Política

Tres mitos sobre pactos y gobiernos de coalición

1 May, 2015 - - @kanciller

Artículo de Pablo Simón y María Ramos

 

Con los resultados del 24 de mayo en ninguna Comunidad se podrá formar un gobierno de mayoría absoluta. Esto es algo hasta ahora inédito. Lo que no es tan insólito es que se abra un tiempo “nuevo” de acuerdos y de pactos. Hemos repasado la rica historia de nuestro estado autonómico en busca de evidencia para comprobar qué hay de cierto sobre los pactos y gobiernos de coalición.

 

 1. ¿No tenemos cultura de pactos y gobiernos de coalición?

Es habitual escuchar (y más en estos días) la preocupación por el hecho de que en España falta cultura del pacto [sic]. Como aquí los gobiernos de mayoría absoluta han sido muy frecuentes, parecería que la actual fragmentación del sistema de partidos aboca a un escenario sin precedentes. Pero esto es sólo una media verdad. Es cierto que España es junto con Rumanía y Rusia de los pocos países europeos sin gobierno de coalición a nivel estatal. A nivel autonómico, sin embargo, los gobiernos de coalición y gobiernos en minoría -apoyados implícitamente por la cámara o con acuerdos más estables con terceros- no han sido ni mucho menos una excepción.

Los gobiernos de mayoría, de hecho, no han sido (valga la redundancia) la mayoría. De los 170 gobiernos considerados entre 1981 y 2015, sólo 67 de ellos (el 39,4%) estaban formados por un partido con mayoría parlamentaria. El resto fueron gobiernos de coalición (34,1%) o en minoría (26,5%). En la siguiente imagen se muestran estos tres tipos de gobiernos a lo largo del tiempo y en cada Comunidad: gobiernos de mayoría absoluta (blanco), gobiernos en minoría (color claro) y gobiernos en coalición (color oscuro).

tipos de gobiernos

Como se observa, ha habido en España una larga tradición de coaliciones y acuerdos en prácticamente todas las Comunidades, especialmente en aquellas con partidos nacionalistas o regionalistas. De hecho, los gobiernos en coalición son algo habitual en Cataluña, País Vasco, Navarra, Aragón, Baleares o Canarias, aunque los socios de gobierno en estos lugares no necesariamente hayan sido siempre los mismos. Además, gobiernos en minoría formados con el apoyo implícito de la cámara o con pactos de estabilidad  han sido también bastante frecuentes, como en el reciente caso de Extremadura o Asturias.

En España, por tanto, no falta “cultura” de pactos. Intentemos evitar mirar a las elecciones autonómicas a través del prisma de los resultados nacionales o desde la experiencia de Comunidades menos acostumbradas a las coaliciones. España no es Madrid.

 

2. ¿Los gobiernos de coalición son más inestables?

Algo que también se escucha con frecuencia es que los gobiernos de coalición abocan a la inestabilidad y al desgobierno. Para eso se suele recurrir a ejemplos, normalmente de oídas, sobre la época del tripartito de Cataluña o el bipartito gallego. Con el objetivo de comprobar si esto es verdad hemos calculado la supervivencia de los gobiernos autonómicos en España. Consideramos que un gobierno cae si se da alguna de estas tres situaciones: a) que haya elecciones y por tanto se produce una muerte “natural” del ejecutivo; b) que triunfe una moción de censura que haga caer al gobierno y lo reemplace por otro; o c) que se incorporen o salgan partidos del ejecutivo. Cuando no cambian los apoyos parlamentarios sino que simplemente se da un reemplazo en la presidencia (Aguirre-González en la Comunidad de Madrid o Griñán-Díaz en Andalucía, por ejemplo) se ha considerado como el mismo gobierno, porque en rigor no suponen cambios en el tipo de gobierno.

En la siguiente imagen se muestra la duración media (en días) de cada tipo de gobierno.

duración gobiernos

Como se ve, nuestros resultados son parecidos a los del resto de democracias occidentales, aunque con algunos matices. Los gobiernos que menos duran son, como esperábamos, las coaliciones que no alcanzan la mayoría absoluta. Normalmente estos gobiernos suelen ser de final de legislatura por la salida de algún miembro (como el de PSC-ICV en 2006) y obviamente duran poco por la propia cercanía de los comicios. Algunos, sin embargo, son sorprendentemente resistentes, como la coalición UPN-CDN de 2007.

En el polo contrario los más estables son los gobiernos de mayoría absoluta, en los que un único partido dispone de apoyos parlamentarios más que suficientes para agotar la legislatura. Lo curioso del caso español tiene en parte que ver con la propia regulación. Este tipo de gobiernos en otros países en Europa duran algo menos porque el Ejecutivo puede hacer un adelanto estratégico de elecciones. En España esto no ha sido posible en las autonomías de régimen común hasta muy recientemente, justamente en aquellas donde había más mayorías absolutas, de ahí que su duración se sobredimensione hasta los 4 años de una legislatura[1].

Con todo, hay que destacar un elemento fundamental: los gobiernos de coalición mayoritaria son los segundos más estables, con una duración media de más de tres años. Por eso resulta cuanto menos curioso que la mayoría de críticas se viertan sobre fórmulas en las que se comparte el poder en el gabinete, restándole importancia a la proporción de apoyos de la Cámara. Dicho de otra forma: si lo que preocupa es la inestabilidad en un entorno fragmentado, como ha sido en gran medida el catalán por ejemplo, lo que debería alabarse son los tripartitos y criticarse los gobiernos de CiU en minoría.

Dado que los nuevos partidos han decidido que no se van a implicar directamente en gobiernos (al menos de momento), es muy probable que veamos inestabilidad. Pero esto tiene sobre todo que ver con que en un entorno fragmentado se opte por gobiernos de minoría y no de coalición mayoritaria.

 

 3. ¿Los gobiernos de coalición siempre están más a la izquierda?

Ciertos dirigentes han comentado con poca fortuna que en ocasiones se hacen “coaliciones de perdedores” [sic] para desalojarlos del poder. De hecho, se critican los “pactos en los despachos” [sic] para echar al Partido Popular, que solía ser la fuerza más votada. A ello se suma la evidencia empírica. Hay estudios que inciden en que los sistemas proporcionales suelen llevar a más fragmentación y las coaliciones se forman en mayor medida con partidos de izquierdas. Como en España siempre ha habido un gran partido de derechas (hasta ahora al menos) esta idea ha tenido bastante predicamento.

Pero esta idea admite más matices si miramos al histórico autonómico. En la imagen siguiente se muestra el número de gobiernos de cada tipo que ha conformado tanto el PP como el PSOE a nivel autonómico. Nos quedamos con estos dos partidos porque ambos han competido en un número de escenarios más amplio.

gobiernos derecha

Como se puede ver, de nuevo las afirmaciones iniciales son sólo verdades a medias. Es verdad que el PSOE ha encabezado o se ha integrado en más gobiernos de coalición, pero lo cierto es que no se trata de una diferencia abrumadora. De hecho, el PP ha pactado regularmente con el PAR, Coalición Canaria, Unió Mallorquina o incluso, más atrás en el tiempo, con el CDS, Unió Valenciana o los Centristas de Galicia. En el caso de los gobiernos de minoría, de nuevo, el PSOE ha encabezado esta fórmula más veces pero tampoco a una distancia sideral. Parece que, más allá de las retóricas nacionales, el PP también sabe pactar con partidos nacionalistas o regionalistas cuando hace falta.

Por lo tanto, plantear un argumento que asimile coalición a gobiernos de izquierdas es un error, o al menos una imprecisión. Además, la propia existencia de coaliciones de izquierdas ha sido en parte consustancial a un sistema de partidos en el que tradicionalmente la fragmentación partidista ha sido mayor a la izquierda del espectro ideológico pero no a que el Partido Popular no haya sido capaz de, si es preciso, pactar para gobernar.

 

Coda

Existe un rico debate sobre los tipos de gobierno dentro del debate más amplio sobre los modelo de democracia. Como señaló Lijphart, hay una tensión entre la concepción mayoritaria y la consociacional; entre la idea de que democracia es la lista más votada o la del acuerdo y la transacción; entre House of Cards y Borgen. Este debate está y seguirá con nosotros un tiempo. Sin embargo, mejor tomar conciencia de cómo ha funcionado hasta ahora nuestro Estado de las Autonomías para no exagerar la novedad que abre el 24 de mayo. Primero, porque muchas autonomías tienen y han tenido una larga tradición de pactos. Segundo, porque el gobierno en coalición es precisamente la opción más estable cuando no existen mayorías absolutas. Y por último, porque pactar para gobernar no es patrimonio exclusivo de la izquierda. Tres ideas que pueden ayudarnos a orientarnos mejor en este tiempo que se nos viene.

 

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[1] Desde las reformas estatutarias de los años 2000 existen tres tipos de regulación autonómica. Primero, Canarias, que no puede adelantar elecciones. Segundo, aquellas que pueden adelantar elecciones pero obligatoriamente la legislatura acaba con la convocatoria ordinaria de las municipales (Asturias, Cantabria, Castilla La Mancha, Extremadura, Madrid, Murcia y La Rioja). Y por último, aquellas que pueden adelantar elecciones y tendrían su propio ciclo al poder agotar los cuatro años. Esas son las comunidades autónomas de vía rápida (Andalucía, Cataluña, País Vasco y Galicia), pero ahora también Aragón, Baleares, Castilla y León, Navarra y la Comunidad Valenciana.


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