at-30-A-History/dp/1597972940

    Fantástico ensayo sobre 30 años de epidemia de VIH-SIDA: el descubrimiento del virus, su expansión y las consecuencias socioculturales alrededor del mundo.

  8. Jorge dice:

    Recomiendo leer a Wacquant en Merodeando las calles para una demolición absoluta del libro de Anderson, Codes of the street. En opinión de este autor se limita a reproducir el repetitivo aun en nuestros días «culpabilizar a la víctima» para «explicar» la pobreza urbana.

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