Internacional

Terroristas y supermutantes

19 Feb, 2015 - - @egocrata

Ver Fox News y escuchar talk radio conservadora estos días es una experiencia curiosa. La derecha americana lleva varias semanas completamente obsesionada en los oscuros motivos que hacen que la administración Obama se niegue a llamar a ISIS, Al-Quaeda y demás grupos terroristas de oriente próximo «radicales islámicos» o «islamistas». Forma parte de toda una serie de críticas y comentarios acusando a la Casa Blanca de cobardía terminológica, un eslabón más de la obvia voluntad del presidente de destruir América. Bill O´Reilly, que increíblemente es uno de los comentaristas más cuerdos en Fox News estos días, hablaba hace unos días sobre como Estados Unidos debe pensar en este conflicto como una guerra santa, y se quejaba amargamente que el país no ve esta batalla desde un punto de vista religioso.

El histerismo conservador combina una visión apocalíptica de Oriente Medio, llamadas desesperadas a convertir América en una fortaleza inexpugnable, demandas de intervención militar decidida (aunque siempre negando querer invadir países), la sospecha que Obama está perdiendo la guerra aposta porque odia Estados Unidos, es pacifista o cree que los de ISIS tienen razón,  y el convencimiento que todo este conflicto es una amenaza existencial para la supervivencia de todo lo bueno que hay en este mundo, y que vamos perdiendo.

Sobre la coherencia o racionalidad de las presentadas por los republicanos y sus aliados mediáticos no me voy a meter demasiado (en parte porque realmente no tienen un plan claro, en parte porque decir que hay que construir una muralla en la frontera con Méjico para que no entren islamofascistas es bastante absurdo), pero hay algo que me pone especialmente nervioso, y que no es único de Estados Unidos: la percepción que los terroristas son hiperinteligentes, superhábiles y nos están pegando una paliza siempre.

Si uno escucha a Bill O´Reilly, Rush Limbaugh, Charles Krauthammer, George Will, Victor David Hanson  o Michael Savage (mi adicción a los medios conservadores es preocupante), o incluso algunos centristas como Chris Matthews, uno pensaría que más que luchar contra una milicia irregular en medio de un secarral de un estado fallido los Estados Unidos se enfrentan a Magneto y un ejército de supermutantes. El hecho que los terroristas se llamen ISIS le añade un tono supervillanesco al asunto; uno puede substituir mentalmente «islamista» por «mutante» en casi cualquier crónica o artículo sobre el tema y quedarse con un guión de tebeo estupendo sin apenas esforzarse. Los islamistas tienen a todo occidente aterrado, ganan siempre, están devastando Europa, son una amenaza civilizatoria de proporciones históricas o algo peor. El tono es, salvando las distancias, muy parecido al histerismo de la AVT y el PP durante la primera legislatura de Zapatero, cuando ETA estaba ganando todas las batallas del mundo sin tener que salir de casa.

La realidad es que al hablar de islamismo tenemos que pensar en dos conflictos distintos. Por un lado tenemos la «guerra» entre occidente y los terroristas. Por otro, tenemos la guerra dentro de Oriente Medio, donde Estados Unidos y Europa están por ahí de paso.

El primer conflicto, islamistas contra el Gran Satán, nuestras libertades, etcétera es el que parece dar un miedo atroz a según qué analistas y los tiene gritando Anibal ad Portas. Es terrorismo puro; atentados contra civiles, blancos poco protegidos, simbolismo, etcétera. Estos ataques puede ser muy efectistas y realmente dar bastante miedo, pero en el fondo son mucho menos importantes de lo que parecen.

El terrorismo es, y ha sido siempre, una arma nacida de la desesperación. Es lo que hace un grupo débil y desesperado incapaz de confrontar directamente a un bando más poderoso; los terroristas saben que no pueden hacerle daño directamente, pero pueden provocarle hasta que reaccione de forma estúpida. El estado, el bando con poder real, ganará siempre que consiga ser paciente y no responda a las provocaciones con brutalidad indiscriminada. Si consigue mantener el monopolio de la violencia y no genera rechazo con respuestas draconianas, los terroristas no llegarán a ningún sitio.

El terrorismo islámico, en este sentido, no es en absoluto distinto a ninguno de sus antecesores en Europa (anarquistas, comunistas, nacionalistas…): es un incordio importante, y puede causar un dolor y sufrimiento tremendos de forma puntual, pero no es una amenaza real para los estados que lo sufren. Las democracias, en general, son poco proclives a reprimir desmesuradamente a su población o minorías (algo que no sucede con los ejércitos coloniales, por cierto, que sí acostumbran a perder la cabeza), así que aunque pasen un mal rato, no sufrirán daños permanentes mientras tengan la cabeza fría.

El segundo conflicto tiende a veces a confundirse con el primero, pero no tiene demasiado que ver. ISIS y sus franquicias (Libia, Yemen, etcétera) realmente no están por la labor de destruir occidente; lo suyo es ganar una guerra civil dentro del mundo árabe. La batalla que importa a ISIS no es contra Estados Unidos, es contra las dictaduras secularistas en su región del mundo, y los herejes e infieles variados que se crucen por su terruño. Son un grupo de dementes armados hasta los dientes, pero están más preocupados de atizar (o exterminar) a sus vecinos que pelearse con occidente, por mucho que ser aliado de Estados Unidos acostumbre a ser motivo de odio. El papel de occidente en esta guerra es una mezcla entre catalizador y turista accidental: años de intervenciones coloniales y postcoloniales en toda la región, influencia cultural, y Estados Unidos invadiendo un país accidentalmente en una respuesta alocada a una provocación terrorista.

La respuesta al integrismo en este caso es bastante más complicada. Aunque es obvio que ISIS y sus allegados son brutales, despiadados y completamente contrarios a los derechos humanos más elementales, intervenir en Siria, Irak o Libia es esencialmente interponerse en una guerra civil. Estados Unidos poco menos que abrió la puerta a este conflicto al eliminar las (corruptas, ineptas y brutales) estructuras estatales en Irak. Volver a estabilizar la región,  una vez ha saltado todo por los aires, es infinitamente más difícil, y dudo que pueda hacerse desde el exterior.

Es en esta guerra ISIS y los islamistas son comparativamente fuertes y peligrosos: son un movimiento rebelde, bien organizado y armado, alzándose contra estados corruptos, mal gobernados y con estructuras institucionales débiles incapaces de mantener el control del territorio sin recurrir a la brutalidad. Incluso en estos casos, sin embargo, los islamistas difícilmente pueden triunfar en países medianamente bien gobernados; sólo son una amenaza real es estados fallidos, lugares donde Europa y Estados Unidos han jugado a demoler estructuras estatales o países fronterizos con territorios con un vacío de poder enorme. Es decir Libia, Yemen, las zonas de Irak abandonadas por el gobierno central o Siria y sus fronteras porosas. Es estos lugares los islamistas son una amenaza para sus compatriotas y el gobierno de turno, pero no para occidente. Nuestra decisión de intervenir no debería basarse en la amenaza percibida, sino en si queremos detener una guerra y sus atrocidades.

Por supuesto, este segundo conflicto (en Siria e Irak, especialmente) no es completamente endógeno a estos países; parte del problema es la naturaleza de guerra encubierta entre otros estados de la región (especialmente Irán y Arabia Saudí), saboteándose los aliados mutuamente vía terceros. Aquí los aliados de occidente están apoyando al bando más cafre,  y los teóricos enemigos al bando secular y civilizado.

Lo que debe quedar claro de esta historia es que en ambos casos los estados occidentales pueden ganar la «guerra», y hacerlo sin demasiada dificultad. Los atentados terroristas domésticos no son realmente una amenaza, y es cuestión de paciencia y buen trabajo policial. La guerra civil en Oriente Medio podríamos acabarla en tres meses si nos pusiéramos a intervenir en serio (sabemos cómo hacerlo, y tenemos artillería de sobra). El problema, en ese caso, es que realmente no sabemos quién narices queremos que gane, y no tenemos ni idea sobre como sacar un estado estable después sin una ocupación militar indefinida, algo que obviamente no tenemos el estómago para hacer de nuevo (y sería rematadamente estúpido). Tristemente, no veo cómo podemos ser de ayuda.


27 comentarios

  1. Krusher dice:

    La síntesis más sensata que he leído hasta ahora, pero hay una cosa que me falta. Si ISIS no tiene como objetivo una guerra con Occidente, ¿por qué realizar atentados contra civiles en su territorio? ¿no es como molestar a las avispas?

    • sebar dice:

      Si te refieres a civiles occidentales, porque es una forma de propaganda «mira que fuertes somos que matamos a periodistas occidentales» «los cruzados no ueden con nosotros», no olvides que en este lamentable mundo que nos a tocado vivir matar un cooperante de Medicos Sin Fronteras (por ejemplo) tiene cien veces más repercusión que matar un par de familias Iraquies.
      De ahí su triste exito mediatico entre la comunidad musulmana occidental.

  2. Alatriste dice:

    Totalmente de acuerdo. Una porción de la política y los medios parece obsesionada en ver al jihadismo como el equivalente moderno de la amenaza soviética, algo casi bienvenido porque permite volver a los viejos y cómodos esquemas mentales de la Guerra Fría con los que convivimos toda la vida. En realidad sus ataques terroristas (y los ocurridos en Occidente y/o contra cristianos son una pequeña parte del total, la gran mayoría son cometidos contra otros musulmanes) son una sanguinaria forma de propaganda, nada más que eso.

    Y respecto al ISIS no es mas que una milicia radical que solo ha tenido algo de éxito en países donde la autoridad estatal ya se había derrumbado antes de su aparición (Irak, Siria, Libia…) y aún allí su extensión es contenida rápidamente porque resulta repelente para la gran mayoría. Resulta sumamente significativa la facilidad con la que el ejército egipcio mantuvo el control o la incomparecencia del ISIS en países como Argelia, Túnez o Jordania.

    En realiad el «problema» que tenemos, que no lo es tanto, es que nuestra necesidad de petróleo hace que no podamos ignorar olímpicamente lo que ocurra en la zona de la misma forma que hacemos con la mayor parte de África, con Haití o con Corea del Norte, por ejemplo. Si pudiéramos tengo muy pocas dudas de que lo haríamos.

    Nota: Creo que donde pone «integrísimo» quiere decir «integrismo», y que la forma correcta de cierto pasaje es «los islamistas difícilmente pueden triunfar en países _medianamente_ bien gobernados, _solo_ _en_lugares donde Europa y Estados Unidos han jugado a demoler…»

  3. mg dice:

    OFFTOPIC gramatical: «de que» no siempre está mal y, de hecho, muchas veces es obligatorio.

    «se quejaba amargamente DE que el país»
    «el convencimiento DE que todo este conflicto »
    «la percepción DE que los terroristas son»
    «El hecho DE que los terroristas se llamen ISIS»

    Perdón por el offtopic pero creo que la reiteración en el error merece apunte.

    Temo que es el típico caso de «sobrecorrección». Nos han metido tanto que «de que» está mal (o, peor aún, que es una paletada) que lo quitamos cuando es de obligado uso, como en los casos apuntados.

    Un saludo

    • Roger Senserrich dice:

      Simplemente, no me gusta el sonido de «de» y «qué» juntos. Dado que la frase se entiende perfectamente sin la preposición, prefiero omitirla y listos. Es una norma gramatical que considero estúpida, y no tengo intención de seguirla más que cuando elidir «de» cambia el sentido de la frase.

      • mg dice:

        Francamente, a mí esas frases me suenan horribles sin el «de».

        Pero bueno, si piensas que es una cuestión de gustos, ¡quién soy yo para llevar la contraria!

      • Sicofante dice:

        Su desprecio por la gramática es un desprecio hacia sus lectores. Su falta de respeto se extiende también a los innumerables errores tipográficos. Abandone esa actitud de rebeldía pueril antes de que los lectores le abandonemos definitivamente (yo en particular me bajo aquí mismo).

        Es una lástima, porque a veces dice usted cosas con sentido y de cuya lectura uno podría disfrutar sin sentirse agredido por tanto desdén gramatical.

  4. FE dice:

    Llevamos «acabando» guerras civiles en Oriente Medio desde la caída del Imperio Otomano. Después de un siglo entero, dudo mucho que tengamos la menor idea de cómo terminar con una guerra allí sin que empiece otra.

    • Alatriste dice:

      Claro que lo sabemos, hay dos soluciones que funcionan, lo que pasa es que no nos gustan demasiado porque son prácticas pero poco presentables y además tienen sus inconvenientes.

      La primera es apoyar a un hombre fuerte, que no pocas veces es lo mismo que apoyar a uno de los grupos étnicos, una de las sectas o una de las tribus, para que mantenga las cosas tranquilas; lo que ocurrió en Argelia, lo que ha ocurrido en Egipto, lo que ocurría en Libia… y como es evidente el inconveniente es que el hombre fuerte puede convertirse él mismo en un problema.

      La otra es, más bien era porque nos gusta aún menos, quedarnos allí con una presencia militar permanente (vamos, un protectorado) y también solía incluir apoyarse en uno o varios grupos locales para que mantuviera bajo control al resto. Es totalmente distinto a lo que han hecho los americanos en Irak o Afganistán porque ellos desde el primer momento han dejado claro que pensaban marcharse en cuanto pudieran, y eso no ayuda precisamente a que los locales piensen en aliarse contigo a largo plazo sino a que individuos y grupos basen sus planes en aprovecharse todo lo posible de una presencia pasajera.

  5. amalricnem dice:

    No estoy de acuerdo con una parte de tu premisa, ISIS no son capaces de conquistar ni un kiosko de pipas y desapareceran del mapa en breve. No lo digo yo, lo dice warnerd http://pando.com/2014/09/28/the-war-nerd-lets-put-islamic-states-menacing-advance-into-perspective-by-looking-at-a-map/

  6. Habernio Calidonio dice:

    Volver a estabilizar Oriente Medio es una misión imposible, porque no existe una situación de equilibro a la que retornar. Habría que construirla sobre los escombros de lo que ha habido, que es precisamente a lo que aspira ISIS volviendo a una presunta pureza original. Precisamente por eso sus adversarios se niegan a llamarles Estado Islámico. Si bien parece cierto que, en esos términos, es un problema regional, sería sumamente peligroso quedarse ahí. En primer lugar, porque si no se les elimina militarmente se van a convertir en un problema geopolítico de primerísima magnitud. Y a ver quien le pone el cascabel al gato si llegan a controlar un porcentaje elevado de las reservas de crudo. No hay quien se lo ponga ahora mismo a Arabia Saudí, fuente en lo doctrinario y en lo financiero de buena parte de estos problemas, pero aún así hermanas de la caridad comparada con estos monstruos, así que… Y en segundo lugar, porque, como sabemos, muchos de los combatientes del ISIS son nacidos y criados en Europa. Es bastante probable que en Francia o Bélgica no terminen de ver claro que los problemas en Oriente Medio no sean también sus propios problemas.

    • Alatriste dice:

      ¿Pero de verdad de verdad son «muchos» o son solamente unos pocos muy visibles y exagerados por motivos de propaganda? Personalmente no estoy nada convencido de que en el ISIS haya tantos europeos como se podría pensar por la prensa…

      • Epicureo dice:

        Exacto, propaganda. Como los asesinatos en video. Necesitan aparentar que son mucho más fuertes, más extendidos y más despiadados de lo que son.

  7. Alexandre dice:

    Y, sin embargo, cuando se enfrentas con una fuerza algo organizada, se dan de bruces y pierden batallas. Ahí está el ejemplo de las milicias curdas.

  8. […] Terroristas y supermutantes […]

  9. JLPC dice:

    «… y EE.UU. invadiendo accidentalmente un país…»

    Ahí me quedé, don Roger; el fogonazo de la iluminación no me dejó seguir.

    O sea, que estaba un día la administración Bush pensando en sus cosas y sin darse cuenta invadió Irak.

    Y de la misma forma las potencias europeas y la administración Obama bombardearon Libia como quien va conduciendo distraído y atropella un perro.

    Ahora todo encaja.

    • Agustín dice:

      Pues de haber seguido habrías encontrado esta otra perla: «La guerra civil en Oriente Medio podríamos acabarla en tres meses si nos pusiéramos a intervenir en serio (sabemos cómo hacerlo, y tenemos artillería de sobra)». Así, con chulería, en dos patadas. El enlace de la frase lleva a un artículo que explica cómo EEUU echó a los soviéticos de Afganistán apoyando a los talibanes: todo un prodigio de estrategia política que no parece que haya llevado a la paz en la región. La verdad, uno espera un análisis algo más matizado del asunto

      • La verdad yo espero que antes de demostrar chulería respondiendo, se entienda lo que se lee. ¿En que momento del 2001 se lucho en Afganistan contra las fuerzas soviéticas? Iluminado de la vida

      • bloodykefka dice:

        Esto… habla del 2001, cuando fueron a por los talibanes y eso. A ver si antes de criticar leeis con detenimiento las cosas XD

    • Alatriste dice:

      Creo que Roger se nos está contaminando de inglés, porque «accidental» en inglés tiene dos significados, uno el mismo que en español, el otro algo así como «improvisado», «relajado» o hasta «sin preocuparse» (por eso la película se llamaba «El Turista Accidental/The Accidental Tourist», porque el protagonista escribía guías sobre cómo viajar sin temores porque tienes preparado un maletín con soluciones para todo)

  10. Vario dice:

    JLPC: Creo que lo de «EEUU invadiendo accidentalmente un país» se refiere a Afganistán, no a Iraq. Y accidentalmente no sólo significa «por casualidad», sino también «de forma no esencial». EEUU no tenía ningún interés esencial en conquistar Afganistán, quería a Al Qaeda y Bin Laden. Si los hubieran expulsado -suponiendo que por política interna hubieran podido hacerlo- los talibanes se habrían ahorrado la invasión.

    Agustín: Creo que no has leído bien, el artículo referenciado no habla de cómo EEUU echó a los soviéticos de Afganistán apoyando a los talibanes, sino de cómo derrotó totalmente a los talibanes hasta el punto de destruirlos como fuerza militar convencional. Otra cosa es que luego hayan seguido con una mezcla de guerrilla y terrorismo. Y lo que dice Roger es que el problema no es derrotarlos militarmente, eso ya está inventado, sino gestionar el país después con un conflicto de baja intensidad.

    • JLPC dice:

      No sé cómo se usa en inglés, pero en castellano el 99,9% (más o menos :-)) de las veces que «accidentalmente» aparece en un artículo periodístico significa «por casualidad» o «sin querer». Pero vale, de acuerdo, será que el sr. Senserrich lee últimamente mucha filosofía escolástica y emplea la palabra en su sentido original.

      Y si se refería a la invasión de Afganistán, se produjera aquella per essentia o per accidens, entonces lo que dice es un poco raro, ¿no? ¿Realmente aquella invasión tuvo estas consecuencias?

      • Vario dice:

        Si lo piensas un poco, verás que todo empezó con Afganistán: se crujieron a los talibanes -el gran enemigo que los soviéticos jamás pudieron vencer- en poco tiempo y con muy pocas bajas, ocuparon el país con el apoyo de la opinión pública de EEUU y aparentemente lo controlaban totalmente, los problemas tardaron en aparecer un tiempo.

        Sin este éxito a Bush no se le hubiera pasado por la cabeza meterse en lo de Iraq, ni se lo hubieran permitido con el mal recuerdo que la opinión pública y la prensa tenían de las intervenciones en el Líbano y en Somalia. Así que esa invasión le convenció y animó para meterse en un avispero en el que su padre no había querido o no se había atrevido a entrar.

        • Lafayet dice:

          La invasión de Iraq no fue consecuencia del éxito de en Afganistán. El petróleo de Iraq y poner el pie militar en esa zona (sin depender de Arabia Saudí o Israel) ha sido siempre un objetivo primordial.

          La duda es si Afganistán fue algo accidental por las torres gemelas o, como dicen los más conspiranoicos, el interés de trazar un oleoducto y gaseoducto de los yacimientos del Caspio sin tener que pasar por Irán ni Rusia, sino por Turkmenistán, Afganistán y Pakistán. Turkmenistán y Pakistan son razonables, se puede negociar con sus dictadores, es una cuestión de más o menos dinero. Con los chiflados Talibanes era imposible hablar de nada. (busca Unocal y Afganistán)

          Y hablar de las decisiones de Bush es un chiste. Ahí tuvieron que ver Dick Cheney y Donald Ramfield. George Bush Jr has sido un ejemplo de presidente florero de manual.

          Respecto al supuesto éxito, jamás lo tuvieron.
          Ignorando todas las advertencias de los servicios de inteligencia y militares, los halcones se creyeron que, más que una ocupación militar, serían un golpes de estado para poner un gobierno títere. Eso jamás pasó, se han visto enfangados en una ocupación y los gobiernos títeres no son de fiar. A pesar de la costosa ocupación, creyeron que con propaganda para sus propios ciudadanos y algo más de tiempo obtendrían un resultado aceptable.

          No fue así, nunca hubo tal éxito ni al principio. Sólo se lanzaron a una aventura detrás de otra tan deprisa que les permitió mantener ante la opinión pública de EEUU que era un éxito antes de que vieran el lío estaban metidos.

          Al presidente de Afganistán le llaman «El alcalde de Kabul», porque el resto del país están manos de señores de la guerra (con los que llegan a acuerdos bilaterales). Pero siguen estando en un estado de guerra. Si el objetivo era trazar un oleoducto, en las condiciones actuales, con mil señores feudales con los que tratar y un estado de semiguerra, es impensable.

          En Iraq han tenido más éxito: Han tomado los pozos de petróleo del Kirkuk y tienen relativamente pocas tropas estacionadas y pocas bajas. Pero, por otro lado, no tienen un gobierno estable proamericano, lo que les obliga a mantener tropas, no sea que todo se vaya al garete.

  11. un lector dice:

    Pues la verdad es que viendo la involución en materia de derechos civiles con medidas entre desmesuradas y absurdas (pero siempre por nuestro bien, faltaría más), sí que creo que nos están dando una soberana paliza, hasta el punto conspiranoico de hasta tener dudas de si no estarán detrás los gobiernos alentando tales acciones para justificar el abuso normativo al que están sometiendo cada vez más a la ciudadanía.
    Sí, parece un absurdo monumental, pero…

  12. Agustín dice:

    Mea culpa de una lectura apresurada.

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