Sociedad

Cuando dejar escoger no es suficiente

11 Dic, 2014 - - @egocrata

Hartford, Connecticut, como tantas ciudades americanas, tiene un sistema de educación pública desastroso. La ciudad, a pesar de ser el núcleo de una de las áreas metropolitanas más ricas del país, tiene unos problemas atroces; más de la mitad de los niños viven bajo el umbral de la pobreza. Los colegios están saturados, mal dirigidos y llenos de chavales salidos de familias monoparentales, con muy pocos ingresos, o que apenas hablan inglés. En el mejor de los mundos, con un sistema bien financiado, esto sería ya de por sí un problema, pero dado que la educación está en manos municipales, ni siquiera tiene dinero para afrontar estos problemas. Los suburbios alrededor de la ciudad, por supuesto, no quieren aportar un dólar.

Debido a los problemas endémicos del sistema educativo de la ciudad, el gobierno estatal empezó a impulsar (por orden judicial, todo sea dicho – el caso es fascinante) Magnet Schools («escuelas imán»), colegios especializados dedicados a temas específicos (música, ingeniería, ciencia, arte, matemáticas, idiomas) con recursos adicionales salidos del presupuesto estatal. La idea era crear escuelas de mayor calidad dentro de la ciudad de Hartford que atrajeran a niños (blancos) de los suburbios, reduciendo la segregación y dando a los habitantes de la ciudad mejores oportunidades.

Como era de esperar en este estado, las cosas se quedaron a medias. Aunque hay un número considerable de magnets, no hay suficientes plazas para todos los niños de la ciudad de Hartford, ni tampoco para niños de los suburbios que quieren acceder a ellas. Algunas magnets situadas fuera de la ciudad tienen una cantidad extraordinaria de solicitudes, ya que realmente son colegios excelentes. Para distribuir las plazas, la ciudad de Hartford y el estado de Connecticut recurren a un método simple pero contundente, una lotería. Los padres que quieren meter a sus hijos en una magnet, estos colegios mixtos, con recursos y resultados, inscriben a sus hijos durante el verano, y las plazas se asignan al azar. Es un sistema justo dentro de la injusticia; no parece privilegiar a nadie. Al menos en teoría.

El problema, en este caso, es que la participación en la lotería oculta disparidades importantes. Los padres que inscriben a sus hijos para tener la posibilidad de acceder a una magnet no son una muestra representativa de las familias de Hartford, sino que tienen más ingresos, viven en barrios más seguros y con más vivienda en propiedad, hijos que hablan mejor inglés y tienen menor probabilidad de tener discapacidades. Las familias realmente pobres prácticamente nunca participan, mientras que aquellas con recursos se inscriben casi sin falta. Es decir: cuando a los padres se les da la oportunidad de inscribir a sus hijos (potencialmente) en un colegio mejor, un porcentaje considerable decide no hacerlo – especialmente entre los más desfavorecidos.

La explicación es una combinación entre barreras a la entrada y decisiones perfectamente racionales. Para empezar, una magnet school puede estar lejos del domicilio familiar; es más, a menudo están bastante lejos. Una familia que no tenga coche (la marca de verdadera pobreza en casi todo Estados Unidos – sin coche no puedes hacer nada) puede tener a sus hijos en colegios a una hora de autobús o más de casa, algo no especialmente práctico. En familias monoparentales es a menudo más práctico tener a los dos hijos en el mismo centro que en dos escuelas distintas. Inmigrantes recientes pueden preferir colegios cercanos, para que el niño primero aprenda inglés. O simplemente redes sociales (desde amigos en el colegio hasta mujeres del barrio que se turnan para recoger a sus hijos) y simple desconfianza puede hacer que no quieran cambiar de colegio.

Las barreras a la entrada son más sutiles, pero tienen resultados parecidos. Para empezar Hartford no tiene una lotería, sino tres, y saber a cual(es) inscribirse es ya de por sí un proceso complicado. Las solicitudes son, por si solas, un auténtico galimatías, con una cantidad de papeleo considerable. Todo el proceso debe hacerse por internet, algo que no todas las familias tienen en casa, y cualquier inscripción necesita cumplir una serie de requisitos previos que a menudo acaban por complicar la participación, como la necesidad de tener una dirección postal permanente (las familias pobres se mudan mucho más a menudo que las ricas, por cierto). Esto hace que las familias con padres menos educados o menos recursos participen menos, y que sus solicitudes tengan una probabilidad mucho más alta de ser rechazadas, aumentado aún más la desigualdad.

Este escenario debería sugerirnos varias conclusiones. Primero, y más importante, cuando en una política pública ofrecemos la capacidad de escoger entre varios servicios, como en un programa de cheques escolares, la capacidad de tomar decisiones correctas no están distribuidas de manera uniforme. Los padres mejor educados y con más recursos pueden dedicar mucho más tiempo y energía a optimizar las decisiones educativas de sus hijos, mientras que las más pobres a menudo tienen que afrontar problemas menos obvios derivados de su falta de recursos, y están demasiado ocupadas para entender el sistema.

Dicho en otras palabras: dar a todos los padres la capacidad de escoger a qué colegio envían a sus hijos, sin más, puede acabar por aumentar las desigualdades educativas, no disminuirlas. Si el sistema de asignación es complicado, confuso o no incluye servicios adicionales para asegurarse que las familias que más lo necesitan realmente tienen capacidad de escoger y pueden hacerlo sin barreras ni limitaciones, lo único que haremos será poner a las clases medias en mejores colegios, y aumentar las desigualdades. Esto quiere decir, por cierto, una cantidad de gasto público adicional nada despreciable, ya que los servicios necesarios para dar una capacidad de elección real a todo el mundo no son precisamente escasos. Lo que debe quedar claro es que no es un programa fácil de implementar, si se quiere hacer de modo que disminuya las desigualdades y mejore los resultados escolares para todos los alumnos.

¿Cómo de difícil? Tanto que Suecia (¡Suecia!) ha intentado un sistema de cheques escolares, y le ha salido francamente mal. Nada que añadir.


56 comentarios

  1. Pescador dice:

    ¡¡Oh, cielos!! ¡¡Las escuelas de pago inflando las notas de sus alumnos!!
    ¿Donde habre yo visto eso??

    • Alatriste dice:

      Eso digo yo ¿Dónde? 🙂

      Solo añadiría que este es un ejemplo de cuánta gente hay, por muchos premios Nobel que puedan tener, que no entienden realmente nada de cómo funcionan los mercados… ni las personas.

      Al empresario que pone un colegio lo que más «debería» importarle tal vez sea dar la mejor educación, y a los padres lo que «debería» importarles, que sus hijos recibiesen la mejor educación. Pero en cuanto usamos la palabra «debería» ya no hablamos de Economía sino de Filosofía. En el mundo real a los padres lo que les importa sobre todas las cosas – y es lo que «debe» importarles desde una perspectiva implacablemente pragmática – es que les den notas muy altas; que reciban una buena educación es muy conveniente, por supuesto, pero solo va en segundo lugar. Si hay que escoger, más valen notas sin saber que saber sin notas, aunque Méndez Núñez se revuelva en su tumba.

      Y mejor no entramos en qué poco racional y eficiente desde el punto de vista económico es el empresario que se esfuerza en mejorar la educación cuando los productos que vende son las notas altas…

  2. Pedro dice:

    Sí, aqui también está de moda eso de dar «libertad» a los padres para enviar a sus hijos a colegios lejanos, quitando las zonas geográficas dentro de una ciudad. Y así pasa, teniendo un colegio público enfrente de casa, te puedes quedar sin plaza en el mismo porque vienen de otras partes de la ciudad, y tener que llevar en coche todos los días a tu hijo a un colegio en la otra punta…qué bonita es la libertad!

  3. Daniel dice:

    Querrás decir que ‘no disminuirá necesariamente las desigualdades’, no que ‘las incrementará’! El sistema tradicional YA asegura que las clases medias accedan a los mejores colegios.

    De acuerdo en todo lo demás.

  4. Yann dice:

    >> :: Si el sistema de asignación es complicado, confuso o no incluye servicios adicionales para asegurarse que las familias que más lo necesitan realmente tienen capacidad de escoger y pueden hacerlo sin barreras ni limitaciones, lo único que haremos será poner a las clases medias en mejores colegios, y aumentar las desigualdades. ::

    Lo interesante de esto es que la barrera de la que se habla es el tiempo que es necesario dedicar para conseguir inscribir al crio en un sistema confuso.

    Y ese es un recurso del que disponen en igual medida clases medias y familias pobres. Es más, es muy probable que una clase media, donde ambos progenitores a menudo trabajan tiempo de más, disponga de menos tiempo libro para resolver e inscribir al hijo. Aun así, lo hacen.

    Hablamos de una situación donde, al menos respecto a este punto, se llega a una igualdad de oportunidades. Una familia pobre puede disponer de menos recursos económicos, eso es obvio. Pero el recurso necesario en este caso es un recurso en el que están en igualdad (o incluso superioridad) de condiciones: tiempo libre.

    La conclusión que se deriva de ello (y que el artículon no se atreve a tocar) es: los padres de las familias pobre están menos dispuestos a usar su tiempo libre en descifrar el sistema de inscripción que los padres de las clases medias. Es decir, si, por ejemplo, consideramos la diferencia de valoración entre «ver TV» y «inscribir a tus hijos en una buena escuela», los padres de las familias pobres estarán más inclinados a priorizar la opción «ver TV».

    A juzgar por las notas, esta falta de interés no es exclusiva de los padres, sino que se transmite a los hijos.

    La tesis que defiende este artículo, dicha de forma explícita y sin los rodeos mostrados, es: la igualdad de oportunidades no es suficiente. Incluso con recursos limitados, hay que negar esos recursos (como una buena educación) a quienes muestran interés en ellos, y otorgarlos por la fuerza a quienes no lo muestran.

    • zalo dice:

      Bueno Yann,

      Te estás saltando toda la parte de familias monoparentales y te has saltado la parte en que, que trabajen los dos conyuges, no implica que tus ingresos te coloquen en la clase media. Aparte de que con niveles de ingresos más altos te irás a trabajar en coche y no en bus, tendrás un solo trabajo en vez de dos, tendrás la posibilidad de contratar a una persona que te ayuda con tus hijos o a limpiar la casa…

      No es para nada la misma situación la de las clases medias que la de una familia con ingresos bajos.

      • Yann dice:

        También hay familias monoparentales en la clase media, y no parece que eso sea un problema a la hora de encontrar tiempo para inscribir a sus hijos.

        • zalo dice:

          Bueno,

          Eso es un argumento de entre cinco que te he dado y si eres de clase media y puedes pagar una guardería para irte a trabajar o a una persona que cuide a tu hijo cuando tú tienes que hacer otras cosas la vida se vuelve mucho más sencilla. Aparte de que también te has saltado la parte del idioma, mucha de la gente con ingresos mensuales por debajo del umbral de pobreza tiene serios problemas para pelearse con determinadas cosas.

          Si que realmente todo se resume en que cuanto más dinero tienes más ayuda puedes contratar y cuánto menos tengas más dependes de tí mismo.

          • Yann dice:

            Siguiente argumento: las clases medias pueden pagar una guardería. Pues precisamente al ser colegios que disponen de mayores fondos, dispongan de mayor número de actividades extraescolares a cargo estatal. Es decir, si no puedes pagar una guardería, mayor razón para inscribir a tu hijo en esos colegios.

            El resto de los argumentos ni los considero. Algunos teneis la idea de que debatir consiste en lanzar docenas de afirmaciones al buen tuntún, y que los demás piensen sobre ellas. No, no es mi trabajo razonar tus afirmaciones. Es el tuyo. Si tu no piensas primero lo que dices, no esperes que yo dedique mi tiempo a hacerlo por ti.

            • Sgt. Kabukiman dice:

              Es decir, no se que contestar y eso me pone de mala leche, el mundo me odia, soy un incomprendido, etc, etc.

    • Joshua dice:

      Así es ¿Y…?. En la igualdad de oportunidades está incluída esa «intervención» en la toma de decisiones. Ya veo que ves eso como algo malo, pero es la igualdad de oportunidades PARA LOS NIÑOS no la de sus padres. Los niños no tienen la culpa de tener unos padres que prefieren ver la tele o estar por ahí medio borrachos (que viene a ser muy parecido) ¿o sí?
      Claro que la opción «cada uno tiene lo que se merece» puede tranquilizar muchas conciencias, pero yo creo que es evidente que esos niños no se merecen lo que les ha tocado, que a su vez probablemente proviene de que esos padres tampoco lo merecieron … y así hasta Adán y Eva.
      Dividir el mundo en buenos y malos … genéticamente ya sabemos a dónde conduce (independientemente de que sea cierto o no). Hay gente que preferimos partir de la base de que no es cierto y luego, si eso, ya ajustaremos cuentas en el Juicio Final.

      • Yann dice:

        No, no tienen la culpa.

        Pero el problema es más complejo. Mucha gente trabaja duro para poder tener una familia, y resulta que apenas pueden permitirse un hijo después de pagar los impuestos. Impuestos que terminan en familias pobres que sin embargo tienen un alto número de hijos.

        Mucha gente de clase media está cansada de no parar de trabajar, no para sus propios hijos, sino para que el vecino, ese tipo que, según tu dices, está «por ahí medio borracho viendo la tele», pueda mantener a la mujer preñada de forma constante.

        En USA, dos de cada tres dolares del presupuesto federal van a welfare. Y no hablo de jubilaciones ni de paro, no. Hablo de subsidios sociales. Dos terceras partes del presupuesto.

        Y el problema se multiplica, porque luego muchos de esos hijos tendrán a su vez un gran número de hijos a los que tendrás que seguir manteniendo, porque los niños no tienen la culpa. Creas una capa social a la que tienes que mantener con welfare que crece exponencialmente. Y con esa población creciente a mantener, con una clase media cada vez más cansada y masacrada a impuestos, al final el sistema explota.

        Que es lo que está ocurriendo en este momento.

        • Joshua dice:

          Vale Yann,
          Ahora ya has explicado las cosas, citando tus propias palabras de tu primer comentario, «de forma explícita y sin los rodeos mostrados».
          Ese esforzado miembro de la clase media que apenas puede tener un hijo mientras ve que el vecino de la acera de enfrente vive mejor que él sin trabajar es un personaje de ficción, como la «welfare queen» que tanto éxito tuvo en los 80. Como la mujer de la curva, vaya. Como ese esforzado negociante que tiene que malvender el negocio porque lo ahoga el impuesto de sucesiones.
          Pero como eso no creo que te convenza, pongamos que existe y que es mayoritario. En ese caso, mejor que mirar qué parte del presupuesto federal va a «welfare» mejor haría en mirar qué parte del producto nacional va al welfare de gente que no aporta casi nada al mismo.
          PS: yo he dicho o medio borrachos o viendo la tele, no las dos cosas a la vez, ya sabes que somos monotarea.

        • ubik dice:

          Yann, si te inventas arquetipos extremos puedes llegar a conclusiones extremas, que por cierto no te atreves a mencionar explícitamente. El trabajador esforzado de clase media frente al vago borracho que como dices literalmente mantienen a la mujer preñada de forma constante, son dos modelos imaginarios, y los dos (pero sobre todo el segundo,) son extremos, en los cuales no tienen cabida un 90% de la población (a ver, no hay trabajadores de clase media que se emborrachan bastantes veces? ¿O gente sin trabajo que no tienen quince hijos y que apenas bebe una cerveza?? pues eso hombre).
          Lo que me parece torticero es que crees esos modelos y los vendas para «explicar» lo que pasa en la realidad, y todo eso para llegar a unas conclusiones un tanto siniestras que no te atreves a mencionar. Creo y perdona que lo escriba, que no eres honesto intelectualmente, aunque a lo mejor ni siquiera te das cuenta.

        • Epicureo dice:

          Yann, ha dicho usted una media mentira. Eso de «dos de cada tres dolares del presupuesto federal van a welfare» es INCLUYENDO seguridad social y Medicare, que son de hecho la mayor parte de esos dos tercios; y cuyas prestaciones las disfruta principalmente la clase media.

          Curiosamente, a los conservadores estadounidenses se les olvida esto, aunque vean disfrutarlas a sus padres o incluso las disfruten ellos mismos si están jubilados (cosa frecuente). Milagros de la propaganda que, desde Reagan, está empeñada en convencerles de que todo eso es para las madres solteras negras putas drogadictas que se dan la gran vida.

    • Gerion dice:

      En este punto discrepo. La verdadera riqueza de una persona es su tiempo. Cuanto más rico seas, más tiempo podrás comprar a otros, para que se dediquen a lo que tú no quieres. Y tú harás con el tuyo lo que te plazca – que irá desde trabajar más a dedicarte más a la familia, o a los hobbies…-.

  5. Ruben dice:

    Muy interesante Roger!
    Siempre he pensado que hace falta más econometría en el sistema educativo. Si hubiesen exámenes a nivel nacional o autonómico, y variables sobre características de los estudiantes (e.g. renta familiar, estudios familiares, domicilio, etc.), se podría estimar las “notas esperadas” para cada estudiante dadas sus circunstancias. Luego, comparando la nota esperada con la nota real, podríamos tener los residuals y la standard distribution por estudiante y atribuírselos por centro y profesorado. De esta forma, el 7.5 en matemáticas de una niña gitana de familia monoparental podría ser mucho más recompensado que el 9.5 de un niño blanco de padres universitarios porque comparando la distribución de notas de todas las niñas gitanas de familias monoparentales, un 7.5 es matemáticas es una nota extraordinaria.

    PS: Parece que el problema de Suecia, al margen de la iniciativa privada, era que los exámenes no eran homogéneos. Era como la selectividad de España, donde hay más de una docena de exámenes diferentes pero cuyas notas valen por igual; típico mecanismo para empezar un race to the bottom.

    • Aloe dice:

      El problema principal de la selectividad tradicional en España, respecto a lo que usted señala, es que el expediente previo de Bachillerato constituye el 60% de la nota.
      Es decir, el 60% de la nota de la PAU no lo dan exámenes comunes, sino la dirección del colegio donde se ha hecho el Bachillerato. Por eso ha habido en promedio más de dos puntos de diferencia entre la nota que se trae y la que se obtiene en el examen propiamente dicho (los colegios privados hinchan espectacularmente sus notas)

  6. Hooke dice:

    Vamos, lo de siempre.

    Que los que nos descornamos trabajando 50 horas (algunos ilusos a 1.000 km de su hogar, viendo a sus hijos una vez al mes, mientras su madre se encarga de todo lo demás….y además trabaja otras 40), pagamos nuestra hipoteca, nuestros recibos y nuestros impuestos, y priorizamos nuestro tiempo (haciendo los deberes con los hijos, en vez de ver la tele, por ejemplo, o renunciando al ocio los fines de semana y las tardes, para estar con ellos y EDUCARLOS) somos unos gilis. A los que, encima, hay que recortar la escasa libertad de elección de la que disponen, para que sea un burócrata bienintencionado el que encuadre a nuestros hijos en la escuela y en las actividades que Él decida, y a los que hay que sablear a impuestos para pagarles la fiesta a los demás.

    Y antes de que salga lo de siempre, uno es hijo de una madre que se quedó viuda a los 37, con una modesta pensión, y la otra es hija de un albañil y una costurera.

    A veces dan ganas de mandarlo todo a la m* y ponerse a la cola para el pisito de protección oficial y la paguita.

    • Alatriste dice:

      Vamos, lo de siempre. Opinar sin leerse el artículo y criticar cosas que no dice en ninguna parte. Porque mira que el autor se ha preocupado desde el título, que pone «dejar escoger no es SUFICIENTE» por dejar claro que el tema no es que la libertad de elegir colegio sea mala y tampoco que un sistema de cheques escolares sea necesariamente nefasto, es que además el sistema tiene que estar bien organizado, en lugar de ser una pesadilla de burocracia y papeleo…

      Porque lo que critica del sistema de Hartford es esto

      «Hartford no tiene una lotería, sino tres, y saber a cual(es) inscribirse es ya de por sí un proceso complicado. Las solicitudes son, por si solas, un auténtico galimatías, con una cantidad de papeleo considerable. Todo el proceso debe hacerse por internet, algo que no todas las familias tienen en casa, y cualquier inscripción necesita cumplir una serie de requisitos previos que a menudo acaban por complicar la participación»

      Y encima, es precisamente la gente como tú, que trabaja muchas horas y no tiene tiempo libre, la perjudicada por un sistema como el de Hartford, que beneficia a quienes disponen de mucho tiempo libre y de medios abundantes.

      • Yann dice:

        Por supuesto que el sistema debería estar mejor organizado y ser más simple.

        Pero esa mala organización afecta a todos por igual. Y solventarla requiere de un recurso del que todos disponen y que no depende del nivel socioeconómico: tiempo.

        Puede ser mala buracracia. Es más, lo es. Pero desde luego no es discriminatoria: es igual de confusa y problemática para todos. Y el artículo la pone como ejemplo o causa de discriminación, que es donde se encuentra la cuestión.

        Por favor, antes de recomendar a los demás que lean el artículo, leélo tu.

        • Demostenes dice:

          Hombre, si algo es confuso, lo es más para quien tiene menos destrezas de lenguaje. Ahi está el efecto socioeconómico. Se ha documentado también para sistemas de votación que sean muy complejos, que desincentivan el voto de las personas con menos formación (aunque sólo haya que poner cruces en casillas).

          Que todo el mundo tiene el mismo tiempo libre independientemente de su nivel socioeconómico también es bastante cuestionable, pero como menciona el propio articulo, si una escuela esta lejos, tener coche o no puede ser un factor determinante para tener que dedicar sólo unos minutos o un tiempo considerable para llevar a los niños al colegio.

          Puede que parezcan cosas pequeñas, pero pueden resultan determinantes. No estamos teorizando qué efectos pueden tener, sino viendo si son válidas como explicaciones a la pregunta de por qué ha aumentado la segregación, cuando se pretendía reducirla. Si estas causas no te parecen válidas, tendrás que proponer algún otro mecanismo para explicar ese resultado.

          • Sgt. Kabukiman dice:

            La explicación ya está dada: los pobres son vagos y descuidados, y en general es una pérdida de tiempo dedicar fondos y esfuerzo a mejorar su condición.

            Esta creencia es muy corriente en los prósperos países europeos, donde cualquier tonto es capaz de ganarse la vida medianamente bien, a la vista está. Quizá la crisis ha movido a mucha gente al otro lado de la raya.

        • Gerion dice:

          Me parece que el tiempo no es un recurso del que todos disponen por igual. Hay muchos que no pueden elegir qué hacer con él – sean ricos o pobres -.

    • Sgt. Kabukiman dice:

      Cuidadin con lo que dice, quizá alguien (alguien muy malote) le pudiera reprochar a su madre que cobrase una pensión desde los 37 años, digo yo que a esa edad aún se puede trabajar, priorizar tiempo, educar, buscar colegio, blablabla…

      • Hooke dice:

        Típico.

        Sabrás tú lo que hizo mi madre para sacarnos adelante a dos hermanos ella sola.

        En fín, mucho hablar de familias monoparentales y tal, y cuando os ponen delante un ejemplo de éxito, os revienta los esquemas porque dicho modelo consistió en trabajo duro, ahorro y sacrificio.

        En fin.

        • Sgt. Kabukiman dice:

          Y en que alguien pago una pensión, una sanidad y educación publicas, etc, etc.
          Que siempre se os olvida meter en la ecuación, por unirme al uso del plural mayestático, a los adalides del merito.

          • Hooke dice:

            Hay señor….¿quien te ha dicho que la pensión fuera pública?.

            La arrogancia de quien cree saberlo todo. Pues no señor. Era un seguro privado.

            No capto la relación entre la sanidad pública y el que no me quieras dejar elegir el colegio para mis hijos.

            Mira, si de lo que se trata es de mejorar las condiciones de las personas más pobres, las políticas que podéis implementar se basan en que podamos ganarnos la vida por nosotros mismos, y en transmitir los valores del esfuerzo personal, el ahorro, la honradez, la cooperación familiar y con los que tenemos cerca (parroquias, asociaciones de barrio, clubs deportivos o culturales).

            Si de lo que se trata es de aplicar un programa ideológico, en el que te imaginas en tu despacho solucionando los problemas a la gente, dibujando sesudos mapas escolares con los que vas a sacar a la gente de la pobreza, gastándote el 50% del PIB, vas a fracasar.

            Pero bueno, está bien, lo tengo asumido. Podéis jugar a ingenieros sociales con el 50% del PIB que le sacáis a la gente del bosillo. Pero lo que me ha enfadado es que, encima, la culpa sea mía por querer escoger el colegio que mas me conviene o el que considero que puede mejorar la educación de mis hijos.

            Vale, ya pongo el 50% de mi trabajo para el sostenimiento de los servicios públicos. Aún se me puede sacar un poco mas (no mucho, pero un par de miles de euros ahorro cada año).

            Pero, encima, no me echéis la bronca……

            • Yann dice:

              Ese es otro tema. Que es que además cuando la clase media recibe unos servicios que representan tan solo una parte de los impuestos que ha pagado, además tiene que dar las gracias por ello.

              Tanto exprimir a la gallina de los huevos de oro… la pregunta es que va a pasar cuando se acabe el dinero. Porque se va a acabar. En USA ya se toman la deuda a cachondeo, porque saben que no hay forma humana en que puedan devolverla salvo poniendose a imprimir en dolares. En Suecia el propio gobierno de izquierda ha reconocido que no hay recursos suficientes.

              Los gobiernos siguen endeudandose para mantener el actual estado de la situación porque saben que el día que se acabe el dinero, muchas ciudades van a arder. Y es solo cuestión de tiempo que se acabe.

            • Sgt. Kabukiman dice:

              Nadie, si lee con más atención (la comprensión lectora también es educación) verá que el adjetivo no adjetiva la una sino las otras.

              No se que asociaciones quiere ver, yo le digo que un estado que proporciona a escote sanidad y educación ayuda a que las familias con pocos recursos saquen adelante sus «historias de éxito». En un alarde de arrogancia, que lo mismo su abnegada madre se pago su seguro médico made in USA, un colegio privado-privado, etc, etc, con tal de no deber nada a nadie.

              Le pueden las ganas de soltarnos el sermón…

        • ubik dice:

          AAhhh, tu familia es un modelo de éxito, entiendo…
          Tal ves estés un poco enfadado con el mundo debes estar si pierdes el tiempo vendiéndo ese éxito en comments como el de este post, la verdad…

  7. Gerion dice:

    Creo que el análisis es muy acertado. Al final, la solución pasa por adecuar el entorno familiar, antes que actuar directamente sobre el niño.

  8. dalek:fan dice:

    Otra conclusión a la que llego yo es la cantidad de despilfarro y rodeos absurdos que se acaban teniendo que dar para intentar solucionar una situación, simplemente por culpa del dichoso empecinamiento en que los servicios públicos son satán, y son caros, y son ineficientes por sistema.

    • Demostenes dice:

      ??? Esto eran colegios públicos, no hay nada privado en toda esta historia…

      • dalek_fan dice:

        Sistema público mal subvencionado que se intenta medio arreglar con otro mixto que requiere de cantidades de papeleo absurdas , que es lo que pasa cuando alguien intenta por todos los medios ser cicatero con la posibilidad de que alguien logre acudir a esos servicios simplemente porque no puede pagar otros.

        Cuando yo hablo de sistema público me refiero a sistema público con todas las de la ley, incluyendo acceso fácil que no dependa de que uno sea mas pobre que Carpanta y condicionantes semejantes.

        Aquí no es el tema, pero es aplicable al sistema sanitario.

  9. Maese Alcofribas dice:

    Muy buen artículo, Roger.

    Recalco lo que dice Alatriste en su primer comentario, es que es de cajón. Entiendo (desde un punto de vista individual) al que se queja porque no le dejen elegir, tanto si fuese a elegir saber o notas, pero no sé si ellos entienden que desde un punto de vista sociocolectivo lo que tenemos al final es unas pocas buenas escuelas y el resto un mercadeo de notas, con las consecuencias futuras para el país.

    De orígenes más humildes que mis padres difícilmente se puede ser, en el lugar y época en que nacieron. Dado que soy de clase media (sea lo que sea eso, nos entendemos), soy un ejemplo de movilidad social. Estoy convencido de que el enorme esfuerzo de mis padres no habría sido suficiente sin educación pública (en colegios que ellos no eligieron). Pudimos elegir entre dos institutos, en 1º de BUP, y mi elección fue la del que realmente era peor en calidad, y por un obstáculo administrativo (salvable) finalmente me decidí por el otro. Acerté por error. Si nos pusiésemos a hablar sobre las skills de mis padres y mías para elegir racionalmente, nos echábamos unas risas.

    Esta noche voy a pronunciar “discriminación”, “subvención” y “empowerment”, a ver si se aparece Yann 🙂 No, en serio, las posturas son irreconciliables porque se fundamentan en cuestiones filosóficamente irresolubles como la responsabilidad y la libertad, y el significado psicológico, no meramente conductual, del concepto “decidir”. En todo caso se les puede preguntar cuánto welfare se cargarían, y qué sociedad resultaría de eso.

  10. david dice:

    Muy buen articulo. Por los comentarios, creo que ha superado a algunos lectores. Hay que conocer las escuelas de EEUU para hacerse una idea de la tremenda diferencia entre unas y otras. Lo de Espana es jauja comparado con esto.

    A mi el sistema Magnet me gusta. Trabaje en una escuela que hacia viajar a diario a niños blancos de clase media a un barrio negro pobre donde sus padres no pondrían un pie. Y si matricularon a sus hijos en una escuela en ese barrio fue porque ofrecía un programa novedoso y atractivo. Mas que el que pudiera ofrecer una escuela privada. Los resultados mejoraron en poco tiempo y se beneficiaron niños de toda condición social. Un verdadero milagro.

    • Alejandro dice:

      ¿Cómo funciona el sistema educativo en EEUU? Me refiero a la cobertura que el Estado Federal o los diferentes gobiernos estatales dan a la educación. ¿Existe aquí la educación pública gratuita? ¿Son la mayoría de lo centros educativos privados? Y…¿Se da en EEUU el modelo de concierto entre organismo público e institución académica privada, esto es, centros concertados a la «española»?

      • david dice:

        Los distritos que rigen la educación son entidades pequeñas. A veces coinciden con el condado.
        La educación es por lo general pública y gratuita pero tb existen concertados (charter schools) y privados.
        Hay un movimiento para unificar standards curriculares en todo EEUU llamado Common Core del que participan muchos estados.

  11. Hejo dice:

    En algunas zonas de Cataluña se aplica una solución que ayuda a disminuir la guetización. Las escuelas públicas funcionan como un «distrito único». Te puedes apuntar a la que prefieres, pero el ayuntamiento valora y reparte la cantidad de emigrantes y de niños con necesidades especiales más o menos por igual entre todas las escuelas. Es decir, manifiestas tu preferencia, pero la última palabra la tiene el ayuntamiento.
    El sistema funciona a medias, puesto que las escuelas concertadas habitualmente se inventan todas las trapacerías que pueden para no aceptar inmigrantes ni niños con alguna problemática. La parte interesante es que la inscripción es simple (es la de siempre) y que no implica ni sobrecostes ni grandes acciones especiales.
    Lo veo adecuado para ciudades pequeñas y medianas (de hecho nació en Vic, 40.000 habitantes, más de un 20% de inmigrantes en las aulas). En grandes ciudades seguramente presentaría limitaciones.

  12. heathcliff dice:

    Empiezo a ver demasiadas cosas obligatorias. En el artículo anterior, Roger hablaba de mezclar por decreto a gente en un mismo barrio. En este se vislumbra que poder elegir no es bueno.

    Oye Roger, ¿no te estarás pasando a una especie de soviet con gesto afable, no ?

    🙂

    O a lo mejor resulta que los socialdemócratas en el fondo sois eso…

    • Joshua dice:

      Me has hecho sonreír por primera vez heathcliff, y te lo agradezco 🙂
      Pues sí, ¿y qué pasa? Expresiones como «ingenieros sociales» que dicen por ahí arriba, soviets afables (pero bienintencionados, ¡ojo!), intervencionistas, metomentodos, confiscadores de las rentas de las clases medias, tocapelotas sociales con-lo-tranquilo-que estoy-yo-con-lo-mío, destructores de la sagrada libertad. Todo eso somos los socialdemócratas en el fondo.
      Pero lo que nos saca de quicio, por encima de todas las cosas, es que un corredor que gana los 100 metros lisos le hable de libertad a otro que ha tratado de correr la distancia sin piernas. Siempre estamos a tiempo de volver a las cavernas a ser libres… y a fe que lo estamos intentando.

      • Javier dice:

        La solución tampoco puede pasar por pegarle un tiro en la rodilla al que es un buen corredor, o ponerle un yunque a la espalda.

        http://es.wikipedia.org/wiki/Harrison_Bergeron

        • Joshua dice:

          Bien visto.
          Ésa no es la solución, desde luego. Pero un carrito con ruedas no vendría nada mal… Por supuesto, sin poner a tirar de el al corredor con piernas, no vaya a ser que se sienta agobiado por el esfuerzo.

      • heathcliff dice:

        A lo mejor es hora de preguntarse por qué un tío sin piernas se mete a correr los 100 metros lisos…

        ¿No será porque lo educó un socialdemócrata que le dijo «todos servimos para todo? 😉

        Luego, para cumplir la promesa, viene lo que dicen más abajo:

        -La necesidad de pegar un tiro en la rosilla al sano.
        -La necesidad de poner a tirar del carrito al sano.
        -Las trampas con el cronómetro para que el tío sin piernas no se deprima…

        En fin…

        Todo es más fácil que decir «Tú no vales para eso, chaval…»

        • Joshua dice:

          Yo me refería a la vida en general, no a una actividad concreta en particular. Para mi corredor sin piernas que se enfrenta a ganarse la vida en general, la frase “Tú no vales para eso, chaval…”, suena muy siniestra.
          Es cierto que el pack socialdemócrata puede llevar algún gadget igualitarista y de discriminación positiva que causa sarpullidos a algunos, pero no es a eso a lo que me refería con el ejemplo del corredor sin piernas.
          Por supuesto que no todo el mundo vale para todo, y que el esfuerzo ha de ser recompensado; pero puestos a hablar de utopías, esa de que actualmente todo el mundo recibe del mercado (o de lo que sea esto) según su esfuerzo, es una de las más gordas.
          Una de las grandes falacias que se han propagado sobre la socialdemocracia en general (aunque reconozco que algunos han contribuído bastante desde dentro) es eso de que promover la igualdad de oportunidades genera irresponsables y vagos. Lo que ocurre realmente es que la ausencia de esa igualdad es la que permite que verdaderos vagos e irresponsables accedan a los puestos directivos porque no tienen que competir por haber sacado «de la carrera» a otros. Aquí es donde están los verdaderos «disparos a la rodilla»… a la rodilla de los que no se les deja competir en igualdad de oportunidades. A lo mejor hay quién tiene que estar enfermo para que otro esté «sano».

  13. […] Educación: cuando dejar escoger no es suficiente […]

  14. Epicureo dice:

    Por una vez doy la razón a heathcliff…

    Estas políticas de «igualdad de oportunidades», si se quiere que sean eficaces, implican obligar a mucha gente a hacer lo que no quieren: separar a los hijos de sus padres, obligar a ir a determinado colegio, etc.; y por muy eficaces que sean no van a eliminar la pobreza, sólo sirven para poder acusar a los pobres de que lo son por propia elección.

    A mi modo de ver, la manera menos intrusiva de conseguir la igualdad de oportunidades es empezar por igualar los ingresos (socialdemocracia a la antigua). Si no hay pobreza no hacen falta medidas especiales para que los niños no sufran su estigma.

    • heathcliff dice:

      Igualar los ingresos con un mínimo de justicia supondría igualar las capacidades, el esfuerzo y las responsabilidades. Buena suerte y tal..

      Si pretendes que yo gane lo mismo que mis compañeros de instituto que se negaron a estudiar, cuenta con mi resistencia en forma de insumisión fiscal o cosas peores… 🙂

      • Epicureo dice:

        Estoy totalmente de acuerdo con la desigualdad de ingresos que sirve para compensar el esfuerzo, la responsabilidad, el riesgo, la penosidad y similares.

        El problema es que la mayor parte de las diferencias de ingresos actualmente proceden de la desigualdad de oportunidades, ya sea por los genes (capacidades), por el medio social (familia, contactos) o por la simple mala o buena suerte de cada uno. Y, según el criterio de Rawls (del que se habla en otro post de hace dos días) todo esto es injusto.

        Si queremos reducir la injusticia, que usted quizá no quiera, hay dos maneras. Una, simplemente reducir la desigualdad de ingresos, sin llegar a eliminarla (manteniendo la que es justa). Otra, intentar igualar las oportunidades y compensar las desigualdades.

        Esta última, como usted apuntó antes, puede resultar más cara, complicada e intrusiva para obtener resultados equiparables. Es mi impresión también. Y si se aplica de forma limitada no sirve más que para culpabilizar a los pobres de su pobreza.

      • Epicureo dice:

        Ah, y ójala yo ganara lo mismo que algunos de mis compañeros de colegio que se negaron a estudiar…

        • heathcliff dice:

          En eso estoy totalmente de acuerdo, Epicúreo, y en general en todo lo que conduzca a la igualdad de oportunidades. De todos modos, no comparto el criterio de Rawls, más que nada porque la corrección de la desigualdad genética, llevada al absurdo (o al imperativo categórico si le apetece que nos pongamos estupendos) resulta en que a los feos habría que buscarles sexo por la Seguridad Social.

          Y no es eso, oiga… Yo creo que no es eso.

          🙂

          • Epicureo dice:

            No hace falta llevarlo al absurdo. Simplemente basta reconocer que hay diferencias injustas y que la idea de que lo que cada uno gana es «lo que se merece» es falsa. Por supuesto, remediar todas las injusticias sería imposible en ninguna sociedad que funcione, pero al menos sí algunas.

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