Economía

Subvencionando las empresas equivocadas

8 Jun, 2015 - - @egocrata

Una vieja tradición en políticas públicas de básicamente todo el mundo civilizado es subvencionar a Pequeñas y Medianas Empresas (PYMEs). Los partidos de izquierdas alaban a las PYME en parte como contrapunto a las corporaciones multinacionales (la pequeña empresa resistiendo al invasor), en parte para demostrar que no odian a todos los capitalistas, sino sólo a los malos. La derecha, mientras tanto, vende estas medidas como parte de su culto al emprendedor y la innovación, mientras insisten que ellos defienden a todo el mundo, no sólo a los ricos.

Lo curioso, en ambos casos, es que la justificación no tiene demasiado que ver con datos empíricos o con objetivos sociales explícitos. Proteger a las PYMEs ante las multinacionales puede parecer una forma de defender a los débiles o una forma de generar nuevas ideas y tecnologías, pero nunca nadie parece molestarse en comprobar los datos.

Una lástima, porque los datos no parecen justificar las subvenciones a las PYMEs. Erik Hurst y Benjamin Wild Pugsley (ambos en Chicago) tienen un estupendo artículo en Brookings (vía) tomándose la molestia de responder a una pregunta muy sencilla: ¿qué hacen las PYMEs?

La respuesta: resulta que la imagen del emprendedor como una héroe creador de nuevas tecnologías y empleo a la vanguardia del capitalismo es básicamente errónea. Utilizando datos de encuestas a emprendedores antes que lancen su nueva compañía, resulta que la inmensa mayoría de ellos son poco ambiciosos. Los nuevos capitalistas buscan, sobre todo, dar un servicio conocido a clientes ya existentes; sólo un 10% dicen tener la idea de hacer algo distinto. Un 75%, de hecho, dicen no tener ningún apetito para ir más allá de ser una pequeña empresa. Sólo un 2,7% patentan nada en cuatro años; 6-8% desarrollan un producto o técnica específico.

¿Cuál es la principal motivación de los emprendedores? Normalmente dicen que quieren trabajar para ellos mismos («ser mi propio jefe»), tener horarios más flexibles, o no depender de otros. Las PYMEs, de forma abrumadora, son cosas como fontaneros, bufetes de abogados, agentes inmobiliarios, bares de la esquina, gestorías, dentistas o contables, no genios buscando inventar máquinas de realidad virtual desde su garaje. La mayoría de PYMEs se dedican a la construcción; no estamos hablando de alta tecnología. Son gente corriente que quiere dedicarse a hacer cosas corrientes, no hombres en una misión para cambiar el mundo.

Los datos son bastante reveladores. En el 2007 en Estados Unidos había seis millones de empresas; un 90% de ellas tenían menos de 20 empleados. A pesar de ser la abrumadora mayoría del censo empresarial del país, sólo emplean un 20% de la mano de obra y manejan un 15% de ventas y salarios.

La realidad es que subvencionar PYMEs, de forma abierta y generalizada, es una idea espantosa desde el punto de vista de políticas públicas. Dar dinero a pequeñas y medianas empresas tendría sentido si una cantidad desproporcionada de la innovación en una economía tuviera lugar en ellas, pero no es así. La mayoría de PYMEs ni crece ni innova. En Estados Unidos ni siquiera emplean un porcentaje significativo de la población (no es el caso de España, pero eso, como hemos dicho alguna vez, es un problema), con el resultado que el gobierno federal y los estados dedican una cantidad enorme de recursos a proteger y subvencionar carpinteros, jardineros, abogados y taxistas. Todos ellos muy trabajadores, ciertamente, pero generadores de una cantidad de innovación y crecimiento más bien limitados.

El dedicar recursos a las PYMEs, de hecho, puede tener efectos contraproducentes en agregado, ya que estamos distorsionando la asignación de recursos concentrándola en negocios pequeños menos productivos. Una pequeña empresa de asfaltado será siempre menos productiva que una gran empresa haciendo el mismo trabajo por puras economías de escala (más capital, utilizado más intensivamente); hacerle la vida fácil a las PYMEs sólo hace que colocar recursos en compañías menos eficientes. Por añadido, es una subvención regresiva: las personas con recursos son mucho más proclives a abrir empresas que aquellas que no los tienen. Un abogado con un bufete pequeño haría el mismo trabajo en uno grande, y lo haría sin una dichosa subvención.

¿Qué aspecto deberían tener las políticas públicas al hablar de creación empresas? Si queremos subvencionar algo (y no estoy seguro que debamos, pero ya que estamos en ello), el estado debe centrar sus líneas de actividad en dos aspectos: empresas jóvenes y empresas que quieran crecer. La realidad es que la inmensa mayoría de la creación de empleo no sucede en PYMEs, sino en empresas jóvenes; si queremos favorecer la innovación y el crecimiento el baremo debe ser la edad de la compañía, no su tamaño. Podemos lanzar medidas que faciliten el acceso a crédito a PYMEs para inversiones de capital, pero rebajarles impuestos o cotizaciones sociales es tirar dinero.

El estudio, por supuesto, se refiere a Estados Unidos, un país que aunque subvenciona a las PYMEs con entusiasmo, no vive bajo la maldición hispánica de tener un tejido empresarial completamente dominado por ellas. Las subvenciones en España son quizás menos visibles, pero las restricciones al crecimiento (y la tremenda cantidad de regulaciones y costes adicionales estúpidos que una empresa empieza a incurrir según crece) son mucho peores. Dicho sea de paso, muy pocos emprendedores americanos abren una empresa según la encuesta porque no encontraban trabajo, algo que me temo será algo más habitual en España.

Aún así, la próxima vez que escuchéis a un político español hablando de ayudar a las PYMEs, preguntadle cuáles y por qué. La mayoría no parecen tener ni idea sobre qué demonios están intentando hacer.


17 comentarios

  1. vi23 dice:

    Uno de los hechos estilizados del proceso innovador es que la rentabilidad de cada dólar invertido en innovación es mucho mayor en PYMEs: Cohen, W. M., & Klepper, S. (1996). A reprise of size and R & D. The Economic Journal, 925-951..

    Me gustan mucho tus artículos pero creo que este es muy confuso. El Estado no subvenciona a PYMEs aleatoriamente (bares, asesorías, etc).

    Y si restringimos el análisis a empresas innovadoras (cualquiera que sea el tamaño) resulta que la subvención para innovación a las PYMEs es mucho más efectiva que la subvención para innovación a grandes empresas: Zúñiga‐Vicente, J. Á., Alonso‐Borrego, C., Forcadell, F. J., & Galán, J. I. (2014). Assessing the effect of public subsidies on firm R&D investment: a survey. Journal of Economic Surveys, 28(1), 36-67.

  2. karlitos dice:

    vi23, disculpa pero el Estado subvenciona aleatoriamente a PYMES. En el caso español, mira simplemente cuántas subvenciones hay para PYMES y autónomos al contratar, mira qué tasa de Impuesto de Sociedades, y mira cuántas regulaciones hay conforme se empieza a crecer.

    Yo estoy de acuerdo con el autor, en España (y en casi todo el mundo) se santifica a las PYMES y los autónomos, cuando desde un punto de vista económico la acumulación de capital (físico, organizativo, humano, etc.) y el crecimiento son mucho mayores y más fáciles en las grandes empresas.

    Y lo siento, pero hablando de innovación, las empresas que más patentes generan son todas enormes. Una simple búsqueda en Google lo atestigua: http://fortune.com/2015/02/24/most-patents-companies-2014/

    • vi23 dice:

      Obviamente, las empresas que más patentes generan son todas enormes. La pregunta relevante es si la productividad innovadora (output innovador por empleado o por euro gastado) es mayor en las grandes o en las pequeñas.

      Y los datos dicen que lo es en las pequeñas (restringiendo sólo a empresas innovadoras)

      Otra cuestión diferente es si las patentes son una buena medida del output innovador, que yo creo que no porque: (i) son una manera de proteger la innovación muy específica de determinados sectores, (ii) alrededor del 90% de las patentes jamás llega al mercado

  3. mr.x dice:

    Esto es de perogrullo. Si no subvencionamos a las pymes, como narices queremos que haya mas grandes corporaciones y menos fontaneros? Nadie nace siendo rico para aportar un gran capital al emprender una gran empresa (salvo un porcentaje muy bajo de la población).
    No subvencionemos a las pymes y tendremos muchas mas de estas, porque las grandes empresas ni tienen suficiente trabajo que ofertar a estas personas para que dejen de emprender autonomamente, ni les interesa granjearse posibles futuros competidores.

    • Pablo Moreno Galbis dice:

      No, no se trata de no subvencionar a ninguna empresa pequenya, sino de subvencionar solo a aquellas que esten creciendo.
      El criterio de subvencion debe de ser dependiente del crecimiento de la empresa, no de su tamanyo. Si este anyo el numero de empleados / ventas / output aumenta un X % recibes subvencion (reduccion de impuestos o de otro tipo) si no no. Este tipo de subvenciones son mas faciles para empresas pequenyas, donde pasar de 10 a 15 trabajadores supone un incremento del 50%.

      En cambio si llevas un bar tu solo anyo tras anyo, lo siento pero no recibes subvencion.

  4. Olli dice:

    Estoy a favor de que no se subvencione a las PYMEs, pero tampoco creo que el importe de estas sea tan significativo. Sería interesante comparar la proporcionalidad entre estas y las grandes empresas (a las que, en muchos casos, se subvenciona vía BOE) o mediante fiscalidades más reducidas (el tipo efectivo de muchas empresas del IBEX es muy interior al de un autónomo).

  5. Victor dice:

    Hola Roger.

    No tiene nada que ver con este tema, pero como sé que te gustan algo los trenes:
    http://www.washingtonpost.com/blogs/worldviews/wp/2015/06/05/map-the-remarkable-distances-you-can-travel-on-a-european-train-in-less-than-a-day/

    No se si ha caído en tu radar. Lo he enviado también al contacto de Politikon por si acaso ;-D

    Víctor

  6. juan dice:

    Yo tuve una pyme tecnológica que no tuvo financiación para crecer, ójala hubiésemos podido hacerlo. Tras 8 años malviviendo habiendo obtenido muy poca subvención y créditos blandos al final se vendió modestamente a una multinacional con eso se aseguró poder devolver los créditos, y los impuestos generados multiplicaron las subvenciones recibidas. El incremento de los sueldos de todo el personal también genera una recaudación éxtra.

    Por tanto, las empresas surgen para intentar crecer pero no siempre se consigue, aunque fracasen, habrán pagado nóminas, cotizaciones sociales e IRPFs. Me parece paradójico que se hable de subvenciones a las PYMEs cuando aquí las grandes ayudas son a la banca, que no devolverán, a grandes empresas tipo Indra, y luego vía ayudas fiscales por amortización de fondos de comercio, los españoles subvencionamos que Telefónica, FCC, etc compren empresas fuera de España.

    Suponiendo la excelencia de las grandes empresas ¿quién las puede crear directamente grandes? ¿qué empresas están generando empleo? Cuando la tendencia de los españoles es buscar un puesto funcionarial o un trabajo en una gran empresa, y ni el estado está en condiciones de contratar más y vemos que más grandes empresas hacen EREs de las que contratan ¿criminalizamos a quien intenta generar su propio empleo y unos cuantos más?

  7. Bertrando dice:

    Con los contratos de trabajo pasa algo parecido. Se subvenciona aquellos puestos de trabajo que no generan valor añadido a través de fórmulas como los contratos de aprendizaje ( no estoy hablando de las subvenciones para contratar determinados colectivos desfavorecidos) o becarios que se utilizan, en la inmensa mayoría, no para formarse sino como trabajo barato. En cambio si una empresa necesita un trabajador altamente cualificado para mejorar su productividad o innovar no existe ninguna ayuda. Creo que la lógica que gobierna esto está equivocada.

  8. […] Con este artículo, abro una serie de cinco artículos que publicaré a lo largo de esta semana. Se trata de unos artículos que emplearé en un curso de Marketing Intelligence que impartiré en el Colegio Vasco de Economistas. Un curso de Business y Marketing Intelligence, en el cual contaré experiencias de proyectos de Big Data que hemos trabajado en estos últimos meses, sobre todo, con empresas PYME. Empresas, que como bien sabéis, tanto debemos apoyar… para que se hagan más grandes y competitivas. […]

  9. Sabina Blanca dice:

    Pues igual tiene razón Politikon y tenemos que subvencionar masivamente las PYME’s porque…¡no buscan el crecimiento! qué guay, eso es lo que necesitamos: empresas que den trabajo sin crecimiento. Y que sean ineficaces, como dice Ugo Bardi, ante un sistema que tiende al colapso lo mejor es que sea ineficiente y vaya más lentamente a colapsar (un regulador-amortiguador, como en los sistemas de control como dice Ugo).
    Aunque, como dice Juan, bastantes subvenciones encubiertas tienen las multinacionales que practican el dumping social, ecológico y tributan en paraísos fiscales. En fin….que malos son los pequeños que con sus cadáveres estorban nuestra gloriosa carrera hacia el progreso.

  10. O'Farrill dice:

    No hay incompatibilidad entre las PYMES y las grandes empresas siempre que éstas no traten de laminar a las pequeñas. Cada una tiene una función distinta y, desde luego, lo que pase en EE.UU. es para ellos. Así les va. No se trata de no tener fontaneros (ahí está el error) sino de que los oficios y servicios tradicionales no se pierdan porque forman parte de nuestra Cultura y la cisterna del WC no te la va a arreglar una multinacional o las baldosas del suelo no te las va a colocar una entidad financiera. ¿Qué cosas requieren la atención habitual de los ciudadanos? Esa es la pregunta y ahí está la respuesta. Un saludo.

  11. […] primero crear las condiciones para que las empresas de un país puedan crecer y prosperar (nota: empecemos por no subvencionar a las PYMEs), y segundo destinando recursos a entrenar en la mano de obra que tienes en el mercado […]

  12. Yakal dice:

    La propuesta es pues subvencionar a las PYMEs más prometedoras. Prometedoras en el sentido de llegar a la meta de convertirse en grandes empresas.

    ¿Queremos realmente que el tejido empresarial esté dominado por empresas grandes? Pues depende de lo que busquemos. Y eso, si nos ponemos a tirar del hilo, es casi una pregunta filosófica.

    ¿Por qué es bueno que haya empresas grandes y no PYMES?

    Una de las ideas es que son más competitivas.

    La competencia es buena porque hace que las empresas innoven y sean más eficientes para ser más competitivas. Estaś mejoras redundan en beneficios a los clientes (mejores precios y mejores productos) La pega que le veo es que se vuelven tan competitivas… que ganan la competición y se quedan solas, o muy poquitas. Y se acabó la competencia. No termino de entender que todas estas fusiones o adquisiciones de empresas gigantescas para formar empresas monstruosas las anuncien beneficiosas para el libre mercado.

    Eso a nivel de clientes, luego hablemos a nivel de empleo.

    ¿Dan más empleo las empresas grandes que las PYMEs?. Habría que comparar la relación capital/nº empleados, a ver que tal sale parada cada una. Y quizá también capital/[mediana sueldo empresa] (mediana, no media)

    ¿Entonces lo que queremos es empresas que requieren mucha mano de obra? Eso lleva a empresas poco competitivas. Y vuelta a empezar. Aunque aquí se suma la competencia con empresas extranjeras frente a las que no podemos legislar pueden aplastar a las locales.

    ¿Y recaudación de impuestos? ¿Se recauda más de las PYMEs o de las grandes empresas? Aquí la respuesta es evidente: Se recauda más de las PYMEs. Las grandes empresas son muy eficientes y competitivas en ingeniería contable.

    Me parece muy bien apoyar las empresas que quieran crecer, pero creo que olvidarse las pequeñas empresas que no tienen grandes aspiraciones y que dejarlas a su suerte para que sean aplastadas (o subcontratadas al límite de subsistencia) por las grandes, quedando sólo grandes, también es también peligroso.

    En fin, me parece muy bien subvencionar buscando crear empresas más innovadoras y eficientes y que crezcan, pero creo que hay que tener cuidado con tachar de la ecuación todo lo demás. Si no encontramos un equilibrio entre la eficiencia empresarial e intereses generales terminaremos en una «corporacracia» o volveremos a la edad media.

  13. […] Subvencionando las empresas equivocadas Una vieja tradición en políticas públicas de básicamente todo el mundo civilizado es subvencionar a Pequeñas y Medianas Empresas (PYMEs). Los partidos de izquierdas alaban a las PYME en parte como contrapunto a las corporaciones multinacionales (la pequeña empresa resistiendo al invasor), en parte para demostrar que no odian a todos los capitalistas, sino sólo a los malos. La derecha, mientras tanto, vende estas medidas como parte de su culto al emprendedor y la innovación, mientras insisten que ellos defienden a todo el mundo, no sólo a los ricos. […]

  14. gerion dice:

    Pienso las empresas como personas – quizá de ahí lo de tener «personalidad jurídica» -. Y por tanto, creo que las mismas políticas que se aplican a «personas físicas» obtendrán resultados similares en «personas jurídicas», aunque no soy experto en el tema.
    Por tanto, hablamos de personas jóvenes con pocos recursos a las que se subvenciona para que formen una familia y … se conviertan en personas mayores con muchos recursos, que crean otras personas que heredarán parte de su patrimonio. ¿Es recriminable que una persona tenga hijos? Creo que no. Y parece evidente que los jóvenes necesitan cierta ayuda al principio para fundar una familia que perdure. Lo que habría que mirar es quién apadrina a ese joven, antes de concederle una subvención.

Comments are closed.