Internacional

Tsipras y la opción nuclear

26 Ene, 2015 - - @jorgegalindo

Anoche nos íbamos a la cama con una coalición de izquierda radical (esa es la traducción aproximada de SYRIZA al castellano) ganando las elecciones griegas. A dos escaños de la mayoría absoluta, el partido de Alexis Tsipras necesita un socio de gobierno, o al menos algún apoyo relativamente estable, para encarar la dificilísima legislatura que se abre ante ellos. Hoy parece que nos levantamos con la izquierda más cerca de pactar con la derecha nacionalista (ANEL) por su carácter anti-austeridad, conservadora y anti-neoliberal, que con los moderados reformistas (To Potami), considerablemente más pro-europeos.

Dos son los asuntos fundamentales, a mi parecer y al de otros muchos, a los cuales se enfrenta el nuevo gobierno: por un lado, la situación de Grecia con respecto al resto de la zona euro, particularmente su relación con los países acreedores y la evolución de su rescate, todo ello enmarcado en el diseño institucional europeo que, como ya hemos comprobado sobradamente, no funciona. Por otro lado está el asunto de por qué Grecia ha acabado en esta situación, por qué los costes durante la crisis se han repartido de una manera determinada, y qué hacer para que esto no vuelva a suceder. La relación entre ambos aspectos es íntima. En los orígenes de la crisis los problemas estructurales de países como España o Grecia se unieron al río de crédito barato que llegó gracias en gran medida al hecho de que el BCE fijaba una única tasa de interés para países con niveles de inflación bien distintos, lo cual hacía que los créditos fuesen mucho más accesibles allá donde dicho nivel era más elevado. Hoy, no parece que podamos salir del pozo en que nos hemos metido sin maridar de alguna forma un ajuste considerable en cada Estado endeudado, reformas estructurales para mejorar la capacidad de crecimiento de los mismos, y un estímulo monetario (e idealmente fiscal desde los países en mejor posición) a cambio del esfuerzo.

Las opciones para los países deudores son limitadas. El gobierno puede más o menos pasar por el aro del ajuste, aplicar reformas estructurales a medias y pedir con la boca pequeña ayuda de Europa mientras echa todas las culpas de manera implícita al exterior, esperando no perder demasiados votos. Esta ha sido la estrategia de todos los partidos dominantes, por ejemplo el PP, el PSOE, ND o el PASOK. Ya hemos visto que no ha funcionado demasiado bien. Alternativamente, el gobierno puede comprometerse de manera creíble a ir más allá con las reformas estructurales y mantener el ajuste fiscal con la condición de que se abra la mano en Bruselas y en Berlín y en Helsinki. Ello implica un esfuerzo descomunal con el objetivo último de profundizar en la integración europea, lo cual supone explicar a los electorados nacionales los beneficios potenciales en el largo plazo. Una parte de las reformas estructurales implicaría reequilibrar el reparto de los costes de la crisis entre distintos colectivos, y esta es una agenda que solo puede llevarse adelante con una plataforma ideológicamente coherente. Por último, el gobierno puede decidir que va a confrontar las reclamaciones de los países deudores y del Banco Central Europeo a pesar de la disposición (condicional) de este último de ofrecer ayuda. Concentrarse en conseguir una quita de la deuda y un giro para alejar la austeridad como condición previa para pasar a cualquier otro asunto.

Si Tsipras forma gobierno con el apoyo de ANEL estará optando por esta última ruta. Los peligros son muchos. El primero y principal es que ni siquiera ahora la amenaza de una salida no negociada del euro es demasiado creíble. Los costes potenciales son elevadísimos, serían sufridos sobre todo por los grupos más vulnerables y las clases medias, donde SYRIZA mantiene sus principales apoyos. Así que el resultado más probable es el de un fallo medio encubierto en la renegociación de los términos, con Grecia manteniéndose a grandes rasgos dentro del camino marcado. Por otro lado, ANEL no es un socio coherente de gobierno para llevar adelante políticas estructurales, de reforma del gasto público o del sistema impositivo. Así que aún en el hipotético caso de que Tsipras y los suyos consiguiesen forzar la mano del resto del continente no está claro qué podrían hacer en casa con el tiempo ganado. Se parece un poco al peligro de juguetear con un grupo que dispone acceso a una bomba nuclear: no puedes controlar totalmente a sus integrantes y, a pesar de todo, nadie piensa que la opción de detonarla sea contemplada seriamente. Solo lo harían si tú y tu socio demostraseis estar lo suficientemente locos como para volar al mundo entero por los aires. Los peligros de llevar la táctica al límite son, creo, obvios.

No es que la opción alternativa, apoyarse en To Potami y apostar por una renegociación de términos a cambio de compromisos explícitos y con la reforma de la UE sobre la mesa, tenga unas perspectivas mucho mejores. Después de cinco años de gestión atragantada de la crisis los ciudadanos griegos están comprensiblemente hartos de la situación, y el margen para convencerles de que más reformas y más Europa es la solución a cambio de un leve alivio es muy escaso. Más aún, la evolución del voto en los países acreedores hace sospechar que franceses, alemanes, holandeses, daneses y compañía no están precisamente por la labor de darse alegrías integradoras. Torreblanca hablaba en EL PAIS de un «choque de populismos» como algo a contemplar en el horizonte europeo, y me temo que no anda desencaminado.

No hay opciones fáciles para los políticos en la Europa de hoy, en ninguno de los países miembros. A estas alturas del partido ni siquiera resulta demasiado sencillo predecir si la opción nuclear tiene más o menos visos de deteriorar la querencia de los ciudadanos por el proyecto común. Pero lo que es seguro es que al menos en el segundo escenario una unión transnacional de votantes con base a sus preferencias redistributivas, de política social o económica estaría dentro de la agenda. Con la primera solo tenemos la posible alianza por la amenaza del repliegue.


17 comentarios

  1. Pues yo, aun con la victoria de Syriza, soy optimista. Creo que prevalecerá la segunda opción. Creo que habrá una quita que permita abordar la estabilidad presupuestaria sin estrangular a los griegos (no olvidemos que de los incentivos que tengan a esforzarse depende buena parte de la salida de la crisis). Los griegos se sentirán muy aliviados por la disminución de parte de esa pesada carga, verán que tienen un futuro que va más allá de trabajar mucho y ahorrar mucho para pagar una deuda inasumible. Tsipras se tendrá que encargar de vender eso, sería el logro de Tsipras.

    Pero, a cambio, Tsipras tendrá que comprometerse a un presupuesto estructuralmente equilibrado (no nos engañemos, no existe otro camino) y reformas más profundas. Quizá una forma de facilitar a Tsipras esas reformas sea condicionar la quita a un consenso político amplio. Syriza tendrá que ceder en algunas cosas y Nueva Democracia en otras. Lo mejor es que las reformas fuesen propuestas por Grecia y avaladas por el visto bueno de los organismos internacionales.

    Un cordial saludo.

    • Palafox dice:

      No olvidemos que ya en 2012 hubo una quita del 70% de la deuda pública con el compromiso de estabilidad presupuestaria, ajustes y reformas.

      Estamos en 2015 como en 2012 pre-quita.

  2. PaulJBis dice:

    La segunda de las alternativas que describes aquí es la misma que planteaste ya en el último Cervezas & Politikon (compromiso creíble de reformas a cambio de una política fiscal europea expansiva), y me quedé con ganas de preguntarte: ¿de verdad crees que existe voluntad para ese quid pro quo en Europa ahora mismo? En otras palabras, ¿de verdad crees que Merkel, Schauble y Weldmann están esperando a que haya un plan de reformas creíble en el sur para abrir el grifo e inundarnos de millones?

    Porque la impresión que me da a mí es más bien la contraria: a Alemania le van bien las cosas como están, no ven por qué tienen que gastar su dinero en rescatar a ciudadanos que no son alemanes, y el paro en el sur les sirve incluso de estímulo para que los jóvenes españoles, italianos… se vayan a trabajar a Alemania y rejuvenezcan su pirámide de población (un tema que sabemos que preocupa mucho a Merkel). En estas circunstancias, no puedo evitar pensar que, cuando los alemanes hablan de la necesidad de reformas, en el fondo lo que están haciendo es poner excusas para quitarse a los pedigüeños de encima, y que una vez que hubiera un plan de reformas creíble, nos vendrían con algún otro argumento…

    (Con esto no estoy negando la necesidad de reformas en la economía española o griega. Lo que digo es que, si hay que hacer reformas, se hagan porque creamos de verdad que van a ser lo mejor para el país, no esperando el maná del dios de Frankfurt, que puede caer… o no).

  3. gerion dice:

    Alguno pensamos que Grecia se volcará hacia Turquía en busca de sostenimiento, lo que facilitará su entrada en el euro a pesar del estado de los derechos humanos allí, y que a Alemania y compañía les va a dar igual, puesto que la deuda de Grecia ya nos la encalomaron a los PIGS cuando recibimos el «rescate que no era un rescate». Lo de Grecia no es tanto problema de Alemania, como de España, Portugal y compañía.
    Además, para eso la UE ha estado invirtiendo fondos en las universidades españolas: para que nuestros titulados puedan irse a trabajar allí, que es donde realmente van a sacar partido a ese título financiado por Europa. Si no, ¿por qué iban a proporcionar fondos a las universidades españolas?

    • Lluís dice:

      Lo de Grecia volcarse en Turquía, y con ANEL en el gobierno supongo que es un chiste.

      Vamos, que mantengan relaciones diplomáticas y no estén amenazándose a garrotazos es un éxito sabiendo el amor que griegos y turcos se profesan desde hace casi un milenio.

  4. davidm dice:

    De verdad, me encantaría que alguien en España se molestara en leer el blog de Yanis Varoufakis, cerebro económico de Syriza en lo que al rescate se refiere, y valorar exactamente ESO que dice, y no mirar en la bola de cristal.

    También, dicho sea de paso, me encantaría que alguien en España leyera en el blog de Yanis Varoufakis su explicación sobre los orígenes de la crisis global (muy anterior a su relación con Syriza) y que intentara citar un solo autor, en cualquier parte, que haya dado una explicación más satisfactoria.

    Y es que, más allá de lo que Syriza *se supone* que representa por su *presunta* ideología, lo cierto es que Syriza es el partido que ha pedido que se una a su lista al economista de todo el planeta que mejor ha explicado la crisis presente.

  5. juan dice:

    Pues yo soy optimista no «a pesar de» la victoria de Syriza, sino «por la misma».
    Hasta ahora teníamos una Europa con muchos hidalgos creyendose ricos, y por tanto secundando lo dictado por Merkel y colaterales (ay Francia, el día que se descubra su verdadera competitividad), países con sus partidos socialdemócratas mirando para otro lado cuando Yorgos Papandreu trató de conseguir algo más digno para su pueblo.
    Bueno, esos partidos de todos esos países ya saben que mañana pueden estar en el 5%. C’est la vie.
    Vamos a asistir a ver como se apoyan en Tsipras para empezar a «por el bien de Europa» pedir a Merkel que suavice posiciones, a defender con ahínco, que ellos apoyaron esto confiando en resultados que se han demostrado fallidos (por ejemplo respecto al relanzamiento en USA).
    Va a ser imposible seguir manteniendo las actuales políticas de la UE, y por tanto habrá que buscar una solución para Grecia y para todo el sur.

  6. Moisés dice:

    Yo no voy a entrar a discutir si Syriza está llena de héroes o de farsantes. Ni si es mejor comer pan alemán que pasar hambre griego. Lo que me preocupa, y nadie parece tener tiempo para comentar, es que cientos de miles de griegos le dieron su voto ayer a un partido nazi (neonazi es un eufemismo). Y seguimos discutiendo si la UE es buena o Merkel tiene pecas.

  7. Felipe dice:

    No parece que el programa electoral de Syriza tenga nada que ver ni con la primera ni con la segunda opción, ni que haya ninguna voluntad dentro del partido con tragar con ninguna de ellas. Preveo un año perdido intentando cumplir el programa y fracasando. Solo entonces, después de fracasar, contemplará Syriza cambiar de curso, pero apenas tendrá capital político para la primera opción, y en ningún caso suficiente para la segunda.

    Tras el fracaso y la correspondiente frustración de los ciudadanos griegos, pueden llegar dos opciones: La primera una ruptura interna de Syriza entre radicales y moderados, gran coalición con otras fuerzas y continuación de las políticas habidas hasta ahora a regañadientes y con una ciudadanía desencantada. La segunda, inestabilidad política, nuevas elecciones y salida del euro.

    Malos tiempos para el europeísmo.

    • Pescador dice:

      Yo solo espero, que ya que la UE pide cortar un millón de piernas griegas, no le corten las dos a medio millón. Hay crisis y hay que recortar/ordenar/equilibrar pero el diablo está en los detalles.
      Aquí recortamos para ser competitivos y tal, pero la parte de los sueldos en el PIB ha caido un 3% frente a la de los beneficios empresariales y estamos cambiando el IRPF por los impuestos indirectos y las tasas ¿Seguro que es esa la única forma de recaudar o el KAOS?

      • Moisés dice:

        Claro que no es la única forma de equilibrar/ recortar/ etc pero quien decide cómo se recorta es, en buena medida, el gobierno nacional, no la UE. Ya puede la UE pelarse la garganta a gritos contra la bajada del IVA que si Rajoy quiere ganar elecciones va y lo hace. Y si el déficit aumenta y después de las elecciones tiene que cerrar la mitad de los hospitales del país para reducir el déficit y evitar sanciones de la UE, pues lo hará y después dirá que la UE es muy mala muy mala. Y en lo que sí es muy mala la UE, pienso yo, es en no tener los huevos de decirle que se pasa por el forro su soberanía y que ciertos gastos, como aeropuertos sin aviones o la contabilidad B del PP, son inasumibles y da igual si lo piensa Merkel o Sancho Panza. Porque la hipocresía de darle palmaditas a Rajoy en el hombro y celebrar reformas que no reforman mientras se publican papers contra ellas, jode más, la verdad. Pero todos sabemos que una UE sincera pasándose por el forro ciertos derechos soberanos (votar partidos con contabilidad B, alcaldes que construyen aeropuertos molones) sería aun menos popular, claro.

      • Moisés dice:

        Y por cierto celebro tu comentario que, lamentablemente, se ve poco en estos días.

  8. Pescador dice:

    Lo de «izquierda radical» es lo que toca cuando pones al plantel de Telemadrid y el ABC a dirigir TVE…
    Respecto al 6% de votos de «Amanecer Dorado», aquí no estamos para dar lecciones. Somos uno de los pocos paises que no tienen extrema derecha oficial, y eso si que es raro raro…

    • dalek_fan dice:

      Izquierda radical es como se denominan ellos a si mismos, y no es algo negativo.
      Claro que cuando lo afirman esos que tu dices, adquiere otro cariz distinto.

      • Pescador dice:

        Tambien había un partido «radical» en Italia, y comparto la duda de que radical, en política griega, tenga el mismo sentido que en la cultura política española. Aquí esta claro que no se referían tampoco al partido Lerrouxista, suponiendo que aún queda alguien en España al que le suene Lerroux

        • Alatriste dice:

          Claro que queda. De hecho, salvando las distancias a algunos Pablo Iglesias nos recuerda un tanto a Lerroux cuando empezaba y se calentaba la boca hablando alegremente de asaltar conventos y dignificar monjas elevándolas a la categoría de madres (me apresuro a aclarar que 1) evidentemente eso Lerroux no lo pensaba de verdad y 2) no es que lo recuerde personalmente…)

          Pero volviendo a Grecia comparto las dudas de que «radical» signifique lo mismo en griego. Viendo la incompatibilidad entre Syriza y los comunistas y la rapidez con la que ha llegado a un acuerdo – tanta que resulta muy sospechosa, casi diría que delata un entendimiento anterior a las elecciones – creo que hay razones para esperar algo bueno y algo malo: que el nuevo gobierno no esté interesado en la «opción nuclear», pero que tampoco quiera cambiar de verdad las cosas en Grecia. Vamos, que el príncipe de Lampedusa sigue vivo y bien de salud.

  9. […] compañeros de viaje en el espectro pro-anti UE. En cualquier caso, también puede tratarse de una estrategia de “advertencia” (signaling) que realiza el nuevo gobierno griego frente a la troika y el resto […]

Comments are closed.