Economía

Regulando el mercado laboral: opciones, costes y futuro

12 Dic, 2014 - - @jorgegalindo

Las instituciones que regulan el mercado laboral, como prácticamente cualquier otra institución en nuestro entorno político, tienen una doble vertiente que es al mismo tiempo contradictoria y complementaria. Kathleen Thelen lo explica bien aquí, y la mayoría de ideas desarrolladas en el presente texto se inspiran en este libro. Sirven las instituciones, decía, para delimitar el conflicto entre capital y trabajo, agentes con intereses eminentemente contrapuestos en muchos aspectos. El trabajador quiere ganar más dinero en menos horas y con menor esfuerzo, minimizando la probabilidad de perder su empleo. El capitalista desea justo lo contrario: pagar salarios más bajos por más productividad, contratar y despedir cuando así lo consideren adecuado. Sin embargo, empleador y empleado comparten también un interés común por el tamaño del pastel, no solo por el pedazo que cada uno se lleva a su casa. A ambos les va bien que la economía crezca. A más, mejor. Y para ello es necesario que tanto unos como otros rebajen un poco sus demandas en la dimensión del conflicto laboral. Las instituciones sirven de marco de referencia para resolver conflictos y encontrar puntos en los que cooperar de una manera sostenida.

Centrémonos en el aspecto de la contratación y el despido. La flexibilidad tiene la ventaja para el capitalista de permitirle ajustar los factores de producción como le venga en gana, de acuerdo con las variaciones en la demanda. La seguridad garantiza, por contra, trabajadores con un horizonte de futuro más claro y por tanto más motivados y, normalmente, también mejor formados. Los beneficios de tener un ingreso seguro son obvios para el empleado. Respecto a la flexibilidad, la única ventaja que le puede reportar es mejorar el tamaño del pastel: al menos en teoría, reducir rigideces en el lado de la oferta mejora el comportamiento de la economía. También, si todo funciona bien (el paro es bajo) y la persona en cuestión está lo suficientemente formada, un mercado de trabajo flexible proporciona al trabajador incentivos para mejorar en su carrera de. Sin embargo hay que tener (muy) en cuenta que esta es una promesa, en principio relativamente vaga, y no necesariamente creíble.

Es en este dilema entre flexibilidad y seguridad donde las instituciones entran para proporcionar un punto de equilibrio. De manera esquemática las muchas posibilidades del menú regulatorio pueden resumirse en un esquema de dos ejes donde el eje horizontal indica en qué medida estamos dispuestos a proteger al trabajador de manera individual a través de subsidio de desempleo e inversión universal en formación, sobre todo para aquellos que se queden atrás en un proceso de renovación tecnológica. El eje vertical, por su lado, se refiere al nivel de protección al puesto de trabajo que ocupa cada persona (empleada), normalmente conseguido incrementando los costes por despido y las trabas administrativas o legales para ello puestas a los empresarios.

reformaslaborales

Este esquema nos deja con cuatro posiciones ‘típicas’ posibles. En el cuadrante superior derecho se encuentra el modelo súper-protector, donde tanto la red de seguridad para cada trabajador como la regulación por despido son muy elevadas. La Suecia o la Alemania de los años setenta son ejemplos bastante claros. En el punto contrario, el inferior izquierdo, tenemos a los países liberales. Allí es muy fácil despedir y el trabajador también lo tiene difícil una vez está en el paro, más o menos abandonado a su suerte (recordemos que hablamos de modelos absolutos, la realidad siempre es más matizada). Los otros dos cuadrantes representan los casos mixtos, propios de la Europa continental. Arriba a la izquierda se encuentra la opción de proteger al puesto de trabajo sin hacer demasiado caso al trabajador despedido. Aquí estaban todos los países mediterráneos hasta hace poco. Pongámonos en la España o en la Italia de hace un par de décadas o tres. Despedir era muy caro, y una vez en situación de desempleo el Estado te ayudaba más bien poco. El último cuadrante, el inferior derecho, es un lugar poco común: el despido es relativamente fácil y accesible, pero el trabajador cuenta (idealmente) con una gran cantidad de ayudas a su disposición para minimizar el efecto del desempleo sobre su renta presente y futura. La Dinamarca de los noventa (quizás no tanto la de hoy) es el ejemplo más citado.

No hay países en el mundo que tengan una economía abierta al comercio internacional y/o unos mercados de bienes y servicios relativamente libres y, al mismo tiempo, se encuentren en la parte superior derecha del gráfico. La razón es la que mencionaba al principio: trabajadores y empresarios necesitan encontrar un compromiso entre redistribución y crecimiento. Este punto suele anular o hace disminuir severamente la productividad. Por tanto queda fuera del menú para la mayoría de países desde, al menos, principios de los años ochenta.

Tampoco hay naciones que estén en el punto superior izquierdo… de manera pura. Lo cierto es que la mayoría de estados occidentales tienen instituciones reguladoras de la contratación y el despido que son una versión modificada del «protejamos mucho al puesto de trabajo y poco al trabajador sin empleo». Se trata de la segmentación, dualidad, precariedad… como se le quiera llamar. El caso es simple: un grupo de empleados con poder de negociación considerable por razones variadas dispone de un nivel de protección contra el despido considerablemente alto, mientras que la necesidad de flexibilidad para adaptarse a los vaivenes de la economía se transfiere a otra parte de los trabajadores. Los precarios, los outsiders. Normalmente bajo modelos de contratación distinto al de los puestos más estables, su acceso a sistemas de formación y rentas durante el desempleo es relativamente baja. Es éste el caso no solo de España, sino también de Alemania, de Italia, de Francia o incluso, cada vez más, de Suecia. En realidad, ni siquiera los países considerados miembros del club de la seguridad flexible se libran de segmentar a su mercado laboral.

No, ni siquiera Dinamarca, donde los trabajadores migrantes tienen un estatus considerablemente más degradado que los nacionales. Ni Holanda, donde las mujeres en posiciones de tiempo parcial abundan, a pesar de que se encuentran en una situación comparativamente mejor a la española. Es, en última instancia, una cuestión de grado. Y precisamente por ello hay espacio para mejorar. Poco o bastante en los países mencionados en este párrafo, mucho o muchísimo en el nuestro. Si alguien me pregunta, un sistema en el cual el despido tenga un coste idéntico para todos pero lo suficientemente elevado como para evitar abusos por parte del empleador, incluyendo un sistema de mochila austríaca y complementado con una gran inversión en formación y subsidios de desempleo sería un ideal interesante a alcanzar. O al menos a considerar. Pero claro, tienen que hacerlo todos los asalariados a una.

La clave es que en una economía dual los trabajadores están divididos: tanto en sus posiciones dentro del mercado laboral como en su relación con las instituciones y, por tanto, en sus actitudes políticas frente a las mismas. A más segmentado está el mercado de trabajo, más difícil es salvar esta brecha y construir coaliciones sólidas que permitan plantarse ante los empresarios y decirles algo como que de acuerdo, vamos a ver cómo podemos conseguir más y mejor crecimiento (productividad, al fin y al cabo) todos juntos sin que nos robéis la cartera. La precariedad selectiva no solo destroza económicamente a los individuos que la sufren, también les roba de sus manos la capacidad de influir políticamente para mejorar su situación.

Asumamos, pues, que en el largo plazo la dualidad es una mala idea para todos. De la misma manera que si alguien propone ir hacia un modelo de flexibilidad absoluta le exigimos que especifique en la etiqueta el coste en términos de incremento de la desigualdad y pérdida de poder relativo de los asalariados, deberíamos pedir a quien sugiere volver a un pasado ultra-regulado (que, por otra parte tampoco existió jamás en España) que subraye los problemas que supondría para todos en un marco de economía de mercado*. Quien ponga una combinación de flexibilidad y seguridad sobre la mesa tendrá que exponer, por tanto, que el objetivo es encontrar un equilibrio entre las demandas de crecimiento y la necesidad de que éste se encuentre bien repartido, de manera que ni el balance económico ni el político se vean descompensados hacia uno de los grupos en liza. Necesitamos competir, pero probablemente deseamos cooperar. Solo que no es fácil dar el salto.

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Nota bibliográfica. Para quien quiera profundizar en la argumentación aquí desarrollada recomiendo el nuevo libro de Kathleen Thelen, Varieties of liberalization, del cual he robado parte del marco de análisis (aunque ella se centra más en el ámbito de las políticas activas de empleo). En el primer capítulo (PDF) se encuentra una revisión de la literatura donde expone la contradicción entre quienes ven a las instituciones como instrumentos de conflicto destinados a asegurar la protección de los trabajadores (desde Marx hasta Esping-Andersen, de quien el esquema elaborado por Thelen y reelaborado arriba por mí es obvio deudor, y Korpi), y quienes por contra las ven como puntos de cooperación (sobre todo los autores adscritos al llamado paradigma de las ‘Variedades del capitalismo’ o Varieties of Capitalism).

Respecto a la pregunta de por qué en algunos sitios la regulación laboral es más segmentada que en otros, la verdad es que aún estamos intentando responderla y es posible que la trate aquí en el futuro. Un punto de partida razonable son los trabajos de Gilles Saint-Paul, aunque él solo da un modelo general y no se preocupa de las diferencias para toda Europa. Entre otras muchas contribuciones, destacaría la visión de Iversen y Soskice como evolución del paradigma de Varieties of Capitalism hacia algo que acepta más la importancia del conflicto en la definición de las instituciones (el libro de Thelen recoge esta evolución y la lleva más allá); también este manuscrito de David Rueda junto a Wibbels y a Altamirano (PDF) es notable, sobre todo en la forma en que se acercan a la estructura económica como causa de la variación entre países; de hecho, es en parte un acercamiento a las posturas un tanto más «funcionalistas».

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*Entiendo que haya quien ponga en cuestión todo el modelo de «mercado regulado», por supuesto, pero en tal caso el debate sube un peldaño, y necesariamente tiene que explicar por qué considera que éste ha sido un fracaso para países como el nuestro. Buena suerte con ello, la verdad. Más aún con forjar un amplio consenso anti-capitalista.

 


68 comentarios

  1. Hastaelgorro dice:

    Vaya puta mierda de texto. Y lo digo así tan crudamente porque ya estoy hasta las narices de argumentarios como este. En el mundo real, el de los trabajadores asalariados que no disfrutan de una situación de privilegio, la cosa sucede como sigue. Hola, vengo a su entrevista de trabajo. Le pagamos tanto. Sí, pero esto es una mierda. Pues si no le gusta, ya sabe, que en la puerta tengo a cuarenta que están dispuestos a hacerlo por lo mismo o menos. Sí, pero ¿tienen este currículo? Su currículo yo me lo paso por al arco del triunfo. ¡Siguiente! Ahora hábleme usted de intereses cruzados. Ese tipo de argumento, de facto, solo ha llevado a que, progresivamente y desde las últimas décadas, el trabajador solo haya hecho que ir cediendo derechos. Nunca, repito, NUNCA, en los últimos veinte años han perdido los empleadores terreno que compensen esta pérdida. En general, no hay ninguna confluencia de intereses entre empleador y trabajador. En este mundo, el empleador siempre trata de sacar el máximo partido a su posición de poder y trata por todos los medios que las normativas se lo permitan. Si pudieran revertir la situación a principios de la revolución industrial o, aún peor, a la Edad Media, lo harían. Aquí y en la conchinchina. De esa desconfianza, más que razonable, surge la necesidad de atar en corto los posibles abusos. Porque no se trata solo de beneficios. O sí, los del empleador, que tata de sacar el máximo sin devolver nada (o lo menos posible) a aquel cuya fuerza de trabajo se aprovecha de una forma u otra para enriquecerse cuanto pueda. Lo demás son gilipolleces. El articulista lo sabe bien, por eso añade la nota final, para excusarse de manera zafia, párrafo que, como poco, debería darle vergüenza.
    P.D: Me cago en al internacionalización de la economía.

    • Miguel dice:

      Tu posdata muestra tu nivel de asunción de la realidad. En realidad es la internacionalización de la economía la que se ha cagado en tí.

    • Maletas dice:

      Si el trabajo al que solicitas lo puede hacer cualquiera en esa cola, es normal que a cualquiera le importe una mierda que tu curriculum sea mejor.

      Si tu curriculum esta sobrecualificado para los puestos a los que solicitas, es el momento de irse del pais en busca de puestos de trabajo cualificados, lo que es particularmente facil para los europeos.

      El trabajo es un producto mas, y la obligacion de cada uno es mantenerse competitivo, y vender su producto donde mejor lo pagan.

    • heathcliff dice:

      Ya, y yo me cago en el cáncer, en la malaria, el ébola y el SIDA.

      ¿Y qué crees que soluciono?

  2. Me parece una aproximación sugerente, pero yo no lo veo exactamente así. El tamaño del pastel depende de múltiples factores, pero creo que la mayor o menor protección del puesto es más bien una forma de solución de conflictos en casos de crisis que una forma de fomentar la prosperidad. Lo que verdaderamente hace que el pastel se agrande son los proyectos innovadores exitosos (nuevos productos, nuevos procesos, nuevas materias primas, nuevos mercados, etc.), que dependen poco del grado de protección del puesto, por la sencilla razón de que es el éxito el que garantiza la permanencia en el puesto.¿Alguien se imagina a Henry Ford fuera de la empresa que aún hoy lleva su apellido? ¿Alguien se imagina a B. Gates en otra empresa que no sea Microsoft? El éxito requiere continuidad, pero la continuidad no implica el éxito, es algo que se escapa de la regulación de los mercados de trabajo.

    ¿Nos podemos imaginar un sistema en el que la innovación migre de empresa, en el que el cambio de empresa contribuya a un mayor desarrollo de la innovación? Difícilmente, porque la marcha de personas clave supone la pérdida de buenos emparejamientos de personas, de equipamientos, de relaciones, etc. Además, el riesgo de que la innovación propia acabe aprovechando a otra empresa puede frenar el impulso innovador de las empresas.

    Quizá pueda haber algunos efectos limitados de los costes de despido en el crecimiento. Por ejemplo, la mayor seguridad en el puesto puede conducir al efecto positivo de tener trabajadores más relajados y que mentalmente, e incluso físicamente, puedan trabajar mejor. Pero también puede tener el efecto negativo de llevar a menor disciplina.

    Un cordial saludo.

    • Demostenes dice:

      Gonzalo,
      La continuidad en el puesto no es una garantía de éxito de la empresa, pero por supuesto es algo muy deseable para el trabajador. La empresa no tiene por que ser muy exitosa o crecer mucho, a muchas con sobrevivir o crecer lentamente les vale, y como dice Jorge, aqui hay que remar todos a una, empresa y trabajadores. No viene mal mirar que es lo que les conviene a la segunda parte de ese binomio de vez en cuando, aunque no beneficie a la primera (y viceversa).

      Por otro lado, me da que tu tienes más en mente el modelo de las startups, pero hay que tener en cuenta que no sirve para todo ni para todos. Habrá empresarios y trabajadores muy dispuestos a invertir, arriesgar, que a veces funcione y sacan una innovación prodigiosa, y otras no, cierren el chiringuito y busquen otro. Pero ni todos los empresarios son así, ni todos los trabajadores son así, ni tampoco todos los negocios. Nunca he visto una startup para montar una panaderia, y eso no quiere decir que las panaderias no sigan siendo necesarias ni que no abran o cierren si les va bien o mal, como cualquier otro negocio, a pesar de no tener grandes innovaciones de por medio.

      • Demóstenes, yo creo que todas las empresas deben traer algo nuevo. Por ejemplo, una panadería para poder sobrevivir debe buscar nuevos pueblos o nuevos barrios donde repartir su pan, debe encontrar un nuevo canal para la mejor comercialización de su producto, en muchas ocasiones debe adaptar su proceso para atender las nuevas necesidades del cliente, debe estar atenta a las novedades técnicas del sector. No es que una panadería sea un negocio radicalmente nuevo, pero sí hay que buscar una adaptabilidad a las nuevas circunstancias. De no adaptarse la empresa, o bien depende del clientelismo político, lo que por desgracia sucede con demasiada frecuencia, o bien acaba desapareciendo. Si la empresa se adapta bien, lo normal es que los trabajadores y el empresario continúen en ella. Si la empresa fracasa la regulación del despido es una regulación del conflicto entre ambas partes, pero no creo que sea el factor decisivo para el crecimiento económico, que en definitiva consiste en que las empresas que hay en la economía den más salarios y beneficios.

        Un cordial saludo.

  3. Epicureo dice:

    A mí sí me ha gustado el texto, como primera introducción, pero hay que matizar cosas.

    Lo que peor me parece es lo de que el proteccionismo «suele anular o hace disminuir severamente la productividad» y por eso ha ido desapareciendo. Eso es rematadamente falso: En los países que tienen un mercado de trabajo dual, los sectores protegidos son casi siempre los más productivos, y los precarios los menos. Es el caso de la industria en Alemania y de las grandes empresas en España. Y es lógico: la alta productividad requiere trabajadores especializados y experimentados, cosa que sólo se puede conseguir si están «atados» a su puesto de trabajo bastante tiempo.

    Lo primero que ha desprotegido a los trabajadores es la movilidad internacional del capital; la amenaza de «nos llevamos la fábrica a China» o a otro país donde los trabajadores son mucho menos productivos, pero muchísimo más baratos. Porque afrontémoslo, a las empresas la productividad les importa mucho menos que la rentabilidad.

    Un segundo motivo de desprotección es el exceso de mano de obra producido por los adelantos tecnológicos. Afrontémoslo también: ya no hay trabajo para todos. Y prueba de ello es que los puestos más precarios y peor pagados son aquellos en los que no hay competencia internacional (servicios).

    ¿Soluciona algo el contrato único? Me permito dudarlo. El mercado de trabajo dual es el reflejo de una economía dual. Cada vez hay más diferencia entre los empleos altamente especializados (una minoría) y los empleos que no requieren nada especial (la gran mayoría). Sospecho que un contrato único conduciría inevitablemente a la desaparición de muchos puestos de trabajo no especializados, los que más falta hacen, aumentando el paro crónico al menos a corto plazo. Como si no tuviéramos ya bastante desempleo…

    • Demostenes dice:

      Epicureo,

      por ahi han rondado diversas gráficas de como han variado los niveles de salarios por decil de ingresos durante la crisis. Por ejemplo, aqui:
      https://pbs.twimg.com/media/Bbw-FexCIAA7G8W.png:large

      Ahí se aprecia el gran batacazo de los deciles más pobres… y cómo la reducción ha sido mucho menor del decil 4 para arriba. Es decir, que el 30% de los trabajadores españoles se han comido ellos solitos la mayor parte de la crisis, mientras que al 70% restante le ha afectado mucho menos. Igual vamos a tener que replantearnos cuales son las mayorías y las minorías…

      • juan dice:

        Lo que pasa es que el 30 % más los parados son mayoría. Si contamos núcleos familiares, alguien que esté en un decil medio siendo pareja de alguien que esté en los deciles más bajo, como conjunto también ha perdido nivel de vida, más aún si tienen hijos que no logran incorporarse a un empleo.

        • Demostenes dice:

          En efecto, pero ya no es «la gran mayoría» de los puestos de trabajo que decía Epicureo, ni afecta a la dualidad del mercado laboral (sí a las condiciones de vida, claro).

          Creo que eso es desviarse un poquito del tema, pero aqui hay una gráfica de Albert Juliá Pau Mari-Klose sobre la variación de las rentas familiares (no sólo salarios):
          http://images.eldiario.es/sociedad/Variacion-rentas_EDIIMA20130506_0282_5.jpg
          (extraido de http://www.eldiario.es/agendapublica/blog/Vencer-pobreza-ideas_6_129547056.html)

          Si bien con las rentas totales la variación es más lineal y el decil 2 cae más del doble que el decil 9 (el más rico), la caida en el decil 1 (el más pobre) es casi el doble que el siguiente. La concentración de los efectos de la crisis sigue siendo pasmosa.

          • Epicureo dice:

            Es cierto que todavía la mayor parte de los empleos son con contrato indefinido, y el efecto de la crisis se ha concentrado en los contratos temporales y nuevos trabajadores (despidos y menores salarios). Pero eso no significa que todos los empleos fijos sean trabajos especializados. Muchos son veteranos que están trabajando desde antes de 1992 en empleos corrientes.

  4. juan dice:

    Ya se que en Politikon tienen el tema de la dualidad laboral como uno de sus «key topics», pero en mi opinión, hay «otra dualidad laboral» que habría que analizar y equilibrar primero.

    Hablo de la dualidad empleado vs empleador. A menudo consideramos que la gente nace para ser de un grupo y otro, y esto no es así, mucha gente alterna ser empleado con empleador, y más en tiempos de crisis donde una salida (raramente óptima es el intento de autoempleo).

    Bien, para que los empleados ganaran fuerza negociadora se necesitarían más empleadores requiriendo empleados, pero muchas veces olvidamos que la mayor parte de empleadores (en un país de pymes y micropymes) es gente que es empleador porque ha tenido que construir un pequeño negocio para emplearse a sí mismo y que además necesita más gente para desarrollar esa actividad.

    ¿Es justo que alguien que lleve muchos años cotizando por cuenta ajena si se arriesga y va al paro y mantiene vivo un negocio en la cuerda floja durante 6 años si al final su negocio cierra no tenga seguro de desempleo? ¿es justo que la cobertura de bajas de los autónomos sea tan baja?
    Esto hace que potenciales empleadores con un ideal de independencia pero conscientes que no serán millonarios no den el paso y sigan queriendo ser empleados. Como dice @jorgegalindo «El trabajador quiere ganar más dinero en menos horas y con menor esfuerzo, minimizando la probabilidad de perder su empleo», dado que muchos potenciales empleadores son trabajadores se hace complicado dar el salto a algo que inicialmente va a ser más horas, menos empleo, posibilidad de acabar perdiendo ese autoempleo, los ahorros, y el seguro de desempleo ¿qué pensais que dicen las familias de potenciales «aventureros»? La respuesta es «¿tú estás loco? ni de coña te metas en eso»?

    Hasta que no considere a muchos empleadores como unos trabajadores más, no va a desaparecer ese primer desequilibrio que condiciona todo, y es que faltan empleadores.

    • Moisés dice:

      Llevo semanas sin comentar aquí porque, aunque el nivel de Politikon sigue siendo tan bueno como siempre, el de los comentarios estaba infumable. Basta ver al artista del primer comentario.
      @juan, aunque habría mucho que matizar y ahora no tengo el tiempo para ello, no puedo dejar de decir que estoy de acuerdo contigo y eso, por poco frecuente, merece un comentario 🙂
      Un matiz sí quiero dar. Dices que: «Hablo de la dualidad empleado vs empleador. A menudo consideramos que la gente nace para ser de un grupo y otro, y esto no es así, mucha gente alterna ser empleado con empleador, y más en tiempos de crisis donde una salida (raramente óptima es el intento de autoempleo).» Es particularmente con eso con lo que estoy de acuerdo y no me parece en lo absoluto que el artículo y Galindo no lo estén.

      • juan dice:

        Igual no me he expresado bien, tampoco quería que el comentase quedase muy largo. No digo que el post/autor esté no esté de acuerdo con lo que comento, simplemente digo que la dualidad laboral (seguros vs precarios) en parte es consecuencia de otra «dualidad» previa cuya resolución permitiría cambiar la correlación de fuerzas en el mercado de trabajo.

        • Moisés dice:

          Me parece importante cambiar la tendencia que tiene mucha gente empleada de pensar que todo empresario es un «joputa» y al menos algún empresario de que todo empleado es, por definición, un «vago de cojones». El punto donde coinciden los intereses de ambos, como dice Galindo, es que la actividad económica de la empresa prospere y cualquier negociación debería tenerlo en cuenta para avanzar. Tirar cada uno para su lado tiene mucho que ver con lo que dices tú de que la gente vea una pared infranqueable entre los dos lados y a veces, cuando alternan actividad de un lado y de otro te dicen que el problema son las empresas grandes (cualquiera que gane dos duros más que ellos) o el empleado sin iniciativa (cualquiera que no haya nunca intentado nada como autónomo porque efectivamente es endiabladamente difícil).

          • juan dice:

            Simplificando yo diría que hoy la dialéctica capital vs trabajo (dialéctica marxista) no es el escenario principal, sino capital(puesto para tener un trabajo)+trabajo vs trabajo.

            • Epicureo dice:

              En las empresas no muy pequeñas el capital y el trabajo están bien separados, aunque pueda darse el caso de que el dueño también trabaje (y por ello cobre un salario, además de los beneficios).

              Pero en las empresas grandes no ocurre ni siquiera eso: la mayor parte del capital está en manos de gente que a veces ni sabe lo que fabrica la empresa. La gestión está profesionalizada.

              Únicamente las microempresas y autónomos suelen mezclar capital (muy poco capital) y trabajo (mucho trabajo). Pero esto es algo que no debería existir en una economía eficiente, salvo quizá en unos pocos oficios especiales. Todo va mejor en una empresa de cierto tamaño con especialistas para producir, organizar y gestionar.

              • juan dice:

                Aparte de mi experiencia personal, en mi pueblo natal (especializado en textil hogar) había bastantes empresas de entre 50 y 500 trabajadores y los empresarios estaban a tiempo completo. Creo que eso es lo común.

                Respecto a lo que tú dices deseable…yo no lo veo tanto…dejar en manos de gestores profesionales ha hecho que la otrora accionista mayoritaria de FCC, haya tenido que bajar su participación del 50% al 20% y que la valoración de ese 20% sea inferior a su deuda personal para adquirir la mitad de su paquete accionarial.

                El día que un consejo de administración hostil despidió al último Galvin (de la familia de los fundadores) de Motorola, esta inició su principio del fin.

  5. Geneve dice:

    Sr. Hastaelgorro, cagándose en el texto conseguirá estar algo más desahogado, pero no aporta nada al presente debate, salvo dos o tres lugares comunes que ya me repite el Sr. Revilla y la Sexta a diario; para evitar tales obviedades nos refugiamos en estos blogs, donde se razona con datos y basándose en literatura científica. Si conoce estudios o tiene datos que cuestionen el artículo argumente con ellos, en caso contrario estará más cómodo y relajado con el Gran Wyoming.

    • Hastaelgorro dice:

      Creo que sí, tiene razón. Al menos me he desahogado. Los datos que usted busca los encontrará en la cola del paro, en los curriculums de las empresa de trabajo temporal y en todas y cada una de las reformas laborales que se han ido presentando en los últimos veinte años. A usted no le gustarán los lugares comunes. A mi tampoco. Pero en ocasiones definen claramente la realidad. El texto, para empezar, parte de una premisa indemostrable «con datos», a saber, que existe (o puede ocurrir) una connivencia o confluencia de intereses entre empleador y empleado. Y será así, no lo dudo, en el plano teórico que plantea el articulista (y que da por supuesto). No en la realidad actual de nuestro país. En la pugna o negociación entre empleador y empleado, el trabajador ha perdido en este país todas las herramientas que le permitían negociar. Y las políticas diseñadas por el partido en el gobierno (las que ya ha aplicado y las que aplicará en la siguiente legislatura si tiene oportunidad) no van más que en detrimento de esto. Esta es la situación actual. De hoy mismo. No de un hipotético mañana. Me parece de una tremenda frivolidad siquiera plantear otro escenario cuando hoy un trabajador ni tiene donde elegir (a menos que se marche al extranjero y ni aún así) otro empleo, ni a la hora de tratar un contrato (salvo excepciones) carece de fuerza real alguna para negociarlo o discutirlo mientras ejerce su profesión. Los miles y miles de ERES que se han producido en nuestro país, así lo atestiguan, muchos producidos por empresas solventes que aún con beneficios, mientras los directivos se embolsaban sus honorarios, despedían trabajadores cuando convenía (pregúnteles a los trabajadores de Coca-Cola). Quiere un dato: 5 millones de parados. No sé si es suficiente. Hoy un trabajador no tiene poder ¡¡¡NI PARA ELEGIR SUS VACACIONES, SEÑORES!!!! Léase esta noticia. Trabajadores de un empresa han tenido que llegar al supremo para que les respeten ¡¡¡¡la hora del almuerzo!!!! Es de hace tres días. ¡¡Alucinante!!
      http://economia.elpais.com/economia/2014/12/09/actualidad/1418129001_026870.html
      Lo irritante es ver que supuestos especialistas viven en los mundos de Yupi, ajenos a la realidad. La fuerza de trabajo hoy no tiene el más mínimo valor en nuestro país. Y el que crea otra cosa, o es un ingenuo, o muy mal intencionado, o es un bobo de remate.

      • Geneve dice:

        Usted y su maniqueísmo recalcitrante se contestan por sí solos. El debate de honrados trabajadores y malvados empresarios no merece ni rebatirlo…así nos va claro.

        • Moisés dice:

          Geneve, comparto contigo algo q yo he aprendido en este foro (y a veces sigo sin lograr aplicar): discutir de política economía y ciencias sociales con quien parte de la base de » todo está muy mal! mira éste artículo en el periódico! me cago en todo! abajo el imperialismo/ comunismo/ cualquier ismo!» y otras consignas, agota y no lleva a nada, de verdad. Insisto en que me tengo que aplicar tal máxima a mi mismo más a menudo.

        • Hastaelgorro dice:

          Me aprece que aquí el único que recurre a lugares comunes es usted, pero rebatir poco.

          • Trans dice:

            No veo que el articulista haya dicho que los trabajadores en general tengan un gran poder de negociación, sino que el tipo de legislación que hay en España tiende a que un colectivo de trabajadores tengan bastante más poder de negociación que los otros, por lo que las empresas apretan a esos otros colectivos (trabajadores en paro o jóvenes, por ejemplo).

            • Pescador dice:

              En todo este articulo hay unas cuantas cosas que me chirrían y sobre las que el articulista pasa sobre ascuas, aparte de la fijación en considerar la flexibilidad como la llave, olvidandose de otra serie de “patas” importantes en temas laborales, como son la resolución de pleitos y el tema de los dineros.
              No es de extrañar, por tanto, que todos aquellos que trabajan en un entorno de cuello azul o azulito, de esos entornos que necesitan unos dineros para inversión real y no se pueden crear de hoy para mañana, se resistan al cambio, al grito marxista de “ si transigimos, ya estamos despedidos, lo único que estamos negociando es el coste”, que es la traducción castiza de crear una mochila pesada – pero no mucho- para los empleados “insiders”, los fijos de toda la vida en una empresa grande o donde los problemas laborales puedan causar un perjuicio económico serio.
              Dice el autor que al empleador y al emplea do les va bien que la economía crezca. Le irá bien al empleador en su cuenta y al empleado en su número, porque la realidad es que durante los años del boom, los salarios reales se redujeron y la participación de los sueldos en la riqueza nacional, tambien. Y ahora, en los años de crisis, cuando se reduce el crecimiento, los márgenes empresariales se mantienen a costa de los sueldos. Va a ser que los empleadores y los empleados tienen distintas capacidades a la hora de repartirse la tarta.
              A esto se puede argumentar que el ajuste de salarios lo han hecho a costa de los temporales y, uno, en su mala fé, podría pensar que la mochila lo que pretende es que el ajuste se haga a costa de todos, dejando a la mano de dioxx y del mercado, el reparto de la tarta. La verdad, por muy outsider que yo sea, no veo señales en el horizonte que contemplen que, con un despido tasado y libre de complicaciones judiciales, el empleador se avenga a repartir de manera justa la tarta, así, por las buenas. El capitalismo no es eso.
              De todas forma, lo que echo realmente en falta es la contraprestación para el empleado, porque no acabo de comprender como el proletarizar a todo quisqui, en un entorno laboral como el español, va a crear ningún tipo de “coalición solida” para nada. Y menos en un entorno donde podrás importar unos miles de esquiroles…digo de trabajadores con niveles de educación y formación similares a mitad de coste sin mucho problema, como hicimos durante el boom del ladrillo con todo el sistema de control mirando hacia el atardecer..
              Quizá aquí convenga que especifique que considera un “coste suficientemente elevado para evitar abusos” y para evitar las “ejecuciones laborales ejemplares” – no olvidemos que el mercado laboral español es el que es, no da para todo y cuando te botan, jodido lo llevas para retornar…- a las que se recurre en muchas empresas cuando hay remanentes de capital.
              Porque lo de que la mochila se ingrese en una cuenta a nombre del trabajador, no en un fondo común o que esté garantizada por una forma de aseguramiento o una muta empresarial y se pueda cobrar con los mismos trámites judiciales que el despido, me da a mi que va a ser que no. O que el trabajador pueda pedir la cuenta, llevarse la mochila y cobrar el paro, tampoco .
              Hay que buscar al puñetero diablo, ese que se esconde en los detalles y en un país donde la ley se viola en cuerpo y alma a cada paso, no es de extrañar la resitencias de los fijos y la desconfianza de los outsiders en que ese patrón que les hace firmar un contrato de veinte horas y trabajar cincuenta, pagadas en negro, les vaya a poner una mochilita y se la vaya a dejar llevrse con ellos , así por als buenas.
              Lo de las instituciones, que recalca Roger, las buenas intenciones no sirven de nada sin instituciones

              • Fenix dice:

                Los margenes empresariales no se mantienen, al menos según datos calculados a nivel de empresa (Central de Balances del Banco de España). De hecho son siete años de increible destrozo, lo que es del todo compartible con el hundimiento de la recaudación del impuesto de Sociedades.

                http://www.bde.es/f/webbde/SES/Secciones/Publicaciones/InformesBoletinesRevistas/BoletinEconomico/14/Sep/Fich/be1409-art3.pdf

                Con datos del INE, el totum revolutum de «excendente bruto de explotación» si mantiene el tipo, pero claro, como las rentas laborales han caido a plomo, y no se puede dejar que el PIB haga lo mismo, pues ya sabe usted lo que tiene que hacer el «resto»…

                • Pescador dice:

                  Podemos volver al «depende»…según el sector y según hacia donde esté orientada la empresa, los margenes han ido de un lado al otro. Y el resumén de estos años es recorte de sueldos, manteniendo los margenes hasta donde sea posible – evidentemente siete años de crisis no hay margenes ni empleo que lo resistan- y reducción de deuda de las empresas.
                  Lo que desde luego no se cumple es lo del reparto de la tarta entre los agentes, y que , una vez ¿salgamos? de la crisis se recuperen posiciones va a ser harto difícil.
                  Esa mano invisible hay que tener mucha fé para confiar en ella. Mucha fé, ser rico de cuna o tener buenos mecenas…

  6. jm1453 dice:

    Estimado Sr. Galindo,

    Primero de todo, le rogaria que alguien de Politikon hiciese un esfuerzo
    por moderar los comentarios. Los que solo recogen exabruptos no contribuyen a la discusión.

    Luis Garicano recogía en una entrada del 2010 en el blog «Nada es Gratis» una serie de datos sobre como el mercado de trabajo en Reino Unido y España habia reaccionado a la recesión en el periodo 2007-2010. El enlace es http://nadaesgratis.es/?p=5085

    Me surgen 2 dudas. ¿ Sabe si se sigue manteniendo esa diferencia a 2014 ?. ¿ UK seria un mercado estilo USA o Dinamarca ?.

    Gracias,

  7. jm1453 dice:

    Hola a todos,

    Hay un informe del 2005 del «think tank» Bruegel que dividia la UE en 4 modelos sociales: Nordic, Anglo-Saxon, Continental y Mediterranean. A grandes rasgos corresponde al modelo que aparece en el post. Incluyo un enlace a un articulo escrito por el autor del informe
    http://www.ulb.ac.be/cours/delaet/econ076/docs/sapir.pdf

    Un saludo,

  8. LiMA dice:

    Hay mucha gente que parece pensar que hay una alternativa a la «internacionalización» que pasa por tener el nivel de vida de ahora pero manteniendo el tipo de trabajos que había antes (estables, nivel de exigencia medio, perspectivas de jubilarte en la empresa si querías etc).

    Sres, nuestro nivel de vida actual, desde la ropa a precio bajísimo hasta los equipos médicos que salvan vidas mucho más eficazmente que antes, pasando por Ipads, Iphones etc es consecuencia de la internacionalización. Dada la absoluta incapacidad de nuestro mercado de trabajo de adaptarse a la internacionalización, la vuelta al tipo de puestos de trabajo que se ven en «Cuéntame» supondría la vuelta a los estándares de prosperidad de los 70.

    • Pescador dice:

      ¿Y tu estás tan seguro de que no volveremos? Yo veo miles de personas saliendo a trabajar a Europa, jovenes sobre todo pero tambien maduros, veo que en tres años de «salida de la crisis» nos hemos metido entre pecho y espalda, 200-250.000 millones de euros de deficit y veo que las opciones defendidas para el trabajo tienden al «despido libre»…si eso no va para «cuentame», con los Lehman Brothers en vez de los del Opus al mando, no se a donde vá…
      Y hasta estamos pensando en hacer más casas…

    • Epicureo dice:

      A finales de los 70 el salario medio real era un 25 % menor que ahora, pero había pleno empleo y menos incertidumbre, con lo cual el bienestar promedio del trabajador, a lo largo de su vida, apenas era inferior. Yo me acuerdo perfectamente de esa época, y con el sueldo de comercial de mi padre vivíamos bien 5 personas (en algunos aspectos mejor que mi familia ahora).

      Si se pudiera volver a esa situación sin más coste que quedarnos sin Zara y sin iPads, yo firmaba ahora mismo. Lo malo es que la pérdida sería mucho mayor para los que tienen el poder y nos lo harían pagar caro. Sumamente caro.

      • Fenix dice:

        En España si, porque España sigue en casi todo en los años 70. Evidentemente lo de España no es normal.

        Mi opinión sobre el clima laboral y las oportunidades económicas en España es exactamente la de Hastaelgorro. Ahora bien, esa situación es totalmente idiosincrática: no es el capitalismo, ni Europa ni Occidente. Es Grecia, Italia, España y Argentina.

        Y el problema es que lo que propone Hastaelgorro es que seamos aún más españoles. A él se le queda corta nuestra mierda de país, y quiere siete tazas.

        Efectivamente, en un país donde haya solo un 20% de gente con esa actitud hacia el trabajo y la empresa, las empresas solo pueden prosperar con una mezcla de esclavismo y corrupción; y habiendo esa clase de empresas ¿que idea va a tener la gente de las relaciones laborales, sino la que estamos comentando?

        • Epicureo dice:

          Entonces el error ha sido no convertirnos en «occidentales» y «capitalistas» ANTES de abrirnos de par en par a la economía globalizada. Todos los países a los que mira usted, desde Estados Unidos hasta Corea y Japón, se han desarrollado a base de proteccionismo (aranceles, sustitución de importaciones, planes de desarrollo, devaluaciones monetarias, etc.) y solo se han abierto al comercio mundial en lo que les convenía y al ritmo que les convenía. Ahora mismo, incluso en los países más privilegiados, gran parte de los ciudadanos están perdiendo nivel de vida «gracias» a la globalización, mientras una minoría acumula ingentes cantidades de capital en paraísos fiscales e infiernos laborales.

          No, lo que dice Hastaelgorro, aunque no me guste su tono, es bastante cierto y muy poco idiosincrásico. En todas partes las empresas prosperan a base de corrupción y esclavismo; no es la única manera, pero es la que utilizan grandes marcas internacionales como Apple y Zara, por poner dos ejemplos, y les funciona de maravilla.

          • José Jarauta dice:

            Estimado Epicúreo.

            Diana. La historia de los tratados de comercio internacionales desde el GATT a los acuerdos preferenciales tras la segunda guerra mundial es impresionante.

            La «idea madre» era «igualar el campo de juego» mediante los incentivos correctos. El resultado ha sido poner en la pista a correr los 100m lisos a deportistas atiborrados de esteroides junto a paralíticos sin programa de entrenamiento previo ni mentalización.

            A España le ha tocado correr con botas de plomo, una mochila de deuda de 50 kilos y un entrenador más preocupado por saludar al respetable que por entrenar al pupilo. El paquete vitamínico se ha entregado con alegría a los competidores.

            Así veo yo la situación de la carrera en este momento.

            • Epicureo dice:

              Me encanta la alegoría. Solo falta añadir una cosa: que los 100 m no son lisos, sino cuesta arriba. El que no corre no se queda en el sitio, que no sería tan malo; se va deslizando cuesta abajo hacia el precipicio.

          • Fenix dice:

            ¿Y que tiene que ver esto que me cuentas, con el hecho que aquí estamos comentando? Aqui hablamos de un tio que me dice que no tiene intereses comunes con quien le paga su sueldo. Un tío así tiene una minusvalía del 100%, solo que no le ve a simple vista. Añado más: da lo mismo si está cargado de razones. Quien piensa así debería tener una modesta pensión del Estado, porque es el equivalente del «lemmon» del mercado de Akerlof: su mera presencia destruye transacciones a mansalva.

            Odiar a la gente con la que haces negocios es sencillamente una enfermedad mental, solo que a algunos lo jalen. Esta clase de tios existen en todos los sitios, pero donde hay muchos, solo puedes tener un capitalismo subdesarrollado. Y en sentido contrario, es normal que un capitalismo roto (como el de aquí) alimente esta clase de actitud.

            • dalek_fan dice:

              No tiene intereses comunes cuando por ejemplo, quien le paga el sueldo es posible que ni pise la empresa. No tiene intereses comunes si quien le paga el sueldo (que en muchos casos ya será un sueldo de cuencoarrocismo puro) decide que mañana toca cerrar porque se va a ganar menos dinero que el año anterior (que no es lo mismo que entrar en perdidas, claro).

              Podemos hablar de empresas pequeñas en las que el jefe se parte el espinazo junto con el resto de trabajadores (que serán pocos) y que si quiebra es quien mas tiene que perder.
              Pero no cometamos el error de creer que todas las empresas son así.
              Hastaelgorro se expresará de muy malas maneras y dirá una serie de cosas sobre el artículo, que el articulista no ha dicho en ningún momento. Pero otros han hecho otras reflexiones distintas y mas mesuradas, aunque en la misma línea.

              Los artículos de Politikon son casi siempre estupendos, procuran apoyarse en datos y estadísticas pero a veces da la impresión de que no están en contacto con una realidad que padece mucha gente. Eso o queda escondida entre términos como «insiders», «outsiders» y otros tecnicismos.

              Se que esta última afirmación mia es demagógica pero por eso hablo de «impresión». Es lo que ya dije en otro post sobre este asunto, la imposibilidad de vender este tipo de reformas tal como lo hace Politikon. Y que es algo que va mucho mas allá de «ajuntarse» con los outsiders que son los grandes olvidados.
              Te puedo garantizar que una parte importante de outsiders tampoco te va a comprar este discurso puesto que lo que van a percibir es que nunca, jamás, van a gozar de las mismas protecciones laborales de las que gozaron sus padres, y pensarán que estarán toda la vida en situación de precariedad, por mucha mochila austriaca que se intente concebir.

              Odiar a la gente con la que haces negocios es el resultado de un panorama laboral como el que tenemos en España, en el que entrar a mirar ofertas laborales a cualquier portal de empleo es mas eficaz que cualquier película de terror.

              • Fenix dice:

                El patrón y el empleado tienen intereses comunes por razones metafísicas que ninguna «evidencia» imaginable puede desmentir: porque derivan renta del mismo proceso productivo.

                Desde luego, tienen un motivo de conflicto que es repartir esa renta. Ambas cosas son evidentes, y ademas son los hechos fundamentales para poder razonar sobre cuestiones laborales.

                Pero claro, siempre hay alguien que quiere poner una pega a lo evidente, y lo inmediato. Y por supuesto cuando alguien quiere liar un hecho general irrebatible lo facil son los ejemplillos.

                «No tiene intereses comunes cuando por ejemplo, quien le paga el sueldo es posible que ni pise la empresa»
                «No tiene intereses comunes si quien le paga el sueldo (que en muchos casos ya será un sueldo de cuencoarrocismo puro) decide que mañana toca cerrar porque se va a ganar menos dinero que el año anterior»

                Pero cobra de ella ¿no? Y querrá que siga generando caja ¿verdad? Salvo que tenga un negocio mejor, pero si lo tiene, ¿no será cierto que entonces tendrá intereses comunes con otros trabajadores?

                Los empresarios no cierran «por joder», cierran porque logran una mejor rentabilidad en actividades alternativas.

                Del mismo modo los trabajadores, ya ves tú, a veces cambian de empresa. En ocasiones para ganar más dinero. Vaya ingratos.

                • Pescador dice:

                  Dos que viajan juntos pueden no tener intereses comunes. Ni el empresario contrata al empleado por magnanimidad, y lo sustituye por una máquina o por un empleado más barato a la primera de cambio, aquí o en otro país ni el obrero elige al empresario por su cara bonita, su donaire y su bonhomía. El obrero vende una mercancia , que es su trabajo y el empresario la compra, para obtener un beneficio. ¿O tu tienes intereses comunes con la dependienta de Zara o con Amancio Ortega? ¿Compras una camisa para que la empleada cobre un sueldo o para ir de bonito a una boda?

                  • Fenix dice:

                    «No es por la benevolencia del carnicero, del cervecero y del panadero que podemos contar con nuestra cena, sino por su propio interés»

                    La Riqueza de las Naciones, Adam Smith, 1776

                    Y si, evidentemente el panadero, el cervecero y el carnicero tienen intereses comunes con sus clientes y viceversa.

                    Lo que nos lleva a la «Teoria de los Sentimientos Morales», donde Smith explora el hecho de que esta inmensa red de intereses comunes (como usted mismo ilustra) no genera nignuna clase de lealtad emocional.

                    Lo que en última instancia es el unico problema real que tiene el capitalismo: su falta de relieve emocional.

                    • Pescador dice:

                      «Y si, evidentemente el panadero, el cervecero y el carnicero tienen intereses comunes con sus clientes y viceversa.»

                      No, no es evidente, como dice más adelante, depende de la implicación emocional. Si el panadero es chino y viene un cliente coreano- o dos o n, los que considere necesario para no verse atrapado en una trampa proveedor/cliente- vienen y le pagan el triple de lo que usted paga por su pan, le veo haciendo las tapas de los bocadillos con hojas de col. Que seguramente sea más sano y todo, pero le demostrará que no tiene intereses comunes, solo intereses.

                      De todas maneras, yo no me tomaría muy literalmente la literatura fantástica inglesa del siglo XVIII. Llevamos 200 años dandole vueltas a ese autor y sus libritos, pero siempre que se ha querido hacer negocio, donde estén unos buenos cañones y la fiel infantería…

                • dalek_fan dice:

                  La diferencia es que cuando un trabajador decide cambiar de empresa voluntariamente, quien le empleaba hasta ese momento tendrá cientos de alternativas en forma de otros trabajadores.

                  Mientras que el trabajador despedido y sobre todo en estas fechas, es bastante difícil que goze de esa misma alternativa.
                  Una vez mas, la diferencia de posiciones y de fuerzas.

                  «Pero claro, siempre hay alguien que quiere poner una pega a lo evidente, y lo inmediato. Y por supuesto cuando alguien quiere liar un hecho general irrebatible lo facil son los ejemplillos.»

                  De ti se puede decir exactamente lo mismo. Sobre todo teniendo en cuenta que yo no he hablado en absolutos y he procurado dejar claro que hay empresas en las que si, trabajadores y jefe están en la mayor sintonía de intereses.
                  Los empresarios no cierran por joder, y vas a tener que decirme donde he dicho yo eso.
                  Los empresarios cierran, en muchos de estos casos, ante la perspectiva de ganar menos dinero del que están ganando. Ni siquiera hablo de cierrres que pueden ser mas o menos justificados por simple quiebra económica, o que no haya mas remedio.

                  No, hablo de un cierre particular que demuestra que eso de que empresarios y trajabadores comparten intereses es muy, muy matizable.

                  • Fenix dice:

                    «La diferencia es que cuando un trabajador decide cambiar de empresa voluntariamente, quien le empleaba hasta ese momento tendrá cientos de alternativas en forma de otros trabajadores»

                    Hombre, entiendo que para los controladores aéreos y en Almusafes es argumento no es totalmente desdeñable. Pero en cualquier ciudad hay miles y miles de empleadores. Evidentemente el mercado laboral es el más amplio de toda la economía, y es imposible que haya poder de mercado en el sentido microeconómico estricto.

                    Adicionalmente, te recuerdo que la facilidad para despedir es tambien facilidad para contratar. Que el empresario suele despedir en un sitio para contratar en otro. Al impedir una cosa, también se impide la otra.

                    • Pescador dice:

                      No, el empresario suele despedir para adaptarse a las circunstancias de la producción y maximizar el beneficio. Puede despedir aquí a diez torneros para contratar un centro de mecanizado CADCAM, subcontratar el diseño en Kirguizistan y quedarse con uno para implementar y corregir las pruebas de producción . Y más barao, que ya sabe donde está la puerta. O puede pedir presupuesto a Xian.

                      Esto «Que el empresario suele despedir en un sitio para contratar en otro» solo pasa en la hostelería y en los servicios personales.

                    • dalek_fan dice:

                      Efectivamente, y con tantos empleadores nuestra tasa de paro debe ser la alucinación colectiva mas perfecta de la historia de España.

                      La facilidad para despedir que se traduce en facilidad para contratar es la canción con la que estas reformas se venden. Pero dado que en el mercado laboral español despedir no es difícil, al menos en lo tocante a un segmento determinado, ¿por qué ese mismo segmento es incapaz de encontrar empleo?. Hablo de un empleo cualquiera, no uno estable y de gran cualificación

                      En serio, entiendo totalmente la lógica de la flexiseguridad pero por falta de contratos con toda la facilidad del mundo para despedir, en España no es. Y dado que antes de la crisis la tasa de paro tampoco era para tirar cohetes, igual es necesario acompañar el discurso del contrato único de otro tipo de discursos.

                      Como ya dije mas veces, es la única manera en la que se puede vender algo así. Porque si esperan que alguien compre el contrato único centrandolo una vez mas en el «exceso de protección» de unos y lo desprotegidos que están otros, lo lleva claro.

                      En fin. Mientras tanto, mientras aquí discutimos sobre esto, en Suecia, otro de los adalides del modelo nórdico y que no debería contar con estos problemas, asciende la ultraderecha, y sin llegar a la bestialidad de España, los jóvenes están también entre los mas desempleados:

                      http://www.unric.org/es/desempleo-juvenil/277-suecia-la-mayor-proporcion-de-desempleo-juvenil

                      Y mas hacia abajo he puesto un link sobre la situación en EEUU con los trabajadores «dejados atrás». Y sabemos también que los trabajadores estadounidenses están dejando atrás la crisis con salarios mas bajos.

                      Así que podemos pasarnos la vida discutiendo sobre reformas laborales y modelos de mercado laboral. Pero a estas alturas, todo suena a poner tiritas a una via de agua. No vamos a solucionar nada con el contrato único por si mismo aunque simplifique mucho nuestro mercado de trabajo.

        • LiMA dice:

          Estoy de acuerdo con Fenix en que el problema no es el entorno globalizado (que desde luego plantea retos) sino la pobre respuesta institucional que ese entorno ha tenido desde España: en particular, la nula adaptación del mercado laboral a ese entorno, pero también el escasísimo progreso en la calidad del empresariado, que sigue apegado al modelo chusquero-rent seeker de larga tradición hispana. Hemos preferido seguir con el «business as usual» y dejar que todas las exigencias de adaptación sean a) soslayadas gracias a oportunas burbujas inmobiliarias o b) soportadas por los «outsiders» del mercado de trabajo en puestos de trabajo de inimaginable precariedad (las estadísticas dan una imagen terrorífica pero ni siquiera reflejan plenamente la magnitud del desastre). Y así nos va.

          La globalización crea unas reglas mucho más exigentes, pero el problema principal no es ése: es que ni siquiera hemos intentado adaptarnos a ellas como país

          • Fenix dice:

            Porque es lo mismo. Hastaelgorro es el típico tio que de nacer en la familia correcta sería Diaz Ferrán. Que seguro que le echa la culpa de su fracaso empresarial a los impuestos y a la banca.

            • dalek_fan dice:

              Que el mercado laboral español es completamente disfuncional es un hecho innegable. Que la patronal la tenemos a juego, también.

              Pero no cometamos el error de fustigarnos como si tales cosas fueran exclusivamente nuestras. Aun con nuestros gravísimos problemas, en todas partes cuecen habas.

              Wal Mart es el tipo de empresa que constituye el sueño húmedo de gente como Diaz Ferrán.
              Los almacenes de Amazon en Alemania o Gran Bretaña, tres cuartos de lo mismo.

            • Hastaelgorro dice:

              A mi también se me ocurre decirle en qué posible familia nació usted, pero no lo haré. Me alegra que saque el ejemplo de Diaz Ferrán, hasta hace nada elogiadísmo ejemplo de empresario emprendedor y ¡¡¡presidente de la patronal!!!. Finalmente, un caradura. Siga usted poniendo ejemplos concretos. Al final, verá cómo no tiene más remedio que darme la razón.

              • Fenix dice:

                Son sus ideas las que alimentan el BOE, y a los empresarios (facilmente reconocibles) que viven del BOE.

                Mire a ver cuantos caraduras tienen a la Administracion de principal cliente, y compare (con «ejemplos concretos») con los empresarios que sirven al público en general.

                • Fenix dice:

                  Y por Dios, no se corte con las descalificaciones, que empezó usted con mucho ánimo! A ver si ahora va a desinflarse.

      • LiMA dice:

        Epicúreo, lo otro malo es cuando alguna persona cercana necesita un tratamiento médico puntero, y no lo hay porque el país ha cerrado las puertas a la internacionalización. O cuando un pariente tuyo tienes lesiones graves porque los coches de tu país no pueden incorporar la última tecnología en materia de seguridad.

        La internacionalización (cuyos problemas son innegables) tiene efectos mucho más allá de Ipads y Zara

        (por otra parte, dudo mucho que los salarios reales actuales sean sólo un 25% superiores a los de los años 70 -tienes una fuente que respalde eso?)

        • Epicureo dice:

          LiMA, no hay ninguna necesidad de cerrar las puertas a todo. ¿Por qué no se va a permitir importar algunos elementos y tecnologías que no puedes producir en casa y son de innegable utilidad? El problema es la apertura indiscriminada y obligada.

          Sobre la evolución de los salarios reales, no he dicho que sean un 25 % superiores a los de los 70, sino que en 1978 eran un 25 % menores que ahora, lo cual es muy distinto. Le enlazo una fuente (no le gustará el firmante pero los gráficos son bien claros):
          http://www.agarzon.net/evolucion-de-los-salarios-en-espana-1978-2010/

          • LiMA dice:

            El problema es que si cierras tu país (parcialmente) al exterior, adquirir bienes de otros países inmediatamente se te hace más complicado y más caro. Por supuesto los equipos médicos siempre se pueden comprar, el tema es cuánta capacidad adquisitiva interna haya que sacrificar para eso… y cuanto más nos aislemos del resto del mundo, más habrá que sacrificar. En el margen, la Seguridad Social deja de encontrar asumible financiar ciertos equipos médicos de última generación, y eso tendrá inevitables consecuencias.

            Es un tema macro, no se trata de lo que tú encuentres útil o inútil seguir importando.

            En fin, limitar la internacionalización es un tema muy serio, con unas implicaciones enormes… otra cosa es que si las tensiones entre las clases medias del mundo desarrollado siguen aumentando, podamos terminar ahí… pero ciertamente la UE no va a dar marcha atrás en su política de apertura comercial porque en España hayamos sido manifiestamente incapaces (básicamente por desidia) de adaptarnos a ella

          • LiMA dice:

            PD sobre los salarios
            – si no me equivoco, lo que tú llamas «muy distinto» es un 25% más respecto a los años 70 y un 25% menos en los 70 respecto a ahora (i.e. +33%). Distinto sí, muy distinto…
            – las estadísticas de la Comisión no son las habituales para estos cálculos, que tienen que tener en cuenta numerosos factores para estar bien hechos (cotizaciones sociales, compensaciones extrasalariales etc). Me sentiría más tranquilo con cálculos basados directamente en los datos INE

            • Epicureo dice:

              No están disponibles datos de 1978 en INEbase, pero según tu criterio estoy seguro de que no serán «muy distintos».

    • Manuel J. dice:

      No creo que los avances médicos tengan mucho que ver con la internacionalización. Por lo demás, de acuerdo. Pero el problema es que ese nivel de vida actual, del que se habla como si todos lo disfrutáramos por igual, es accesible cada vez a menos personas. Del artículo hay tres olvidos que, en mi opinión, lo invalidan y, aunque el tono del comentario no me guste demasiado, subyacen en lo que ha dicho Hastaelgorro.

      A saber: en primer lugar, nuestro mercado laboral real no es el teórico. De nada sirve discutir sobre las normas que tenemos, si éstas no se cumplen (http://economia.elpais.com/economia/2014/12/10/actualidad/1418209212_668899.html). Ni ocurre sólo aquí, ni a los trabajadores menos cualificados (http://www.elconfidencial.com/ultima-hora-en-vivo/2014-09-25/los-medicos-griegos-trabajan-hasta-100-horas-semanales-segun-su-sindicato_372627/).

      En segundo lugar, la tecnología y la internacionalización hace que cada vez se necesiten menos trabajadores. Seguir viendo esto como una competición en la que ganan los buenos que se esfuerzan, es simplista. Si el escenario hacia el que nos dirigimos es de menos empleo para la misma producción, la pelea será cada vez mayor, en un ring más grande, y cada vez con más perdedores, muchos de ellos, buenísimos. Si 500 personas luchan por un empleo, no sé qué clase de consuelo es que se lo haya llevado el mejor (si es que eso pasa). Los otros 499 también tienen que comer.

      Por último, la separación empleador-empleado es de otro siglo. Llamar emprendedor a un autónomo puede ser un precioso ejercicio de neolengua, de los que hacen que algunos se sientan mejor, pero la realidad es que, en general, un autónomo es un trabajador con menos derechos que otros. Meter en el mismo saco a Telefónica y al peluquero que contrata a un ayudante me parece un disparate. El problema es cuando la propia legislación laboral lo hace.

      Y sí, la internacionalización está aquí. La mecanización está aquí. El poder de las grandes corporaciones está aquí. Pero discutir sobre la mochila austriaca o el contrato único, me parece como tenerle miedo a que te salpique el agua en medio de un naufragio. ¿Vamos a competir con los países menos desarrollados de alguna manera? ¿No disfrutan de la mejor tecnología para fabricar? ¿No les queda toda África para ir trasladando los lugares de producción? ¿Va a emigrar todo el país? ¿A dónde? El barco se hunde. No se arregla poniendo masilla en una grieta.

      • Hastaelgorro dice:

        Bueno, me alegro de haber sido el centro de esta discusión. Creo que a algunos se le ha atragantado el descubrir que sus preceptos tan claros, no son compartidos por todos, lo cual es una buena cosa. Por partes. Primero, me dirijo a usted por ser el último en comentar por aquí y que se dirige a mi comentario y porque me sirve de excusa para hacerlo de paso a los demás. Puedo pedir disculpas por el tono que emplee en el primer comentario (a usted y a algunos de más arriba). Ni es mi estilo habitual, ni el más adecuado. Pero como dice mi nick, no es que esté hasta el gorro, es que estoy mucho más allá. Creo que a estas alturas seguir jugando alegremente a teorizar sobre ciertas cuestión despiertan algo más que la irritación en personas entre las que me cuento. Usted plantea en su texto y, destaco, en su último párrafo preguntas fundamentales que ni están en las encuestas, ni en los estudios que aquí plantean unos y otros. No se preocupe, no le contestarán. Como no me responden a mi. Se dedican a presentar especulaciones sobre un hipotético «allí» (que no existe en ningún sitio del mundo) pero que, según ellos, es eficacísimo. Las suyas son preguntas que surgen de una reflexión de pura y simple lógica y sentido común, que van dedicadas no solo a cuadrar no sé que cuentas, sino a cómo debe construirse una sociedad. Pero eso no cuenta aquí. Aquí solo cuentan ciertos presupuestos teóricos, que al final nos son sino pura ideología, cosa que algunos no les gusta admitir (son siempre los otros los que están anclados en no-se-qué pasado ya debidamente superado, porque lo dicen ellos). Efectivamente, las sociedades no pueden dedicarse a hacer cábalas en los términos en los que plantea el artículo porque eso desplaza a muchos del sistema. Pero esta realidad diaria, no basta para hacer meditar a tan ilustres y «educados» contertulios. Son en el fondo cuestiones filosóficas las que están en juego siempre, éticas, de principios, pero esto no cabe en la cabeza de quienes han admitido la lógica economicista para plantearse cualquier cosa. Un saludo.

  9. jm1453 dice:

    Leo con un cierto asombro que bien estaba España antes de esta última crisis, se ve que uno ya es viejo. Tasas de desempleo superiores al 20% son normales en España cuando se produce una contracción económica. Así sucedió en la primera mitad de los años 80 y también en la primera mitad de los 90. Buscad paises europeos que en las 3 utimas crisis (primera mitad 80, primera mitad 90 y ahora) hayan tenido en cada una de ellas un paro por encima del 20%. España lleva 30 años liderando la tasa de paro entre los paises desarrollados, no creo que el modelo de regulación laboral español sea defendible.

    Podeis ver los datos de paro en el enlace
    http://politikon.es/2012/07/27/grafico-de-una-anomalia-espana-y-su-desempleo-historico-en-europa-y-la-oecd-ii/

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