España es (moderadamente) de izquierdas. Eso es lo primero que se desprende al observar los datos de autoubicación ideológica recogidos por los barómetros del CIS. Lo ha sido, además, de manera consistente durante la última década, con pequeños vaivenes que quizás han estado provocados por ligeros reajustes temporales en las percepciones de los votantes acordes con la mayoría dominante, más que por auténticos cambios de fondo. De hecho, las medias de 2004-2014 son perfectamente comparables con las de décadas anteriores (disponibles aquí): solo en enero de 2000 estuvo por encima de 5, siempre entre 4.99 y 4.4.
No parece haber muchas más personas «ni de izquierdas ni de derechas» que antes. El valor de 2014 es el tercero más alto de la serie, casi siempre dentro o alrededor del margen de error de la propia muestra. Sí hay un pico destacable en 2013, quizás el año de mayor erosión de los partidos tradicionales, cuando el PP estaba hundido en la doble crisis económica y de casos de corrupción, y el PSOE tenía un proyecto por armar y arrastraba el castigo a la gestión de Zapatero. Más aún: no había ningún partido nuevo con visos de éxito en el horizonte. Mi hipótesis es que la falta de auto-ubicación ideológica se correlaciona con el rechazo de las opciones partidistas existentes. Esto querría decir que Podemos o Ciudadanos, antes que la negación de las ideologías tradicionales, han traído una reafirmación para muchos, sea por efecto de arrastre o por efecto de oposición a cualquiera de estos proyectos. En cualquier caso, los efectos serían pequeños, y ese cuarto-quinto de la población con derecho a voto sin perfil ideológico declarado se mantiene.
Las variaciones de un año a otro son pequeñas y apenas se pueden intuir algunas pequeñas tendencias, como el progresivo escoramiento hacia la derecha del período 2008 a 2011, que condujo finalmente al gobierno del Partido Popular, o el bandazo posterior hacia la izquierda que fue creando las condiciones que hicieron nacer finalmente a Podemos.
Interesante comprobar también que la desviación típica de los datos año a año varía poco, y que existe una cierta anomalía, una tendencia (casi diríamos, una «moda» en términos estadísticos) a ubicarse en el punto 4 de la escala, es decir, en el centro izquierda.
En ese sentido, los movimientos de los últimos días de partidos como Ciudadanos, con propuestas que le alejan de la idea «marca blanca del PP», y le empujan un pelín hacia la izquierda, resultan reveladores. Intentar ganarse a los electores que se ubican en el 4, una vez conquistado el punto 5 del gráfico, quizás sea una estrategia inteligente.
Por último, decir que, aunque la media de las distintas opciones posibles en estos estudios del CIS, que van del 1 al 10, es 5,5, no creo que en la mente de los entrevistados el «centro político» sea un 5,5. Lógicamente, todos tendemos a pensar, cuando nos presentan opciones como ésta, que el «centro» está en el 5.
Me parece un error que el CIS obligue a la gente a escoger en una escala que va del 1 al 10, en vez de hacerlo entre el 0 y el 10, que sería lo natural. Esto da lugar a confusiones ,y aparte de la predisposición de muchos a situarse en el centro izquierda, hace que las opciones «2» y «3», estén mucho más concurridas que las «7», «8» y «9» por la simple razón de que al elector de izquierdas se le dan menos opciones para ubicarse que al de derechas.
La gente no sabe ni lo que es… El otro día un señor me dijo: «yo no soy ni de derechas ni de izquierdas…» Y luego empezó a hablarme de España, del valor del patriotismo, de Franco… Vamos, que yo la situaría en un 9, pero la gente no lo quiere ver, porque ser de derechas está mal visto…
Por no decir lo liberal que se vuelve el personal cuando se trata de los impuestos que les corresponde pagar, y el giro al estatalismo cuando se habla de recortes…
Pero eso es más viejo que el canalillo. Todo el mundo sabe que quien dice que no es de derechas o izquierdas es MUY de derechas.
También están los que se dicen de izquierdas y, por sus actos, demuestran ser más fachas que su padre.
Hablo de ciertos partidos patrioteros y xenófobos que existen en España, aunque su patria no sea España.
Totalmente de acuerdo.
Hombre, según esa definición, Stalin también sería un facha ¿No? Hay que ver cómo abusamos del pobre lenguaje…
Defina facha.
Estoy de acuerdo con que «la falta de auto-ubicación ideológica se correlaciona con el rechazo de las opciones partidistas existentes». Creo que la gran particularidad del sistiema de partidos de España, en comparación con el de los países de nuestro entorno, ha consistido en la inexisencia de un partido social-liberal o liberal-progresista relativamente fuerte; es decir, de un liberalismo de izquierdas, o de una izquierda ajena a la tradición socialista. El Centro Democrático y Social (CDS) lo intentó, pero fracasó. UPyD parace caminar por la misma senda que aquél. Sin embargo, parece ser que Ciudadanos puede llegar a lograrlo. P. D.: creo que otra gran particularidad del sistema de partidos español consiste en la falta de un partido verde relativamente importante. Este déficit en la oferta partidista parece ser mucho más difícil de superar, sobre todo después de la experiencia de Equo (quizás porque Equo se ha identificado demasiado con posiciones de izquierda radical).
Bueno, el partido verde alemán también se identificaba con la izquierda más radical. Se ha ido moderando a medida que ha ido adquiriendo cotas de poder. Pero aquí los verdes no han tenido nunca esa oportunidad.
Los Verdes alemanes están unidos a Alianza 90, que es (o, mejor dicho, era) un partido anticomunista.
Los verdes están en IU. Y ahora entre IU y Equo. Y en las CUP, en Bildu y en el partido de Beiras. Creo que un partido verde (imagino que Equo es lo más parecido hoy por hoy) lo tiene difícil por esta dispersión de sus votantes, que dan como mínimo la misma importancia a la cuestión social (ser de izquierdas) o territorial (ser nacionalista) que a ser ecologista.
El mismo nombre de Equo, que tiene como cabeza visible a López de Uralde, quien fue director de Greenpeace, lo deja claro. Equo sugiere los conceptos de Igualdad (Ecuanimidad) y por parecido sonoro, de Ecología (Eco). Es como si estuvieran diciendo: «no sólo somos verdes, también somos de izquierdas!».
Un dato: se presenta el estudio como si la media fuese 5, y de hecho, seguro que si alguno de los encuestados quería decir que era totalmente de centro, dio ese número como valor de su opción.
Pero el punto que está justo en medio de esa escala sería 5,5, ya que va desde 1 a 10, no de 0 a 10.
5 sería el punto intermedio si la gente hubiese podido puntuar «cero». Ahí si que habría 5 valores por debajo (0, 1, 2, 3 y 4) y 5 valores por encima (6, 7, 8, 9 y 10).
Ya lo señalé en el primer comentario. En mi opinión, este problema metodológico adultera totalmente las conclusiones que se puedan obtener con los datos del CIS.
Me parece increíble que se venga sosteniendo esta barbaridad en los estudios hechos durante décadas. Esta anomalía deforma cualquier resultado y, por tanto, distorsiona cualquier conclusión que se quiera sacar.
Una pena.
Bueno no esta mal como base para tener una idea del autoposicionamiento ideológico, pero estaría más completo cuando se les preguntara qué es lo que entiende el entrevistado por ser de izquierdas o de derecha. Yo veo desmedido ese abultado número de encuestados que se posicionan en la extrema izquierda, pero a lo mejor sólo son gente que mantiene ideas políticas que creen que son de extrema izquierda. Por ejemplo, a lo mejor gente que dice ser republicana sobre cualquier otra cosa pero que después resultan tener posiciones socialdemócratas. No hubiera estado mal completar la entrevista con preguntas de control, sobre cuestiones económicas, sociales o con la forma de Estado o con sistemas de representación política, para obtener una visión de lo que es y de lo que parece.
En España para mucha gente ser de izquierda es básicamente no ser de derechas, no ser católico, o ser republicano, por lo tanto no veo esta entrevista un referente serio.