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¿Qué sabemos sobre el Desarrollo Infantil Temprano desde la economía?

2 Dic, 2014 - - @razuero

El desarrollo infantil temprano, entendido como el conjunto de eventos que ocurren en los primeros ocho años de vida, es el periodo en el que los niños son más propensos a aprender y a desarrollar habilidades. Dada su importancia, diversas áreas del conocimiento como la psicología y la medicina han estudiado de manera extensiva las causas y consecuencias de contar con un adecuado desarrollo infantil. Sin embargo, este campo de estudio parecía estar completamente estéril en economía hasta hace aproximadamente veinte años. Hoy en día, cada vez más conscientes de las consecuencias económicas de este proceso en la vida de las personas, el análisis del desarrollo infantil temprano es un tema de investigación bastante activo en la literatura económica¹. En esta breve reseña mi objetivo es resumir los principales hallazgos sobre la primera infancia que la literatura económica nos ha brindado y asimismo entender cómo podemos utilizar estos resultados para mejorar el diseño de políticas públicas.

La primera infancia es el periodo más importante en el desarrollo de habilidades cognitivas y no cognitivas. Las habilidades cognitivas son aquellas que permiten procesar información en las personas, tales como la capacidad de aprendizaje y la memoria. Las habilidades no cognitivas son las que determinan el comportamiento de las personas, como la empatía y la madurez emocional. Durante los primeros años de vida las habilidades cognitivas y no cognitivas son mucho más maleables y en la medida en que los niños van creciendo se vuelven más estable².

El primer hallazgo que quiero resaltar es el de la importancia de estas habilidades en términos económicos. La literatura económica ha encontrado recientemente que la manera en la que éstas se desarrollan durante los primeros años de vida determinará en gran medida los resultados en la vida adulta de las personas. Si bien en principio se consideraba irrelevante el papel de las habilidades no cognitivas, hoy en día la evidencia sobre su importancia es clara. En su artículo seminal, Heckman, Stixrud y Urzua (2006) encuentran que el desarrollo en los primeros años de vida de habilidades no cognitivas explican en gran medida–en muchos casos tanto o más que las habilidades cognitivas- las decisiones de escolaridad, la incidencia del embarazo adolescente, el uso de marihuana y la participación en actividades criminales en jóvenes y adultos estadounidenses. En cuanto al desempeño en el mercado laboral, se ha encontrado que más de la mitad de la variabilidad observada en los ingresos laborales de las personas en Estados Unidos es explicada por habilidades que se forman antes de los dieciocho años de edad (Cunha, Heckman y Navarro, 2005) y de hecho las habilidades no cognitivas tienen tanto poder predictivo como las cognitivas

Otro hallazgo importante ha consistido en identificar el desarrollo infantil como una sucesión de etapas que difieren en dimensiones importantes. Inicialmente, los estudios económicos en primera infancia consideraban este proceso como un solo periodo comprendido entre los cero y los ocho años de vida³. Una importante consecuencia de este supuesto es que no importa la distribución temporal de las inversiones infantiles en los niños siempre y cuando se hagan en los primeros ocho años de vida: cantarle a un niño durante cuatro horas al día tendría el mismo efecto si se hace a los 6 primeros meses que a los 5 años. Hoy en día está claro que este no es el caso. Hay dos propiedades importantes que caracterizan en términos económicos las inversiones en primera infancia y hacen necesario considerar este periodo como una sucesión de etapas. Estas son la auto-productividad y la complementariedad dinámica.

Auto-productividad se refiere al hecho de que, durante la primera infancia, las habilidades desarrolladas en un periodo persisten hacia etapas subsiguientes. Por ejemplo, el nivel de desarrollo de la seguridad emocional a los cinco años de edad depende en gran medida de cómo se ha venido desarrollando esta habilidad desde los primeros meses de vida.

Complementariedad dinámica se refiere al hecho de que las habilidades adquiridas en una etapa hacen más productivas las inversiones en desarrollo infantil en el futuro. En todos los niños de seis años, leerle a un niño durante una hora al día incrementa la inteligencia verbal significativamente. Sin embargo, qué tanto expande un niño su vocabulario como consecuencia de esta inversión dependerá positivamente de qué tanto desarrolló este niño sus habilidades motoras gruesas a los primeros seis meses de edad. La complementariedad dinámica de las inversiones en primera infancia es la razón por la cual los retornos a las inversiones en educación superior son más rentables en niños con mayores habilidades. Estas dos propiedades en conjunto hacen que las inversiones en primera infancia sean las más rentables en términos de formación de habilidades. La manera más efectiva de fomentar destrezas y capacidades en las personas es a través de estimulaciones tempranas de primera infancia.

En términos de diseño de políticas públicas, los programas de primera infancia son únicos por una razón: no están sujetos al clásico dilema que se da entre eficiencia y equidad. Por ejemplo, muchos programas encaminados a mejoras en la calidad de la educación superior son eficientes pero sus atributos en términos de equidad son cuestionables: la población en mayor desventaja no podrá acceder a estos servicios. Por el contrario, invertir en el desarrollo infantil de la población más vulnerable es eficiente y es también equitativo. La siguiente gráfica, llamada comúnmente la curva de Heckman, ilustra el hecho de que el retorno a las inversiones en primera infancia son mucho más rentables que otro tipo de inversiones.

rates of return to human capital(ver nota⁴)

Cada vez más los programas de primera infancia toman mayor importancia en el diseño de políticas públicas en todo el mundo. Sin embargo, aún hay mucho por mejorar. La ventana de oportunidad para este tipo de inversiones es muy corta y sus consecuencias durarán toda la vida. En un reciente estudio para el caso de América Latina encontramos que a edades tan tempranas como los tres años de edad ya existen diferencias significativas en el desarrollo de habilidades cognitivas en los niños. En la siguiente gráfica se presentan los resultados de una prueba estandarizada de vocabulario (TVIP) para niños en zonas urbanas y rurales de cinco países latinoamericanos de acuerdo al cuartil de riqueza de sus padres. De los países estudiados, no hay ninguno que se salve de la temprana brecha en desarrollo cognitivo en los niños. El caso es similar al de Estados Unidos y al de diferentes países en desarrollo como Etiopía, India y Vietnam1.

r2(ver nota ⁶)

El hecho de que las brechas en habilidades se generen a edades tan tempranas implica que si no se hace nada al respecto en la primera infancia se estará perpetuando la desigualdad en las sociedades –tanto al interior como entre éstas. La ventana de oportunidad para las inversiones en primera infancia es muy corta y sus consecuencias durarán toda la vida.

Bibliografía

  • Azuero, R. (2014). “Wealth and the Construction of Non-Cognitive Skills”. Documento CEDE 27. Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia.

  • Cunha, F., Heckman, J., & Navarro, S. (2005). “Separating uncertainty from heterogeneity in Life Cycle Earnings” Oxford Economic Papers, 57(2):191-261.

  • Cunha, F., Heckman, J. (2010). “Investing in our Young People” NBER Working Paper, 16201.

  • Becker, G. & Tomes, N. (1986). “Human Capital and the Rise and Fall of families” Journal of Labor Economics, 4(3):S1-39.

  • Heckman, J. (2007). “The economics, technology, and neuroscience of human capability formation”. Proceedings of the National Academy of Arts and Sciences, 194(33):13250-13255.

  • Heckman, J. (2008). “School, Skills and Synapses” IZA Discussion Paper, 3515.

  • Heckman, J. (2006). “Skill Formation and the Economics of Investing in Disadvantaged Children” Science, 312(5782):1900-1902.

  • Heckman, J., Stixrud, J & Urzúa, S. (2006). “The effects of Cognitive and Noncognitive Abilities on Labor Market Outcomes and Social Behavior”. Journal of Labor Economics, 24(3):411-482.

  • Heckman, J., & Mosso, S. (2014). “The Economics of Human Developmen and Social Mobility” Annual Review of Economics, 6(1):689-733.

  • Lopez-Boo, Florencia. (2014). “Intercontinental Evidence on Socioeconomic Status and Early Childhood: Cognitive Skills: Is Latin America Different?” IDB Publications, 81846, Inter-American Development Bank.

  • Schady, N. Behrman, J., Araujo, MC., Azuero, R., Bernal, R., Bravo, D., Lopez-Boo, F., Macours, K., Marshall, D., Paxson, C., Vakis, R. (2014). “Wealth gradients in Early Childhood Cognitive Development in Five Latin American Countries”. Próximamente en Journal of Human Resources

___________________________________________

¹: Por ejemplo, la Medalla Frisch, uno de los premios más importantes en economía, fue otorgada en su última edición a los economistas James Heckman, Flavio Cunha y Sussane Schennach por su artículo “Estimando la tecnología de producción de habilidades cognitivas y no cognitivas”

²: Las habilidades cognitivas se vuelven relativamente estables a los diez años mientras que las no cognitivas lo hacen a los veinticinco, aproximadamente (Heckman, 2007).

³: Ver por ejemplo Becker y Tomes (1986)

⁴: Tomado de Heckman (2006). El hecho de que las inversiones en primera infancia sean mucho más rentables que otro tipo de inversiones en capital humano es una consecuencia de las propiedades económicas anteriormente mencionadas: la autoproductividad y la complementariedad dinámica.

⁵: Cunha & Heckman (2010) y Lopez Boo (2013)

⁶: Schady et al. (2014).


8 comentarios

  1. Enhorabuena por este extraodinario artículo. Me pregunto a qué se debe esa brecha creciente en las pruebas de vocabulario. Quizá pueda deberse a que una distribución de la renta muy desigual lleve a los padres más pobres a tener pocas posibilidades de desarrollo intelectual de las que puedan aprender sus hijos, quizá se podría hablar de exclusión intelectual de los padres, de barreras sociales que les impiden desarrollar todo su potencial intelectual. Pero quizá sea la carencia de medios para estimular intelectualmente al niño la causa de la brecha. ¿Puede ser?

    Si la exclusión de los padres es muy importante, quizá convenga invertir una parte en estimular a los niños más pobres y otra en favorecer actividades intelectuales en sus padres que puedan estimular las capacidades intelectuales de los niños.

    Un cordial saludo.

    • Rodrigo Azuero dice:

      Gonzalo,
      Gracias por tu comentario. Tu pregunta es bastante relevante y es, en mi opinión, en lo que se deben centrar las investigaciones de primera infancia hoy día. Ya es evidente que existen brechas significativas en el desarrollo de los niños a edades muy tempranas. Sin embargo, no sabemos qué es lo que genera estas brechas o qué intervenciones son las más efectivas para cerrarlas. Una posible solución son los programas de estimulación temprana que, aunque muy costosos, han mostrado ser bastante efectivos. Recientemente, un artículo publicado en «Science» evalúa un programa de estimulación temprana en Jamaica. Aunque no me creo del todo los resultados, éstos nos permiten ser algo optimistas sobre este tipo de intervenciones. Abajo el link:
      http://www.sciencemag.org/content/344/6187/998

  2. Epicureo dice:

    Qué dolor de ojos da ver ese gráfico sin unidades y con una línea tan fina, suave y continua. Qué pinta de ser inventado a partir de modelos y casi sin datos empíricos.

    La idea de que la inversión en edades tempranas tiene un retorno elevado en la edad adulta se basa en sólo tres estudios empíricos limitados, que no son fácilmente generalizables, pero se generalizan con gran alegría. Los resultados de un estudio hecho con unos pocos niños en un barrio de negros norteamericanos ¿puede extrapolarse a todo un país? ¿A todos los niños pobres? ¿A todos los niños? Yo lo dudo.

    Un detalle que suele obviarse (y el autor de este artículo obvia) es que la estimulación extraordinaria en la primera infancia surte efecto principalmente en los niños más desfavorecidos por la naturaleza o la sociedad. Estimular a un niño con deficiencias, o que nació sumido en la pobreza, puede conseguir que de adulto tenga una vida cercana a lo «normal». Pero estimular a un niño con capacidades normales y un entorno de clase media no va a convertirlo en un genio (hay gente que gana dinero vendiendo esta mentira, pero no).

    Por lo tanto, la rentabilidad prometida sólo se alcanza si los programas caros de inversión preescolar se destinan ÚNICAMENTE a los más desfavorecidos. Y todos sabemos que políticamente es muy complicado convencer de eso al votante mediano.

    Y no podemos contar con que reducir la brecha en habilidades cognitivas con programas de formación (en la medida que se pueda) vaya a disminuir la desigualdad económica. Quizá, con suerte, mejore la movilidad social, que no es lo mismo.

    • Ramsey dice:

      La idea de que la inversión en edades tempranas tiene un retorno elevado en la edad adulta se basa en sólo tres estudios empíricos limitados,

      No.

    • Rodrigo Azuero dice:

      Epicureo,
      Gracias por tu comentario. Sobre los puntos que mencionas:

      La gráfica simplemente tiene el objetivo de ilustrar el hecho de que la rentabilidad a inversiones en capital humano decrece a medida que las personas envejecen. La verdad es que estimaciones de este tipo de gráficas son abundantes en la literatura económica. Si te interesa una estimación de este tipo de curvas en un contexto diferente al estadounidense te puedo referir a un estudio en Colombia, que es el caso con el que soy más familiar. Te adjunto el link de una versión previa del libro «La importancia de los programas de primera infancia en Colombia».
      http://economia.uniandes.edu.co/publicaciones/dcede2010-20.pdf
      donde podrás encontrar en la página 71 la correspondiente estimación.

      No son solo tres estudios los que muestran que los retornos a inversiones infantiles tienen rendimientos elevados en edades adultas y no son sólo en economía; por razones biológicas el proceso de aprendizaje es mucho más eficiente en niños que en adultos.

      Finalmente, sobre el detalle que dices que se obvia en las investigaciones: este no es el caso. Estos resultados tienen en cuenta que quienes participan en los programas son sistemáticamente diferentes de quienes no participan.

  3. Gerion dice:

    Se ha comentado mucho acerca de este asunto en esta web. Toda la información que el autor proporciona, apunta en una dirección: el entorno familiar determina el desarrollo de los niños. Las políticas educativas deberían encaminarse, por tanto, a corregir un entorno disfuncional. Y eso requiere de la colaboración de la familia, o de la imposición forzada. En cualquier caso, lo que cualquier grupo de poder desea es disponer de esclavos, y educarlos para otra cosa no les conviene. Es mejor hacerles creer que son víctimas, y tratarlos como tales. Así, al menos, dedicarán su esfuerzo a lamentarse, antes que a conspirar.

  4. José Jarauta dice:

    ¿Qué sabemos sobre el «pequeño Nicolás»?.

    ¿Qué sabemos sobre el impacto de la influencia de una elevada educación temprana en un país que posiblemente puede estar semiestancado durante dos o tres décadas si nada lo remedia esperando la resolución de desequilibrios globales e intraeuropeos comerciales y financieros en un mundo donde nadie quiere apearse de su burro?.

    ¿Qué sabemos sobre su impacto en países donde los ascensores sociales se cocinan en buena medida en «los palcos», y eso en momentos de auge económico?.

    ¿Qué sabemos sobre si las decisiones que tomarán esos niños para optimizar su futuro profesional revertirán en la creación de empresas modelo como hongos en su terruño o preferirán coger el primer vuelo low-cost hacia un lugar donde maximizar crematísticamente su formación?.

    ¿Qué sabemos sobre si el Mayflower hubiera desembarcado en las costas de Cantón?.

    ¿Qué sabemos sobre la aplicación de una constitución como la suiza en otro país multicultural y multirreligioso como Nigeria?.

    Pues bien, yo alguna que otra cosa suelta sé, pero proporcionar una buena educación temprana para todos los que no pueden aspirar a ella (que es de justicia) sin tener en cuenta toda otra serie de factores «extra-educativos» me parece que es vender una moto más a la que le faltan las ruedas.

  5. […] brutales que tiene la pobreza por sí sola en el desarrollo cognitivo de un niño (aquí, aquí, y aquí), en gran medida por el estrés familiar derivado de vivir en un hogar sin recursos. El efecto es […]

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