Desigualdad

Educación y trampas de pobreza

5 Feb, 2015 - - @egocrata

A menudo desde la derecha se ha hablado de educación como un instrumento para fomentar la movilidad social (la izquierda en España, como decía Octavio, habla poco y mal del tema). Si ayudamos a los chavales a ir a buenos colegios, con buenos profesores y fomentamos una cultura del esfuerzo y responsabilidad, los que se lo merecen llegarán a la universidad y tendrán carreras largas y prósperas.

Por mucho que esto de la universidad no sea del todo cierto (un graduado universitario pobre, de media, ganará menos dinero que uno de familia rica), la mayoría de conversaciones sobre educación, igualdad de oportunidades y demás obvian un problema mayor: no todos los niños llegan al colegio de igual modo. Hace unos días señalaba que según el nivel de ingresos de cada familia los niños llegan con habilidades significativamente dispares a parvulario. Hoy toca hablar sobre uno de los motivos para que esto suceda, el nivel de educación de los padres.

Echemos un vistazo a este gráfico (datos de Estados Unidos, sacados de aquí):

Nivel de estudios

En el gráfico vemos el porcentaje de alumnos en octavo (el último año de middle school o ESO; 13-14 años, más o menos) que superan los exámenes estandarizados de matemáticas y comprensión lectora con una buena nota (proficient) a nivel nacional, según el nivel educativo de los padres. Según vemos, parece haber una relación extraordinariamente fuerte entre nivel de estudios de los progenitores y probabilidad de éxito escolar de sus hijos. O dicho de otras palabras, los niños que han nacido en familias con pocos estudios parecen tenerlo mucho más difícil para llegar a la universidad.

¿Por qué sucede esto? Obviamente, el nivel educativo de los adultos de la casa está fuertemente correlacionado con su nivel de ingresos. Los padres que no acabaron la educación obligatoria (en Estados Unidos hasta los 18 años) acostumbran a ganar menos dinero y estar en la pobreza con mucha mayor frecuencia. También acostumbran a vivir en barrios peores, van a colegios peor financiados y con menos recursos, están peor de salud y  están mucho más a menudo en familias monoparentales Como casi todo en Estados Unidos, todos estos hechos acostumbran a correlacionar también con fuertes diferenciales raciales.

La cuestión principal a abordar, sin embargo, es que a menudo una fuerte inversión en educación no basta para aumentar la movilidad social. Es una pieza clave si queremos aumentar la igualdad de oportunidades, obviamente, pero incluso los mejores colegios poco pueden hacer ante familias desestructuradas, con pocos ingresos y con bajo nivel cultural. Si queremos realmente aumentar la movilidad social tenemos que pensar en un estado de bienestar bi-generacional, capaz de dar servicios tanto a los niños como a sus padres al intentar reducir la pobreza hereditaria.

A efectos prácticos, esto quiere decir combinar programas de educación para adultos (sea formación profesional o titulaciones universitarias), políticas activas de empleo, programas para desarrollar habilidades no cognitivas, guarderías para permitir que los padres puedan ir a trabajar o formarse, cursillos sobre salud infantil y otros programas de apoyo que permitan mejorar el nivel educativo y de ingresos de los padres con la educación de los niños. Sabiendo que el periodo clave en la formación de un bebé es de los cero a los tres años, esto probablemente incluye abrir guarderías en centros educativos para adultos y universidades, por ejemplo, y en general hacer todo lo posible para o bien aumentar el nivel de ingresos de los padres.

Como he dicho otras veces: si uno se toma la igualdad de oportunidades en serio sale bastante cara.


5 comentarios

  1. Pandando dice:

    No creo que sea solo una cuestión económica, en hogares con padres universitarios probablemente se lea más, se hable de forma más culta y por tanto los niños absorban más conocimiento.

  2. Eduard Gracia dice:

    Este articulo es interesante, pero el razonamiento es muy sesgado. Existe muchisima evidencia (para una referencia facil basta consultar un capitulo de «Freakonomics» que trata precisamente sobre esto) de que las capacidades cognitivas de las personas estan muy relacionadas con las de sus padres, y de que esto tiene raices no solo educativas sino tambien, y esto es importante, geneticas. Sintiendolo mucho (porque yo tambien quisiera creer que todos nacemos con las mismas habilidades cognitivas) no esta claro en el diagrama que presenta el articulo cual es la parte de la diferencia de resultados entre los alumnos que se debe a su origen social y cual a su herencia genetica: en el primer caso estariamos efectivamente ante un problema de igualdad de oportunidades, pero en el segundo no.

    • s4nt1r dice:

      ¡Toma ya! esto si que es bueno… «las capacidades cognitivas de las personas estan muy relacionadas con las de sus padres, y de que esto tiene raices no solo educativas sino tambien, y esto es importante, geneticas…» Menudo argumento… http://es.wikipedia.org/wiki/Falacia… Diría que encaja con http://es.wikipedia.org/wiki/Falacia#Generalizaci.C3.B3n_apresurada… desde luego que las capacidades cognitivas de las personas están relacionadas con las de sus padres y con raices genéticas… Pero creo que el siglo XX ya nos ha dado la suficiente base científica para desechar delirantes teorías racistas y eugenésicas… Que no, que no, que ni los negros, ni los judíos, ni los gitanos, ni los japoneses, ni los griegos, ni los chinos, ni los del sur, ni los del norte, ni los del oeste, ni los del este etc,etc, etc son inferiores a los blancos arios rubios de ojos azules. Hasta un niño con Síndrome de Down tiene derecho, por lo menos en nuestro estado de derecho, a una inversión pública en educación para proporcionarle igualdad de oportunidades.

  3. gerion dice:

    Esto hace tiempo que se viene repitiendo en varios artículos, lo que no significa que sea menos cierto, ni que haya que dejar de repetirlo. De hecho, todavía hay comentaristas que utilizan los mismos argumentos para descalificarlo – presumo que recién incorporados -.
    El fallo de los planes, y yo también insisto, es no considerar el tiempo en la ecuación. Cierto que las ayudas económicas directas gubernamentales contribuirán a mejorar los medios de información y educación a los que los necesitan – sean los adultos o los críos -, pero seguirán sin compensar la carencia básica de tiempo para aprender y aplicar lo enseñado. Ese dinero, tal vez, debería orientarse a enseñar gestión del tiempo a esas familias.
    No obstante, entiendo que hablar de tiempo como el bien más preciado sólo queda para pelis de ciencia ficción, como In-Time o Júpiter Ascendant. La segunda, por cierto, me pareció una basura.

  4. Aloe dice:

    Creo que es razonable pensar que los resultados de los hijos correlacionan también directamente con el nivel educativo de los padres, y no solo con su nivel de ingresos entendiendo el nivel educativo como un proxi.
    Por supuesto que es difícil separar una cosa de otra, pero indicios sí que hay.
    Las estadísticas que se hacen en España (al menos las que yo leía hace algunos años) encontraban que los resultados de los hijos correlacionaban sobre todo con el nivel de ingresos del padre y con el nivel de educación de la madre. Parece bastante lógico pensar que esto es un reflejo de la división de roles tradicional, en el que la madre se ocupa fundamentalmente de la supervisión y motivación de los hijos en el día a día. (y el padre de ganar dinero). Por eso no sé si en las estadísticas más recientes el efecto diferencial se irá diluyendo. Pero sí que parece mostrar que hay un efecto directo, además del indirecto a través de la renta.

    Mi objeción no se extiende al tema en sí del artículo,desde luego. Todo lo que se propone va en ambas direcciones.

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